El 28 de abril del año de gracia de 1535, cinco hombres fueron sometidos a un juicio. El 4 de mayo de dicho año estos hombres, condenados por el tribunal. Fueron arrastrados en zarzos desde la Torre en que estaban encarcelados hasta un paraje en donde fueron, uno a uno, primero mutilados vivos, descuartizados y colgados. Se les arrancaron las entrañas, el corazón y se despedazaron sus cuerpos empalados en lanzas, uno a uno y, mientras esto ocurría, los que aguardaban su turno contemplaban el horror sin inmutarse.
¿Creen que era la Inquisición Española? No. Este horror se producía en Inglaterra, y los nombres de las víctimas eran Juan Houghton, prior de la Cartuja de Londres, Agustín Webster, prior de la Cartuja de Axholme (en Lincolnshire), Roberto Lawrence, Prior de la Cartuja de Beauvale (en Nottinghamshire), Ricardo Reynolds, del convento de la Brígidas de Sión y Juan Hale, sacerdote secular y párroco de Isleworth.
Ellos fueron los primeros mártires de una larga serie de mártires que desencadenaría a raíz del divorcio de Enrique VIII de su legítima esposa Catalina de Aragón. La intención de Enrique VIII era conseguir el divorcio para casarse de nuevo con Ana Bolena, pero en 1534 el papa Clemente VII declaraba inválido este nuevo «matrimonio». Sucesivas actas del Parlamento declararon ofensa capital negar la validez del matrimonio del rey (Acta de Sucesión) y consideraron como Alta Traición no aceptar que el rey es «Jefe Supremo en la tierra de la Iglesia en Inglaterra» (Acta de Supremacia). Muchos seglares y eclesiásticos prestaron juramento obligado a estas dos leyes. Pero para los que se opusieron comenzó la terrible persecución y martirio narrado con anterioridad. Poco después (22 jun. y 6 jul., respectivamente) serían decapitados S. John Fisher y S. Tomás Moro por el único motivo de defender la fe católica y su obediencia al Papa.
Los presuntos horrores de la Inquisición Española tienen mucha fama. Pero de estas cosas ¿quién quiere acordarse? Nosotros.
La pintura adjuntada " Tres priores y un monje de Santa Brígida juzgados por Cromwell" es de Sanchez Cotán y se encuentra en el monasterio de la Cartuja en Granada.
“La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua; medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros términos, sustituyen a ella, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cierta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que llaman ellos sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión, la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás sobre todo esto. ”. John Henry Newman
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