Estrecho de Gibraltar

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Cantaba “Maita vende cá” aquello de “Peñón de Gibraltar, primero fue el tabaco y después qué te voy a contar…”.
Con todo, Vázquez de Mella profundizó mucho en esta cuestión a través de los Dogmas Nacionales. Burdamente resumimos: Lusofilia, hispano-americanismo y el norte de África que fue hispano desde romanos tiempos, gobernándose la Tingitana desde la Bética mucho antes del muy reciente nacimiento del sultanato alahuí. Como punto álgido del planeta, pareciera que Dios nos lo puso bien claro para referirnos que ahí radica nuestra llave, nuestra grandeza y nuestro derecho.
Pues bien, las dos orillas del Estrecho se están riendo de nosotros. La marina del imperio británico tirotea contra banderas españolas, pero no lo hace muy chulescamente, no, lo hace como quien agrede a alguien que no se va a defender. Gibraltar no es sólo un paraíso fiscal, sino que extiende sus tentáculos por Cádiz y por Málaga, cuando no es por aeropuerto ilegal es a fuer de empresas fantasmas. También en blanqueo del dinero de la droga, y en eso entramos con, por ejemplo, el despotismo marroquí, el cual aprendió muy bien la lección desde que invadió el Sáhara con prostitutas, mendigos y algunos agentes de la CIA. La actuación de Juan Carlos inaugurando su jefatura estatal fue….Como sigue siendo, ahora llamando a su “hermano pequeño”. Ahora que hay jaleo en Melilla. La pregunta es cuándo no lo ha habido. Cuándo aquella tiranía islamista aliada de Estados Unidos va a dejar de reclamar algo que nunca le perteneció, cuándo va a dejar de invadir el Sáhara Occidental o cuándo la Union Jack va a dejar de usurpar aquella bella tierra que fue obsequiada con blasón propio por los Reyes Católicos. El problema es que nos tememos una respuesta negativa. El ejército ha sido desmantelado, la política exterior es un desastre, la economía del país se tambalea vertiginosamente…¿Qué nos podemos esperar? Eso sucede en esta nuestra castigada España que actúa como si Blas de Lezo, Bernardo de Gálvez o Santiago de Liniers nunca hubieran existido; como si tampoco hubieran existido aquellos valientes muchachos argentinos que plantaron cara en las Malvinas.
Pero no todo está perdido. Aquí estamos los carlistas, aquí y ahora para defender a España, como un pasado en marcha que promete la novedad de la Tradición a través de la boina roja, la bandera roja y gualda y la cruz de San Andrés, contra caciquismos, partidismos y demás ralea que nos están vendiendo traicioneramente a nuestros enemigos. No señor, ya lo dijo Mella, España no puede morir, aún no se ha extinguido la raza.
Marquês de Almedina
Tags: Gibraltar, Melilla, Vazquez de Mella