He aquí lo que ocurre, cuando se quiere servir a dos señores: a Dios y al dinero; ya que Solsona es un obispo comprado por los separatistas. Tiene razón Luis Miguel, al señalar el estilo "jotaemejota" de este repollo cursilón que es "como una ametralladora de paparruchas sentimentaloides"; y es que, como se demuestra, un santurrón no tiene nada que ver con un santo. Apela, el tunante obispillo, a todos los católicos para que apoyen el voto separatista; y dice (quien sabe si impulsado por fuerzas preternaturales) que: "la Virgen, que nació en un país ocupado y oprimido sabe muy bien lo que significan las esteladas" (sic). Naturalmente que sabe lo que significa ese trapo, pero no es lo que él cree, sino la bandera de los francmasones, del relativismo anticristiano, como demuestran el triángulo y la estrella de cinco puntas del maestro masón.
El separatismo es pecado, fundamentalmente contra el Séptimo Mandamiento: "No robarás". Y es así, porque Cataluña es una tierra que pertenece a todos los españoles, y no a los "independentistas catalanes"; ya que entre todos la mantenemos con nuestro sudor y nuestro dinero, formando parte entrañable de nuestra Patria Común desde hace siglos. Por cierto, ya que monseñor es tan antirromano, ¿Acaso no se dijo: "Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", cuando los judíos preguntaron si había que pagar impuestos a esos "invasores y opresores", obispo de jauja?.
Claro que la masonería opera, y se introduce infiltrando sus sucias garras en todos lados (incluida la Iglesia) apoyando siempre a los enemigos de España:
https://www.actuall.com/criterio/democracia/masones-la-mano-mece-la-cuna-del-secesionismo-catalan/
https://barraycoa.com/2017/08/22/cat...evolucionario/
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