Tomado de Los Signos del Anticristo de Ricardo de la Cierva.
El Secreto de la Palabra Perdida
LAS MASONERIAS, SECRETOS MULTIPLES
La Masonería es una sociedad secreta. Como tal ha sido condenada por muchos Papas y como vamos a ver, continúa condenada hoy, pese a los efugios en que la Masonería y los masones tratan de devaluar y ocultar esa condena. Antes de entrar en este cuarto libro, cuyo contenido resultará seguramente una sorpresa mayúscula, incluso para varios de mis lectores que están ya acostumbrados a mis reflexiones en torno a la secta, deseo plantear una hipótesis de trabajo para orientar al lector, con la esperanza de que, al final de este conjunto de estudios, el lector considere que esa hipótesis queda probada y por lo tanto convertida en tesis. Es la hipótesis de las Dos Masonerías a la que veladamente aludo al hablar hace poco de «Masonería Total».

La Masonería es tentacular y múltiple. Su primer movimiento ofensivo, durante la Ilustración del siglo XVIII, se lanzó contra la Iglesia católica y contra quienes entonces eran sus principales defensores, los jesuitas. Conseguida la expulsión y la extinción de la orden ignaciana, la Masonería prosiguió su cometido permanente contra el Infame -Cristo y su Iglesia- apenas disimulado con el recurso a una palabra solemne, la secularización que consiste en arrancar a la Iglesia, recluida todo lo más en sus templos, de toda influencia social. Eso significaba la identificación de la Masonería con la Igualdad en el siglo XVIII -la supresión de los privilegios del clero, traducida muchas veces como supresión del clero-, la identificación de la Masonería en el siglo XIX con el liberalismo radical y anticristiano, y la conexión de la Masonería en el siglo XX con la Internacional Socialista, a través del ideal común de una y otra que es precisamente la secularización.
Mientras continuaba a través de los tiempos y los siglos su línea principal, que consiste en esas identificaciones, la Masonería intervenía de una u otra forma en todos los movimientos que pudieran hundir al cristianismo: el Marxismo, la Primera Internacional Anarquista, la Internacional Socialista, las nuevas sectas anticristianas que brotaron del teosofismo, la Nueva Era... Más aún, junto a la Masonería histórica, responsable de todas esas actividades, ha de detectarse y analizarse una segunda Masonería todavía más oculta, que podríamos calificar como Masonería del Poder, a la que conviene buscar como núcleo e impulso de muy diversos movimientos de nuestro tiempo, como los relacionados con el proyecto mundialista, que sería inútil calificar como apolítico y aséptico en materia religiosa. Hay, pues, según la hipótesis de trabajo que estamos desbrozando, dos Masonerías en nuestro tiempo: la Masonería ritual, desplegada, como hemos indicado, a través de su conjunto de obediencias y su red de logias a lo largo de los tres últimos siglos; y la Masonería Profunda, todavía más secreta, que junto con la anterior integra lo que llamamos Masonería Total. Una y otra tienen sus secretos, que tratamos de desvelar en los capítulos que siguen, desde una nueva óptica.
EL GRAN SECRETO DE LA PALABRA PERDIDA
En mi libro de 1994, El triple secreto de la Masonería, que, agotadas ya tres ediciones, he presentado nuevamente, con algunas mejoras, en el publicado por la misma editorial Fénix en 1999, La Palabra perdida, he reafirmado la realidad de lo que muchos masones niegan cínicamente: la existencia y vigencia de los secretos masónicos, confirmados por un solemne juramento que se expresa en cada uno de los grados y se refiere precisamente a la obligación de no revelar lo que se trata en las logias, así como el contenido de los rituales con que se organizan y celebran los «misterios» de la Masonería, que ofrecen huellas indudables de los misterios antiguos tan extendidos en el mundo romano y helenístico. El explicable secreto profesional de la Masonería operativa -la discreción absoluta sobre los métodos del Arte arquitectónico- adquirió después, en la Masonería especulativa, un carácter simbólico que no puede consistir en simples vacuidades si no queremos acusar a los masones de emplear su tiempo en naderías sin significado alguno. Por ejemplo, las deliberaciones y decisiones masónicas sobre la política de persecución y proscripción contra la Iglesia católica en el campo de la enseñanza, de la que ya hemos hablado ante las definitivas investigaciones de la profesora Dolores Gómez Molleda, constituían un secreto celosa y eficazmente guardado, que sólo ha podido desvelar la tenaz investigación de la anterior Rectora de la Universidad de Salamanca, medio siglo después de los hechos. Y los rituales de los cuatro grados que acepta la Gran Logia de Inglaterra hoy no se han podido conocer, ni de lejos, en España, hasta que, con la guía certera de Walton Hannah, yo mismo los he encontrado, traducido y revelado en los libros que acabo de citar, y en los que voy a apoyarme para presentar este capítulo