• Abrahamowicz considera el Concilio como una 'herejía' y una 'cloaca'
  • 'Lo único seguro sobre las cámaras de gas es que se usaron para desinfectar'




El controvertido sacerdote italiano Floriano Abrahamowicz, antiguo responsable de los lefebvrianos, ha vuelto a desatar una polémica al quemar públicamente un libro del Concilio Vaticano II. El cura había sido expulsado con anterioridad del mencionado movimiento por calificar de "cloaca" el mencionado concilio y poner en duda la existencia del Holocausto judío.
El sacerdote quemó el libro en la localidad de Paese, en la provincia de Treviso, tras una ceremonia religiosa en la que el ex dirigente de la Fraternidad San Pío X, fundada por el fallecido arzobispo cismático Marcel Lefebvre, hizo un juramento antimodernista. Concluida la misa dominical, según un vídeo mostrado hoy por el 'Corriere della Sera' en su pagina web, Abrahamowicz y un grupo de fieles se acercaron hasta una hoguera y arrojaron al fuego un libro con el texto del Concilio Vaticano II. "Entregamos a la hoguera a Satanás y su concilio", sentenció el cura italiano.
Según el religioso, este acto habría recibido el visto bueno de un obispo católico, que, sin embargo, no identificó. Abrahamowicz, según se oye en el vídeo, criticó del Vaticano II las declaraciones sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las otras confesiones, afirmando que "aceptar la paridad con las otras religiones es reconocer que todas son medios de salvación, y eso Jesucristo no lo enseñó".
El sacerdote fue expulsado en febrero del pasado año del grupo tradicionalista al considerar al Concilio Vaticano II como una "herejía y una cloaca" y al unirse a las tesis negacionistas del Holocausto. Un mes antes, Abrahamowicz había relanzado la tesis revisionista sobre el Holocausto hecha por el obispo Richard Williamson,uno de los cuatro obispos tradicionalistas a los que Benedicto XVI levantó la excomunión el pasado año. Entonces, el cura italiano afirmó que "la única cosa segura sobre las cámaras de gas es que se usaron para desinfectar".


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Mientras no arda la ciudad de Treviso(la tengo afecto personal), por mi puede quemar todo libro posterior al Vaticano II.


Ya en el Quijote, el cura del pueblo quemó casi todos los libros del pobre hidalgo, para salvaguardarlo de la locura. Este hombre, ha hecho lo mismo, quemar ese libro (espero no sea el último)para salvarnos de la locura implantada por el Vaticano II.