“Cristianismos derrotados”, de Antonio Piñero (EDAF, 2007).

Esto figura en el ‘pedigree’ del autor del libro:
Antonio Piñero:Catedrático de la Universidad Complutense, especializado en "Lengua y literatura del cristianismo primitivo"
Editor y traductor de textos antiguos (Apócrifos del Antiguo Testamento; Textos coptos gnósticos de Nag Hammadi, descubiertos en 1945; Hechos apócrifos de los Apóstoles)
Autor de textos sobre Nuevo Testamento y cristianismo primitivo.
Es actualmente uno de los mayores expertos mundiales en la Biblia y los mitos cristianos.

Pero esto otro consta en su formación académica:
Antonio Piñero:Licenciado en FILOSOFÍA PURA – Doctor en FILOLOGÍA CLÁSICA, – Licenciado en FILOLOGÍA Bíblica Trilingüe – Licenciado en FILOLOGÍA CLÁSICA en las Universidades de Madrid y Salamanca).

Hizo el sr Piñero sus primeros pinitos en las ya hace tiempo desaparecidas Ediciones Cristiandad, como ayudante del fallecido profesor (y sacerdote) A. Diez Macho, en la publicación de los “Apócrifos del antiguo Testamento” en 1987: obra con un barniz católico ortodoxo (dentro de lo que cabía) a pesar de la heterodoxia del asunto.
Si el sr Piñero era católico entonces no lo sabemos. Sí sabemos que últimamente se mueve en la más completa heterodoxia, publicando libros sobre literatura apócrifa a diestro y siniestro en el mundillo editorial hispanohablante.
Se conoce que la filosofía pura y la filología que Piñero estudió eran un muermo y es mucho más divertido, fascinante, se hace uno más importante y vende más, sacando libros de descrédito hacia el cristianismo y el catolicismo, aprovechando eso de la "filología bíblica trilingüe".

El autor NO tiene ningún título en Teología; todo lo más aproximado a la Religión de su currículum es ser “licenciado en filología bíblica trilingüe”; lo cual no le impide pontificar desde hace décadas contra la Iglesia y su Historia, eso sí, sólo desde el punto de vista de su idea obsesiva, que versa sobre la importancia de la variedad de escritos y de sectas pululantes en Asia menor hacia los siglos I-III d. C. como opuestas y divergentes al “Cristianismo oficial y autoritario”.
Esa acusación para él resulta demoledora y por lo mismo debe suponer que también para cualquier católico.

Es una pena que sus conocimientos anticatólicos no sean más variados y den para más, porque si al menos supiera Teología, su inquina contra lo católico sería más amena y más diversificados y divertidos los frentes de ataque contra la Iglesia.
Al lector medio de sus obras se le supone un nivel medio de enteradillo-crítico-agnóstico, carente de todo nivel crítico hacia lo misterioso-apócrifo-underground , que acepta a ciegas; y todos los prejuicios e ignorancia hacia el mundo católico y su teología. Ese es el retrato robot del lector-tipo de Piñero y autores similares.

Su libro ‘Cristianismos Derrotados’ (EDAF 2007) no es otra cosa sino una continua velada apología de un supuesto caos cristiano originario; de sectas cristianas disconformes entre sí mismas y frente a otras; presentadas, eso sí, en constante contraposición a la Santa Iglesia naciente entonces, a la que Piñero llama despectivamente “grupo mayoritario” de cristianos”.
El asunto del libro y del autor es sólo este:
que Jesucristo (nada de Hijo de Dios; mero hombre; judío religioso, con hermanos carnales, y crucificado a su pesar: que nunca creyó ser Dios ni por asomo) NO fundó ninguna religión, por lo cual hubo inicialmente muchos ‘cristianismos’, todos igual de válidos (¡por supuesto!), y cada grupito imaginándose a Cristo a su conveniencia y al gusto que marcaban sus líderes (incluidos los papas, se supone)
Esta sería la lista de sectas cristianas, todas igual de válidas para el sr. Piñero:

• Cristianismos que negaban que Jesús fuera Dios: ebionitas, nazarenos.
• Cristianos que negaban a Pablo de Tarso y su doctrina, al que denominaban falso profeta y traidor a Jesús y a la ley de Moisés: el grupo que está detrás de la literatura Pseudo Clementina.
• Cristianismos proféticos en los que la comunidad era regida no por obispos y presbíteros, sino por profetas: montanistas y gnósticos del siglo II.
• Cristianismos que negaban la validez, la verdad o la inerrancia de las Escrituras sagradas: Marción, Pseudo Clementinas, ciertos gnósticos testimoniados sobre todo en los textos de Nag Hammadi
• Cristianismos que negaban la encarnación verdadera de Jesús: docetas, grupos que están detrás de los Hechos apócrifos de los apóstoles
• Cristianos que negaban la resurrección futura: grupos que aparecen mencionados en Pablo (1 Corintios) y en las Epístolas Pastorales
• Cristianismos que promocionaban la independencia de las mujeres: grupos representados por el Evangelio de María Magdalena o por los Hechos apócrifos de los apóstoles
• Cristianismos que negaban el cuerpo y el mundo, es decir, que promovían un ascetismo extremo, y que se manifestaban totalmente contrarios a la vida sexual y al matrimonio. Grupos representados por el Evangelio de los Egipcios, la Epístola del Pseudo Tito, los Hechos apócrifos de los apóstoles
• Cristianismos que promocionaban una vida libre e incluso libertina: gnósticos libertinos criticados por Epifanio (los fibionitas) e Ireneo de Lyon; los carpocracianos mencionados por Clemente de Alejandría

El sr. Piñero reconoce sus limitaciones en materia teológica (ni osa atacar por ese flanco, no es tonto y sabe sus propias carencias); y sólo se basa en la diversidad de sectas y de “evangelios” para su ataque a la Iglesia, por eso se centra en su especialidad: la veneración de los apócrifos y sectas, desconociendo que:
-no le importan nada las tradiciones de los siglos antiguos sobre los Papas (San Pedro en Roma) muy anteriores a las otras sectas “cristianas”;
- ni dice nada sobre los martirios de cristianos –católicos- por los romanos (qué pena que no nos hable sobre otros sectarios “cristianos” martirizados (¿acaso los hubo? ¿sería por que no eran rivales para la religión romana? o sería que eran solo cuatro gatos?)
- ni tampoco nos dice que la tradición de los evangelios canónicos es muy anterior a la de los apócrifos, que él venera (¡¡y qué decir de los bodrios escriturarios gnósticos por los que siente una morbosa fascinación!!);
- y qué decir de comparar a la Iglesia de Pedro, que aglutinó un porcentaje amplísimo y casi absoluto de cristianos, ...con sectas ínfimas y ridículas formadas por un jefecillo –el escritor iluminado de turno y cuatro mentecatos más? (según eso, ¡¡sería algo parecido a equiparar los votos del sistema político actual – 1 sistema con decenas de millones- con 20 movimientos antisistema que no reúnen en total ni 500 votos para deducir que todos eran igualmente válidos y de unos mismos derechos!!)

Por supuesto, que su odio lo es al cristianismo no gnóstico, en general, por lo que se supone que si cualquier otra secta cristiana hubiera triunfado como mayoritaria (“a sangre y fuego” -como él asegura que triunfó el catolicismo-), él la atacaría con la misma saña que a la Iglesia católica actual; y en tal caso, las doctrinas de ésta, minoritarias, serían preciosas a sus ojos.
Y ¡¡hay que ver cómo se le cae la baba cuando trata de la doctrina gnóstica!!; eso de los eones, el Pleroma, Sophia Achamoth, las emanaciones (todo por evitarle al “Dios bueno” ser creador de este “cochino mundo”, imaginando los gnósticos emanaciones descendentes en que la última –Sophia- peca... y crea el Universo; o sea, todo disculpar al Dios-Dios del origen del mal, y situándole bien lejano de él).
Eso le encanta a Piñero y lo debe ver lógico, muy lógico. (No olvidemos que el gnosticismo era religión de “espirituales” e inteligentes como Piñero, ...no como la de los ignorantes “psíquicos” e “hílicos” católicos del montón).

Ni que decir tiene que lo que alguna secta de entonces defendía era herejía para las demás sectas; pero el autor desvía el tema y todo lo vuelca en palos contra lo cristiano-católico-oficial.
Es decir, los ebionitas llamaban hereje al apóstol Pablo; pero el heresiarca Marción en cambio se basaba en Pablo para sus disparates...; bien...pero a Piñero eso no le importa: el presenta simpática la doctrina de marción y también simpática la de los ebionitas; solo será horrible la católica (que por cierto suele guardar un término medio entre los extremos en que se desenvuelven las herejías).

Ah, el libro ‘Cristianismos derrotados’ tiene en su portada, en un lateral un sospechoso símbolo “tricultural”: “IERUSALEM”, escrito también en árabe y hebreo (supongo).
La obra recibió nada menos que un tal I Premio Finis Terrae “patrocinado por el ¡¡Ámbito Cultural del Corte Inglés!!”, formado por cinco bigardos.
Obra de aficionadete sectario, propia de tal país y de tales tiempos. Total, en el país de los ciegos el tuerto es el rey.