Nacionalista sí, pero nacionalcatólico, como Dios manda, pues es deber moral defender a los miembros de la comunidad amenazados por males exteriores, del mismo modo que sólo un animal dejaría que violen a su hija sin hacer nada.
¿Estás dispuesto a llamar a los independentistas de independentistas o separatistas?
¿Estás dispuesto en asumir que eres nacionalista sin complejos?
Quisiera hacer un apelo a una terminología importante que se viene constantemente utilizando en los medios desde hace años de forma manipuladora, y que creo que llegó a un punto límite que exige contraofensiva.
El nacionalismo es una doctrina noble, de defensa de una nación, de una historia y destino común, que hoy está amenazado por varios : la Unión Europea, las multinacionales, la inmigración masiva, la Banca mundial... Sólo los Estados podrán poder a estas potentes corrientes, y solo las naciones vencerán esta guerra en tiempos tan difíciles.
En una propaganda orquestada, en los últimos años, se ha hecho creer dos cosas:
1) Que había nacionalismos (catalán, vasco, gallego e incluso otros que iban y van apareciendo).
2) Y de lo malo de éstos nacionalismos, se sacaba la conclusión que los nacionalismos eran malos.
Nada más falso.
Primero, en España no hubo ni hay otro nacionalismo que el español. Los separatismos son movimientos recientes, por ejemplo el catalán, con orígenes masónicos de los finales del siglo XIX, y casi moribundo en 1978, hasta que fue reanimado y exageradamente subvencionado por la Banca Catalana a través de Jordi Pujol. Es obviamente un timo patético, sin cualquier base histórica, excusándose casi siempre en el hecho del idioma y en último recurso a la época franquista.
Pero esta gente gobernó Cataluña durante treinta años, manejó dineros públicos como quiso, y manejó la educación y los medios a su antojo. Creó una generación perpleja y confundida, que no sabe en qué país vive, que es obligada a hablar una lengua en el trabajo y que en la calle ve otra realidad. El resultado es una sociedad esquizofrénica y un descontento general y una abstención política sin precedentes.
Y segundo, que el nacionalismo no tiene nada de malo en si mismo, es una doctrina tan antigua como las mismas naciones. Hábilmente los medios nos han enseñado la mala parte del secesionismo vasco y catalán, sus políticas lingüísticas excluyentes y sus trampas, y lo presentaban como sinónimo de verdadero nacionalismo, a sabiendas que la sola nación existente es la española y era esa la que destruir, y hasta el último reducto cayó en la trampa.
La intoxicación mediática y propagandística de las últimas décadas, a la cual han contribuido izquierdas y derechas, ha hecho creer a muchos españoles que los partidos independentistas son "nacionalistas". Es obvio que lo son. Son separatistas o, mínimamente, independentistas, soberanistas o secesionistas. Esa es la terminología correcta
Creo que nos cabe a nosotros, los menos ingenuos de esta batalla, poner las cosas en su sitio. Hay que empezar a llamar las cosas por sus nombres: Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía, Aragón son ricas regiones españolas, que contribuyen para el patrimonio cultural e histórico de esta nación, y por ello no son naciones. No hay naciones plurinacionales, sería otro acto ezquizóide. ¿Qué pasarái si los llamásemos de patriotas? ¡Patético! ¿Porqué seguimos llamándoles de nacionalistas? ¿Acaso reconocemos sus reivindicaciones "nacionales"?...
Para identificarlos, creo que hay que emplear las palabras correctas.
¿Si no seremos nosotros a ser nacionalistas, quienes serán? ¿O será que España tampoco puede ser nación y tener nacionalistas?
Nacionalista sí, pero nacionalcatólico, como Dios manda, pues es deber moral defender a los miembros de la comunidad amenazados por males exteriores, del mismo modo que sólo un animal dejaría que violen a su hija sin hacer nada.
No sé si el nacionalismo es una doctrina tan antigua como las propias naciones, supongo que es tu interpretación. Quizá te digan que estás equivocado y que nace con el liberalismo, no obstante, estoy de acuerdo contigo con que ninguno de los movimientos antiespañoles mal llamados "nacionalistas" son tales. Ninguno es de corte "conservador", y mucho menos tradicional. PNV y CiU son ambos partidos de centro-izquierda liberal (por declaraciones propias). Y yo me pregunto como se puede ser de izquierdas o liberal-"progresista", fomentar la llegada masiva de inmigrantes, ignorar la religión, moral, tradiciones e historia del pueblo al que se dice defender y al mismo seguir definiéndose nacionalista.
El payaso Carod-Rovira debe haber llegado a la misma conclusión y no se considera tal, sino "independentista", termino que trae consigo cierta dignidad y prestigio, por lo que creo mucho más acertado el de separatista o secesionista.
Por otra parte algunos de estos falsos "nacionalistas" no son totalmente separatistas o más bien no se atreven, por su intrínseca hipocresía, a proclamar abiertamente su aspiración a la secesión, por lo que habría que llamarlos pseudo o semi separatistas.
Última edición por Rodrigo; 10/12/2008 a las 14:17
El nacionalismo viene del concepto de nacer en algún sitio concreto. Y ya lo usaban así los romanos, pero no en sentido político, para ello hay que esperar al Siglo XIX. Voy a reproducir una cita de un libro que recomendaré después:
"El nacionalismo es un comportamiento etnocéntrico que se generaliza en el Siglo XIX como respuesta populista a los problemas internacionales causados por un desarrollo industrial desigual entre territorios.
Tiene una connotación importante, la defensa de lo propio. Como tal, la tienen todos los países, los hegemónicos y los gradualmente subyugados..."
Este fragmento abre el debate recogido en el libro que he mencionado citar. Dicho debate se llevó a cabo en unas jornadas del Seminario de Investigación para la Paz entre 1992 y 1993. La autoría del texto citado es de Ángela López, entonces Profesora Titular de Sociología de la Universidad de Zaragoza.
La referencia bibliográfica completa es:
Los Nacionalismos VVAA Seminario de Investigación Para la Paz, CENTRO PIGNATELLI (Ed.) Colección ACTAS 24. Editado por la Diputación General de Aragón, Departamento de Educación y Cultura. ISBN 84-7753-442-X
El Centro Pignatelli está (supongo que allí seguirá) en el Pº de la Constitución 6 E-50008 Zaragoza, siendo su supuesto teléfono todavía (976) 21 72 17.
El libro contiene una serie de ponencias, todas de profesores universitarios y especialistas, hasta un total de 24 expresadas a través de 493 páginas. Tratan principalmente de lo que se ha planteado en este hilo: los nacionalismos periféricos en España, aunque también tocan otros muchos aspectos. Se podrá estar de acuerdo o no, evidentemente, con las opiniones vertidas, pero lo que no se puede negar es que conforma una síntesis seria de la cuestión.
Os sugiero que lo compréis, pues no será un dinero tirado. ¿Cuál es su coste actual? Pues no puedo responder porque yo lo compré en 1994, pero creo recordar que pagué como unas 3.000 ó 4.000 pesetas, o sea el equivalente a 18 ó 24 €. Es posible que hoy tenga un coste algo superior, pero no creo que mucho más. Por cierto, que yo lo compré vía telefónica directamente al Centro Pignatelli, pues es posible que sea complicado encontrarlo en librerías.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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