La cruz celta aparece hacia el siglo V, con la conversión al cristianismo de los celtas -tribu indoeuropea habitante del norte de Hispania, la Britania y las zonas noroeste de Galia y Germania- por parte de apóstoles como Santiago o san Patricio. En ese momento se produjo la unión de la cruz con el círculo, en un ambiente general de sincretismo y unión religiosa en el que la religión druídica se fusionaba en parte con la católica, especialmente a partir del nombramiento de los primeros sacerdotes celtas.
El círculo de la cruz es un símbolo solar, aunque hay otras interpretaciones. Esto tendría que ver con el mito céltico del rey Bran, señor del sol, aunque existen tradiciones más antiguas que le sitúan como divinidad de las olas y el mar. Este dios gigante está representado por una cabeza, pues pidió al morir que le decapitaran y que su testa fuera enterrada en la Colina Blanca de Londres, desde donde protegería a las islas si seguía sin ver la luz.
Marcadores