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Nacido en la muy noble y leal ciudad y puerto de Santa María de los Buenos Ayres en 1.960. Orgulloso hijo de Españoles, con sangre gallega, fabricado en Argentina, con el mejor material importado que se puede conseguir en el mundo, mi madre de Lalín, Pontevedra y mi padre de Celanova, Ourense, ambos ya fallecidos en éstas tierras australes. Incondicional de la Madre Patria en todo momento y lugar. Católico Apostólico y Romano, hace treinta años realicé el Cursillo de Cristiandad y todavía sigo en el camino, hace unos años estoy más cercano al tradicionalismo casi de Monseñor Lefevbre. Para más datos, tengo tatuado en el lado izquierdo del pecho la Cruz de Santiago Apóstol, en el lado derecho La Cruz de Borgoña, la del Imperio y en el hombro derecho la Cruz Celta Gallega. Me gusta la historia, la religión, el motociclismo, la aviación, todo tipo de armas, la cinofilia, la tauromaquia (se poco y aprendo en el poco material que hallo). Conozco apenas el idioma gallego y me agradaría poder aprenderlo, pero No Soy Separatista. Mis padres me enseñaron a amar el Reino de España ese en cuyo Imperio nunca se ponía el sol y por añadidura a Galicia dentro de él. Si algún día pudiera viajar al extranjero, por supuesto mi primer destino sería a la Piel de Toro. Espero hacer amigos allende el Atlántico. Antes de registrarme estuve varias veces husmeando el foro y me gustó mucho, lo considero muy bien informado y se nota el amor de los integrantes a la gualda y oro. Saludos desde Argentina, el viejo Virreynato del Río de la Plata. Jorge, o Guerreiro Galaico.-
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Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
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