LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS: LÍMITES Y ASPECTOS POSITIVOS
Presento antes que todo, algunos límites acerca de los Milagros Eucarísticos, y después indico el valor de los aspectos positivos.
1) Límites
• Nuestra Fe no está fundada sobre los Milagros Eucarísticos, sino sobre el anuncio del Señor Jesucristo, contenido en la Fe gracias a la acción del Espíritu Santo.
Creemos por haber creído en la predicación (cfr. Gal 3,5): " Fides ex auditu, auditus autem per verbum Christi" (Rom 10, 17): "La Fe depende de la predicación y la predicación a su vez, actúa por la Palabra de Cristo".
"Creer es un acto del intelecto que, bajo la ayuda de la voluntad movida por Dios por medio de la gracia, da el propio consenso a la verdad divina" (S. TOMÁS, Suma Teológica, II-II, q.2,a.9,c).
Nuestra fe en la Eucaristía tiene como centro a Cristo, que durante su predicación ha preanunciado su instauración y después la ha instituido celebrando con sus Apóstoles la Última Cena el Jueves Santo.
Desde entonces, la Iglesia, fiel al mandato del Señor: "Haced esto en memoria mía" (1 Cor 11,24), ha siempre celebrado con fe y devoción la Eucaristía, sobretodo el domingo, día de la Resurrección de Jesús, y continuará haciéndolo "hasta que venga" (1 Cor 11,26).
• Ni tampoco existe una obligación para el cristiano de creer en los Milagros Eucarísticos. Estos no comprometen obligatoriamente la fe de los fieles, así sean reconocidos oficialmente por la Iglesia.
Cada fiel conserva la libertad de opinión: Ningún cristiano está obligado a creer en alguna de las revelaciones privadas, ni siquiera cuando son aprobadas por la Iglesia.
• Sin embargo, como principio el creyente no debe excluir que Dios puede intervenir en un modo extraordinario en cualquier momento, lugar, acontecimiento, persona. Lo difícil es discernir si en este hecho singular se ha verificado la intervención auténtica extraordinaria de Dios.
• La prudencia de la Iglesia frente a fenómenos extraordinarios (como los Milagros Eucarísticos), está plenamente justificada. Se puede caer en los siguientes riesgos, entre otros:
- Suponer que Dios se ha olvidado de decirnos cualquier cosa en la institución de la Eucaristía.
- Hacer pasar a un segundo plano la Eucaristía dominical.
- Atribuir excesiva importancia al aspecto milagroso, extraordinario, teniendo como consecuencia la desvalorización de lo cotidiano en la vida del creyente y de la Iglesia.
- Dar fácilmente crédito a sugestiones y engaños...
La eventual aprobación eclesiástica de un Milagro Eucarístico, contiene los siguientes elementos:
• El hecho no contiene nada que contraste con la Fe y la buenas costumbres.
• Es lícito hacerlo público.
• Los fieles son autorizados a adherirse de forma prudente al Milagro.
Aunque si ninguno es obligado a creer, el creyente se mostrará respetuoso en las verificaciones del Milagro Eucarístico, cuya autenticidad ha sido reconocida por la Iglesia.
2) Aspectos positivos
Los Milagros Eucarísticos pueden constituir una útil y fructuosa ayuda en nuestra vida de Fe. Por ejemplo, ellos pueden:
• Ayudar a trascender lo visible, lo sensible, y admitir la existencia “de otro mundo”, “de un más allá”.
Justo porque es reconocido como un hecho extraordinario, el Milagro Eucarístico no encuentra explicación en los hechos y razonamientos científicos, va a la razón humana e interpela al hombre haciéndolo “ir más allá” de lo sensible, de lo visible, de lo humano, es decir, lo hace aceptar que hay alguna cosa que es incomprensible, inexplicable humanamente con la sola razón, científicamente no demostrable.
• Ofrecer la ocasión de hablar, en particular en la catequesis, de la Revelación Pública y de su importancia para la Iglesia y el cristiano.
Los Milagros Eucarísticos se refieren a eventos extraordinarios ocurridos después de la institución de la Eucaristía por parte de Cristo, después del final del Nuevo Testamento, es decir, después del final de la Revelación pública.
¿QUÉ ES LA REVELACIÓN PÚBLICA?
La Revelación pública es aquella:
o Operada progresivamente por Dios a partir de Abraham y a través de los profetas, hasta Jesucristo.
o Testimoniada en las dos partes de la Biblia: El Antiguo y el Nuevo Testamento.
o Destinada a todos los hombres y a todo hombre, de todo tiempo y lugar.
o Radicalmente diferente por esencia, y no sólo por grado, de las llamadas revelaciones privadas.
o Concluida con Cristo en el Nuevo Testamento, al cual la Iglesia se siente vinculada.
¿POR QUÉ LA REVELACIÓN PÚBLICA ES CONCLUIDA CON CRISTO?
Porque Jesucristo es el mediador y plenitud de la Revelación.
"Él siendo Hijo Unigénito de Dios hecho hombre, Él es la Palabra perfecta y definitiva del Padre.
Con la venida del Hijo y el don del Espíritu, la Revelación ya se ha cumplido plenamente, aunque la fe de la Iglesia deberá comprender gradualmente todo su alcance a lo largo de los siglos. (COMPENDIO, n 9)
"Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio de su Hijo". (Hb 1, 1-2).
Cristo el Hijo de Dios hecho hombre, es por lo tanto, la Palabra única, perfecta y definitiva del Padre, el cual en Él dice y dona todo y no habrá otra Palabra que ésta.
“Porque en darnos, como nos dio a su Hijo, que es una Palabra suya, que no tiene otra, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar”(San Juan de la Cruz).
“La economía cristiana, por tanto, como alianza nueva y definitiva, nunca cesará, y no hay que esperar ya ninguna revelación publica antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo” (CONCILIO VATICANO II, Cost,. Dogm. Dei Verbum, 4).
¿Cuáles son las consecuencias que produce la Revelación Pública?
He aquí algunas:
o El Dios de los cristianos es creíble, confiable, sobre el fundamento de la Escritura, y no en virtud de los mensajes dados sucesivamente a algunos creyentes.
o No se debe esperar de parte de Dios otra manifestación o revelación nueva, si no el retorno glorioso de Cristo, que inaugurará "nuevos cielos y una tierra nueva" (2 Pe 3,13), consintiendo a Dios Padre ser "todo en todos" (1 Cor 15,28).
o La Iglesia está vinculada al evento único de la Historia Sagrada y a la palabra de la Biblia, y su misión es la de garantizar, interpretar, profundizar, testimoniar la Revelación Pública. Y esto sucede gracias a la particular asistencia del Espíritu Santo, que la guía y la conduce a conocer siempre mejor aquel tesoro que es Cristo Jesús.
o La Revelación pública exige nuestra Fe: "En ella, por medio de la palabra humana y de la comunidad viva de la Iglesia, Dios mismo nos habla; habla a todos los hombres de cualquier raza, lengua, nación, tiempo y lugar. La Fe en Dios y en su Palabra es distinta de cualquier otra fe, creencia, opinión humana. La certeza que Dios habla, me da la seguridad de encontrar la verdad misma; una certeza que no puede verificarse en ninguna forma de conocimiento humano. Es la certeza sobre la cual edifico mi vida y a la cual me confío al morir" (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Mensaje de Fátima, Pág. 34).
o Sin embargo, aunque si la Revelación está acabada, no está completamente explicitada; tocará a la Fe cristiana conocerla mejor, profundizar más en ella, encarnarla continuamente, testimoniarla a todos con fidelidad y coraje. Así podrá comprender gradualmente todo su alcance a lo largo de los siglos.
• Los Milagros Eucarísticos pueden ayudar a conocer y a vivir la Fe, que tiene su centro en Cristo, y en Cristo-Eucaristía: son realmente útiles porque están íntimamente orientados a Cristo y no son autónomos; pueden fortalecer la fe personal de los creyentes y también de los no creyentes.
Son entonces, una ayuda para la fe porque nos conducen a la Eucaristía instituida por Cristo y celebrada en la Iglesia dominicalmente. Ellos deben servir a la Fe. No deben, ni pueden añadir nada al único y definitivo don de Cristo-Eucaristía, pero pueden convertirse en un humilde llamado de atención, a la vez que una rica profundización en la fe; una ayuda que es ofrecida, pero no es obligatorio aceptarla.
• Los Milagros Eucarísticos pueden invitar a conocer, a apreciar y a amar la Eucaristía.
Pueden ayudar a la persona a redescubrir el misterio, la belleza y la riqueza de la Eucaristía, que como dice el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, aprobado y publicado en junio de 2005 por el Papa Benedicto XVI:
"Es fuente y culmen de toda la vida cristiana. En ella alcanzan su cumbre la acción santificante de Dios sobre nosotros y nuestro culto a Él. La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la Iglesia: el mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y produce la comunión en la vida divina y la unidad del Pueblo de Dios. Mediante la celebración eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y anticipamos la vida eterna". (n.274).
• No podemos jamás olvidar, ni omitir que la Eucaristía es el verdadero y grande Milagro cotidiano inagotable. Ella:
- Es un Sacramento: Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia, a través de los cuales se nos otorga la vida divina(...) son eficaces ex opere operato ("porel hecho mismo de que la acción sacramental se realiza"), porque es Cristo quien actúa en ellos y quien da la gracia que significan, independientemente de la santidad personal del ministro (COMPENDIO del CEC, nn. 224.229).
- Es el Sacramento dominical por excelencia: Es evidente que el Milagro más difundido y al alcance de todos es aquel que se realiza en nuestra iglesias todas las veces que se celebra la S. Misa.
"Es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna". (COMPENDIO, 271).
Sin duda, el Milagro más importante y estrepitoso es el realizado cada vez que se celebra la Eucaristía, en el cual Jesucristo se hace presente "de modo único e incomparable". Está presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo y con su Sangre, con su Alma y su Divinidad. Cristo, todo entero, Dios y hombre, está presente en ella de manera sacramental, es decir, bajo las especies eucarísticas del pan y del vino". (COMPENDIO, n. 282).
Haciendo presente y actual Su Sacrificio en la Cruz, Él se hace nuestro alimento y nuestra bebida, con Su Cuerpo y Su Sangre, uniéndose a nosotros y viviendo entre nosotros, se transforma en el viático de nuestro peregrinar terreno hacia la patria eterna.
Es este el misterioso milagro por excelencia, que estamos invitados a celebrar sobretodo cada domingo, en la comunidad eclesial, partiendo el único pan, que -como afirma San Ignacio de Antioquía- "es fármaco de inmortalidad, antídoto para no morir, más para vivir en Jesucristo por siempre".
• Es oportuno también valorar los Santuarios de los Milagros Eucarísticos reconocidos por la Iglesia, como lugares de celebraciones litúrgicas (en particular del Sacramento de la Reconciliación), lugares de oración y de espiritualidad eucarística, de catequesis y de práctica de la caridad.
• Los Milagros Eucarísticos se manifiestan y actúan relacionados con la piedad popular. Ellos con frecuencia, provienen de la piedad popular e inciden sobre ella dándole nuevos impulsos y brindándole nuevas formas de manifestación. Esto no excluye que tengan efectos en la misma liturgia, como por ejemplo, la institución de las fiestas del Corpus Domini. La liturgia es el criterio, ella es la forma vital de la Iglesia que es nutrida directamente por el Evangelio.
S.E. Rev. ma Mons Raffaello Martinelli
Rector del Colegio Eclesiástico Internacional San Carlos
Oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS POR PAÍS
Alemania
Mapa: Milagro Eucarístico de Alemania
Augsburg, 1194
Benningen, 1216
Bettbrunn, 1125
Erding, 1417
Kranenburg bei Kleve,
Regensburg, 1255
Walldürn, 1330 -
Weingarten
Wilsnack, 1383
Austria
Mapa:Milagro Eucarístico de Austria
Fiecht, 1310
Seefeld, 1384
Weiten-Raxendorf, 1411
Bélgica
Mapa:Milagro Eucarístico de Bélgica -
Bois-Seigneur-Isaac, 1405
Brujas, 1203
Bruselas, 1370
Herentals, 1412
Herkenrode-Hasselt, 1317
Liegi (Corpus Domini), 1374
Middleburg-Lovaina, 1374
Colombia
Mapa:Milagro Eucarístico de Colombia
Tumaco, 1906
Croacia
Mapa:Milagro Eucarístico de Croacia
Ludbreg, 1411
183k)
Egipto
Mapa:Milagro Eucarístico de Egipto -
Desierto de Arabia - Santa María Egipcia, Siglo VI
Scete, Siglo III - V
España
Mapa:Milagro Eucarístico de España
Alboraya-Almácera, 1348
Alcalá, 1597
Alcoy, 1568
Caravaca de la Cruz, 1231
Cimballa, 1370
Daroca, 1239
Gerona, 1297
Gorkum-El Escorial, 1572
Guadalupe, 1420
Ivorra, 1010
Moncada, 1392
Montserrat, 1657
O’Cebreiro, 1300
Onil, 1824
Ponferrada, 1533
San Juan de las Abadesas, 1251
Silla, 1907
Valencia
Zaragoza, 1427
Francia
Mapa:Milagro Eucarístico de Francia -
Avignone, 1433
Blanot, 1331
Bordeaux, 1822
Dijon, 1430
Douai, 1254
Faverney, 1608
La Rochelle, 1461
Neuvy-Saint-Sépulcre, 1257 -
Les Ulmes, 1668
Marseille-En-Beauvais, 1533 -
París, 1290
Pressac, 1643
Holanda
Mapa:Milagro Eucarístico de Holanda
Alkmaar, 1429
Amsterdam, 1345
Bergen, 1421
Boxmeer, 1400
Boxtel-Hoogstraten, 1380
Breda-Niervaart, 1300
Meerssen, 1222-1465
Stiphout, 1342
India
Mapa:Milagro Eucarístico de India
Chirattakonam, 2001
Isla Martinica
Mapa:Milagro Eucarístico de Martinica
Morne-Rouge, 1902
Isla de la Réunion
Mapa:Milagro Eucarístico de Isla de la Réunion
Saint-André de la Réunion, 1902
Italia
Mapa:Milagro Eucarístico de Italia
Alatri, 1228
Asís (Santa Clara de Asís), 1240
Asti, 1535
Asti, 1718
Bagno Di Romagna, 1412
Bolsena, 1264
Canosio, 1630
Casia, 1330
Cava dei Tirreni, 1656
Dronero, 1631
San Mauro La Bruca, 1969
Ferrara, 1171
Florencia, 1230-1595
Gruaro (Valvasone), 1294
Lanciano, 750
Macerata, 1356
Mogoro, 1604
Morrovalle, 1560
Offida, 1273-1280
Patierno (Nápoles), 1772
Rimini, 1227
Roma, Siglo VI - VII
Roma, 1610
Rosano, 1948
San Pedro Damián, XI Secolo
Scala, 1732
Siena, 1730
Trani, XI Secolo
Turín, 1453
Turín, 1640
Veroli, 1570
Volterra, 1472
Perú
Mapa:Milagro Eucarístico de Perú
Eten, 1649
Polonia
Mapa:Milagro Eucarístico de Polonia
Glotowo, 1290
Cracovia, 1345
Poznan, 1399
Portugal
Mapa:Milagro Eucarístico de Portugal
Santarém, 1247
Suiza
Mapa:Milagro Eucarístico de Suiza
Ettiswil, 1447
LOS MILAGROS EUCARÍSTICOS EN EL MUNDO
Con un surtido extenso de fotografías y descripciones históricas, la exhibición presenta parte de los Milagros eucarísticos principales (acerca de 140 entrepaños) eso sucedió a través de las edades en varios países del mundo y que ha sido reconocido por la Iglesia.
Por medio de los entrepaños, uno "puede visitar virtualmente" los lugares donde los Milagros sucedieron.
La exhibición ya ha visitado más de cinco cien parroquias en Italia y en otros países y ha sido traducido a numerosos idiomas.
Los Milagros Eucarísticos son intervenciones prodigiosas de Dios que tiene como fin confirmar la fe en la presencia eal del cuerpo y la sangre del Señor en al Eucaristía.
Conocemos la doctrina católica con respecto a la presencia real. Con las palabras de consagración: “Este es mi cuerpo,” “Esta es mi sangre,” la sustancia del pan se convierte en cuerpo de Cristo y la sustancia del vino en su sangre.
Esta maravillosa transformación toma el no mbre de transustanciación, es decir, el camio de sustancia por otra. Del pan y del vino restan solamente las apariencias o especies, dichas en términos filosóficos accidentes. Son, el color, el sabor, el olor, inclusive la capacidad nutritiva, pero no la sustancia, es decir, la verdadera realidad convertida en el cuerpo y la sangre del Señor.
La transustanciación no puede ser experimentada en absoluto por los sentido, sólo la fe nos asegurra esta maravillosa transformación.
Los Milagros Eucarísticos buscan confirmar esta fe que se funda en las palabras de Jesús, aquello que aparece como pan no es pan y aquello que aparece como vino no es vino.
En los Milagros Eucarísticos se dejan ver, efectivamente, la carne y la sangre, o una sin la otra dependiendo del
milagro. El fin de estos milagros es el demostrar que no debemos buscaar la apariencia externa (pan y vino), sino la sustancia, la verdadera realidad de la cosa, que es la carne y la sangre.
Los teólogos medievales han profundizado el tema de los Milagros Eucarísticos (muy frecuentes en aquellos tiempos), de los que han dado diversas interpretaciones. Una de las más fundadas y razonables podría ser la del “Doctor eucarístico” por excelencia, es decir, San Tomás de Aquino (cf. Summa Teologica III, q. 6, a. 8).
El dice que el cuerpo y la sangre que aparecen luego del milagro se deben a la transformación de las especies eucarísticas, es decir, de los accidentes, y no tocan la verdadera sustancia del cuerpo y de la sangre de Jesús. Es decir, la especie del pan y del vino vienen transformadas milagrosamente en especie de carne y sangre, sin embargo, el verdadero cuerpo y la verdadera sangre no son aquello que aparece, sino aquello que, aún antes del milagro, estaban escondidos bajo la especie del pan y del vino, los cuales continúan existiendo de manera escondida bajo las especies de la carne y de la sangre.
Si la carne y la sangre que aparecen fuesen verdaderamente la carne y la sangre de Jesús tendríamos que decir que Jesús resucitado, que reina impasible a la derecha del Padre, pierde una parte de su carne o de su sangre. Esta sería una afirmación inadmisible.
En consecuencia, debemos afirmar que la carne y la sangre que aparecen en los milagros son del género de la especie o apariencias o accidentes como lo son del mismo modo las especies del pan y del vino.
El Señor realiza estos milagros para ofrecer un signo fácil y visible para todos: en la Eucaristía está el verdadero cuerpo y el verdadero sangre del Señor.
Es así que este verdadero cuerpo y esta verdadera sangre non son lo que aparece, sino que se encuentran contenidos sustancialmente bajo la especie o apariencia, especie o apariencia que antes del milagro eran las del pan y del vino y que luego del milagro son son las de la carne y de la sangre.
Bajo las apariencias de la carne y la sangre de Jesús está verdaderamente y sustancialmente contenido como lo era antes del milagro. Por eso mismo, nosotros podemos adorar Jesús realmente presente bajo las especies de la carne y de la sangre.
Padre Roberto Coggi, o.p.
LOS SANTOS, MÍSTICOS Y LA EUCARISTÍA
Santa Margarita María Alacoque – Sagrado Corazón de Jesús, Siglo XVII
Santo Tomás de Aquino, 1224-1274
San Francisco de Asís, Siglo XIII
San Bernardo di Chiaravalle, Siglo XII
San Juan Bosco, 1848
Santa Germana Cousin (Pibrac), 1589
San Egidio
San Stanislao Kostka, 1550-1568
Santa Faustina Kowalska, Siglo XX
San Sátiro, Siglo IV
Santa Catalina de Siena, 1347-1380
Beata Alexandrina Maria da Costa, 1904-1955
La Beata Anna Katharina Emmerick, 1774-1824
Beato Niels Steensen, 1638-1686
San Nicolás de Flüeli, 1417
La Sierva de Dios Anne-Louise Lateau, 1850
La Sierva de Dios Marthe Robin, 1902-1981
André Frossard, Siglo XX
Teresa Neumann, 1898-1962
Nuestra Dama y la Eucaristía Calanda, España, Miguel Juan Pellicer, 1640
Guadalupe, México, Juan Diego, 1531
Lourdes, Francia, Santa Bernadette, 1888
París, Francia, Santa Catalina Labouré, 1830
Fatima, Portugal, El Ángel de la Paz, 1916
Comuniones Prodigiosas
Beata Emilia Bicchieri
Beata Imelda Lambertini
Beato Giacomo de Montieri
Beato Thomás de Cori
San Bernardo
San Buenaventura
San Gerard Magella
San Gerónimo
Santa Giuliana Falconieri
Santa Luciía Filippini
Santa María Francisca de las Cinco Llagas
San Segundo
Beata Angela de Foligno
Santa Inés Segni
Santa Clara de Montefalco
Santa Francesca Romana
San Gregorio Magno
Santa Teresa de Avila
Marcadores