Barcelona: Aflora bajo el mercado de Sant Antoni un nuevo tramo de la Vía Augusta romana
Restos de pavimento, roderas de carro y una cama sepulcral, entre los hallazgos | Pertenecía al ramal costero de la primera ‘carretera’ de la Península
Arqueólogos trabajando en el tramo de Vía Augusta romana hallada bajo el Mercado de Sant Antoni Emiliano Hinojo (CODEX)La intervención arqueológica bajo el mercado de Sant Antoni, en el Eixample de Barcelona, ha permitido confirmar la presencia extramuros de una vía sepulcral romana, correspondiente al ramal costero de la Vía Augusta durante el Alto Imperio. Los hallazgos están muy bien conservados, según ha informado este miércoles el Servei d’Arqueologia de Barcelona. A parte del camino pavimentado, han aparecido varias roderas que habrían marcado los carros romanos y estructuras de elementos cercanas, como un sillar que podía haber sido utilizado como quicio de una puerta.
La actual fase de obras, fruto de la reanudación de los trabajos de remodelación del Mercado, empezó este mes de febrero y está dirigida –como las anteriores– por el arqueólogo Emiliano Hinojo García (CODEX-Arqueología y Patrimoni). Las excavaciones realizadas durante 2012 y 2013 ya permitieron documentar la actividad agrícola y residencial en la zona entre los siglos I y XIX, a través de los restos de una masía del siglo XVI que se derribó en 1644 para construir el baluarte defensivo que precedió al mercado.
A finales de 2013 ya se localizó un pequeño tramo de vía romana del siglo I dC, en el patio abierto de la calle Borrell. Los restos fueron cubiertos temporalmente por la necesidad de ejecutar toda la losa de apuntalamiento del nuevo mercado y en previsión de excavar en extensión durante la nueva fase de los trabajos. Con la nueva campaña de excavación ya se han documentado y excavado 12 metros de los 50 que podrían conservarse por debajo del glacis del baluarte de Sant Antoni, así como nuevas estructuras, cuya función no ha sido posible determinar por ahora.
Cultura funeraria romana
“Sí que se puede avanzar, sin embargo, que se trata de una vía sepulcral”, asegura el Servei d’Arqueologia, que recuerda que “a lo largo del Alto Imperio se enterraba fuera las ciudades, al lado de los caminos, tanto si eran incineraciones como inhumaciones”. La localización de un un posible mausoleo del siglo I dC ha hecho llegar a esta conclusión a los especialistas, que han recuperado restos de marfil decorados y alterados por el fuego, en lo que parecen ser los restos de una cama funeraria.
La bibliografía de la época detalla que este tipo de camas se fabricaban con materiales como bronce, plata, oro, marfil, concha, hueso, madera o hierro, en función de la clase social del difunto. Para los romanos, la cama funeraria era el lecho del fallecido durante el velatorio y el transporte hasta la necrópolis. Con frecuencia era quemado junto al cuerpo en el ritual de incineración, lo que explicaría las evidencias de alteración por fuego en los restos de marfil hallados. Además, coincide con una cama parecida que se encontró en la intervención arqueológica de las Drassanes de Barcelona en 2010 y 2011.
Ambos restos refuerzan la tesis que existió una importante necrópolis junto a la vía de entrada a la ciudad romana de Barcino, cuyo trazado que se correspondería con los tramos documentados entorno a la calle del Hospital: en la plaza de Sant Agustí –donde se documentó otro mausoleo de los siglos II-IV dC–, en la iglesia de Sant Llàtzer de la calle del Pedró y en la plaza de la Gardunya, tras la Boquería. Los trabajos continuarán durante los próximos meses para continuar la documentación de esta vía de acceso y la necrópolis romana de la ciudad de Barcino.
La túnica de Neso | Departamento de Latín IES La Senda Quart de Poblet
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