Pedro González, el canario que inspiró la historia de 'La bella y la bestia' | Cultura Home | EL MUNDO

Pedro González, el canario que inspiró la historia de 'La bella y la bestia'



El cartel de la película de 'La bella y la bestia' cuelga desde el pasado 17 de marzo en las carteleras de cines de todo el mundo. Su proyección ha sido un éxito de taquilla. Solo en su primer fin de semana ha recaudado 170 millones de dólares en EEUU, el doble del presupuesto del filme. Son las cifras con las que se ha estrenado el 'remake' que ha realizado Disney de su película de animación, aquella que llevó al cine en 1991 y que también entonces marcó un antes y un después entre los más pequeños de la casa. La versión que ahora se puede ver en las salas la protagonizan Emma Watson y Dan Stevens, los actores en la ficción de una historia que tuvo personajes reales.

Hay que remontarse hasta 1537, año en el que los investigadores datan el nacimiento de Pedro González, un hombre que padeció hipertricosis congénita o síndrome de hombre lobo, una enfermedad por la que gran parte de su cuerpo está cubierto de pelo. Enrique Carrasco, periodista, investigador y profesor de la Universidad Europea de Canarias, ha estudiado durante más de cinco años la vida de este tinerfeño, cuya historia ha plasmado en el libro 'Petrus Gonsalvus, mi vida entre lobos'. "Se cree que fue hijo de menceyes guanches o de una familia canaria acomodada y que en la isla vivió bajo la protección de religiosos", explica.

Con tan solo 10 años, Pedro fue llevado a Francia, donde convivió en la corte al amparo del rey Enrique II. Explica Carrasco que "seguramente el monarca tendría noticias suyas por marineros y navegantes que hacían escala en las Islas". Su llegada al país galo fue todo un acontecimiento por la extrañeza en aquel entonces de la enfermedad que padecía. "Rápidamente fue integrado en la sociedad francesa y se le buscó un oficio, en este caso, ayudante del panadero real: se encargaba de poner la mesa, los cubiertos y el pan".


Pedro González, que ya en el país galo pasó a llamarse Petrus Gonsalvus, se casó con una joven cortesana llamada Catherine, que se cree era dama de compañía de la reina Catalina de Médicis. Un matrimonio acordado pero que, sin embargo, duró 40 años, y del que nacieron seis hijos, cuatro de los cuales heredaron la enfermedad. Esta historia real fue la que inspiró a la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en 1720 para escribir la primera versión del cuento que hoy conocemos, aunque la versión más conocida y mucho más breve, es la que realiza en 1756, la aristócrata y escritora Jeanne-Marie Leprince de Beaumont.

De Pedro González y su familia se conservan varias pinturas, algunas de cuerpo entero, como la que se puede ver en el Castillo Ambras, en Innsbruck, en Austria. "Durante mi investigación tuve oportunidad de ir a verla. Además, en la parte trasera del Castillo hay una tienda de souvenirs en la que se pueden adquirir postales del retrato de Petrus. En el dorso reza la frase 'Petrus Gonsalvus, el hombre velludo de Tenerife'", asegura Carrasco.

El historiador asegura que el caso de este tinerfeño es el primero que se ha datado en el mundo, "o al menos el primero del que hay constancia escrita, tanto desde el punto de vista histórico como médico".

Para Carrasco, y para muchos investigadores e historiadores, no hay duda alguna de que la historia Pedro y su enlace con Catherine en Francia fue la que inspiró la conocida obra 'La bella y la bestia'. "Hace unos días fui a ver la película y es que no hay dudas, la historia es la de Pedro. Hay muchas coincidencias", apostilla.

Pedro González falleció en 1618, a los 80 años de edad, en la localidad de Capodimonte. Murió el hombre pero nació la leyenda, y con ella los cuentos, y de los cuentos... la bestia.