EL POSTCRISTIANISMO, LA NUEVA TRAMPA LINGÜÍSTICA


CIORAN, EL FILÓSOFO PERISTÁLTICO

Cuando vemos a alguien repetir lo que ha leído podemos decirle: "Bien, ya sabemos que sabes leer". En cambio, haremos muy mal suponiendo que haya entendido nada... Y, mucho menos, que haya ido hasta las últimas consecuencias.

En todo filósofo que se sirve de los aforismos puede diagnosticarse una cierta inclinación al espasmo. En el caso de Cioran el movimiento es peristáltico: hay que haberse revolcado mucho en la mierda, para escribir lo que escribe. ¿Se interpretaba a sí mismo? Si fue así, Cioran hizo de los estados más deplorables del ánimo un arte. Uno no sabe, a ciencia cierta, si estamos ante un histrión de la melancolía profesionalizada. Su pensamiento es muy poco aconsejable para espíritus pusilánimes. En cambio, quien lo lee como yo no puede evitar las carcajadas. No falla: cuando necesito reír leo a Cioran.


Cioran es más peligroso, mucho más peligroso, cuando emprende la tarea del ensayo. Es ahí donde se nos muestra como el gnóstico que es -"El aciago demiurgo", por ejemplo. Incluso tiene conatos de nuevo Celso que fustiga y hostiga al cristianismo: "Los nuevos dioses".

En "Los nuevos dioses" se nos revela un Cioran que proclama el post-cristianismo, pero al menos no incurre en el mal gusto de llamarle así a esa época que piensa que es aquella en la que estamos. "Post-cristianismo"... Es éste un término que me repugna. Sin embargo, tengo que ver que -por si fuese poco- incluso algunos católicos (con buena voluntad, que no se descarta) emplean este término. ¿Por qué me repugna el vocablo "post-cristianismo"?

El prefijo "post-" (o "pos-") significa "después de", situándonos en un tiempo que pareciera haber superado el tiempo anterior. Si los católicos llamamos "post-cristianismo" a nuestra época, estamos haciendo tres cosas:


  • Negarnos: Negar, inconscientemente, nuestra propia existencia: ¿cómo es que estamos en el "post-cristianismo"? ¿Será que "nosotros" hemos dejado de ser cristianos?
  • Claudicar: ¿será que hablamos de "post-cristianismo" por haber negado el cristianismo? Y, en esta cuestión, es fundamental entender que negar una parte es negar el todo. La fatiga de quien no cuenta con Dios... Produce la rendición.
  • Repetir, como loros, el discurso predominante que, como en el caso de Cioran, presume haber abolido el cristianismo o verlo caminar crepuscularmente a su fin. Esto es: servir al enemigo.


Los cristianos que hablan así nos producen consternación. Si quieren hablar de las cosas tal y como son, preferible es que empleen los vocablos apropiados, que nos hablen de "Apostasía". Esta época no es post-cristiana, es apóstata.

Es mejor, en resumidas cuentas, leer a Cioran que a un católico de esos que se han rendido. Cioran no deja de decir verdades:

"Hay en la democracia liberal un politeísmo subyacente (o inconsciente, si se prefiere); inversamente, todo régimen autoritario participa de un monoteísmo disfrazado".
(Los nuevos dioses, Cioran)
"No hay modo de entender cómo, para un creyente, el dios al que reza y otro dios completamente diferente pueden ser igualmente legítimos. La fe es exclusión, desafío. Porque no puede ya detestar a las otras religiones, porque las "comprende", es por lo que el cristianismo está acabado; la vitalidad de la que procede la intolerancia le fata cada vez más".

(Los nuevos dioses, Cioran)
Causa consternación el discurso dominante que afirma la "tolerancia" como si de un bien se tratara. En esa tolerancia han caído muchos cristianos que, por no profundizar y seguir la corriente, prefieren hablar de no sabemos qué "post-cristianismo" que se han creído y tratan de hacernos creer a los demás.

Cuando la autoridad eclesiástica nos recomienda que no leamos cualquier libro, habría que tener presente que -entre los libros que no hay que leer son, hoy en día, muchos más los escritos por "cristianos post-cristianos" los libros desaconsejables... Peores, mucho peores son esos libros que los escritos por los mismos enemigos de la fe. Es algo que habría que tener en cuenta. En el veneno del enemigo está el antídoto... En el discurso de los cristianos tontos es metástasis. En el que se auto-intitula "post-cristiano" no cabe ver otra cosa que alguien que no va hasta el final, que se queda a medio camino, cómodamente instalado en la palabra que lo paraliza: "post-cristianismo"... Sin llamar a las cosas por su nombre.

En Occidente impera la apostasía. Eso del "post-cristianismo" no existe nada más que en las mentes perezosas que se conforman con lo que hay. Es un término que hay que desterrar, si no queremos que nos entierre a nosotros (digo a "nosotros", no a la Iglesia Católica Apostólica y Romana que permanecerá hasta el final de los tiempos).

LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS