Carteia, una colonia romana en el estrecho de Gibraltar
En la década de 1950, los arqueólogos sacaron a la luz los restos de una próspera ciudad fundada por los fenicios en el siglo VII a.C.
Artículo de Lourdes Roldán Gómez. Universidad Autónoma de Madrid, Historia National Geographic nº 120
Foro de Carteia. Escalinatas que conducen a la plaza en la que se encuentra el templo republicano de Carteia, cuyo podio mide 18 x 24 m de lado. Jeronimo Alba / Alamy / ACIEn la desembocadura del río Guadarranque, al fondo de la bahía de Algeciras, la antigua ciudad de Carteia mira hoy, como lo hacía en la Antigüedad, hacia el estrecho de Gibraltar y al continente africano. Fundada por los fenicios, engrandecida por los cartagineses y convertida luego en una brillante colonia romana, en los comienzos de la Edad Media Carteia prácticamente desapareció. Su historia fue recuperada progresivamente gracias, sobre todo, a las excavaciones arqueológicas realizadas en la finca del cortijo del Rocadillo (San Roque, Cádiz), a partir de la década de 1950.
Antes de que se localizaran sus restos arqueológicos, la existencia de Carteia era conocida por las referencias de numerosos escritores griegos y latinos, que nos transmitieron gran cantidad de datos acerca de su ubicación estratégica en las llamadas columnas de Hércules y su economía de vocación marinera –pesca, salazones, alfarería–, así como sobre los avatares políticos y sucesos bélicos de los que fue protagonista en más de una ocasión.
El rastro de Carteia
Desde el siglo XVI, algunos eruditos y viajeros formularon la hipótesis de que los restos del cortijo del Rocadillo, donde se hallaron monedas e inscripciones, correspondían en realidad a Carteia. Tras diferentes propuestas e interpretaciones de los textos literarios, esta identificación quedó establecida en el siglo XVIII.
Por esa época empezaron a hacerse rebuscas, tanto en Carteia como en su entorno, para satisfacer la demanda de los coleccionistas, sobre todo gibraltareños. Fue así como, en la segunda mitad del siglo XVIII y a principios del siglo XIX, se encontraron algunas piezas valiosas en las necrópolis situadas en las proximidades de Carteia. Por ejemplo, en el «huerto del gallo» se halló en 1840 el llamado «tablero de mármol», con relieves de bucráneos (cráneos de buey) y guirnaldas, y en 1927 apareció un sarcófago estrigilado (decorado con símbolos en forma de «S»), también de mármol, que se conserva actualmente en el museo de Cádiz. Algunos viajeros y militares ingleses del siglo XVIII, como John Conduit o Francis Carter, hicieron también referencia a hallazgos de monedas, piezas de mármol o vasos de cerámica.
Pero la huella de la antigua Carteia no se limitaba únicamente a los objetos que iban emergiendo del subsuelo. Quedaban también a la vista algunas estructuras que los viajeros y eruditos del siglo XVIII representaron en dibujos y grabados, como los restos de un teatro, de la muralla o de un embarcadero a orillas del río. Atraído por estas noticias, a principios del siglo XIX un almirante inglés, sir Charles Penrose, hizo algunas excavaciones en el lugar, que fueron divulgadas por un gibraltareño, con el seudónimo de Calpensis, en un artículo publicado en 1816 en una revista de Londres. El texto iba acompañado de un plano en el que se reflejaban los edificios visibles.
Sin embargo, hubo que esperar a la década de 1950 para que se iniciara la primera excavación arqueológica de carácter científico. Su protagonista fue Julio Martínez Santa-Olalla, un arqueólogo que había completado su formación en Alemania entre 1927 y 1931, lo que le permitió familiarizarse con metodologías aún poco aplicadas en España, como la fotografía, tanto documental como aérea, que utilizó en sus excavaciones. En 1939, gracias a su buena relación con algunos miembros del Gobierno franquista, fue nombrado Comisario General de Excavaciones, y unos años después se interesó por la ciudad de Carteia. Gracias a su cargo, en 1952 logró una importante subvención de 35.000 pesetas de la Comisaría General de Excavaciones Arqueológicas para la provincia de Cádiz. Empezó las excavaciones en Carteia al año siguiente, cuando recibió también una subvención del Ayuntamiento de San Roque.
Las últimas campañas
Los trabajos de Martínez Santa-Olalla y de sus sucesores marcaron el inicio de un nuevo acercamiento a Carteia, que con el tiempo permitiría corroborar o desechar muchos datos procedentes de las fuentes literarias; por ejemplo, se pudo descartar del todo la errónea identificación de la ciudad con la mítica Tartessos. En la década de 1970, las excavaciones de un equipo de la Universidad de Sevilla, bajo la dirección de Francisco Presedo, permitieron desenterrar la mayor parte de los edificios que hoy están visibles. Finalmente, desde los años noventa se vienen realizando investigaciones por parte de la Universidad Autónoma de Madrid, con mayor continuidad y metodologías más modernas. Gracias a las excavaciones realizadas en el área del antiguo cortijo del Rocadillo se ha podido documentar que la ciudad republicana se superpuso a la púnica tanto en el área religiosa como en la muralla.
En definitiva, estos trabajos han permitido reconstruir la evolución histórica completa de la ciudad, desde su fundación por los fenicios en el siglo VII a.C. y el gran impulso que experimentó en época púnica, especialmente bajo el dominio de la familia Bárquida, hasta la culminación de su desarrollo urbano a partir de la fundación de la Colonia Libertinorum Carteia, ya en tiempos de la República romana.
Para saber más
Julio Martínez Santa-Olalla y el descubrimiento arqueológico de Carteia (1953-1961). L. Roldán y J. Blánquez. UAM, 2012.
Carteia III. Memorial. L. Roldán y J. Blánquez. Madrid, 2011.
La túnica de Neso | Departamento de Latín IES La Senda Quart de Poblet
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