Tema: Mayo, el mes de María

MAYO, EL MES DE MARÍA



Empieza el mes de Mayo. Es el mes de Nuestra Señora y Madre, el mes de la Santísima Virgen María.

Apenas aparece en el Evangelio. Los evangelistas hablan muy poco de Ella. Y las pocas frases de María que los hagiógrafos recogen, todavía resuenan con una fuerza primordial:

"Haced lo que Él os diga" (Juan 2, 5.)

Si quieres progresar en la vida espiritual, amigo, encomiéndate a la Santísima Virgen María. Los más grandes santos se han formado en su escuela de docilidad perfecta a la Voluntad de Dios. Dentro de su Inmaculado Corazón han sido modelados los santos (San Bernardo, Santo Domingo de Guzmán...) para abrazar la voluntad de Dios con el "Fiat" y ser útiles al Reino.

Por su soberana intercesión -Ella es medianera de todas las gracias- Jesucristo todo lo concede. Y por su santa inspiración todas las más grandes empresas prosperan: el Descubrimiento de América, la Evangelización de América... ¿quién duda que fuimos los españoles hijos de María los que lo hicimos impulsados por el soplo de Ella?

¿Y cómo no vivir este mes, dedicándoselo a Ella con el amor de un hijo?

Madre sólo sé decirte que "Te quiero": "Te quiero, María, amparadme y confortadme en todas las horas". Vivo, Madre mía, pensando en Vos en todo momento. Y cuando dejo de pensar en Vos, pues tengo probado lo mucho que adelanta el "enemigo" cuando dejo de pensar en Vos. Teniéndote presente siempre, es difícil equivocarse, y cuesta pecar.

Pero, por mi mucha miseria, vengo a Vos y bajo el peso de mis pecados, ante vuestra Soberana Presencia, tengo que hundir mi rostro en la tierra, pues me siento miserable como un verme ante ese tan inefable y tan santo esplendor de vuestra Gloria. No hay nadie, debajo de Dios, más grande en Santidad que Vos, mi Reina, mi Señora, mi Madre.

Vos, mi Reina, es la Ciudad de Dios, la criatura Inmaculada, sin mancha ni pecado, Purísima. Vos, mi Señora, es el Espejo en que la Santísima Trinidad se complace. Pero, si por Reina y por Señora, tengo que hincarme de rodillas ante Vos, y besar el suelo que pisas, por saber que eres Nuestra Santa Madre me crece la alegría y la confianza... Y es por ello que tengo la firme esperanza de alcanzar la misericordia de Dios, pese a mis muchos pecados.

¡Salve, María llena de Gracia, Terror de los demonios!

Maestro Gelimer

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