Re: Monseñor se presenta

Iniciado por
Monseñor
Rodrigo, amigo. Tengo una foto de Hitler saliendo de Misa tradicional. Fué educado en el catolicismo, al igual que Himmler, aunque es verdad que luego su fe se corrompió y si, Pio XII creía que estaba endemoniado y lo exorcizó. Pero Hitler tenía razón en muchísimas cosas. Hay que separar el grano de la paja, muchos católicos le apoyaron, y su idea de lo que debe ser una Europa libre del sionismo y del marxismo, así como de razas extrañas, sigue vigente, precisamente hoy mas que nunca.
Si claro, y habría que reconocerle milagros y declararlo ya ¡santo, santo, santo! muerto está y bien muerto. Por mucho que se empeñen algunos, fue lo que fue y gracias a él y sus enemigos de entonces hoy tenemos lo que tenemos. Cuéntele esas milongas a las familias de los setenta millones de muertos, los millones incontables heridos, tullidos, enfermos sin curación, desplazados, gentes que perdieron todo. Claro fue cosa de los aliados, pero no de Hitler y los suyos, fueron los aliados los que atacaron e invadieron países como Polonia o Austria sin que mediara agresión alguna previa y que justificase un acto de defensa. Pero ya estamos otra vez, una vez más, en este foro teniendo que rechazar los típicos argumentitos neo-nazis en un sitio que no lo es, justificando lo injustificable pues si culpables fueron unos, culpables fueron los otros, mezclando las churras con las merinas, que si a caballo entre Franco y Hitler, aunque 72 años después de la muerte de uno y 42 del otro, sin más relación entre ellos que el encuentro de Hendaya, ni más conexión ideológica que la meramente circunstancial de la coetaneidad de ambos en medio de las tendencias de aquellos años, con unas ideosincrasias totalmente diferentes y unos intereses dispares.
Además, el nacionalsocialismo es tan extranjero y ajeno a nosotros como el marxismo, también alemán ¡qué curioso! y el sionismo húngaro. Por supuesto, ya el temita de la raza canta el alirón, como si en España no haya habido íberos, celtas, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, suevos, alanos, vándalos, visigodos, árabes, judíos, italianos, franceses, ingleses, alemanes, suizos y hasta japoneses (en Sevilla y mestizados). Hablar de la raza aria es hacerlo del sexo de los ángeles, o sobre las meigas, discurso absurdo, sin base ni fondo desde que existe eso que se llama genética de poblaciones.
Por último, el lugar de contarnos esos rolletes, muy vistos y sobados, mire en los fondos del sitio donde estos temas se han tratado hasta la saciedad, así que nada nuevo bajo el sol de Hispanismo.
Última edición por Valmadian; 21/04/2017 a las 06:18
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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