Canonización de Fray Junípero Serra
Desde pequeño he oído hablar de él y de su labor, pero nunca que fuese una especie de bárbaro, nada menos que un genocida según los indigenistas de USA, pues hasta allí ha llegado esa fiebre. Supongo que éstos que ahora protestan tanto, harán lo propio ante el exterminio sufrido a manos de los WASP de los siglos XVIII a XX, ¿no?
Junípero Serra: el franciscano español que divide a Estados Unidos
El papa oficiará hoy en Washington la canonización del fraile español Junípero Serra, considerado el fundador de California. 25.000 personas acudirán a una cita no exenta de una gran controversia.
AUTOR: MIGUEL AYUSO
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FECHA 23.09.2015 – 13:21 H.
El papa Francisco está ya en Estados Unidos. Su visita, en un país donde el catolicismo es minoritario, causa toda clase de debates. Pero la polémica más grande la está protagonizando un fraile franciscano español, Junípero Serra, que se convertirá hoy en el primer santo de Mallorca y el segundo nativo de las Islas Baleares, después de santa Catalina Tomás.
Fray Junípero, que nació en la localidad mallorquina de Petra en 1713, es considerado en Estados Unidos el “fundador” de California, pues llegó a establecer 21 misiones que con el tiempo se convertirían en las ciudades de San Diego, Los Ángeles, San Francisco y Sacramento. Pero aunque es considerado uno de los “padres de la patria”, y es el único español que figura en el National Statuary Hall del Capitolio de Washington como uno de los nombres ilustres inmortalizados con un monumento, su figura no está exenta de controversia.
“Serra desarrolló unas políticas brutales e inhumanas sin consideración hacia nuestros ancestros”, asegura el portavoz de las tribus indígenas
En un rueda de prensa oficiada en una iglesia católica de Washington, portavoces de varias tribus indígenas han expresado su rechazo y decepción por la canonización de Serra, al que responsabilizan de haber arrinconado la cultura y tradiciones de su pueblo en su esfuerzo para que adoptaran el cristianismo como religión.
Los portavoces aseguraron que 55 tribus han enviado al Vaticano decenas de cartas para oponerse a la canonización del español, en las que explican los “abusos físicos” perpetrados tanto por los soldados españoles como por los religiosos contra la población nativa. “Serra desarrolló unas políticas brutales e inhumanas sin consideración hacia nuestros ancestros”, reza una de las misivas que envió al Vaticano el líder de la tribu Amah Mutsun, Valentín López, que hoy volvió a pedir al papa Francisco que no ignore “el sufrimiento y el dolor que causó el proyecto de Serra”.
La controversia en torno a la figura del franciscano no es nueva. Cuando hace 27 años fue beatificado por Juan Pablo II, en una ceremonia en Los Ángeles, colectivos indígenas en California mostraron su malestar por su controvertida misión evangelizadora. Pero ¿qué es lo que hizo realmente el franciscano?
El campanario de San Juan Capistrano, una de las misiones que Serra fundó en California. (Reuters)El campanario de San Juan Capistrano, una de las misiones que Serra fundó en California.
El gran evangelizador de California
Como tantos otros religiosos de la época, Serra ingresó en el seminario más por necesidad que por convicción. Sus padres eran analfabetos, pero llevaron a su hijo Miguel José a la escuela del convento franciscano de San Bernardino en Petra, donde el joven destacó como un buen estudiante. A los 16 años se hizo fraile, cambió su nombre por el de Junípero, y empezó a interesarse por la filosofía y la teología escolástica.
En 1749, junto a a otros veinte misioneros franciscanos, partió hacia el Virrenaito de Nueva España, hoy México. Su primer destino fue Santiago Xalpan (hoy Jalpan de Serra) donde se encargó de convertir al cristianismo a los índigenas pames de la zona. Pero su vida cambió en 1767, cuando Carlos III firmó la Pragmática Sanción y expulsó a todos los jesuitas de los dominios de la corona, lo que incluía, claro está, Nueva España.
Al contrario que la población de México, los habitantes de lo que hoy es California no conocían la agricultura y seguían viviendo de la caza y la recolección
Las misiones de la Compañía de Jesús estaban situadas mayormente en lo que hoy es la Baja California y, para ocupar el hueco que dejaba su expulsión, la orden de los franciscanos decidió mandar a la zona a 16 de sus misioneros, encabezados por fray Junípero. Una vez en la península, Serra decidió que debían seguir explorando la zona de Alta California para llevar la “luz del Evangelio” a la población indígena. Y así, poco a poco, acabó fundado 21 misiones.
Cuando llegaban a un lugar adecuado, levantaban una capilla, unas cabañas para que residieran los frailes y un pequeño fuerte para prevenir los ataques. Muchos indígenas se acercaban a curiosear y, una vez que se ganaban su confianza, les invitaban a establecerse cerca y emprendían su evangelización, a la par que les enseñaban nociones de agricultura, ganadería y albañilería. Al contrario que la población de México, los habitantes de lo que hoy es la California estadounidense no conocían la agricultura y seguían viviendo de la caza y la recolección, por lo que, tras la llegada de los franciscanos, sus vidas cambiaron por completo.
Fray Junípero no descansó de su labor evangelizadora hasta su muerte en 1784, a los 71 años, en la misión de San Carlos Borromeo, su cuartel general situado en lo que hoy es Monterrey.
¿Santo o verdugo?
Durante la beatificación de Serra, en 1988, Juan Pablo II dijo que el fraile y el resto de los misioneros “estimaban que al ofrecer a Jesucristo a la gente, estaban haciendo algo de un valor, importancia y dignidad inmenso”. Pero claro, hoy muchas personas no ve el proselitismo inherente a toda misión como algo digno de elogio.
“Serra puso en marcha los inicios de un genocidio cultural”, ha asegurado a Asociated Press Jace Weaver, director del Instituto de Estudios sobre Indígenas Estadounidenses de la Universidad de Georgia, quien atribuye al misionero “esfuerzos deliberados para erradicar la cultura nativa”.
La canonización busca reconocer las “virtudes heroicas y los sacrificios” del fraile que decidió abandonar una acomodada vida académica en Europa
Durante las décadas posteriores a la llegada de los misioneros a California, las enfermedades que traían de Europa arrasaron con muchas poblaciones nativas. Los indígenas que se acercaban a las misiones en busca de alojamiento y vivienda eran obligados a convertirse al catolicismo y a permanecer allí. Y si se escapaban eran flagelados y encadenados.
El papa Francisco, consciente de la polémica que desatan este tipo de canonizaciones, ha ofrecido disculpas por los pecados y “crímenes” cometidos por la Iglesia durante la época de la conquista y evangelización. Pero insiste en separar la figura e intenciones de Serra de las consecuencias que, a la larga, tuvieron sus actos. Para el Vaticano está claro que Serra defendió a los nativos de abusos típicos de la era colonial y su figura es un modelo para la creciente población hispana en Estados Unidos.
Regis Armstrong, religioso capuchino y profesor de Estudios Religiosos de la Universidad Católica de América, explica en su lib[I]ro The Franciscan Tradition que la canonización de Serra no busca negar las experiencias de los indígenas durante la época colonial, que “fue un periodo difícil de la historia en el que los colonizadores españoles usaron métodos anticuados para ejercer su influencia”, sino reconocer las “virtudes heroicas y los sacrificios” del fraile que decidió abandonar una acomodada vida académica en Europa para evangelizar el Nuevo Mundo.
Se espera que a la canonización de hoy, que se celebrará al aire libre y en español, acudan unas 25.000 personas, incluido el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden.
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"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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