Re: Fin de los Tiempos
Sobre el comunismo:
El sueño del caballo rojo el santo lo tuvo el 6 de julio de 1862. Vio aparecer un caballo rojo enorme, del tamaño de una montaña. Infundía terror, dicha bestia de orejas tiesas, cara horrorosa, “tenía mucha gente encima, que le salían alas… que invadía la tierra… y exclamé: Pero esto es un demonio!”
Don Bosco después de este sueño pensó mucho sobre el significado del mismo y mandó estudiar en el Apocalipsis si el equus rufus era mencionado. El santo llegó a la conclusión de que ese caballo rojo significaba:
“la democracia sectaria que rabiando contra la Iglesia y contra el orden, avanzaba conjurando contra el orden social y subvertiéndolo todo, sin detenerse a su paso, que se impone a los gobiernos, a las escuelas, a los tribunales, a los municipios, a todo, y que corre desolada llegando a sus consecuencias extremas, pero desgraciadamente lógicas; obra devastadora comenzada por autoridades más o menos conscientemente cómplices suyos, en detrimento de la sociedad religiosa, de toda institución buena, del derecho común, de la propiedad…”
Biografia y Escritos de San Juan Bosco, págs. 600-601
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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