Un paseo de 88 metros por 2.000 años historia y algún tesoro oculto en León

Los soldados romanos de la Legio VI Victrix cercaron León levantando una muralla de madera que se fue fortificando hasta las guerras carlistas, una defensa de dos mil años de historia por donde se podrá pasear en 2016, cuando sea restaurada, no sin antes desvelar tesoros ocultos en el subsuelo.




León recuperará en 2016 un tramo de 88 metros sobre la muralla de origen de romano, con dos mil años de historia, para lo que será preciso realizar trabajos de restauración y catas arqueológicas en las que, además, se espera hallar un campanario medieval como principal “objetivo”. EFE
Fuente: EFE | YAHOO Noticias 15/11/2015


León, 15 nov (EFE).- El Ministerio de Fomento ha concedido al Ayuntamiento de León una partida de casi 800.000 euros para que se pueda pasear por 88 metros de la muralla romana, aunque antes, a lo largo de este mes de noviembre, se realizarán catas arqueológicas con un “objetivo”, ha relatado a Efe el arqueólogo municipal, Victorino García.

En el lugar en el que se realizarán los trabajos, en el tramo entre la Casona de Puerta Castillo, el Convento de las Clarisas y en Los Cubos, hay posibilidades de descubrir la cimentación del campanario de la iglesia original de Santa Marina, una construcción de finales del siglo XII, coetánea o, incluso, algo anterior a la catedral.
“Se ve ahora la escalera de piedra pegada. Tenemos documentación donde se menciona en el lugar un cenobio dependiente de San Isidoro”, ha afirmado García que, sin embargo, considera que en esas catas no se espera encontrar otros restos destacables.
El fin de esos trabajos, además de acondicionar la zona para impulsar el proyecto de muralla por la que se pueda pasear, es el de llegar al “núcleo romano salvo que, por el medio, apareciera algo que lo impidiera”, después de haber localizado “restos de algún pavimento anterior”, puede que no de época romana, pero quizá sí medieval.
León tuvo cuatro fortificaciones en la época romana, además de la cerca del Burgo, de época medieval, que representaría la quinta.
Fueron los primeros romanos en llegar a lo que hoy se conoce como la bimilenaria ciudad de León los que levantaron el primer muro, una cerca leve de piedra que construyó la Legio VI Victrix sobre la que, después, en el año 74 d.C., la Legio VII Gemina asentó una fortificación “más sólida”.
A finales del siglo III se construyó la “gran muralla tardorromana” en la zona de la Carretera de los Cubos, que serviría de base para la muralla de la ciudad medieval que hoy se conserva.
El núcleo de la cerca de origen romano está compuesto de cal y canto, mientras que para las caras exterior e interior se utilizaron bolos de río y diversos tipos de aparejo, como hiladas de bloque irregular de cuartiza, a veces cintados de ladrillo y otros materiales que llegaban de otras construcciones.
La muralla está compuesta, por tanto, de piedras que habían llegado del campamento militar romano más antiguo, restos de construcciones como el anfiteatro cuando entró en proceso de derribo, lápidas y otros elementos pétreos con significado, ya que se han encontrado inscripciones funerarias, dedicadas a los dioses o los próceres.
“Era común la destrucción de construcciones de alto imperio. En este caso los propios tardorromanos emplean estos materiales porque son edificios que no tienen el significado que tuvieron dos siglos antes”, ha detallado el arqueólogo municipal.
La construcción ha sufrido en los últimos 1.700 años varios “procesos de refortificación y de restauración que han afectado a su fisonomía primitiva” ya que, incluso, algunos de los cubos de la muralla se alzaron ya en época medieval.
La última fortificación data de la época de las guerras carlistas mientras que, a partir del siglo XIX, se llevó a cabo el proceso de demolición de algunos cubos y de otros elementos de la muralla para “hacer más anchas las calles”, ha referido el arqueólogo de la ciudad.
Dos milenios después, León es un “caso excepcional”, junto con otras ciudades, como Lugo o Ávila, que también conservan sus murallas.
El recinto que las fortificaciones romanas y medievales delimitan en León es, sin embargo, mayor que en esas dos capitales, aunque sí es cierto que está peor conservada que la que pueden disfrutar lucenses y abulenses.
Pero, además, León pretende contar el próximo año con un tramo de 88 metros para pasear por el mismo lugar por el que hacían guardia los soldados romanos que custodiaban la fortificación y que, desde lo alto de los cubos, contemplaban el horizonte, vigilantes, por si el enemigo acechaba.

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