Bodas de Plata, 26.03.1952. Cine Avenida (1).jpgCena en Teatro Chico, 25.04.1953 (5).jpgFachada de El Salvador.jpgMasa Coral en Los Sauces.jpgLuis Cobiella, Director de Honor de la Masa Coral.jpgLA ANTIGUA «MASA CORAL»
DE SANTA CRUZ DE LA PALMA
(Retazos históricos en la prensa local
durante su primera etapa: 1917-1936)
La «Masa Coral» de La Palma nació gracias a la iniciativa de Elías Santos Rodríguez (1888-1966), un gran aficionado a la Música.
La que llegó a ser considerada como una de las entidades culturales más populares e importantes de nuestra Isla, también puede preciar en ser la más antigua de Canarias en lo que a voces mixtas se refiere. Recordemos que, por ejemplo, el Orfeón La Paz de La Laguna, fundada aproximadamente en torno a 1917 –como la palmera-, era sólo de voces masculinas.
Don Elías cursaba estudios de ingeniería civil en Inglaterra como miembro del City and Guids of London Institute’s Technical College de Finsbury. Debido a la guerra europea, tuvo que quedarse en Santa Cruz de La Palma por no ser posible su desplazamiento a Gran Bretaña. A la espera de la resolución del conflicto bélico, durante varios años permaneció en su domicilio familiar. Durante esta estancia “obligada” tuvo una brillante idea: formar una masa coral. Su extraordinaria inquietud musical había sido fomentada desde la cuna por sus padres, el célebre entomólogo palmero Elías Santos Abreu, y su madre, María del Rosario Rodríguez Pérez.
La sociedad palmera aplaudió esta iniciativa y, rápidamente, un grupo de jóvenes y no tan jóvenes se pusieron a la disposición de Elías, director artístico de la coral.
Los duros ensayos de esta agrupación tenían lugar en el Teatro Chico.
En 1918 tuvo lugar su presentación al público en otro teatro, el Circo de Marte. Un extraordinario concierto que resultó ser un rotundo éxito para todos sus componentes y también un triunfo personal para su creador. Las piezas musicales interpretadas fueron de Chapí, Fernández Caballero, Mascagni, Offenbach y Vives.
Recordemos los nombres de aquellos primeros veintisiete componentes:
- Tiples primeras: Manuela Pérez Pérez, María Hernández, María Sánchez, Isabel Brito, Asunción Díaz Sicilia y Antonia Morales.
- Tiples segundas: Dolores Hernández Acosta, Zeneida Felipe Rodríguez, Amelia Morales y María Dolores Sanjuán.
- Tenores primeros: Guillermo Castro Ramos, Avelino Acosta Guión, Fidelio Cabrera Algarradas, Buenaventura de León Carballo, Ricardo Nieto González y José Francisco Ramos.
- Tenores segundos: Manuel Álvarez López, Gregorio Lorenzo Ramos, Gregorio Gómez Hernández, Francisco Cruz Sicilia y Blas Afonso Vidal.
- Bajos: Celestino Cabrera Marrero, José Pérez Rodríguez, José Domingo Ventura, Hipólito Lorenzo Mederos, Augusto Brito Ferraz y Antonio Guardia Espinosa.
Precisamente este último, Antonio Guardia, había destacado en esta coral por su extraordinaria voz, tanto de potencia como de timbre. A ello se añadía unas especiales condiciones para la declamación, lo que hizo que desde los comienzos de la agrupación fuera considerado una figura de relieve en las numerosas actuaciones que se iban sucediendo. Fueron muchas las veladas artísticas en las que el grupo participó, así como en célebres espectáculos de las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen. Fue autor de un monólogo lírico-dramático titulado Más que amor, que interpretó siempre con éxito. También escribió varios poemas: Un triunfo más, Desengaño, Materialismo, A Voltaire, Indiferencia, Anochecer… Llevado por sus inquietudes políticas, consiguió la presidencia de la Agrupación Socialista de La Palma.
Elías Santos regresó a Londres en 1919 para seguir con sus estudios. Por ello, la actividad de la Masa Coral quedó interrumpida unos años, hasta su regreso. Una vez en la capital palmera, Elías llevó a cabo su labor docente como director y profesor del Colegio Santa Catalina y de profesor de inglés en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Cruz de La Palma.
Desde su llegada, se había destacado sobremanera en el terreno musical, desempeñando una exquisita y meritoria actividad. Volvió a organizar su querida agrupación coral y se constituyó en su pilar artístico. Ahora se le dio carácter legal como asociación registrada bajo la denominación de Sociedad Coral de Santa Cruz de La Palma. El registro tuvo lugar en el Gobierno Civil de Santa Cruz de Tenerife el 10 de marzo de 1927. Tres días después quedaba constituida la primera Junta Directiva presidida por Manuel Sánchez Rodríguez. Contaba entonces con 129 socios: 65 artísticos y 64 protectores. El Tiempo, el 17 de enero de 1928, publicaba: “Número de socios en la actualidad: 147: 71 protectores y 76 artísticos…”
El Reglamento de la Sociedad Coral de Santa Cruz de La Palma (como se denominaba en él) consta de siete capítulos que amparan 36 artículos. En el desarrollo de los mismos, se detalla:
- su objeto, régimen y organización (finalidad complementaria: cultivar el arte de la Música en todos sus órdenes; domicilio social: casa núm. 37 de Álvarez de Abreu; régimen: a cargo de una Junta directiva para lo administrativo y económico y de un Director artístico para lo puramente técnico…)
- sus socios: artísticos (de carácter obligatorio), protectores (no obligatorios) y de mérito (distinguidos por la sociedad por su servicio relevante); cupo ilimitado en número y género; la edad mínima se fija en quince años y la cuota mensual en dos pesetas al mes; etc.
- su Junta General: su composición (socios de las tres clases exceptuando los menores de edad); su competencia, sesiones (ordinarias y extraordinarias), citaciones y formas de hacerlas…
- su Junta Directiva: su composición (un presidente, un vicepresidente, un secretario, un tesorero y un director artístico); aptitud para los cargos, provisión de vacantes, tomas de posesión, atribuciones, convocatorias, obligaciones…
- su procedimiento interno en las sesiones: apertura, elección de la Junta directiva; examen y aprobación de cuentas; turnos y votación…
- distribución del producto de las funciones a los socios artísticos (75% del producto líquido que se obtenga de las funciones en caso que no se destinase en un fin benéfico o “patriótico”); inversión de los descuentos (procurando dedicarla a fines benéficos)
- su capital social: bienes que lo constituyen (fondos en metálico procedente de cuotas, donativos y 25% de lo recaudado en las entradas; instrumentos, obras musicales, enseres, muebles… adquiridos por la sociedad; reparto de los mismos: siempre entre los socios que tengan más de seis meses de antigüedad, descartando a los expulsados o que hayan causado baja…
- como disposiciones adicionales se tiene en cuenta la reforma del reglamento y la disolución de esta sociedad, ambas mediante Junta General extraordinaria.
La infatigable creatividad artística y buen quehacer del componente y entusiasta aficionado Elías Santos lo llevó a componer varios Carros Alegóricos y Triunfales en honor a Nuestra Señora de Las Nieves, Patrona de La Palma, para las Bajadas Lustrales de 1940 (junto con su hermano Domingo), 1945, 1950 y 1955. También compuso dos poemas corales, Aires palmeros y Romance y Aires de Lima. A estas composiciones se añadió una gran cantidad de arreglos para música coral. Es autor del Himno a la Bandera de la Masa Coral y de varias y notables adaptaciones para voces solas de obras tan interesantes como Cantos Canarios, del gran músico tinerfeño Teobaldo Power; dos Danzas noruegas y La muerte de Ase de Grieg; Largo religioso de Haendel; Canción sin palabras de Tschaikowsky, etc.
Entre las obras más importantes que ha cantado, además de las mencionadas adaptaciones, merecen ser citadas algunas otras: Elías, de Mendelsson; Stabat Mater, de Rossini; El Mesías de Haendel… todas ellas acompañadas por orquesta. Una de las primeras actuaciones extraordinarias fue el Miserere de la Semana Santa de 1927.
Como obras de voces solas destacaban: Tantum ergo, de Victoria; De romería, de Sáenz de Adana; y un extenso repertorio de obras de Millet, Vives, Serracant, Guridi, Morera, Aparicio, Nicolau, Larregia, Otaño, etc.
El flamante Teatro Circo de Marte de la capital palmera sería testigo de excepción del nuevo debut de la Masa Coral. Tuvo lugar el día 15 de julio de 1927. Fue todo un éxito. Numerosas pruebas de cariño e interés se sucedían imparables por parte de numerosos aficionados espontáneos. El palmero demostró ser un pueblo amante de este tipo de audiciones. De esta manera, desde 1928, y ante la insistencia popular, se incluyó en la programación la representación de numerosas piezas de un género tan querido y famoso como la zarzuela. Así, se sucedían las escenas de Doña Francisquita, La Tempestad o La Viejecita. Previamente se había tenido en cuenta todos los detalles para la confección de los vestidos de época. Se producía así una perfecta ambientación.
A este respecto, el Diario de Avisos publicaba el 7 de febrero de 1928: “La Sociedad Coral de esta ciudad tiene el gusto de poner en conocimiento del público, por medio del presente aviso, que el jueves próximo, a las nueve de la noche y en el Circo de Marte, se celebrará el primer concierto correspondiente a la actual temporada, con un programa, que oportunamente se pondrá en circulación, en el que a lo selecto de las obras que habrán de ser interpretadas se unirá la puesta en escena, con trajes adecuados, de la mayor parte de los números, debiendo advertir a este respecto, que, no obstante los crecidos gastos que tan atractiva innovación ha ocasionado a la Sociedad, los precios de las localidades continúan siendo muy reducidos…”. Cuatro días más tarde, El Tiempo editaba con todo lujo de detalles la actuación de la noche anterior: “Un triunfo más tiene que apuntarse la Masa Coral, que está llevando a cabo una hermosa cruzada en pro de la cultura artística de esta ciudad y los aplausos clamorosos, entusiastas, que escuchara anoche, le demostrará a su inteligente e infatigable director, Don Elías Santos Rodríguez, alma y voluntad de la Masa Coral, que sus esfuerzos no han sido vanos y que el público también sabe corresponder a los sacrificios que por él se hacen. Nuestros aplausos y nuestra enhorabuena a todos, con el deseo que el acto de anoche se repita pronto…”
El Tiempo (4 de marzo de 1928): “Perseverando en su propósito de imprimir la mayor actividad posible a sus tareas artísticas, la Masa Coral ha preparado un nuevo concierto […] Para que las personas de la ciudad y del interior de la isla que no tuvieron localidad en los conciertos de febrero, puedan conocer los números de más éxito que fueron interpretados en aquellos, se repetirán el brindis de la “Viejecita”, el coro de románticos de “Doña Francisquita” y el dúo de la “Revoltosa” […]”
El Tiempo (29 de marzo de 1928): “[…] En el dúo de Bohemios, de Vives, se hizo admirar una vez más la señorita Francisco, que el martes hizo un esfuerzo y un sacrificio grandes, cantando obras de tanta fuerza como ésta con una afección a la garganta y logrando, gracias a sus grandes facultades, que nadie se diera cuenta de ello. Muy bien la señorita Tula Felipe, que sabe cantar y además es una artista que pisa la escena sabiendo lo que hace […] El sábado se proyectaba repetir el concierto, pero se ha desistido de ello hasta que las señoritas Francisco y Bermejo se encuentren restablecidas.”
El Tiempo (11 de julio de 1928) anunciaba: “Esta noche celebrará la Masa Coral de esta ciudad, que dirige el inteligente Maestro Don Elías Santos Rodríguez, el último concierto de la temporada, que a juzgar por los encargos de localidades que se han hecho, promete estar tan concurrido como los anteriores. El programa ofrecido es selectísimo”. Justo un mes antes, el mismo periódico detallaba el sexto concierto de la Coral en el Teatro Circo de Marte: “Como resumen podemos decir, que la fiesta del sábado fue un triunfo más merecidísimo de la Masa Coral y de su insuperable director, Don Elías Santos Rodríguez, que está haciendo una admirable labor de difusión artística, al mismo tiempo que descubre y forma un plantel de cantantes, que pueden dar días de gloria a su patria chica […] La Masa Coral honra a La Palma y todos debemos interesarnos en fomentarla y darle vida y así como se subvencionan y apoyan otras instituciones de cultura, el Cabildo y el Ayuntamiento deben subvencionarla, para que llegue a alcanzar la robustez que todos deseamos”.
El grupo llegó a actuar en varios lugares de La Palma contribuyendo de forma desinteresada a realzar las fiestas patronales, etc. Fue muy sonada su actuación extraordinaria en las fiestas de Los Remedios de Los Llanos en 1928, 1929 y 1932.
Es curioso cómo El Tiempo (Santa Cruz de La Palma, 2 de julio de 1929) narraba el comienzo de la visita de la coral a Los Llanos: “… A las ocho de la mañana partió la alegre caravana de la Avenida de Cuba. Delante, abriendo marcha en un coche de turismo, iban el presidente, el director artístico, las primeras partes y algunos directivos de la importante agrupación artística. Le seguían varios autobuses que parecían grandes canastillas de flores en movimiento, con las bellas tiples acompañadas por otras señoritas; más atrás, el elemento masculino de los coros y, por último, cerrando el cortejo, un autobús con la impedimenta: músicos y periodistas mal humorados, a quienes se confió la delicada misión de recoger el polvo que por la carretera iba levantando la caravana…” Un año antes, el mismo rotativo informaba que “el trayecto hasta Los Llanos transcurrió entre ingeniosas bromas, chistes y canciones, sin que hubiera que lamentar ningún incidente desagradable. Al filo del medio día entró en Los Llanos la caravana, recibida con millares de cohetes…”
Numerosas invitaciones comenzaron a llegarles desde varios puntos del Archipiélago. El Tiempo (9 de noviembre de 1928) escribía un artículo sobre este particular: “Terminadas ya las acostumbradas vacaciones veraniegas, durante las cuales y por razones harto conocidas, esta agrupación artística ha permanecido en forzosa inactividad, sin serle posible siquiera el haber accedido al insistente y entusiasta llamamiento de la Comisión organizadora de los festejos del Cristo de La Laguna, para que, con ocasión de ellos, se dieran a conocer en la Ciudad de los Adelantados nuestros justamente famosos coros, tenemos entendido que está a punto de reanudar sus trabajos, no abandonados, en realidad, durante aquellas vacaciones…”. Efectivamente, permanecieron abiertas, sin interrupción, las clases de solfeo de la Sociedad, “aprendizaje convenientísimo para los cantantes que, de generalizarse, abreviaría grandemente la preparación de los conciertos, y ha sido aprovechado este tiempo, por otra parte, para adquirir partituras de nuevos coros, arreglar particellas de voces e instrumentos, copiar papeles, etc…”
Manuel Henríquez Pérez escribía un artículo (recogido por Sixto Manuel en su obra sobre la coral) en el que se leía: “La Bajada de la Virgen de 1930 reveló al Archipiélago canario que La Palma poseía un excelente conjunto coral. Era el producto de la constancia de buenos aficionados y del trabajo incansable de su Director don Elías Santos Rodríguez…”
En la Bajada de 1930 se produjo la esperada Coronación Canónica de Nuestra Señora de Las Nieves en la Rambla de Cuba ante más de veinte mil personas. La Masa Coral cantó la Salve y experimentó una de sus actuaciones extraordinarias más multitudinarias y emotivas. Esto constituyó su “espaldarazo artístico”.
Domingo Acosta Pérez escribía en la prensa: “Un día juniero de 1930 tuvo lugar la coronación canónica de la Virgen de Las Nieves. En ese mismo día y en ocasión de tan solemne acto, la Masa Coral cantó magistralmente la Salve de Esnaola. Dos acontecimientos que se engarzan en el tiempo y en la distancia, ya que la imagen morena no ha cesado de proteger a la agrupación, ni ésta ha visto disminuir su fe…”
El Diario de Avisos, el 23 de junio de 1930, dedicaba grandes elogios al primer y segundo concierto de gala de la Masa Coral durante la Bajada de la Virgen. Ambos tuvieron lugar en el abarrotado Teatro Circo de Marte de la ciudad. Este periódico no cesaba de informar a sus lectores sobre todos los actos. Existía una especial predilección por las noticias que generaba la Masa Coral. Así, por ejemplo, se publicó una nota de redacción en la que se leía: “…de las reseñas de las representaciones del Carro Alegórico así como de los conciertos de la Masa Coral nos ocuparemos en los días sucesivos, no habiéndolo podido efectuar antes a causa de los días de asueto concedidos a este personal del Diario y también por el exceso de originales acumulados. Nuestros lectores sabrán perdonar estos inevitables retrasos…”
Una semana antes, el mismo periódico hacía público un acuerdo alcanzado por la Junta Directiva de la Sociedad Coral para sus socios. En la nota se desarrollaba la idea de que era preciso que los socios y sus familiares dejaran butacas libres del Teatro para que todos aquellos visitantes, los más posibles, pudieran tener la dicha de disfrutar de los conciertos de gala, puesto que “a ello obligan las leyes de la hospitalidad, siempre guardadas por nuestro pueblo…” De esta manera no se convertirían en audiciones privadas: “… además, cree la Directiva debe facilitarse a los forasteros la ocasión de que escuchen a la Masa Coral, orgullo de esta ciudad”. En compensación al sacrificio que para los socios supondría la cesión de este derecho, se acordó que se hiciera un descuento de cincuenta céntimos al precio de la localidad personal de los protectores.
Volviendo al primer concierto de la Bajada de 1930, el presidente de esa entidad artística, Juan Martín Pérez, entregó al orfeón un magnífico estandarte, emblema de la Masa Coral. Había sido “bordado con gusto y arte por las primorosas manos de la distinguida Sra. doña Emilia Morales, Vda. de Pinto de la Rosa”. El concierto se inició precisamente con el estreno de: A la Bandera del Orfeón (Himno): 6 voces mixtas.
“Bandera danos aliento
Tu abanico tricolor
Si erguida sales al viento
Igual que un grito de amor.
Nuestro canto te precisa
Y al lucir tu majestad ¡Majestad!
Un beso de libertad.
Bandera danos aliento
Tu abanico tricolor
Si erguida sales al viento
Igual que un grito de amor.
Para el arte pregonera
Sin mácula has de ondear
Bandera que inspiras nuestro cantar.
Noble bandera despliega
Tu abanico tricolor (bis)
Siempre en la lírica brega
De la paz y del amor (bis)
¡Oh, noble bandera!”
Fue compuesto sobre una letra original del poeta palmero Domingo Acosta Guión. Henríquez Pérez diferencia en este himno tres partes bien diferenciadas: “1ª Tema brillante y enérgico que inician todas las voces simultáneamente […]; 2ª Parte central, de movimiento más lento, que calificaríamos de “trío”… […]; 3ª Las voces masculinas presentan un tema de marcha triunfal […] y el final, de sonoridad extraordinaria, donde las notas larga de tiples y tenores modulan hacia el registro agudo en grandioso “calderón”
Para darse cuenta de la importancia que llegó a tener en la sociedad de entonces esta agrupación coral, baste tan sólo un solo ejemplo. La prensa informaba de que, en el acto multitudinario de la Subida de la Bandera de la Virgen al Castillo de La Encarnación, “tras las secciones de los niños de las Escuelas públicas con sus respectivas banderas, al frente de las cuales iban los maestros, a continuación la Bandera de la Masa Coral de esta Agrupación Artística, seguía la Bandera de la Virgen, extendida horizontalmente…”
J. Delgado continuaba su artículo en la prensa local escribiendo la siguiente sugerencia y premonición: “sigan los simpáticos orfeonistas su señalado progreso, pero no deban limitarse a esta población. Se está en condiciones de ir a otras islas del archipiélago para darse a conocer, y, desde ahora, auguro a esta entidad artística, que el exitazo sería una realidad”.
El día 16 de julio de ese año la Masa Coral arribó al muelle de Santa Cruz de Tenerife. Allí fue recibida con todos los honores por el alcalde de la ciudad y los presidentes del Cabildo Insular, de las Mancomunidades del Valle de La Orotava y la Provincial. Estas entidades impusieron corbatas al estandarte de la Masa coral.
Aparte de estos corbatines, el estandarte artístico también está galardonado con los del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, el de la Colonia palmera en Tenerife, el del Excmo. Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma y el del Círculo Mercantil de Las Palmas.
La prensa local se hizo eco de esta efeméride publicando un jocoso poema salido de la pluma del famoso humorista “Nijota”.
“Después de un viaje ideal,
Clara luna, mar en calma,
Llegó la Masa Coral
De Santa Cruz de La Palma […]
[…] Con admiración sincera,
Muy en serio, nada en guasa,
¡Saludo a La Palma entera
Con las manos, en la Masa!”
Musa cómica, “Nijota”.
Tras la presentación tenida los días 17 y 18 de julio en el Teatro Guimerá de la capital provincial, el grupo se dio cuenta del éxito obtenido. No sólo los espectadores presentes en los sendos festivales demostraron con sus ovaciones su gran aceptación, sino que también los transeúntes por las calles tinerfeñas les ofrecieron muestras de simpatía, cariño y admiración. A todo ello se unió el largo catálogo de artículos publicados en la prensa local.
Los periódicos tinerfeños, por ejemplo, publicaban estos artículos:
“La fama no había mentido, ni siquiera exagerado. La Masa Coral de La Palma, dentro de la molestia con que los aficionados que la integran se presentan, constituye un muy excelente conjuntos artístico, en el que la nota que preferentemente la distingue es la afinación y el exquisito gusto con que los cantantes de ambos sexos dan vida a sus interpretaciones líricas… Diremos tan sólo, como un resumen de todo el concierto de anoche, que la Masa Coral de La Palma es una agrupación artística que no sólo honra a la isla hermana, sino que puede servir de ejemplo a todas nuestras islas, como expresión de lo que llega a lograrse cuando a la afición y al entusiasmo se unen el esfuerzo y la constancia…”
La Gaceta de Tenerife, (18 de julio de 1930)
“El espectáculo constituyó, como era de esperar, un verdadero acontecimiento, tanto por la calidad de los elementos que intervinieron en él, como por la especial índole, alcanzando, en la realidad, un valor superior verdaderamente a cuanto se había previsto. La Masa Coral, desconocida antes en Tenerife, es un magnífico orfeón, que por su composición y clase de los elementos que lo integran, merece ser considerado como una excelente agrupación artística, digna de figurar entre las mejores de su clase. Tanto por el mérito indudable y competencia indiscutible de su director, cuenta con elementos sobrados para destacarse y demostrar la existencia de un valor evidente…”
La Prensa, (18 de julio de 1930)
“Los dos conciertos que en el Teatro Guimerá dio la Masa Coral de Santa Cruz de La Palma –anoche y anteanoche- constituyeron dos triunfos concluyentes, definitivos, que el público saboreó y supo elogiar y aplaudir ruidosamente… En resumen, dos conciertos maravillosos de los que este público guardará imborrable y gratísimo recuerdo… “
El Progreso, (19 de julio de 1930)
La prensa grancanaria también publicó varios elogios a la agrupación palmera, tras la brillante recepción que se le tributó en el muelle de Las Palmas y las magníficas representaciones que tuvieron lugar los días 20 y 21 de julio del mismo año. En esta ocasión, el escenario fue el Teatro Pérez Galdós.
“No es cosa frecuente la existencia de un orfeón por estas sociedades atlánticas. Muchísimo menos frecuente es un orfeón de un volumen artístico comparable a la masa coral que anoche oímos encantados y maravillados en la escena del Galdós… Debemos rendirle justicia aunque sea para nosotros motivo de alegría y pesar a la vez… Alegría por ellos, tristeza por nosotros, por nuestra indolencia y desamor a la música. La Masa Coral de La Palma nos ha dado una lección de inquietud artística y espiritual”.
El Mercantil Canario, (21 de julio de 1930)
“Los dos conciertos dados en el Galdós por la Masa Coral de Santa Cruz de La Palma constituyeron un acontecimiento artístico regional del que se guardará imborrable recuerdo en esta ciudad… “
El Defensor de Canarias, (21 de julio de 1930)
“No es la Masa Coral de La Palma un orfeón cualquiera. Es algo definitivo, que admira y subyuga al auditorio, a la vez que honra sobremanera, como ya en otras ocasiones hemos dicho, a los que a ella pertenecen y al pueblo palmero que la cultiva y la cuida”.
El Defensor de Canarias, (26 de julio de 1930)
El fallecido cronista de la capital palmera, Pérez García, al referirse a estos textos tan elogiosos por parte de los periodistas canarios de ambas provincias, decía lo siguiente: “… sin embargo, a la generación actual de la población de La Palma debe satisfacerle tener conocimiento del éxito del orfeón palmero que enorgullece con razón a los hijos de aquella isla y sus conciertos que han constituido dos exponentes de cultura musical, en que la Masa Coral de la Palma ha demostrado que puede la voluntad al servicio del Arte…”
Henríquez Pérez también mencionaba en su artículo el éxito obtenido en la gira canaria: “el éxito fue completo y emocionante. Todos los que, directa e indirectamente tomaron parte en él, lo rememorarán con ternura y con una sonrisa melancólica. Todavía hablan, saborean y recuerdan los públicos de Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife y La Laguna su asombro, magnificado al conjuro de la batuta de don Elías Santos cuando arrancó de la gargantas de sus huestes la maravilla, disciplinada y perfecta, de su versión coral de los Cantos Canarios de Power”.
Desde Gran Canaria, el grupo regresó a Tenerife. Los dos esperados y aplaudidos conciertos tuvieron lugar en el Teatro Leal de La Laguna y en el Parque Recreativo de Santa Cruz de Tenerife. El primero –que tuvo lugar el 22 de julio a las 21:30- fue anunciado como “Único y extraordinario concierto” y el segundo –a la misma hora del día siguiente- como “Concierto Popular de Despedida”. Tras esta última actuación, la coral se dirigió a pie hacia el muelle de la ciudad. Pérez García nos informaba de que “la marcha por las calles santacruceras constituyó una verdadera manifestación popular, con la banda musical al frente y el inmenso gentío que acompañó durante el recorrido hasta el puerto”. Crítica, prensa, público y entendidos coincidían en que estaban ante “una verdadera agrupación, la más valiosa en su género en Canarias, la primera, por no decir la única…”
Domingo Acosta Pérez también se hacía eco de este extraordinaria expedición por la región: “La prensa de la época recoge con entusiasmo y admiración tales actuaciones, singularmente hablando de la partitura que desbordó el entusiasmo de los auditorios: Los Cantos Canarios de Teobaldo Power. Estos cantos exquisitos, arreglo coral del maestro D. Elías Santos y que no sólo arrancó multitud de atronadores aplausos, sino que muchos espectadores acudieron al escenario en busca de los violoncelos que les pareció oír en ciertas fases del concierto. ¡Tal había sido la perfección de los ejecutantes y la sabia elección de las voces…”
Para acompañar a la agrupación en este periplo canario fuera de La Palma, llegó desde Madrid una antigua componente: Micaela Francisco. Había sido la única que había emigrado para perfeccionar su voz. “Dotada de una magnífica voz de tiple ligera, de timbre sonoro y armonioso, la pensionó el Cabildo Insular para estudiar en el Conservatorio Nacional de Música y Declamación, donde fue alumna aventajada de la soprano Ángeles Nieto”. Pérez García continuaba explicando que había sido en el Teatro Circo de Marte donde la diva se presentó ante sus paisanos, acompañada al piano por una de las alumnas del maestro Cubiles, Ángeles Pérez Martín. Había tenido un sonado éxito en su debut en el prestigioso Teatro María Guerrero, de Madrid. La Guerra Civil había truncado una exitosa carrera que había iniciado junto a una compañía de arte lírico que recorría parte de la Península. Luego se dedicó a la opereta y otros géneros, para luego retirarse definitivamente de toda actividad artística.
El Tiempo (24 de marzo de 1928), al igual que la prensa de la época, se deshacía en elogios :”…y finalmente, el dúo de Cossette y Pelagia, de Bohemios, cantado por las Srtas. Tula Felipe y Micaela Francisco, número en el que esta última tendrá ocasión de lucir sus excepcionales facultades, terminándolo con un mi bemol sobreagudo, nota maravillosa que sólo pueden emitir contadas mezzo-sopranos de ópera, después de prolongados estudios de canto, por ser tono y medio más aguda que el do de pecho, y, en este caso, una octava por encima de la nota de la partitura…” Para darnos una idea de la importancia que tuvo esta voz femenina en el seno de la Masa Coral, leamos lo que se publicaba en el mismo periódico cinco días más tarde: “El sábado se proyectaba repetir el concierto, pero se ha desistido de ello hasta que las señoritas Francisco y Bermejo se encuentren restablecidas”.
La entidad palmera, a la vista de las facilidades y atenciones recibidas en ambas islas, había decidido nombrar varios Socios de Mérito. Fueron: Pedro López y Martín-Romero, Apeles Díaz San Luis, por la preparación y organización de los viajes en Tenerife; Francisco Bonnín Guerín, Presidente del Círculo de Bellas Artes de la capital; Ramón Baudet Grandy, dueño del Parque Recreativo; Juan de la Cruz Martín, empresario del Teatro Leal; Federico de León Santanach y Felipe Suárez Falcón, del Círculo Mercantil de Las Palmas, por la organización del viaje a Gran Canaria; Emilio Ley Arata, gerente de la Compañía de Vapores, por haber puesto un buque a disposición del grupo entre ambas islas capitalinas (trayecto Las Palmas- Santa Cruz); y Emilia Morales, viuda de Pinto, por haber bordado el estandarte de la agrupación.
Desde su constitución, la excelente Sociedad Coral estuvo sosteniendo y dirigiendo gratuitamente una academia insular de canto y música, subvencionada desde 1931 por el Cabildo palmero. Otras entidades que contribuyeron a su mantenimiento ese mismo año fueron: el Ayuntamiento capitalino y el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes.
En 1932, celebrando el quinto aniversario de la coral, se rindió un sentido homenaje a su director don Elías, por “su perseverancia y abnegado desinterés al frente de la agrupación, entregándole en ese acto el nombramiento de socio de mérito…” (Massieu González, 1932)
Llegó a contar con 78 componentes: 11 sopranos, 12 contraltos, 16 tenores primeros, 12 tenores segundos; 14 barítonos y 12 bajos. Encabezaba siempre la lista el prestigioso director, el aplaudido músico Elías Santos.
Cuando celebraba su V Aniversario, en 1932, la Masa Coral, de voces mixtas, la constituían 32 cantantes femeninos y 57 masculinos, que, en su mayoría, venían formando parte desde su fundación. Su repertorio ya abarcaba desde obras clásicas, folklóricas, sacras, directas o arregladas de autores nacionales, locales y extranjeros.
La Masa Coral palmera regresó a las citadas islas en 1933, con un éxito igual o superior al obtenido tres años antes.
“Nada tan elevado ni tan meritorio para la isla hermana, como su Masa Coral, exponente artístico el más destacado hoy en el Archipiélago”.
La Prensa de Tenerife, (1 de julio de 1933)
“No acertamos a loar en la justa medida el esfuerzo que ha requerido constituir, en el breve recinto de una isla canaria, y más concretamente dentro del estrecho marco de su capitalidad, una agrupación coral de tan alto rango como la que ahora nos visita”.
El Defensor de Canarias, Las Palmas, (26 de junio de 1933)
En La Palma, continuó siendo la base para realizar los espectáculos y los diversos actos de la Bajada de la Virgen. Fue invitada en veladas artísticas y celebraciones religiosas. Como novedad, se había añadido varias voces foráneas para representar a los personajes solistas.
Luego, la agrupación pasó por temporadas de poca actividad y con escasa participación en actos culturales y artísticos. Henríquez Pérez argumentaba que, una de las causas de su declive y posterior desintegración había sido la guerra, “que llevándose las voces masculinas, azotó nuestra Patria durante tres años”. Antes de 1936, sus últimos conciertos “ya en pleno proceso de descomposición, tenían acentos funerales”. Fue una corta carrera, teniendo en cuenta el período que nos ocupa (1927-1936). El propio secretario del orfeón escribía: “El estudio de las causas de dicho hundimiento casi vertical, al cabo de su corta pero brillante carrera, por su complejidad y delicadeza, no corresponde a este lugar. La Coral quemó sus alas en la llama ardiente de su propio triunfo exterior”.
Fueron varios los intentos de rescatarla, de incorporar nuevas voces para “nutrir las filas de los muertos y ausentes”, de ensayar nuevas obras, de imprimir más energía e ilusión en los diferentes proyectos, pero “pronto la desidia de unos, el aburrimiento y la indiferencia de otros, ahogaron la renaciente promesa de la Masa Coral”. Henríquez Pérez continuaba: “…no hubo tiempo para nada. Como si una maldición o un poder oculto se interpusiese, la Coral andaba errante y para efectuar sus ensayos pasó por la Obrera y por el Teatro Chico”. La esperanza de algunos veteranos en que como “moderna ave fénix resurgirá de sus cenizas”, siempre estuvo encabezada por la fe del maestro Santos Rodríguez y del eficaz y valioso Rodríguez Méndez, verdadera y simpática institución de la Masa Coral.
Jaime Pérez García terminaba así su artículo sobre esta magistral agrupación: “Es de esperar que esta sociedad, que actualmente cuenta con una nueva Junta Directiva, tome las medidas oportunas que fomenten el interés de su director, don Elías Santos Pinto, hijo del anterior, y de todos sus componentes, a fin de que la Masa Coral de La Palma vuelva a ocupar el lugar que le corresponde en el ambiente cultural y artístico del Archipiélago, por sus méritos y su historia”
Gregorio Gómez terminaba su emocionado artículo con las siguientes palabras: “¡A cantar! Cantemos, que tanto a los veteranos como a los nuevos componentes permítome ofrecerles la reflexión mil veces recordada, que en el predio hogareño un profesor ilustre, un benemérito del arte, don Antonio Rodríguez Méndez, nos hizo un día: «Volquemos entera el alma en la Música, ya que ella es una de las pocas cosas por las que vale la pena vivir lo que nos queda de vida»”
Andrés Rodríguez Méndez no podía faltar como colofón de este humilde artículo, resumidísimo de todo lo acontecido en aquella primera etapa de la Masa Coral palmera. Tampoco podríamos olvidarnos de los dos primeros presidentes de esta Época de Oro: Manuel Sánchez Rodríguez y Juan Martín Pérez; los ayudantes en los ensayos: Domingo Santos Rodríguez y Antonio Ortega Rodríguez; al primer secretario y promotor de la Sociedad Coral: Eduardo Ortiz Redondo; a los cantantes y socios protectores “y, con letras de oro, a Don Elías Santos Rodríguez. Todos crearon la Institución Artística que más renombre le ha dado, y sigue dándole, a la Isla de La Palma”. (Sixto Massieu, 1988)
NOTA:
En 1936 la Masa Coral se desarticuló por completo, aunque la Sociedad de la cual dependía siguió viviendo “de manera pasiva”. En 1940 y en 1942 aquel cuerpo coral intentó reagruparse, pero nuevamente esta tentativa fracasó por varias razones. Por fin, en noviembre de 1950, se restauró dicho organismo, compuesto por 100 voces mixtas, “en virtud de una labor preparatoria de propaganda paciente y bien organizada”. Todo apuntaba a que este resurgimiento fue debido al esfuerzo impulsor y organizador de Sixto Massieu, apodado por sus amigos “el entusiasta”. La coral se presentó a su público, por propia iniciativa, en la Plaza de España de la capital, durante la Semana Santa de 1951, interpretando los motetes O vos omnes y Dextera Domini, en versión coral del recordado y sempiterno maestro Santos… Pero esto ya pertenece a la segunda etapa de esta extraordinaria “sociedad de arraigo y solera en nuestra Isla”.
BIBLIOGRAFÍA
ACOSTA PÉREZ, Domingo. “Bodas de plata artísticas…”, Diario de Avisos (29 de marzo de 1952)
BABEL, Leonardo. “El Concierto de la Coral”, El Tiempo, (4 de marzo de 1928)
HENRÍQUEZ PÉREZ, Manuel. “De la Sociedad Coral. 1951: Un año de labor reorganizadora”, Diario de Avisos, (22 de enero de 1952)
MASSIEU GONZÁLEZ, Sixto Manuel. La Masa Coral de La Palma, Gobierno de Canarias, 1988
PÉREZ GARCÍA, Jaime. “Una sociedad de 66 años de existencia: la Masa Coral de La Palma”, Suplemento dominical de El Día, (19 de junio de 1983)
V.V.A.A. – Santa Cruz de Tenerife: La Gaceta de Tenerife, (18 de julio de 1930); La Prensa, (18 de julio de 1930), (01 de julio de 1933); El Progreso (19 de julio de 1930); - Las Palmas de Gran Canaria: El Mercantil Canario, (21 de julio de 1930); El Defensor de Canarias, (21 y 26 de julio de 1930),(26 de junio de 1933); - Santa Cruz de La Palma: Diario de Avisos, (febrero, 1928), (junio –julio, 1930), (29 de marzo de 1952); El Tiempo, (17 de enero de 1928), (11 de febrero de 1928), (9 de marzo de 1928), (24 de marzo de 1928); (11 de junio de 1928), (17 de julio de 1928), (2 de julio de 1929)
Más fotografías de la Masa Coral
Magnífico trabajo sobre la Masa Coral. Sólo quiero puntualizar, que a pesar del olvido tan grande a la que está sometida por parte de autoridades e instituciones, la Masa Coral sigue en la brecha, apenas se ve, en la misa del día de nuestra Patrona la Virgen de las Nieves y poco más, pero de momento no hemos dejado apagar la llama a la espera de tiempos mejores.
Podéis contar conmigo para que os anime si en alguna ocasión sentís desaliento.
"Solo Dios sabe hacer de los venenos remedio".
Francisco de Quevedo
Bienvenido al foro Isidoro.
Esperamos tus aportes.
Felicitaciones por mantener viva la llama del Canto Coral !!!
"Vendrá un tiempo en que no toleraran la sana doctrina...Entonces apartaran los oídos de la verdad ..." (Tim. IV. 3-4).
En estos babélicos tiempos resulta vital apoyar a los que resisten en las catacumbas, para que nuestros oídos vuelvan a estar atentos a la Verdad.
Rescatemos pues la lumbre linguística del canto.
"Alabar es la tarea más digna y más gozosa. Alabar con la palabra cantada de la Iglesia es la forma más perfecta de experiencia religiosa y sobrenatural..."
Este viernes día 6 de mayo, a las 20,30 horas, los amigos de la zarzuela de La Palma, durante un concierto que se celebrará en el Teatro Circo de Marte, ofreceran un homenaje a la MASA CORAL DE LA PALMA, reconociendo su labor durante todos estos años, y confirmando que pese a quien pese la llama sigue viva, la Sociedad Coral de Santa Cruz de La Palma sigue teniendo un corazón que aun late.
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