Con el rostro aún mustio por las encuestas, los conservadores británicos se abandonaron al entusiasmo desatado de Esperanza Aguirre, que revolucionó el plenario del congreso tory con un discurso centrado en los valores que unen al partido de David Cameron al de Mariano Rajoy. “Los dos somos partidos que creemos en la libertad individual y no en controlar a la gente”, aseguró, “confiamos en las personas e intentamos darles oportunidades”. La presidenta de la Comunidad de Madrid se dirigió a los delegados en el marco de una mesa redonda dirigida por el líder conservador del Parlamento Europeo, Timothy Kirkhope, y en la que estaba también el responsable de Exteriores y ex líder tory Willim Hague.
Atuendo sobrio e inglés fluido encandilaron a un auditorio abarrotado más que por escucharla a ella por jalear a Hague, niño bonito de las bases del partido. Sólo dijo una frase en castellano, la última, pero todos la comprendieron. En realidad, fue casi un grito: “¡Viva David Cameron!”. Aguirre presentó ante los delegados su acción de Gobierno como un modelo para el partido de Cameron, que suspira por llegar al Downing Street en unas elecciones que se presumen cercanas. “No quiero ser modesta en relación con lo que mi partido y mi Gobierno han logrado en Madrid”, dijo, “hemos creado muchos empleos y hemos reducido significativamente el paro integrando a muchos inmigrantes”. La presidenta de la Comunidad de Madrid recogió el guante del responsable económico conservador, George Osborne, que anunció una generosa reducción del impuesto de sucesiones. Aguirre recordó que ella lo había suprimido en Madrid. “Mi Gobierno, no el Gobierno central”, apuntilló entre aplausos.
Aguirre confesó ante los delegados que es una ferviente anglófila: “En España soy bien conocida por ser anglófila y no avergonzarme de ello. No tengo ningún problema en decirlo. Dejadme que os diga que estoy muy contenta de ser anglófila, que para mí significa una admiración de por vida por todo aquello por lo que el Reino Unido ha luchado a lo largo de su historia”. No podían faltar las referencias a Churchill -“que luchó en solitario contra el nacionalsocialismo”- y a Margaret Thatcher, que derrotó “codo a codo con Ronald Reagan al comunismo”.
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