Los enigmas del Port de Tarraco

Un equipo de investigadores de la Universidad de Southampton sondea calles de la Part Baixa para radiografiar el subsuelo y buscar pistas e indicios de la zona portuaria de la época romana



El equipo investigador de la Universidad de Southampton: Kristian Strutt, Peter Wheeler, Stephanie Blankshein y Julieta Flores. Foto: Lluís Milián
Fuente: Jordi Cabré | Diari de Tarragona 07/11/2015


¿Cómo era el puerto romano de Tarraco? ¿Cuántos hubo durante los casi nueve siglos de Imperio? Estas preguntas a día de hoy tienen difícil respuesta entre los arqueólogos e historiadores. La falta de estudios que expliquen la cronología de la transformación de la fachada marítima de la ciudad durante aquellos siglos ha motivado la necesidad de ir confirmando o matizando los diferentes estudios que se han efectuado a lo largo de los años.

Con estos parámetros, el Institut Català d’Arqueologia (ICAC) y el Ayuntamiento de Tarragona recibieron hace meses una petición de la Universidad de Southampton para poder sondear calles y espacios abiertos del barrio del Port con el fin de complementar un proyecto de carácter europeo donde se investigan diferentes zonas portuarias romanas con el objetivo de conocer mejor este aspecto del Imperio, desde el punto de vista de ingeniería, comercio, navegación…

El equipo británico ya ha estado en varias ciudades de Turquía, Italia, Túnez en este primer año de proyecto (termina en 2018) y ahora aterriza en Tarragona, la primera parada en España. Cádiz podría ser la siguiente, asegura Kristian Strutt, el investigador responsable del proyecto en Tarragona.


Chalecos reflectantes


Un carrito con georadar incorporado, metros y metros de cable amarillo eléctrico para recopilar datos a través de impulsos eléctricos y chalecos reflectantes. Esta es la imagen, repetida en varias calles y plazas de la Part Baixa: Plaça dels Carros, calles Cartagena, Lleó, Misericòrdia, Castaños y Vapor durante estas dos últimas semanas.

Este equipo con doctorandos de la Universidad de Southampton, dirigido por Simon J. Keay, lideran un proyecto europeo «cuya finalidad es la prospección geofísica de las calles de la Part Baixa de la ciudad con la voluntad de conocer la configuración portuaria en época romana», aunque las técnicas utilizadas estos días no discriminan otras cronologías posteriores en esta zona de la ciudad.

Tras estos primeros días de recopilación de datos (y aún queda una tercera semana para terminar la estancia en Tarragona), Strutt explica que «en estos momentos, con el trabajo realizado en estas dos semanas, no tenemos pruebas relevantes de si la ciudad tenía un gran puerto o bien éste nació de pequeñas infraestructuras».

Las imágenes del georadar y del tomógrafo de resistencia eléctrica (ERT) han permitido conocer diferentes composiciones de los sedimentos ubicados en el subsuelo de estas calles de la Part Baixa e «imágenes de estructuras o muros que no podemos precisar qué son y de qué época eran», añade el investigador, que cuenta con un equipo de trabajo formado por tres doctorandos: Peter Wheeler, Stephanie Blankshein y Julieta Flores.


La ‘radiografía’


La importancia del georadar y del tomógrafo utilizado por este equipo de investigación permite trabajar sin necesidad de excavaciones en esta zona urbana de Tarragona.

El equipo inglés remarca que las técnicas utilizadas permiten conocer qué hay debajo del asfalto sin necesidad de perforar calles y plazas. Esta técnica ha ocasionado leves molestias de cortes de tráfico, pero admiten los doctorandos que los vecinos han respetado el trabajo y han comprendido las molestias puntuales.

El equipo de investigadores no ha iniciado este escaneo del subsuelo del barrio del Port a ciegas. El ICAC y el Ayuntamiento de Tarragona habían preparado el terreno una vez conocida su petición. Y por ello se les facilitó toda la información disponible sobre el conocimiento del puerto de Tarraco. Así, los investigadores cuentan con una planimetría arqueológica de Tarraco que permite acotar las zonas donde sondear. Además, la misma trama urbana actual ha delimitado los trabajos en plazas, calles y zonas públicas.

«Debemos aprovechar los espacios abiertos de la ciudad, acotar la información facilitada por Tarragona para buscar más pistas y crear nuevas vías para obtener información», explica Kristian Strutt.


Igual que en la Catedral


Las técnicas utilizadas por la Universidad de Southampton son exactamente las mismas que se llevaron a cabo para buscar el templo de Augusto, en el recinto de la Catedral. Hasta que no se conoció la información que tenía el subsuelo del actual templo, no se acotó en qué zonas de la Catedral se podía excavar y verificar con la prospección arqueológica si los datos del georadar y el tomógrafo correspondían con las hipótesis.

La misma técnica se aplicará a la Part Baixa de la ciudad. Los datos que se obtengan de este trabajo del equipo inglés se cederán al Ayuntamiento y al ICAC para que puedan utilizarlo para nuevas líneas de investigación: excavaciones. Aparte, el consistorio obtendrá una documentación valiosísima de este trabajo universitario: podrá utilizar la información arqueológica para futuros planeamientos urbanísticos.


Contexto histórico


La bahía portuaria histórica se emplazaba a los pies de los acantilados de Tarraco entre la actual Plaça dels Carros y el entrante originado por la desembocadura del río Francolí. Corresponde a la franja de la fachada marítima de la ciudad romana que daría la bienvenida a los que llegaban a Tarraco por mar, la vía más utilizada para desplazarse en esta época.
A partir del siglo I aC ya se empezó a poblar el espacio con almacenes y construcciones asociadas a las tareas portuarias, pero un siglo más tarde convivirán con edificios de función distinta, como por ejemplo el teatro y unas termas públicas que desplazarán las áreas de almacenamiento a puntos más periféricos, dando un uso más lúdico y de realce de gran capital de provincia en el marco del Imperio romano.

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