Me presento como primera intervención en este foro, el cual visito desde hace 3 años, especialmente desde que se clausuró el Ateneo Falangista.
Siento un gran aprecio por las ideas de Jose Antonio, pero hay un punto que supone una gran divergencia: Soy monárquico y defenderé la corona como hicieron los que derramaron por ella la sangre que fluye por mis venas.
Pertenezco a una familia de tradición militar e hidalguia, cuyos pasos pienso seguir en cuanto acabe mi carrera.
Siempre me he sentido muy apegado a las tradiciones y me he sentido fuera de lugar en una época que me resulta extraña, un tiempo donde aún cuando invoco al honor, la lealtad, el amor a la patria y el sacrificio por ella, solo obtengo por parte del vulgo respuestas jactanciosas y mofas ante los valores con los que se identifica mi ser.
Pero que hacer... sumirse ante la voluntad de la turba ignorante y engañada, traicionándome a mi mismo, vendiendo mi honra por un poco de aceptación social o bien mantenerme íntegro en la senda que me marcaron mis ancestros.
La elección no fue fácil, pero escogí la senda de la dificultad, del aislamiento y la reflexión frente al hedonismo que hoy nos rodea.
Por este motivo y tras numerosas lecturas de los asuntos debatidos en estos foros puedo estar confiado de que aqui encontraré buenas gentes que aun sepan apreciar lo realmente importante, buenos hombres que si llegara el caso hicieran honor a la hermosa cita de Tácito:
"Honesta mors turpi vita potior".
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