EL PODER CONTRA LA IGLESIA.
El Mundo, en el foco central de la civilización conoció un alto esplendor humano. Luego se produjo un descenso en la calidad humana de ese mismo mundo, que ha ido coincidiendo con su apartamiento también progresivo de la Iglesia.

Esa degradación del hombre que se verifica en la civilización moderna tiene dos etapas bien marcadas:
1ª.- puramente destructiva en que se van aniquilando, una tras otra, las dimensiones que la perfeccionan plenamente, y
2ª.- otra constructiva, en la que el hombre degradado y destruido es usado como una pieza de la Sociedad Tecnocrática y Satanocrática.
Estamos en el fiel de la balanza que pasa de la etapa destructiva a la constructiva.

La historia NO tiene un desarrollo primeramente económico, como si la procura de bienes materiales fuera el primer motor social, si bien juega un papel importante no es el primordial.

La historia No tiene un desarrollo fundamentalmente político, la lucha por la dominación de los hombres y pueblos no es el motor primigenio de la sociedad. Si bien la función política supera a la económica no es la razón primordial.

La historia NO tiene un desarrollo primeramente cultural y/o filosófico, como si la procura de una alta sabiduría fuera motor, y motor primero, del movimiento de la historia.

La HISTORIA TIENE UN CARÁCTER FUNDAMENTALMENTE TEOLÓGICO, es decir, la Historia se mueve fundamentalmente por motivo teológicos.
Por ello, en la Historia se mueven tres agentes principales: Dios, el Diablo y el Hombre. O si se quiere se mueve el hombre pero siempre bajo la influencia de Dios que le orienta al bien de sus inescrutables designios, y sometido a la influencia del diablo que trata de alterar los designios divinos para perder al hombre.


EL DRAMA DIVINO-HUMANO QUE CENTRA TODA LA HISTORIA.
En el plan de la Historia actual que vive la humanidad, hay un acontecimiento central que atrae todo el desarrollo histórico y es ejemplar para el resto que debe imitarlo.
Es un acontecimiento sumamente complejo que debe ser atendido en todas sus partes y en las interrelaciones de estas entre sí y con el todo para explicar luego la historia que no hace sino explayar dicho acontecimiento.

El acontecimiento nuclear de la Historia se desarrolla en torno al Plan de Dios que quiere llevar a la salud al hombre, por la pérdida del hombre, y el plan satánico que le quiere llevar a la ruina por la exaltación del hombre.

Así, lo bueno que hace Dios el diablo lo desordena. Al plan de sabiduría y humildad responde otro plan de confusión y soberbia.
Estas técnicas divinas y satánicas aparecen claramente en la divina Revelación.
Por ella Cristo se humilla profundamente para salvar al hombre y, en cambio, el diablo ofrece, en tentación, el poder del orgullo, el poder de la carne, el poder de las riquezas de este mundo.

Estas técnicas divinas y satánicas han de resplandecer en el acontecimiento central de la Historia, y quedarán luego como ley del desarrollo histórico.

Viene Cristo en humildad al mundo en aquel pueblo preparado especialmente para ello. Hace, a la luz del día, obras portentosas para acreditar su misión divina.
Explica que su misión no es de poderío carnal sino de salud espiritual.
Los suyos, lejos de recibirle, lo rechazan, y llenos de odio, lo crucifican.
El Señor explica todo el misterio: "vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. El es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad porque la verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de los suyo propio. Porque él es mentiroso y padre de la mentira" (San Juan, 8, 44 y ss).

Los judíos rechazan al Señor porque les traía, en humildad, la salvación sobrenatural. Ellos querían, en cambio, el poderío de las tres concupiscencias: soberbia, sensualidad, y riqueza.

Este acontecimiento, por el hecho de ser centro de la Historia, quedará como Ley en la Historia.

Cristo dejó en la tierra a su Iglesia, como Reino visible y luz de los pueblos, para que, en ella, en su VERDAD, en sus sacramentos, en su Gobierno, los hombres puedan encontrar la salvación sobrenatural de sus almas.

Frente a la Iglesia ha de haber otro Reino, que, siguiendo los dictados del Diablo, ha de trabajar para que no se predique el Evangelio que puede llevar la salud a los hombres.

San Pablo explica el misterio del pueblo judío rechazado, que impide la predicación evangélica de los pueblos.
Una parte del pueblo judío se mantuvo fiel, y sobre ella fundó Jesucristo su Iglesia. Los apóstoles, en núcleo elegido del "pusillus grex" (San Lucas, 12, 32) han sido puestos como fundamentos de la Iglesia (Efesios, 2, 20)

Pero otra parte ha sido reprobada (Rom, 11, 15), y desgajada (Rom, 11, 19) y ésta ha de cumplir una misión de iniquidad, impidiendo la conversión de los pueblos.

San Pablo lo dice claramente en la Primera Carta a los Tesalonicenses: "Hermanos, os habéis hecho imitadores de la Iglesia de Dios en Cristo Jesús, de Judea, pues habéis padecido de vuestros conciudadanos lo mismo que ellos de los judíos, de aquellos que dieron muerte al Señor Jesús, y a los profetas, y a nosotros nos persiguen, y que no agradan a Dios, y están contra todos los hombres, que impiden que se hable a los gentiles y se procure su salvación. Con esto colman la medida de sus pecados. Más la ira vieen sobre ellos. Y está para descargar hasta el colmo"

El comentario de Santo Tomás de este texto del Apóstol ilustra la perennidad a través de la historia del misterio de iniquidad que debe cumplir el pueblo judío infiel.

1º.- destaca la CULPA DEL PUEBLO JUDÍO. Respecto a los ministros de Dios, al mismo Dios, y al Género Humano.
Los ministros de Dios son los predicadores. Y la Predicación viene de Cristo, en figura de los profetas, y en ejecución de los Apóstoles. Contra estos tres se levantaron los judíos.
Y de Cristo en primer lugar de quien dijeron: "es el heredero; matémosle, y tendremos su herencia" (Mateo, 21, 38). No es obstáculo que los gentiles lo hayan muerto, porque ellos con sus voces pidieron a Pilatos que fuera asesinado.
En segundo lugar, se refiere a los Profetas "¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Dieron muerte a los que anunciaban la venida del justo, a quien vosotros habéis ahora traicionado y crucificado" (Hechos, 7, 52).
En tercer lugar a los Apóstoles: "os entregarán a los concilios" (Mateo, 10).

2º.- destaca la CULPA DEL PUEBLO JUDÍO. Respecto a Dios.
Porque tienen celo de Dios, pero no según la ciencia, por eso no le agradan, porque no obran en recta fe. Y sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos, 11, 6)

3º.- destaca la CULPA DEL PUEBLO JUDÍO en comparación de todo el género humano cuando dice: "están contra todos los hombres. Sus manos contra todos" (Gen. XVI).

Pero ¿En qué consiste la CULPA del Pueblo Judío contra el Género Humano?
Según Santo Tomás en que prohíben e impiden la predicación de los gentiles y la conversión.
Dios dio a los judíos después de la Pasión de Cristo cuarenta años para penitencia, y no se convirtieron, sino que añadieron pecados a pecados. Y Dios no permitió más.


EL PROBLEMA JUDÍO.
El problema judío es el PROBLEMA CLAVE DE LA HISTORIA de la Humanidad. No decimos de la Historia Religiosa, decimos de la HISTORIA.

Mientras haya Historia, habrá dialéctica judíos y cristianos. Y esta dialéctica, con la tensión que implica, no tendrá fin dentro de la Historia, sino en la meta-Historia.
La conversión de los judíos, su conversión TOTAL y DEFINITIVA ha de cumplirse fuera de la Historia.


Ello no impide que la Iglesia, Sacramento Universal de Salud de todos los pueblos, abra sus brazos a TODOS los hombres y pueblos, también a los de la Sinagoga.
Es un acto de misericordia de la Iglesia. Cómo hayan de responder los judíos actuales a este acto, sólo Dios lo sabe. Pero es legítimo pensar que una corriente de "buenos israelitas" "en los que no hay engaño" emprendan el camino de la casa paterna.
Las conversiones de judíos se producirán a millares, y ello determinará que el núcleo de sus dirigentes, con su visión "sobrenatural diabólica" de la Historia se cierren en su obcecación y malicia maquinando para la destrucción de la Iglesia.

Pero la "medida" de esta obcecación y malicia también está en la voluntad permisiva de Dios. Y cuando Dios así lo determine se producirá "la reintegración" de los judíos en la Iglesia y con ello "la resurrección de entre los muertos" (Rom. 11, 15).


¿CÓMO SE CUMPLIRÁ EN LA HISTORIA LA LUCHA CONTRA LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO?
Para explicar el furor contra la predicación evangélica hay que tener presente la importancia de dicha predicación.
Ella importa la razón de ser de la Iglesia misma, que consiste toda en la misión de "Ir y predicar a todos los pueblos".

El hombre no puede salvarse sin fe sobrenatural, fe que no puede tener si no la conoce porque no se la han predicado. ¿Cómo invocarán al que no conocen? ¿Cómo creerán sin conocerle? ¿Cómo oirán si nadie les predica? ¿Cómo predicarán sino son enviados? (Rom, 10, 14).


LA GUERRA CONTRA LA PREDICACIÓN EVANGÉLICA.

El pueblo judío infiel desarrolla una lucha especial para que no se predique el Evangelio ¿Cómo?
Arreglando las cosas de forma tal en la vida de los pueblos para que ésta se desarrolle de manera que no haya ocasión ni posibilidad de predicar, y en caso de predicación, de oír a los predicadores.
Para ello se acomoda la actividad de los pueblos: trabajo, economía, política, cultura. placeres, ... para que no quede ningún espacio ni lugar al Evangelio.
Haciendo que la vida pública ocupe el mayor espacio y tiempo de la vida de las personas, reduciendo al máximo su "intimidad", y, al mismo tiempo, que esta "vida pública" se desarrolle al margen del Evangelio, así los pueblos:
- no tendrán misioneros que les lleven la predicación evangélica,
- aunque los tuvieran no tendrá el pueblo, oportunidad, tiempo ni gusto, de oír la prédica.

El medio más eficaz para impedir la prédica evangélica es convertir la vida pública social en enteramente laicista y atea. Entonces esa sociedad segregará laicismo y ateísmo y no tendrá lugar para el Evangelio. Pero hay más. En esta sociedad, de vida pública laicista y atea, pueden formarse muchos refugios privados en los que circule la predicación evangélica. Entonces será preciso convertir el trabajo, la economía, la cultura, la familia, los placeres, en sectores de vida también pública y COLECTIVIZARLOS cerrando la puerta del sector privado a la predicación evangélica ¿No es esto lo que está sucediendo en las sociedades occidentales de nuestro tiempo?

Como ha demostrado la praxis el mejor medio para luchar contra el Evangelio es una SOCIEDAD ORGANIZADA COMO MÁQUINA dónde no haya tiempo ni oportunidad de prédicas evangélicas, al menos de la auténtica.
Una CIUDAD TECNOCRÁTICA que, por lo mismo, ha de convertirse en SATANOCRÁTICA, pues al cerrar al hombre todas las puertas que le conducen al bien eterno de su alma, se le han de abrir todas las demás, que le seducen con el poderío de la carne, de la riqueza, del Hombre.
Al cerrar al hombre a la técnica de Dios, se le ha de abrir a la técnica del Diablo.

En resumen, el medio para impedir que el Evangelio llegue a los pueblos es hacer imposible una Civilización Cristiana, una Ciudad Católica, y levantar, en su lugar una ciudad Tecnocrática donde todas las actividades terrestres abordan totalmente el espacio y el tiempo de la vida del hombre y carezca de tiempo y oportunidades de oír hablar a Dios.
Que toda su vida de trabajo, cultura, placer, se halle feroz, aunque dulcemente, regimentada.

De aquí la gran lucha contra la Ciudad Católica y el auspicio de la construcción del Mundo como éste se está construyendo.

La lucha contra la predicación evangélica no sólo importa la erección de una ciudad anticristiana, atea, sino que conlleva a una ANTIHUMANA en que el hombre es reducido a una degradación total, de suerte que no pueda ni querer oír, ni poder entender el Mensaje evangélico.
Y éste es el hombre que está produciendo la REVOLUCIÓN ANTICRISTIANA, este es el ciudadano de la nueva Ciudad Tecnocrática.


LUCHA DE LOS JUDÍOS Y SUS ALIADOS CONTRA LA CIUDAD CATÓLICA
La muerte de Cristo fue decidida en conspiración secreta como resolución oficial del CONSEJO que gobernaba al pueblo judío (Juan, 11, 41 y ss, y Mateo, 26, 1 y 65).
Los judíos hicieron ejecutar la muerte del Señor por manos romanas (Mateo, 27, 2).

Esto ha de quedar, también, como paradigma para el resto de la Historia. Los judíos han de elucubrar todo el plan siniestro contra la predicación evangélica, pero con la estrecha colaboración de gentiles y aún cristianos.

Las armas que usan los judíos con aliados gentiles es muy poderosa: la falsa Kábla y el oro (dinero).

La Kábala
Hay una Kábala que recoge la parte misteriosa, esotérica, acromática de la tradición oral judía, transmitida por tradición oral explicando los textos del Antiguo Testamento con referencia a la Trinidad y a la Encarnación de Cristo.
Hay otra Kábala, falsa, con interpretación panteísta y emanatista la Revelación de Dios. Esta falsa, que se confunde con el Talmud, es el semillero de TODAS las herejías y perversiones que durante siglos, y aún hoy, se han levantado y usado contra la Iglesia.

Los judíos, durante siglos se especializaron en estas perversas doctrinas cabalísticas con las que sutilmente tratan (y consiguen) corromper los misterios del cristianismo.
La Kábala falsa está llena de supersticiones, elementos de magia, teurgia, goetia, etc. Es el gran instrumento de invención y difusión de herejías e ideologías contra la Iglesia (P.L.B. Drach, en De l'Harmonie entre l'Eglise et la Sinagogue, t II, París 1844, pg. XV).

El Oro
Es alecionante la lectura de
- L'Antisémitisme, del judío y banquero Bernard Lazare (Jean Près, París, 1844) como de
- Les Juifs et la vie economique, de Werner Sombart (Payot, París 1923).

En ambos aparece claro cómo los judíos carnales tienen una especial disposición para el manejo comercial del oro y cómo ellos tienen parte preponderante en la fundación del Estado moderno, donde lo económico desplaza al espíritu religioso y filosófico del hombre.
Pero conviene destacar, contra lo que se cree vulgarmente, que el oro y su acumulación no es un fin del Poder judío, sino un medio para impedir la evangelización de los pueblos.
Para los judíos el DINERO es simplemente un medio para usar en la REVOLUCIÓN MUNDIAL.

Por eso el hecho central de la Historia cristiana gira en torno a la lucha entre Civilización Cristiana y Revolución Mundial por la ciudad Satanocrática, Tecnocrática y deshumanizada.

Para simplificar, y teniendo en cuenta la odiosidad con que se quiere adjudicarle el término, entre la Teocracia de la Iglesia y la Teocracia de Satán que coincide con la del Anticristo.

La lucha no es económica, ni política, ni cultural, ... es TEOLÓGICA.

Entre el orden temporal reconociendo la Realeza de Cristo o el orden temporal rindiendo homenaje al Anticristo. Por ello, el proceso histórico es dinámico. Es un proceso que no puede liberarse del sello teológico y que le obliga a someterse a la Potencia del mal en la medida que quiere independizarse del suave y manso yugo de la Realeza de Cristo.
Esta alternativa es más fuerte que cualquier otra, es el gran misterio de la Historia que iluminó San Agustín en "La Ciudad de Dios".


LA DUALIDAD : EVANGELIZACIÓN O JUDAIZACIÓN.
La civilización, vida pública de los pueblos, o bien se conforma y favorece la predicación evangélica o la entorpece. En el primer caso el mundo se cristianiza, se convierte en Cristiandad, o en el segundo caso se judaiza, es decir, cae bajo el dominio del Poder carnal judío.
Los dos milenios de vida histórica cristiana demuestran empíricamente las enseñanzas de San Pablo.

Por ello de Cristo al XIII, el máximo esplendor de la Ciudad Cristiana, a medida que sube la intensidd del Evangelio en la vida de los pueblos, baja el poder judaico que se recluye a los "guettos" donde no permanece ocioso sino conspirando y acechando.
Pero es impotente en tanto se conserva la fidelidad a Cristo pues sólo esta fidelidad es garantía contra el Poder carnal judaico.

Cuando la fidelidad del cristiano, en especial de los cuadros superiores, flaquea, la Cristiandad, que siempre está amenazada sucumbe. Y el espíritu judaico le invade poco a poco, primero imperceptiblemente.
Y decir espíritu judaico es decir: revolucionario, laicista, ateo, naturalista, materialista, racionalista, relativista o humanista, es el mismo acto con diversa connotación.

Así, a medida que se va destruyendo más y más el "hombre cristiano" va bajando la influencia de la Iglesia y van subiendo las Potencias del Poder Carnal y con ellas la Revolución y el judío penetra más y más en la antigua sociedad cristiana.

El judío entra en Europa (en influencia) mediante La Reforma, bajo el calvinismo, anglicanismo, puritanismo (expresiones judaicas del cristianismo) dan molde al Estado político inglés, holandés, y con la Revolución al francés, conformando toda la vida económica de Europa y del mundo mediante el "Capitalismo Moderno".


El judío entonces toma en sus manos el gobierno económico del mundo, y, a través de la economía y sociedades secretas, especialmente su hija predilecta: la Masonería, comienza a influir en la política de los países rectores del mundo.
Será con la Revolución "francesa" cuando tomen el control político que les abre de par en par las puertas para su entrada de las sociedades cristianas.
Bien documentado por las obras de los Padres Lémann, judíos convertidos y grandes conocedores de la significación del judaísmo en la Historia, así como de la revolución masónica de toda la Historia de la Europa Cristiana, ya que señala el punto preciso en que deja de ser cristiana para convertirse en judaizada. (Abbé Joseph Lémann:
- L'entrée des Israelites dans la societé française et les états chrétiens, París 1886, V. Lecoffre.
- La prépondérance juive, París, 1889, V. Lecoffre; y
- Napoleon et les israelites, París, 1894, V. Lecoffre).

El XIX es el siglo del poder judaico en la Europa cristiana, y, por ello, el de la Gran Revolución. Todas las instituciones, la economía, la sociedad, la cultura, el Estado, se vacían del derecho humano y cristiano del que le habían nutrido los reyes y Pontífices santos del gran Medioevo para cambiarlo por DERECHO REVOLUCIONARIO, que es, en definitiva, un derecho contra Dios y contra el hombre.

En este siglo se asienta el Poder Oculto judeo masónico, de carácter mundial, que irá incrementando. Por ello, la significación de los grandes ministros de la era victoriana de Inglaterra, por ejemplo el judío Disraeli, podía escribir: "el mundo está gobernado por otros personajes que no pueden imaginarse aquello que no ven detrás de los bastidores".

Este Poder Oculto tiene en el nivel económico, el alto poder de la Banca judía mundial, pero sería un error pensar que éste es el Poder Supremo. El Supremo es, necesariamente, teológico, teocrático.
En las sectas de la Alta Masonería, donde se rinde culto directo a Satanás, allí se toman las grandes decisiones que hacen a la vida de los pueblos. Y el alto poder de los banqueros internacionales determina la ejecución de estas decisiones.

Así, Walter Rathenau, en 1906, mucho antes de ser promovido al poder en la Alemania republicana (1918) escribía: "trescientos hombres que se conocen entre sí y que buscan sus sucesores en su alrededor, dirigen los destinos económicos del mundo".

El Poder Oculto Mundial toma las decisiones efectivas para producir los grandes acontecimientos de repercusión mundial que presenciamos. Pero antes de que ocurran se realiza, como en el caso del Federal Reserve y en la misma reunión se resuelve la orientación de la IGM (Unité Nationale de Montréal, junio-julio, 1957)

Sería un error pensar que sólo hay banqueros en esas reuniones (El Gobierno Mundial y la Contra-Iglesia, de Pierre Virion).
El período de domesticación judía de las antiguas naciones cristianas y su sometimiento completo, que comienza a inicios del XIX (Inglaterra y Holanda, antes) está a punto de cerrarse con la instauración efectiva de de un ÚNICO PODER INVISIBLE con dominio total sobre todas las naciones de la tierra: Nuevo Orden Mundial.
Estarán entonces en condiciones de implantar sobre la tierra la Sociedad Tecnocrática y Satanocrática.
El mundo dejará de ser cristiano para convertirse y proclamarse judaizado. La antigua Teocracia medieval -la concordia del sacerdocio y del imperio de los Pontífices y Reyes santos- habría sucedido, definitivamente, la Teocracia de los banqueros y rabinos.