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Tema: James Cameron niega la resurrección de Cristo

  1. #1
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    Angry James Cameron niega la resurrección de Cristo




    "LA TUMBA PERDIDA DE JESUS", EL CINE VUELVE A LA CONTROVERSIA

    James Cameron presenta documental en NY que niega la resurrección de Jesucristo
    “No poca gente cree que el cuerpo de Jesús se elevó y se perdió en las nubes como si se hubiera tratado de Superman”, añadió el experto en estudios bíblicos

    Por Miguel Cruz Tejada
    Editor de Primicias en Nueva York

    miércoles 4 de abril de 2007, actualizado document.write(timeDifference(1175659200000));hace 23 horas, 45 minutos

    NUEVA YORK._ Fue una conferencia de prensa muy singular, y aprovechando la Semana Santa, fue convocada por los distribuidores y promotores de un documental que será presentado en dos canales de televisión nacional de los Estados Unidos y Canadá y que reniega de la resurrección de Cristo. “La Tumba Perdida de Jesús”, es el sugestivo título de la producción.
    NUEVA YORK._ El afamado director de cine de Hollywood James Cameron (centro) mientras aparecía ayer en una conferencia de prensa promoviendo un documental de su producción que cuestiona la resurrección de Cristo. A la izquierda, la “piedra” en la que apar Miguel Cruz Tejada. Editor Nueva York. El autor, es otro de los más controversiales directores de cine en Hollywood: el infatigable y muy creativo James Cameron, responsable de éxitos mundiales de taquillas como "Titanic".

    Teniendo como fondo dos urnas de piedra de osarios en las que se mostraban las palabras "Jesús, hijo de José, María Marianamana (Magdalena), José, Mateo y Matía Judas), los exhibidores del film, se reunieron con un selecto grupo de periodistas invitados para la que ellos definieron como una ocasión muy especial.

    La conferencia, se llevó a cabo en el edificio principal de la Biblioteca Pública de Nueva York situada en la calle 42 y Quinta Avenida y Cameron, se hizo acompañar por un grupo de especialistas que definió como expertos en asuntos bíblicos.

    James Tabor, catedrático de la Universidad de Chicago dijo que mucha gente de esta época, cree que la Biblia, cuando habla de la resurrección de Cristo, se refiere a esta en términos espirituales y no corporales.

    "No poca gente cree que el cuerpo de Jesús se elevó y se perdió en las nubes como si se hubiera tratado de Superman", añadió el experto en estudios bíblicos.

    El documental es dirigido por el periodista judío Simcha Jocobovici y se estrenará el seis de marzo a través de las cadenas internacionales de televisión Discovery Vision TV de Canadá.

    El documental producido por Cameron, se basa en el hallazgo de unos restos encontrados en el llamado "Osario de Jacob" y al igual que la película "El Código Da Vinci" de James Brown, pretende demostrar que Jesús y María Magdalena, estuvieron casados.

    La teoría de Cameron, está, según él, fundamentada en datos que se hicieron públicos después del hallazgo de los supuestos restos de Jesucristo y su familia, incluida la Virgen María, María Magdalena y un presunto hijo de estos identificado como "Judas".

    Los osarios de Jacob, fueron descubiertos en 198º, mientras se hacían excavaciones en un sector de la ciudad de Jesuralem los antropólogos que dirigieron la operación, aseguraron haber hallado una cueva con 10 sarcófagos.

    Una de las urnas mostradas en la rueda de prensa, rezaba: "Judas, hijo de Jesús". Y el profesor Andrey Feueverger de la Universidad de Toronto en Canadá, fue mucho más lejos que los otros.

    "La muestras del ADN hechas a esos restos, demuestran que Jesús y María Magdalena, no eran parientes, pero sí fueron marido y mujer".

    Las ponencias de los investigadores dejaron atónitos a algunos periodistas presentes y que militan en distintas religiones, algunas de ellas ortodoxas. Otros, nos limitamos a evaluar la parte científica de las teorías.

    En 1994, se informó, el descubrimiento fue patentizado en el Catálogo de Patrimonio Arqueológico del Estado de Israel, recordó el periodista Simcha. Pero la credibilidad de ese hallazgo, fue puesta en duda porque los nombres de Jesús, María, José, Judas y Mateo, se consideraban muy comunes entre la población hebrea de los primeros cien años después de Cristo.

    Varios dirigentes religiosos reconocidos de la ciudad, pusieron en duda la "verdad peliculera" del documental y cuestionaron la credibilidad de la información.

    Para algunos de ellos, el objetivo de los productores es el de vender la cinta.




    Periodico Primicias
    - "¿Qué hay hijo?"
    - "Que dicen que me van a fusilar si no rindes el Alcázar".
    - "Pues, encarga tu alma a Dios, da un grito de ¡VIVA ESPAÑA! y muere como un Patriota"
    - "Un beso muy fuerte, papá...."
    ----------------------------------------------------

    - "Jose Antonio, tu vida corre peligro, vete de España"
    - "No puedo, mi madre esta enferma"
    - "¿Pero tu madre no murió hace años?"
    - "Mi madre es España"

  2. #2
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    Val
    Val está desconectado Miembro graduado
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    Re: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    Ahora dicen que Jesús y María Magdalena se casaron, tuvieron un hijo, nacido en el sur de Francia, y que los reyes Merovingios descendían de ese hijo…

    ¡¡Pufff!! Lo que le faltaba al chovinismo francés.

    A ver cuando hacen un documental hablando de Mahoma, cuestionándole en lo religioso, mostrándole como un “vendedor de camellos de segunda mano”, con ataques de delirium tremens y pederasta. Me da que para eso no hay, como se suele decir vulgarmente, huevos.
    Última edición por Val; 05/04/2007 a las 12:41
    Tapatio dio el Víctor.

  3. #3
    Avatar de Juan del Águila
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    "La tumba perdida de Jesús" y otras fábulas

    "La tumba perdida de Jesús" y otras fábulas.
    Padre Jordi Rivero, 6 Marzo, 2007


    El 4 de marzo, 2007 el Discovery Channel presentó un "documental" titulado "La Tumba Perdida de Jesús". El productor de Hollywood James Cameron (Titanic, Verdaderas Mentiras) y el periodista Simcha Jacobovici afirman haber descubierto la tumba de Jesús y de su familia. También dicen haber encontrado evidencia de que Jesús tenía un hijo con María Magdalena.

    Después del éxito publicitario del Código DaVinci y el Evangelio de Judas era de esperar una nueva revelación sensacionalista sobre los orígenes del cristianismo. Esperaron a la cuaresma para lanzar la campaña mediática y una vez mas pretenden seriedad científica, dando a entender que la fe católica es un mito ahora superado.

    ¿Cual es la novedad? En realidad ninguna. El hallazgo de diez osarios (cajas de huesos) ocurrió hace 27 años en Talpiot, al sur de Jerusalén. Desde el principio, arqueólogos reconocidos han descartado la idea de que se tratara de la tumba de Jesús. En 1996 la BBC y el London Times ya habían producido un documental con los mismos argumentos. Sin embargo, varios agencias publicitarias han decidido, once años después, hacerse eco del cineasta Cameron a pesar de que en una entrevista en el "Today Show" de 26 de Febrero el reconoció: "Yo no soy arqueólogo, soy productor de cine". Podría haber precisado: "productor de cine ficción". La atención del documental se centra en seis de los osarios, supuestamente pertenecientes a la familia de Jesús. Contienen los siguientes nombres : 1) Yeshua bar Yosef (Jesús hijo de José); 2) Maria, o Marya; 3) Matya; 4) Yose, (el documental lo presenta como hermano de Jesús); 5) Mariamene o Mara (el documental interpreta que es María Magdalena; 6) "Yehuda bar Yeshua" o Judah, hijo de Jesús. Según el experto en estadísticas del documental, Andrey Feuerverger, las posibilidades de que esa combinación de nombres pertenezca a otra familia es de 1 en 600. Pero el mismo Feuerverger reconoce que sus cálculos dependen de suposiciones que son cuestionables. "Esas suposiciones no me parecen irracionales, pero debo recordar que yo no soy un erudito de la Biblia" (1).

    El judío Tal Ilan, compilador del reconocido Lexicon de Nombres Judíos, rechaza rotundamente que ésta sea la tumba de Jesús. Dice que los nombres inscritos allí "están en cada tumba de Jerusalén ... estos son los nombres más comunes que se puede esperar encontrar". Por ejemplo, 30% de las mujeres se llamaban María y uno de cada 20 hombres se llamaba Yeshua (Jesús). El nombre de José era aun mas popular que el de Jesús.
    Según el documental, expertos en ADN han demostrado que los restos en el osario de "Jesús" y "Mariamene" no tienen vínculo genético. ¡Eso fue suficiente para que especulen que eran un matrimonio! Sostienen: "Quizás estaban casados y quizás lo mantuvieron secreto para proteger la posible dinastía, un secreto escondido a través del tiempo, un secreto que nosotros puede que descubramos en la tumba de la santa familia". ¿Llaman a esas especulaciones investigación científica?


    Un fraude repetido

    Esta no es la primera vez que Jacobovici y el Discovery Channel han participado en fraudes relacionados con descubrimientos arqueológicos.

    El fraude del "osario de Santiago"

    En el año 2002 salió a la luz un osario con la inscripción: «Jacob [Santiago], hijo de José, hermano de Jesús». En ese año Jacobovici públicamente apoyó la supuesta autenticidad. Discovery Channel, la BBC y otros le dieron credibilidad como si fuera algo ya científicamente comprobado. Algunos dijeron que este "hallazgo" ponía en duda la doctrina católica sobre la Virginidad perpetua de María. Pero el "osario de Santiago" resultó ser un fraude. Los 15 miembros de la Autoridad de Antigüedades de Israel demostraron por encima de toda duda que el osario “descubierto” era una falsificación moderna. Así lo determinó el director de Antigüedades de Israel, Shuka Dorfman, quien anunció (junio 18, 2003): «El osario es real. Pero la inscripción es falsa. Lo que significa es que alguien cogió una caja real y labró la escritura en ella, probablemente para darle una importancia religiosa». Lamentablemente los medios de comunicación que tan ampliamente propagaron el engaño, no hicieron casi nada por rectificarlo.

    No solamente Jacobivici nunca se retractó de
    su apoyo a aquel fraude sino que ahora el mismo protagoniza otro de la misma especie. Es de notar que el fraudulento "osario de Santiago" estaba entre los diez osarios originales encontrados en 1980.

    Arqueólogos han denunciado el nuevo libro y documental sobre la supuesta tumba de Jesús

    Según el documental: "Todos los arqueólogos confirman la naturaleza del descubrimiento". La verdad es muy diferente:

    -Amos Kloner, destacado arqueólogo israelí de la universidad Bar-llan, arqueólogo oficial del Distrito de Jerusalén, experto en tumbas de Israel y el primer arqueólogo que examinó el sitio del descubrimiento en 1980, ha dicho que las conclusiones a que ha llegado Cameron y Jacobovici no tienen validez arqueológica: "Solo quieren sacar dinero por eso" (Kloner 26/2/2007, Associated Press). “Refuto todas sus afirmaciones y esfuerzos por llamar la atención sobre los descubrimientos. Con todo respeto, no son arqueólogos”. Kloner dijo a la BBC: "Yo no acepto la noticia de que fue utilizado por Jesús o su familia" Kloner afirmó también: “Es muy poco probable que Jesús y sus parientes tuvieran una tumba familiar. Ellos eran una familia de Galilea sin vínculos en Jerusalén. La tumba de Talpiot perteneció en cambio a una familia de clase media del primer siglo de nuestra era”. Kloner dijo a CTV que él conocía al menos otros dos osarios con el nombre "Jesús hijo de José". Es notable que, al mismo tiempo que Discovery presenta el documental de Cameron, el Museo de Arte de Fort Lauderdale, Florida, USA, presentaba la exhibición titulada "La Cuna del Cristianismo", por primera vez fuera de Israel. Esta exhibición también contiene osarios del primer siglo. ¡Sorpresa! Entre los osarios, hay uno con la inscripción: "Jesus hijo de José". Otro pertenece a "María". Estos osarios, que no están relacionados con los del documental, están en gira por Estados Unidos antes de regresar al Museo de Antigüedades de Israel donde permanecerán en exhibición permanente. Nadie asociado con esta exhibición ha hecho reclamos sensacionalistas hasta la fecha.

    -EL Profesor L. Michael White, de la Universidad de Texas, otro experto en antigüedades, declaró sobre el documental de Discovery: "Esto es tratar de vender documentales". Añadió que una serie de pruebas eran necesarias antes de que una caja de huesos o una inscripción sea confirmanda como antigüedad. "This is not archeologically sound, this is fanfare" (Esto no es arqueológicamente sólido, esto es fanfarria) (26/2/2006, Reuters).

    -Joe Zias, arqueólogo
    de la universidad de Rockefeller en Jerusalén por 25 años, asegura: "Simcha [Jacobovici] no tiene ninguna credibilidad" (26/2/2006, Catholic League).

    El hecho que un par de personas monten un fraude no es asombroso. Pero lo que estamos observando es una gigantesca complicidad por parte de numerosos e importantes medios de comunicación. Según uno de ellos: "El documental incluye dramáticas recreaciones basadas en la mas reciente evidencia histórica ilustrando imágenes precisas de Jesús de Nazaret, su familia, sus seguidores, su ministerio, su crucifixión y su entierro". Decir esto es una mentira que no se puede explicar fuera de una complicidad maliciosa en contra de la fe cristiana.

    Los cristianos debemos ser conscientes de los crecientes ataques contra la fe y comprender que nuestra lucha no es contra la verdadera ciencia. Esta es en realidad nuestra aliada porque siempre corrobora la verdad. Nuestra lucha es contra la mentira que se disfraza de erudición.


    ¿Enterrados en Jerusalén?

    Desde el comienzo de su ministerio público, los discípulos y la comunidad de creyentes se convirtió en la verdadera familia de Jesús. No existe absolutamente nada que sugiera que Jesús estaba casado. Al contrario. Los relatos mas antiguos anulan esa hipótesis.

    Si los huesos de Jesús hubiesen quedado en una caja sería señal de que no resucitó. Habría sido entonces un impostor desacreditado. Su familia y seguidores habrían retornado a sus pueblos de origen como hacían todos los peregrinos al terminar la pascua y como hacían los caminantes de Emaus antes de reconocerlo resucitado. No tiene sentido que se hubiesen quedado en Jerusalén, especialmente cuando serían allí muy mal vistos. Por lo tanto habrían sido enterrados en sus pueblos y nadie recordaría hoy sus nombres. No estarían juntos en Jerusalén en una tumba de clase media.

    Desde el 1347 los franciscanos han custodiado el lugar que desde la antiguedad se conoce como el Santo Sepulcro de Jesucristo, en la Iglesia de la Resurrección en Jerusalén. Las investigaciones históricas, arqueológicas y teológicas coinciden perfectamente dando credibilidad a este lugar. Ya en el año 44 dC "La Iglesia Madre de Jerusalén tenía su sede en Sión, visitaba el Jardín del Gólgota y allí celebraba el "Recuerdo" de los grandes eventos de la Crucifixión, Muerte y Resurrección del Señor" (Ver: Santo Sepulcro). Allí el sepulcro ha estado vacío desde la Resurrección de Jesús, tal como dicen los Evangelios. Por lo tanto la resurrección de Jesus fue un hecho físico. Muchos fueron testigos de ello. La transformación de los discípulos y el poder de la verdad que ellos comunicaron, acompañada por signos y milagros, sería inexplicable sin la resurrección. Es el mismo poder transformador de la gracia que hoy también experimentan los creyentes. Cristo resucitado continua perdonando, sanando y salvando a quienes le abren el corazón. Eusebio de Cesarea (265-340), nacido en Palestina, describe en su "Vida de Constantino", los esfuerzos del emperador Adriano por hacer desaparecer el Santo Sepulcro, junto con todos los lugares sagrados de Jerusalén, poniendo sobre ellos templos paganos:

    "En esta cueva sagrada, sucedió entonces que algunas personas impías y ateas, habían pensado retirarla por completo de la vista de los hombres. Suponían dentro de su locura que así podrían ser capaces de obscurecer la verdad de manera efectiva. Con ese fin trajeron una cantidad de desechos desde lejos y con mucho esfuerzo recubrieron totalmente el lugar; luego, habiendo llevado esto a una altura moderada, lo pavimentaron con piedras, escondiendo la cueva sagrada bajo el masivo montón. Después, como si su intento se hubiera llevado exitosamente a cabo, prepararon sobre esta base, un verdadero y truculento sepulcro de almas, mediante la construcción de un tenebroso altar de ídolos sin vida para el espíritu impuro al cual llaman Venus y ofreciendo allí detestables oblaciones en esos profanos y malditos altares. Porque ellos suponían que su objeto no podía ser de otra forma totalmente alcanzado, más que enterrando así la cueva sagrada bajo esas nocivas contaminaciones." (III, XXVI – véase también el informe de Eusebio sobre el Santo Sepulcro)

    Irónicamente, el templo pagano de Adriano, construido en el siglo II para esconder el Santo Sepulcro, ha servido para marcar su lugar preciso durante los tiempos de persecución. Mas tarde el Templo Pagano fue removido, el Santo Sepulcro fue excavado y la Basílica de la Resurrección fue construida sobre el. Todo esto está abalado por la arqueología.

    En pleno siglo XXI, los medios de comunicación, como nuevos emperadores, se afanan por lograr con sus artes mediáticas lo que Adriano no pudo hacer a pesar de su titánico esfuerzo. Sabemos que jamás podrán destruir la fe en Cristo resucitado, pero no podemos dormirnos porque seríamos culpables por el daño que hacen a la fe de muchos. Aprovechemos la ocasión para dar testimonio de nuestra fe con un nuevo entusiasmo.


    Notas

    1 Scientific American. www.sciam.com


    Pos data:

    Stephen Pfann, quien apareció brevemente en el documental "La Tumba Perdida de Jesus" como perito de la Universidad de Tierra Santa de Jerusalem, ha publicado un documento refutando las conclusiones del documental.

    Después de analizar la inscripción griega del osario que, según el documental, pertenece a María Magdalena, ha dicho que no se puede leer como "Mariamene" sino que contiene dos nombres escritos por dos manos diferentes: la primera "Mariame," fue escrita en griego formal. Mas tarde, cuando se añadieron a la misma caja los huesos de otra mujer, otro escritor añadió las palabras "kai Mara" que significa "y Mara." Mara es una variación del nombre "Marta".

    Pfann concluye que el osario no contiene los huesos de "María la maestra" sino de dos mujeres: "María y Marta".

    ________________________________________________________________



    http://www.eluniversal.com.mx/notas/409035.html


    Aunque el documental dice haber encontrado la tumba de Jesús, la BBC se les adelantó en ese sentido unos 11 años.

    En 1996, cuando la BBC transmitió un documental sobre el mismo tema, arqueólogos criticaron las aseveraciones. Amos Kloner, primer arqueólogo en examinar el sitio, dijo que la idea no está confirmada pero vende bien en televisión.

    "Ellos simplemente quieren dinero", dijo Kloner.

    Osnat Goaz, portavoz de la agencia gubernamental israelí de arqueología, rehusó comentar antes de que el documental ser transmitido. Goaz dijo que la Autoridad de Antigüedades aceptó enviar dos osarios a Nueva York, pero dijo que no contenían restos humanos.

    "Nosotros aceptamos enviar los osarios, pero eso no significa que estamos de acuerdo con los documentalistas", dijo.

    Las afirmaciones del documental han causado la ira de líderes cristianos en Jerusalén.

    "La evidencia histórica, religiosa y arqueológica muestra que el lugar en el que Cristo fue sepultado es la Iglesia de la Resurección", dijo Attallah Hana, clérigo greco ortodoxo en Jerusalén.

    El documental, dice, "contradice los principios religiosos y los principios históricos y espirituales que nos sostienen".

    Stephen Pfann, un erudito bíblico en la Universidad de la Tierra Santa en Jerusalén que fue entrevistado para el documental, dice que la hipótesis de los realizadores no es sólida.

    Pfann ni siquiera está seguro de que el nombre "Jesús" en los osarios fue interpretado correctamente. El piensa que lo más probable es que se trate del nombre "Hanun". Las escrituras semíticas antiguas son notoriamente difíciles de descifrar.
    ________________________________________________________________

    http://www.elmundo.es/elmundo/2007/0...172516931.html


    El arqueólogo israelí Amos Kloner, uno de los primeros expertos que estudió esta cueva cuando fue descubierta hace más de 25 años, ha rechazado esta teoría que contradice los cimientos de la fe cristiana. Según ha subrayado a la BBC, todos los nombres inscritos en los ataúdes eran muy comunes en todas las familias judías de la época en la que vivió Jesucristo. "Yo no comparto la teoría de que la tumba fuera usada por Jesús o su familia", ha reiterado el científico.

  4. #4
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    Re: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    La Tumba Perdida de Jesús: ¿Qué es Verdad y qué Falso?


    Según un destacado arqueólogo “La Tumba perdida de Jesús" es una farsa publicitaria.


    Por Soledad Pérez

    En Nueva York, el canal Discovery anunció la próxima emisión, durante el tiempo de cuaresma católica, de un documental elaborado por el Director israelí-canadiense SIMCA Jacobovici y el director cinematográfico James Cameron, en el cual se pretende demostrar que que una tumba descubierta hace 27 años en Talpiot, Jerusalén, es la tumba de Jesús y su familia.

    Este documental fue calificado como una “farsa publicitaria” por Amos Kloner, destacado arqueólogo israelí.

    Este documental también será exhibido en América Latina en español, su argumento, de los 10 osarios encontrados en una cueva en 1980, 6 llevan inscripciones identificándolos como los de Jesús, su madre María, Una segunda María (posiblemente María Magdalena) y unos parientes llamados Mateo, Josa y Judá, este último sería “el hijo de Jesús”.

    Amos Kloner, profesor de la Universidad Bar-Ilan y arqueólogo oficial del distrito de Jerusalén, supervisó las excavaciones de la misma tumba en 1980 y es autor de numerosas obras sobre los descubrimientos, dijo que las afirmaciones del documental “son una farsa publicitaria”, excelente material para películas, pero sin sentido, algo totalmente imposible.

    Amos, quien descubrió la tumba en 1980 y la reveló al mundo, criticó al Discovery Chanel por utilizar una “ estrategia de mercadeo”.”Afirmar que la tumba de Jesús ha sido encontrada no se basa en ninguna prueba y es sólo una maniobra para vender” agregó Kloner. Éste recordó que hace 11 años, la BBC de Londres ya había producido un documental similar con el mismo argumento, dejando en claro que la nueva producción es un renovado intento de crear controversias en el mundo cristiano con el fin de obtener mayores ganancias.

    Argumentos:

    Los nombres inscritos en las tumbas eran muy comunes en la era del Segundo templo.

    Que la inscripción “Jesús hijo de José” ha sido encontrada en muchas otras tumbas en Jerusalén.

    “La verdadera tumba de la familia de Jesús sería un descubrimiento que sacudiría al mundo, y eso es lo que los cineastas están tratando de hacer”, agregó el arqueólogo.

    “Es muy poco probable que Jesús y sus parientes tuvieran una tumba familiar”, explicó Kloner. “Ellos eran una familia de Galilea sin vínculos en Jerusalén. La tumba de Talpiot perteneció en cambio a una familia de clase media del primer siglo de nuestra era”.

    Finalmente, Kloner criticó duramente a la Autoridad Israelí de Antigüedades –conocida por sus siglas en inglés IAA– por prestar dos de los osarios para su exhibición en Nueva York durante la conferencia.

    Amigos lectores, no nos dejemos engañar porque no todo lo que sale en televisión es cierto.



    Miércoles 07 de Marzo de 2007

    http://www.elmorrocotudo.cl/admin/render/noticia/9072

  5. #5
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    Re: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    Gracias JUAN por ilustrarnos con tu excelente post, sin olvidarnos de los 2 anteriores en el hilo. Te felicito, más por nosotros que por ese "CAMELÓN", aunque la Fé no necesita de estas alforjas, simplemente nos ha de servir para tapar más de una boca.

    "¡Zapatero, a tus zapatos!", ¿recordais esta anécdota?

    -¿Usted qué es, a qué se dedica?

    -Pues... a ... Pues no se meta usted en lo que no sepa, ignore, no tenga idea, etc, etc. Demuestra ser usted un necio con mayúsculas.

    -Desde luego hay que ser gilipollas (perdón por la palabreja), porque decir las chorradas que dicen estos papanatas. En fin allá ellos, pero... "El que no creyere, sera condenado" (Marc., 16,16) Y si se imaginan que nos va a afectar a muchos van dados. Y un signo más del extravío de los hombres en los últimos tiempos.

    Consigna: en lo sucesivo ni un pirulí que provenga de esta chusmilla.


    Un abrazo en Cristo, Resucitado, Redentor, Rey del Mundo, del Universo y de la Eternidad.

  6. #6
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    Post Testimonios sobre la muerte de Cristo

    Testimonios sobre la muerte de Cristo



    Para describir cómo fue la ejecución de Jesús, se dispone de algunas fuentes no cristianas que hablan de la crucifixión. Por Domingo Cosenza - Fraile dominico. La resurrección de Jesús ha sido proclamada primeramente por sus propios discípulos, que no han dejado de presentarse como los únicos testigos: “Dios le resucitó al tercer día y le concedió la gracia de aparecerse, no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había escogido de antemano” (Hech 10,40-41). Y el Evangelio de Juan felicita como dichosos a “los que no han visto y han creído” (Jn 20,29). Por tanto, de la resurrección de Jesús no pueden ofrecerse “pruebas” sino testimonios, que libremente se aceptarán o no.
    En el caso de su muerte, que fue un suceso público, podemos buscar alguna otra información, más allá del anuncio de la fe. En primer lugar, disponemos de unas pocas fuentes no cristianas, como el historiador judío Flavio Josefo, quien afirma a finales del siglo I: “Cuando Pilato lo condenó a la cruz, por la denuncia de nuestros jefes, los que antes lo habían amado no dejaron de hacerlo. Y hasta hoy la tribu de los cristianos, llamados así a causa de él, no ha desaparecido” (Antigüedades 18,64s). Algunos años más tarde, el historiador romano Tácito informa: “Cristo, imperando Tiberio, había sido ejecutado por orden de Pilato, procurador de Judea” (Anales 15,44,3).
    La descripción del suplicio de Jesús, tal como se lee en los Evangelios, ha sido redactada de tal modo que se comprendiera como anunciado desde antiguo en la Escritura. Sin embargo algunas referencias literarias antiguas concuerdan con ciertos detalles del relato de la Pasión. Así, para describir cómo fue la ejecución de Jesús, se dispone de algunas fuentes romanas que hablan en general de la crucifixión. Por ejemplo, las cartas de Séneca a Lucilio, donde el pensador romano habla de la muerte en cruz como un “morir miembro a miembro, vertiendo gota a gota la vida… oprimido el pecho y las espaldas” (101,14). Pero también se ha descubierto una sepultura con restos de un crucificado en la necrópolis de Giv’at ha Mivtar, a unos 2 km de Jerusalén. En la tumba, fechada en la primera mitad del siglo I dC, se encontraban los huesos de un niño y de dos adultos, uno de los cuales se llamaba Juan, hijo de Haggol. Tenía unos 25 años y una altura de 1,70 m. Los enterradores no pudieron desprender uno de los clavos del cadáver, y por eso lo dejaron fijo al hueso de la pierna, a la altura del tobillo. La visita al sepulcro de Jesús al tercer día respondería a una costumbre contemplada en la legislación judía. En el tratado Semahot se dice: “Se podrá ir al cementerio para reconocer al muerto durante tres días, sin que de manera alguna esto tenga sabor a prácticas paganas, ya que alguna vez ha sucedido que un hombre, que fue así reconocido, siguió viviendo durante 25 años más” (8,1).
    En cuanto a su aspecto, el arqueólogo israelí Amos Kloner escribe, en un artículo publicado este año por la Biblical Archaeology Society, que podemos hacernos una buena idea de cómo era la tumba de Jesús, con las referencias de los Evangelios y nuestro conocimiento de las tumbas contemporáneas encontradas en el interior y los alrededores de Jerusalén (The Burial of Jesus p.9). ¿Y qué ocurre con el sepulcro excavado por él mismo en 1980 en el barrio de Talpiot? Respecto a ese hallazgo Kloner explicó que los nombres inscritos en las tumbas eran muy comunes en la era del Segundo Templo, y por tanto, son absolutamente insuficientes como argumentos para concluir que esa era la tumba de Jesús y de su familia. Explicó además que la inscripción “Jesús hijo de José” ha sido encontrada en muchas otras tumbas en Jerusalén.
    Otro arqueólogo israelí, Dan Bahat, escribe en la misma publicación que, aunque no podemos estar seguros de que la Iglesia del Santo Sepulcro es el sitio del entierro de Jesús, no se dispone de ningún otro lugar que ofrezca argumentos de más peso, y no hay ninguna razón para rechazar la autenticidad del sitio.


    http://www.lagaceta.com.ar/vernotasu...plemento=10214



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  7. #7
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    [FAROagencia] Feliz Pascua Florida


    Regina Coeli laetare,

    Alleluia,
    Quia Quem meruisti portare,
    Alleluia,
    Resurrexit, sicut dixit,
    Alleluia.
    Ora pro nobis Deum.
    Alleluia.



    Madrid, 8 abril 2007
    . El Servicio de Prensa y Documentación de la Comunión Tradicionalista desea a suscriptores y amigos de FARO una santa y feliz Pascua de Resurrección.




    Madrid, 7 abril 2007. Un suscriptor de FARO ha tenido la amabilidad de enviarnos esta réplica del Padre Jorge Loring S.I. a un nuevo y falaz ataque desde RTVE contra la Sábana Santa:
    SEIS FALSEDADES SOBRE LA SÁBANA SANTA

    La noche de este Viernes Santo, madrugada del sábado, la Primera de Televisión Española emitió un programa sobre la Sábana Santa en el que uno que negaba su autenticidad dijo seis falsedades.

    1ª: "No hay documentación anterior al año 1353 que apareció en Lirey".

    Ignora multitud de documentos anteriores a 1300, que se remontan al siglo X.

    Entre otros el encontrado por Gino Zaninotto, catedrático de la Universidad de Roma, en los Archivos Vaticanos. Se trata de un manuscrito griego del sermón que pronunció el Obispo Gregorio de Constantinopla el 16 de agosto del año 944, día en que la reliquia llegó a Constantinopla procedente de Edessa. En él se describe la Sábana Santa.

    2ª: "Los Evangelios hablan de vendas, no de sábana".

    Ignora que Mateo, Marcos y Lucas hablan de SINDON que significa sábana. San Juan habla de lienzos. Lo de vendas es una mala traducción de OZONIA que es la palabra usada por San Juan.

    3ª: "Es obra de un artista medieval".

    La imagen está en negativo. Es absurdo decir que un medieval puso al revés el blanco y el negro antes de inventarse la fotografía. Nadie lee al revés.

    4ª: "Lo que parece sangre no es sangre".

    Hematólogos de talla internacional como el norteamericano Heller y el italiano Baima Bollone afirman que es sangre humana, y hasta han averiguado el grupo sanguíneo: es AB, el más frecuente en Oriente Medio.

    5ª: "Nadie ha confirmado las afirmaciones de Max Frei sobre el polen de la Sábana Santa".

    Ignora que Avinoam Danin, botánico de la Universidad hebrea de Jerusalén, sí lo hace.

    6ª: "Los analistas de Carbono-14 en la Sábana Santa han demostrado que el tejido es de 1300".

    Ignora que en seis Congresos Científicos sobre la Sábana Santa se ha invalidado esta prueba, pues el Carbono-14 de la Sábana Santa está alterado, y no sirve para datarla. Por eso el Dr. Baima Bollone, Presidente del Centro Internacional de Sindonología dijo textualmente en el discurso de clausura del Congreso de Cagliari: "La tónica general de Congreso ha sido LA INACEPTABILIDAD DE LA PRUEBA DEL CARBONO-14 EN LA SÁBANA SANTA".

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  8. #8
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    Re: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    Está claro que ahora está de moda negar la divinidad de Cristo, negar su Resurrección, decir que tuvo relaciones con la Magdalena y que tuvo varios hijos con ella,...en fin...Todo eso para unas cuantas novelas está muy bien,...pero pretender tambalear más de dos mil años de Cristianismo con dichos argumentos es mucho...Realmente Cameron se cree lo que dice?...No sé hasta qué punto pueda ser así, pero es cierto que se garantiza un negocio de venta de documentales y libros ante éstas ideas tan de actualidad...y si no que se lo pregunte al autor de "El Código Da Vinci".

  9. #9
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    ¿QUÉ PASÓ CON LA SÁBANA SANTA Y EL CARBONO-14?
    En orden a la fe, nada. La fe sigue igual. Nuestra fe no se basa en la Sábana Santa, sino en el Evangelio. La Sábana Santa es una reliquia que puede ayudar a la fe, pero que no la condiciona.
    El resultado del carbono-14, que data la Sábana Santa entre 1260 y 1390, ha despertado un gran interrogante, dado el valor que se concede a esta prueba, y ha sido algo inesperado para los que sostenemos la autenticidad de la Sábana Santa. Pero no es algo definitivo e indiscutible. No se pueden ignorar todas las anteriores investigaciones que confirman que el lienzo de lino que hoy se conserva en Turín es el mismo que cubrió el cadáver de Jesucristo en el sepulcro. El análisis del carbono-14 no puede invalidar todas las anteriores investigaciones en los campos de la historia, la medicina, la palinología, la numismática, la arqueología, la bioquímica, etc. Si la prueba del carbono-14 no concuerda con las anteriores investigaciones, hay que buscar el porqué. Otros investigadores de la Sábana Santa seguirán trabajando para averiguar las razones que han llevado a estos resultados que discrepan de las investigaciones antes realizadas.
    Primero, dos palabras sobre lo que es el carbono-14.
    Todos los seres vivos estamos formados a base de carbono. La química orgánica es la química del carbono. El carbono más abundante en los seres vivos es el carbono-12. Pero todos los seres vivos tienen una pequeña cantidad de carbono-14, que tiene dos neutrones más y es radiactivo. Mientras está vivo, el carbono-14 permanece constante, porque lo que se pierde se repone. Pero al morir, el carbono-14 ya no se repone, y con el paso del tiempo va disminuyendo. Así, por la cantidad de carbono-14 que queda en la muestra analizada, se puede saber cuántos años hace que murió el ser vivo cuya muestra se analiza.
    Pero para que el análisis del carbono-14 sea fiable hace falta que la muestra analizada haya estado muy bien guardada, para que el carbono no esté alterado. Por eso, el análisis del carbono-14 ha sido válido en los restos de san Pedro, que han estado dos mil años encerrados en un nicho; o en los papiros de Qumran que han estado dos mil años escondidos en unas cuevas del mar Muerto. La Sábana Santa ha sufrido a lo largo de la Historia una serie de avatares que han alterado el carbono-14.
    Según Roberto Gallino, profesor de la Univer­sidad de Turín, (1) al haber estado la Sábana Santa expuesta al aire libre, sin cristal, durante siglos, ha podido acumular gran cantidad de materia orgánica, polen, etc., que ha alterado la proporción de carbono-14. Lo mismo ocurrió con la carbonización del tejido en el incendio de Chambéry en 1532.
    Lo mismo dice el profesor Manuel Valdés Ruiz en su conferencia del 7 de febrero de 1989 en la Real Academia de Medicina. (3)
    Pero, sobre todo, el carbono-14 ha podido alterarse con la radiación que grabó la imagen y ha sido detectada por los científicos de la NASA ame ricana, y explicada por el profesor Eberhart Lindner, catedrático de Química Técnica en la Universidad alemana de Karlsruhe, en el Congreso Científico Internacional de París sobre la Sábana Santa, los días 7 y 8 de setiembre de 1989. (4)
    Según un informe del profesor Luciano Pecchiai, director del Centro de Eubiótica Humana de Milán, publicado en el periódico Il Giornale, del 26 de octubre de 1988, la radiación, detectada por la NASA, ha podido rejuvenecer radiactivamente el lino del tejido en 1300 años. Es decir, la Sábana Santa puede ser contemporánea de Cristo.
    Lo mismo opinan Jesús Amado Moya, catedrático de Física y Química, en su trabajo titulado «La Sábana Santa y el carbono-14», (6) y el doctor ingeniero Manuel Ordeig al final de su trabajo « La Sábana Santa y los análisis del carbono-14 ». (7) Lo mismo mantienen el doctor Francisco de Asís Bosch Ariño, catedrático de Química Analítica en La prueba del carbono-14 y la Sábana Santa, y el doctor en Ciencias Físicas don Ricardo Salcedo, que ha trabajado veinte años en Estados Unidos, donde ha sacado varias patentes, en su trabajo, La Sábana Santa, ¿es correcta su datación por medio del carbono-14? ; lo mismo afirma el ingeniero don Francisco Javier Mora en Cataluña Cristiana del 8 de octubre de 1992, y el doctor ingeniero J. Munarriz en La Vanguardia de Barcelona del 31 de enero de 1988, etcétera.
    En la misma línea está el doctor Baima Bollone, catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Turín, en su trabajo «Yo no creo que sea un fraude».(8) Lo mismo, el profesor alemán Werner Bulst, catedrático de la Universidad de Frankfurt y experto en el test del radiocarbono, en su trabajo «El sudario no es una falsificación».(9) El profesor Thomas Philips, del Laboratorio de Física de Alta Energía de la Universidad de Harvard, en la revista científica Nature también afirma que la radiación detectada por la NASA ha podido rejuvenecer radiactivamente el tejido. (10) Lo mismo, el doctor Manuel Arvesú de Miami, en su trabajo La Sábana Santa de Turín y la prueba del carbono-14.
    El mismo doctor Williard Frank Libby, de la Universidad de Chicago, que recibió el Premio Nobel en 1960 por haber descubierto el método del carbono-14, considera que este método no se puede aplicar a la Sábana Santa. Dice: «Existen fuentes radiactivas que han recargado el carbono-14 de la Sábana Santa», por lo tanto la han rejuvenecido. (11)
    El doctor Michael Tite, director del Laboratorio de Investigación del Museo Británico y coordinador de los análisis de la Sábana Santa, reconoce un posible aumento del carbono-14 del lino si éste ha recibido un bombardeo de neutrones. (12) Incluso se ha publicado una carta suya del 14 de setiembre de 1989 al profesor Gonella, catedrático de Física en el Politécnico de Turín y asesor científico del arzobispo de Turín, en la que pide perdón por haber sido causa de que los medios de información hayan desorientado a la opinión pública diciendo que la Sábana Santa es falsa. (13)
    Y el doctor Robert Hedges, director del Laboratorio de la Universidad de Oxford (uno de los que ha efectuado el análisis del carbono-14), afirma que si la Sábana Santa ha recibido la descarga de neutrones de la que habla la NASA, la datación por el carbono-14 quedaría invalidada. (14)
    Por todo esto, en el Congreso Científico Inter­nacional sobre la Sábana Santa, que ha congregado a trescientos (15) especialistas en el tema, cele brado en París los días 7 y 8 de setiembre de 1989, se ha rechazado la datación del carbono-14 que afirmaba que la Sábana Santa era de la Edad Media. (16)
    Por cierto que cuando Jackson, de la NASA americana, al final de su ponencia en este congreso, dijo que la radiación que grabó la imagen tuvo que producirse en el momento de la resurrección de Cristo, una clamorosa ovación estremeció la sala. (17)
    El trabajo de los laboratorios analistas del carbono-14 se ha limitado a datar la fecha según la proporción de este carbono, sin tener en cuenta los avatares por los que ha pasado cada muestra analizada, pues se trató de una «prueba ciega»: a cada laboratorio se le entregaron tres muestras sin identificar, una verdadera y dos falsas.
    Sin embargo hay muchas investigaciones que confirman la autenticidad de la Sábana Santa. ¿Qué opinión seguimos? Voy a dar veintiséis razones para demostrar que la Sábana Santa no puede ser del siglo XIV.

    1. En mayo de 1989 se ha celebrado en Bolonia (Italia) un Congreso sobre la Sábana Santa. Allí ha quedado claro que la Sábana Santa no puede ser del siglo xiv, pues aparece antes del siglo XIII en la iconografía cristiana. (18)

    2. Ian Wilson, catedrático de Historia de la Universidad de Oxford, en su libro sobre la Sábana Santa publica una fotografía de un cáliz de plata siríaco del siglo VI que se conserva en el Museo del Louvre de París con una grabación del rostro de la Sábana Santa.

    3. El profesor Gino Zaninotto, especialista en Lenguas Clásicas y Orientales de la Universidad de Roma, ha descubierto en los Archivos del Vaticano (19) el manuscrito griego de un sermón del archidiácono Gregorio de Santa Sofía, en Constantinopla, del 16 de agosto del año 944, día que llegó la Sábana Santa de Edesa a Constantinopla. (20) En el sermón se describe la Sábana Santa entera. (21)

    4. En la Biblioteca Nacional de Madrid (vitrina 26, 2, folio 131, r) se puede ver una miniatura de Skylitres (1081-1118) que reproduce la escena del emperador Lecapeno (920-944) besando la Sábana Santa que llegaba de Edesa, antes de subir al trono su hijo Constantino VII. Allí se ve el mandylion extendido, con las dimensiones de la Sábana Santa. El emperador besa la parte de la cabeza y otra persona está sosteniendo el resto de la sábana, que tiene cuatro metros y medio de larga. (22)

    5. Roberto de Clary afirma haber visto la Sábana Santa en Constantinopla antes del saqueo de 1204. (23) ¿Cómo podría ser el lino del siglo XIV?

    6. El mismo Ian Wilson (24) identifica la Sábana Santa de Turín con el mandylion que se veneraba en Edesa hasta el año 944, en que fue trasla dado a Constantinopla, donde se exponía á la veneración de los fieles, todos los viernes, en la iglesia de Santa María de Blaquerna, y que Otto de la Roche se trajo a Francia, según Roberto de Clary, cronista de la Cuarta Cruzada. (25)

    7. Sobre este hecho se conserva una carta fechada el 1 de agosto de 1205, escrita por Teodoro Ángel Comneno, nieto de Isaac II, emperador de Constantinopla durante el saqueo de los cruzados. Esta carta va dirigida al papa Inocencio III, organizador de la Cuarta Cruzada. En ella se queja del latrocinio de los cruzados y pide que sea devuelta la Sábana Santa a Constantinopla. (26)

    8. Existe una carta del año 1095, escrita por el emperador bizantino Alejo I Comneno (1081-1118) a su amigo Roberto de Frisia, conde de Flemings, en la que refiere que en Constantinopla se conservaba el lienzo de lino que estaba en el sepulcro de Cristo después de la resurrección. (27)

    9. Se conserva también una lista de las reliquias del palacio imperial de Constantinopla, hecha en 1201 por Nicolás Mesarites, donde se in cluye la Sábana Santa.(28) También aparece la Sábana Santa en el catálogo dé reliquias del palacio imperial de Constantinopla que hizo el monje de Thingeyrar en el año 1157. (29) ¿Cómo puede ser el lino del siglo XIV si la reliquia está en una lista del siglo XII?

    10. La trayectoria de Edesa a Constantinopla está confirmada por el hecho de que Max Frei, palinólogo de la Interpol y director del laboratorio de investigaciones de la policía de Zurich, ha en­contrado en la Sábana Santa gran cantidad de polen de plantas exclusivas de Edesa y Constantinopla. ¿Cómo se explica este polen microscópico en un tejido medieval falsificado en Francia, cuando nadie había visto el polen porque el microscopio no se conoció hasta el siglo XVII?

    11. El mismo Max Frei ha encontrado en la Sábana Santa gran cantidad de polen de plantas exclusivas de Palestina desaparecidas después del siglo I, y que se encuentra hoy en estratos sedimentarios de Palestina del siglo I. ¿Cómo va a ser el lino de la Edad Media si tiene polen del siglo I? Max Frei afirma: «Para mí es algo indiscutible que la Sábana Santa estuvo en Palestina en el siglo I.» Todo esto consta en las actas del Congreso de Sindonología celebrado en Bolonia del 27 a129 de noviembre de 1981. (30)

    En la misma línea están el profesor Danin de Jerusalén, que ha explorado durante veinte años los desiertos de Israel y el Sinaí, y el profesor Ho rowitz, de Tel-Aviv, el principal palinólogo de Israel. (31)

    12. En el Centro de Sindonología de Turín se encuentran cartas autógrafas de los cardenales Binet y Mathieu, arzobispos de Besançon, que confirman la presencia de la Sábana Santa en la ciudad en los primeros días del siglo XIII. (32) ¿Cómo el lino del tejido va a ser del siglo xiv?

    13. El padre Francisco Filas, S. J., de la Universidad Loyola de Chicago, con los modernos aparatos de ampliación ha descubierto en el ojo de la Sábana Santa huellas de una moneda. Los judíos de la época las ponían sobre los ojos para mantener los párpados cerrados. En esta moneda se distingue perfectamente el dibujo de un bastón de mando y las letras U CAI, que son la última de Tiberiou y las primeras de Caisaros. Significan: «... de Tiberio César.» Esta moneda está en los catálogos de los numismáticos, y es un leptón acuñado por Poncio Pilatos, que circuló en Palestina entre los años 26 y 36 de nuestra era. Los trabajos del padre Filas han sido publicados en la revista Sindon de investigación científica sobre la Sábana Santa. ¿Cómo se pudo hacer en la Edad Media esta marca que no se aprecia a simple vista? Ni siquiera se ve con un microscopio normal. Es necesario un microscopio electrónico. (33)

    14. El doctor Kindler, director del Museo de Ha-arez (Tel-Aviv), afirma que se ha encontrado, junto al mar Muerto, un esqueleto con monedas en las órbitas. (34)
    Mario Moroni ha encontrado monedas en calaveras del cementerio hebreo de Jericó.

    15. En los omóplatos de la imagen de la Sábana Santa se advierten unas escoriaciones que hacen suponer que Cristo llevó sobre ellos el palo horizontal, como hoy generalmente opinan los autores. Esto es impensable en un falsificador medieval, pues todo el arte de aquel tiempo presentaba a Jesús cargando con la cruz entera. (35)

    16. El doctor Tamburelli, profesor de Electrónica de la Universidad de Turín, con ayuda de una computadora a la que se informa de lo que es sangre humana y luego se le manda que muestre todo lo que es sangre en el rostro de Cristo, ha descubierto en el rostro de la Sábana Santa hilillos capilares de sangre que no se ven a simple vista, procedentes del sudor de sangre de Getsemaní. Por eso afirma Tamburelli: «Hay que excluir definitivamente la posibilidad de toda intervención manual en la formación de la imagen de la Sábana Santa». (36)

    17. Expertos en técnicas de tejidos afirman que el tejido de la Sábana Santa no puede ser dé la Francia medieval. Así lo afirman el profesor Gilberto Raes y su equipo del Laboratorio de Investigación Textil de la Universidad de Gante (Bélgica). (37)

    18. El profesor Gabriel Vial, secretario técnco del Centro Internacional de Estudios de Tejidos Antiguos, uno de los expertos en tejidos de más experiencia del mundo, afirma: «Jamás he visto un tejido europeo como la Sábana Santa. Por otra parte, se han encontrado tejidos siríacos del siglo I de la misma estructura que la Sábana Santa.» (38)

    19. El doctor Héctor Morano, director del Centro de Microscopia Electrónica del hospital de San Andrés de Vercelli, en su comunicación al Segundo Congreso Internacional de Sindonología demostró que la tela de la Sábana Santa tiene una antigüedad de dos mil años, al compararla mediante el microscopio electrónico con tejidos egipcios de antigüedad conocida.

    20. Entre hilo e hilo de la Sábana Santa no hay grumos de pintura. (39) ¿Quién pudo en la Edad Media, cuando no había microscopio, colorear los hilos sin dejar pintura entre ellos? (40)

    21. La imagen está en negativo. Es absurdo pensar que en la Edad Media, antes de inventarse la fotografía, alguien invirtiera el blanco y el negro, por ejemplo, pintando la sangre en blanco y los dientes en negro. ¿Qué dirían sus contemporáneos? Ningún pintor pinta para sus espectado­res de quinientos años después.

    22. Mientras la imagen está en negativo, la sangre que empapó el tejido está en positivo. Esta distinción es impensable para un medieval, que no conocía la fotografía.

    23. El doctor John Heller, del New England Institute (Estados Unidos), y el doctor Baima Bollone, catedrático de Medicina Legal en la Universidad de Turín, han demostrado que las manchas de sangre de la Sábana Santa tienen una composición correcta de sangre humana: hemoglobina, hierro, porfirina, proteínas, albúmina, bilirrubina,(41) etc. Incluso han averiguado el grupo sanguíneo. (42) Es AB: el más corriente en Oriente Medio, según me dijo a mí en Logroño el doctor Miguel Ángel González Moreda. En cambio es muy raro en Europa, donde apenas llega al tres por ciento. (43) Es impensable esta precaución de un falsificador en la Francia medieval, pues entonces nada se sabía de los grupos sanguíneos.

    24. Según el doctor Rodante, la sangre de las heridas de las manos, pies y corona de espinas ha coagulado como sangre de hombre vivo, mientras que la sangre del costado ha coagulado como sangre de hombre muerto; y es sangre venosa. Esta distinción es impensable en un falsificador del 1300, pues la circulación de la sangre se descubrió en el año 1593. (44)

    25. En la catedral de Oviedo se conserva el pañolón del que dice el Evangelio que estaba junto a la sábana en el sepulcro de Cristo. Este sudario de Oviedo no tiene imagen, sólo manchas de sangre. Este pañolón cubrió la cara del cadáver de Cristo en el traslado de la cruz al sepulcro, y ha sido estudiado por un equipo de investigadores españoles; yo tuve la dicha de presentar este trabajo en el Congreso Científico de Cagliari, Italia, celebrado los días 29 y 30 de abril de 1990, ante unos doscientos congresistas. Este trabajo consiste en encajar las manchas de sangre del sudario de Oviedo con la cara de la Sábana Santa. El trabajo se llevó a cabo con los aparatos más modernos de investigación: microscopio electrónico, ordenadores, aparatos de luz infrarroja y ultravioleta, etcétera.
    Esta coincidencia de las manchas de sangre sólo se explica si los dos lienzos cubrieron la misma cara. En la catedral de Oviedo se conserva documentación de la apertura de la urna que guardaba este lienzo, ante el rey Alfonso VI, doña Urraca, el Cid Campeador y varios obispos, el 14 de marzo de 1075. Si el sudario de Oviedo está allí desde el siglo XI, el lino de la Sábana Santa no puede ser del siglo XIV, pues los dos cubrieron la misma cara.

    26. Los doctores en Ciencias Físicas de la NASA americana Jackson y Jumper con el analizador de imagen VP-8, han logrado una foto en relieve, transformando en altura el relieve de cada punto, pues la intensidad de la quemadura depende de la distancia de este punto desde la tela a la piel. (45) No se comprende cómo se pudo hacer esto en la Edad Media sin los aparatos que hoy tene­mos. Afirmar que la Sábana Santa es una falsificación de la Edad Media es como si se dijera que en la Edad Media el hombre había pisado la Luna sin la tecnología de hoy.
    Estos interrogantes que la prueba del carbono-14 deja sin aclarar deben inclinarnos a muchos a mantener nuestra convicción de que la Sábana Santa es auténtica.

    Las investigaciones de la Sábana Santa no han llegado al final. Como dijo el 13 de octubre de 1988 el cardenal Anastasio Ballestrero, arzobispo de Turín y custodio de la Sábana Santa, en la comunicación de los resultados de la prueba del carbono-14 (por cierto, antes de conocerse el informe científico sobre la metodología empleada), (46) las investigaciones sobre esta sábana van a seguir. Los que creemos en la autenticidad de la Sábana Santa esperamos que estas nuevas investigaciones superen los resultados que ahora han presentado los analistas de la prueba del carbono-14.

    Notas:
    (1) Cf. Sindon, junio de 1989, p. 71.
    (2) Manuel Valdés Ruiz, Anales de la Real Academia de Medicina, CVl, 1, Madrid.
    (3) Linteum, núm. 2, XII, 1989, p. 5.
    (4) Jesús Amado Moya, Estar, núm. 86, febrero de 1989, p.7.
    (5) Segundas Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa, Sevilla, noviembre de 1988.
    (6) Pierluigi Baima Bollone, 30 Giorni, noviembre de 1988,p.78.
    (7) Werner Bulst, Der Sontag, 4 de diciembre de 1988, p.22.
    (8) The San Juan Star, Puerto Rico, 16 de febrero de 1989, p.22.
    (9) Diario Las Provincias de Valencia, 19 de abril de 1989, p.28.
    (10) L. Fossati, «Sindone in attesa di nuove analisi», 2, 2, 8, Studi Cattolici, diciembre de 1989.
    (11) Shroud News, núm. 55, octubre de 1989, p. 4, Manly, Australia.
    (12) Peter Jennings, «Sindone, carbono crudele», 30 Giorni, núm. 11, noviembre de 1988, p. 76.
    (13) Shroud News, núm. 55, octubre de 1989, p. 2, Manly, Australia.
    (14) René Laurentin, Le Figaro, 13 de setiembre de 1989, p. 10.
    (15) Shroud News, núm. 56, diciembre de 1989, Manly, Australia.
    (16) News Letter, julio de 1989, Nueva York.
    (17) Manuscrito de la Biblioteca Vaticana, VAT, GR. 511, folios 143-155.
    (18) CRC, núm. 257, octubre de 1989.
    (19) Shroud News, núm. 55, octubre de 1989, p. 13, Manly, Australia.
    (20) Bruno Bonet Eymard, CRC, 15 de abril de 1990 y 11 de marzo de 1991, pp. 6 y 17.
    (21) Dorothy Crispino, Sindon, núm. 29, diciembre de 1980, p.25.
    (22) lan Wilson, The Turin Shroud, Penguin, Londres, 1979.
    (23) Robert de Clary, La conquête de Constantinople: 92 50, manuscrito de la Biblioteca Real de Copenhague, Ed. Philippe Lauer, Champion, París, 1924.
    (24) Manuel Solé, S. J., La Sábana Santa de Turín, 11, 5.B. c, nota 30, Ed. Mensajero, Bilbao.
    (25) Sindon, junio de 1989, p. 116.
    (26) A. Heisemberg, Nikolaus Mesarites, Die Palasrevolution des Johannes Komnenos, Würzburg, 1907, p. 316.
    (27) Mario Moroni, La Sindone, Storia Scienza, Ed. Centrostampa, Turín, 1986, p. 68.
    (28) Max Frei, Nuovi pollini della Sindone. La Sindone, scienza i fede, Actas del Congreso de Sindonología, Bolonia, 1983, p. 282.
    (29) Werner Bulst, S. J., CRC, núm. 257, octubre de 1989, p. 12.
    (30) Sindon, junio de 1989, p. 68.
    (31) Giovanni Marches¡, S. J., «Il mistero della Sindone continua», La Civiltá Cattolica, 5 de noviembre de 1988, p.261.
    (32) Werner Bulst, S. J., CRC, núm. 257, octubre de 1989, p. 12.
    (33) Gaetano Intrigillo, «La Sindone, oggi: retrospectiva doppo la radiodatazione, III», Quaderni Aperti, núm. 5, Trani, 1989.
    (34) G. Tamburelli, La Sindone. Storia, Scienza, Ed. Centrostampa, Turín, 1989, p. 111. (Sindon, junio de 1989, p. 133.)
    (35) Manuel Solé, S. J., La Sábana Santa de Turín, Ed. Mensajero, Bilbao, 1986, 111, 3.
    (37) Werner Bulst, S. J., CRC, núm. 257, octubre de 1989, p. 12.
    (38) José Luis Carreño, O. S. B., La Señal, IX, 15, Ed. Don Bosco, Pamplona, p. 423.
    (39) Juan M. Igartua, S. J., El enigma de la Sábana Santa, Ed. Mensajero, Bilbao, IV, 1.
    (40) Bruno Bonet-Eymard, «Le Saint Suaire est authentique», CRC, diciembre de 1988, p. 24.
    (41) Pier Luigi Baima Bollone, La Sindone. Indagini scientifiche, Edizioni Paoline, Roma, 1988.
    (42) Catolicismo, enero de 1989, p. 13.
    (43) Sebastiano Rodante, La Sicilia, Attualitá, 15 de octubre de 1988, p. 24. Arístides R. Vilanova, Toda la verdad sobre la Sábana Santa de Turín, Ed. Fundación San Pío X, Madrid, I . a , VII, 7.
    (44) John P. Jackson, Eric J. Jumper, Actas del Segundo Congreso Internacional de Sindología: La Sábana y la Ciencia, Ed. Paoline, Turín, 1978, p. 163.
    (45) Manuel Ordeig, «La Sábana Santa de Turín y los análisis del carbono-14», Segundas Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa, Sevilla, 25 y 26 de noviembre de 1988.

    Jorge Loring, S. J. “Motivos para creer”.
    Última edición por Hyeronimus; 08/04/2007 a las 03:07

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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    LA SABANA SANTA Y EL CARBONO 14
    ¿ CONTINUA EL MISTERIO?
    Del libro “La Sábana Santa – últimos hallazgos, 1994”
    Por Francisco Ansón

    - ¿A la ciega? –preguntó Luigi Gonella, del Policlínico de Turín, responsable de los estudios científicos de la Sábana Santa.

    - ¡A la ciega! –confirmaron con fuerza los representantes de tres laboratorios situados en Gran Bretaña (Oxford University Research Laboratory for Archeology del Instituto Hall), Suiza (Instituto Federal de Tecnología) y Estados Unidos (Laboratorio de la Universidad de Arizona de Tucson).

    Luigi Gonella accedió. “A la ciega”, suponía –según acordaron- que, con objeto de que realizaran cada uno de los laboratorios la prueba del Carbono 14, se les enviarían tres muestras “sin identificar”: una correspondiente a un tejido del siglo I, otra a un lienzo del siglo XIV y la tercera perteneciente a la Síndone de Turín; es decir; se les entregaron una muestra de la Sábana Santa y dos de control (se agregó una cuarta de manera sorprendente), de forma anónima, sin que conocieran las claves de identificación de cada muestra, de modo que no pudiesen saber cuál era la que correspondía a la Sábana (esta última cautela resultó inoperante por varias razones, entre otras, porque al no trocear las muestras, la del tejido de la Síndone es muy fácil de identificar; ya que la textura de la Síndone es muy fácil de identificar; ya que la textura y gramatura de sus hilos han sido muy divulgadas.

    “Creo que es la primera vez, declaró Luis Gonella, que unos laboratorios ofrecen sus servicios al propietario de un objeto y no al revés. Lamento que hayan descartado la posibilidad que se les ha ofrecido de una investigación conjunta con otros especialistas”.

    Sin embargo, pronto se conoció el gran “sarcasmo” que supuso el ofrecimiento de estos laboratorios y su petición “a la ciega”. En efecto, se había acordado que las claves de identificación de las muestras se abrirían únicamente en presencia del custodio de la Sábana Santa, el Cardenal Ballestrero. Pero, como escribió Gianni Sangalli, Director de la revista “Torino”: “Maravilla que Institutos científicos serios como lo son estos tres laboratorios hayan filtrado noticias tan concretas que permitieran a los periodistas hablar de una ‘falsificación medieval’ meses antes de que las investigaciones se llevasen a término”. Y continúa: “Merece la pena resaltar el hecho de que los tres laboratorios, que, de un lado, no han tolerado ningún control sobre su trabajo por parte de expertos en sindonología y en los avatares de la historia de la Síndone, ni del representante del custodio de la Síndone o de la Academia Pontificia de las Ciencias, y de otro se habían comprometido a trabajar independientemente entre ellos y hacerlo, además, ‘a la ciega’, hayan sentido, al parecer, la necesidad de reunirse en Suiza unos meses antes de hacer públicos los resultados de sus investigaciones”.

    El periódico “ABC” se hizo eco de un extenso escrito en el que, “el estudioso francés Bruno Bonnet Eymard acusó al científico Michael Tite, conservador del British Museum de Londres, de haber sustituido el trozo de tela cortado a la Sábana Santa, que fue analizado por el método del Carbono 14, por otro confeccionado en el Medievo. Bruno Bonnet afirmó que Jacques Evin, director del Laboratorio de Radio Carbono de la Universidad francesa de Lyon, entregó a Tite un trozo de tela medieval de entre los siglos XIII y XIV muy semejante al tejido de la “Síndone”, y que perteneció a una capa pluvial de San Luis de Anjou, muerto en 1297. En opinión del estudios francés, es muy probable que Tite cambiara el trozo de tela verdadero por el medieval y, por tanto, toda la operación resultó ser una farsa”.

    Asimismo un periódico inglés dio la noticia recogida por la revista “Epoca”, de que uno de los científicos que realizaron la prueba del Carbono 14, cobró en lugar de las cincuenta mil pesetas que le correspondían por su trabajo ¡doscientos millones de pesetas! (Loring, Vídeo “La Sábana Santa”)

    En todo caso, la presión que la gran mayoría de las cadenas de televisión, las emisoras de radio y los periódicos y revistas ejercieron sobre la opinión pública,, afirmando que la prueba del Carbono 14 había demostrado definitivamente la falsedad de la Sábana Santa, adquirió intensidad suficiente como para que el Cardenal Ballestrero se viera obligado a convocar a los medios de comunicación y dar cuenta de la “falsedad” de la Sábana Santa, sobre la base de un simple telegrama en el que le comunicaban los resultados. Fue tal la campaña internacional acusando a la Sábana de ser una simple “falsificación de la Edad Media”, que el objeto arqueológico más estudiado de todos los tiempos, sobre el que docenas y docenas de investigaciones indicaban casi con un cien por cien de probabilidad que la Síndone era auténtica, quedó dementido mediante un sencillo telegrama (el informe se publicó medio año después, el 16 de febrero de 1989, en la revista “Nature”).

    Naturalmente, los científicos que llevaron a cabo la datación con el Carbono 14 han sido invitados a los diversos Congresos internacionales y Simposios, pero no han asistido jamás, excepto al Congreso de septiembre de 1989 celebrado en París. Acosados por las críticas de los científicos y sin respuestas válidas (Loring, Vídeo citado), Tite, el coordinador general, escribió el 14 de septiembre la siguiente carta: “Querido profesor Gonella. Tras el reciente congreso de París, le escribo para recordarle que yo tampoco considero el resultado de la datación del Sudario de Turín como una demostración de que sea falso. Como usted subrayó correctamente, la calificación de falso envuelve una deliberada intención de engañar; mientras que la fecha del examen radiocarbónico no ofrece, claramente, ninguna evidencia a favor de esta tesis. Yo mismo quise evitar el uso de la palabra falso, pero me temo que la referencia al Sudario con ese término haya tenido su origen en los numerosos artículos periodísticos escritos a raíz de las entrevistas que yo concedí. Tengo sólo que pedirle me excuse una vez más por todos los problemas que esos artículos han producido, a usted y a los demás de Turín”.

    En resumen, no cabe duda que, desde el descubrimiento del método del Carbono 14, a ningún científico se le ha imputado tantas faltas concretas de ética profesional como a los de estos tres laboratorios sin que hayan dado respuesta alguna ni publicado un solo artículo o hecho alguna declaración en defensa de su proceder “científico”. Y asimismo, pocas veces a lo largo de este siglo se ha visto, por parte de la casi totalidad de los medios de comunicación, un interés mayor por comunicar que “la Sábana Santa es falsa”, en el sentido de que ello plantea serias dudas contra la Fe o contra la honradez de la jerarquía eclesiástica.

    Este hecho confirma una vez más la hipótesis mantenida a lo largo del presente libro: la Sábana Santa constituye un motivo de credibilidad de tal fuerza que enfrenta al que la conoce con la veracidad de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, confirmando la autenticidad de los Evangelios y doctrina cristianos que se revelan verdaderos.

    Se dice esto porque puede imaginar el lector lo que los medios de comunicación hubieran dicho si se tratara del lienzo sepulcral, por ejemplo, de Tuthankhamen (con la leyenda que le rodea).

    Los medios de comunicación hubieran puesto de relieve, la inadecuación de la aplicación del método del Carbono 14 a un lienzo que, como el de la Síndone, ha sufrido, a lo largo de los siglos tantas y tan variadas vicisitudes, al punto que los científicos consideran que, con un alto grado de probabilidad, podrían haber alterado la composición química del carbono contenido en ella.

    Aparte del incendio de Chambéry ya aludido, la Síndone ha padecido al menos otro incendio que dejó sus huellas en forma de pequeñas chamuscaduras. Pero tomando en consideración exclusivamente el de Chambéry, no se olvide que la tela soportó temperaturas muy altas que llegaron a fundir la plata de la caja que la contenía, quemándola en buena parte. Para apagarla, fue empapada en agua casi toda ella, agua que arrastró consigo partículas carbonosas (no digamos, si es verdad lo que relata un cronista del siglo XVI: “Con objeto de comprobar si era la Sábana Santa auténtica, se la hirvió en aceite, se la pasó por el fuego, se la lavó y se la frotó varias veces, pero no se pudo borrar la figura”).

    Además, la Síndone, ha permanecido expuesta durante centenares de horas al aire libre, tal vez a los rayos directos del sol, y de todos es sabido el fuerte efecto que causa la luz solar, aun difusa, sobre el lino. Otras muchas veces ha estado extendida durante horas e incluso días en iglesias húmedas y frías,, en locales cerrados ocupados por multitudes de fieles (por tanto, en ambientes cargados de dióxido de carbono) y en la cercanía de filas de cirios encendidos, con la consiguiente producción de humos. Ha sido tocada por centenares de manos que la han doblado y desdoblado...manos que en ocasiones, bien podrían haber estado algo sudorosas. Ha sido puesta en contacto con enfermos para obtener su curación y acariciada y besada, posiblemente millares de veces...En pocas palabras, se calcula que la materia extraña que se ha incorporado al tejido de la Síndone constituye del 10 al 15 por 100 de su peso. (P. Solé, “La Sábana Santa de Turín”).

    Además, los medios de comunicación habrían avalado las anteriores informaciones con las declaraciones del propio Libby, el descubridor del método del Carbono 14 por el que le dieron Premio Nobel. Libby declaró en su día: “No puede aplicarse la prueba del Carbono 14 a la Síndone de Turín. Los resultados necesariamente serían falsos”.

    Y no sólo esto. Los medios de comunicación ridiculizarían los resultados del método del C-14: habrían recordado, por ejemplo, la datación de aquellos árboles vivos, situados en una de las autopistas que llevan a Roma y que el C-14 determinó que dichos árboles habían muerto hacía cientos de años: o habrían reproducido, la noticia publicada en la revista “SCIENCE”, en diciembre de 1988, según la cual el C-14 había datado unos caracoles vivos con 26.000 años de antigüedad, esto es, como si estos caracoles hubieran muerto hace 260 siglos.

    Asimismo, los medios de comunicación habrían echado en cara al laboratorio de Tucson, que intervino en el proceso de datación de la Síndone, que a un mantel actual, le habían dictaminado una antigüedad de centenares de años, es decir, que el lino con el que se tejió el mantel fue cortado hace varios siglos. Y al de Zurcí, que igualmente fue uno de los tres laboratorios que dató la Síndone, que en sus análisis de un cuerpo vikingo determinó que el animal del que procedía dicho cuerno moriría el año 2.006 despues de Cristo. A mayor abundamiento, hubieran puesto de relieve la fuerte relativización que de los resultados del C-14 hacen los arqueólogos.

    Sin embargo, los medios de comunicación se habrían equivocado en gran medida, porque desde los tiempos de Libby han mejorado muchísimo los procedimientos de limpieza de los objetos a los que se va a someter a la prueba del C-14; y si bien existen errores, lo cierto es que el método del C-14 está muy contrastado y aunque los arqueólogos relativicen sus resultados, el C-14, con frecuencia, constituye uno de los datos significativos en la datación de un objeto.

    Quizá el lector no comparta el ejercicio de futuribles que acaba de hacerse. Su objeto es poner de relive que el descubrimiento de huellas en el lienzo mortuorio de Tuthankhamen, al no comprometer el comportamiento interior de las personas, sí constituiría una noticia apasionante. En el caso de la Sábana Santa, también resulta la noticia interesante, pero al implicar la necesaria admisión de la realidad sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, que dijo que era el Hijo de Dios, el compromiso que supone para la orientación de la propia vida según el mensaje cristiano tiene un carácter radical.

    El Doctor Ingeniero Agrónomo y Doctor en Teología, Manuel Ordeig, publicó, en el número 299 de Abril de 1990 de la revita “Palabra”, el artículo mas ponderado y sugerente sobre la prueba del C-14 aplicada a la Sábana Santa. He aquí algunos de sus párrafos.

    LA INTERPRETACIÓN DE LOS ANÁLISIS DEL CARBONO 14

    Se impone una valoración de esos análisis y de sus resultados: de los análisis tomados en sí mismos, y de su relación con los demás datos conocidos sobre la Sábana Santa.

    Vaya por delante que el análisis del Carbono14, en un estudio arqueológico, es un dato más; en absoluto apodíctico. En un estudio científico serio todos los datos son importantes. Nunca se rechaza un resultado, ni se acepta otro, sin un proceso crítico de su validez. En el caso de la Sábana Santa, muchos han aceptado sin crítica el resultado del Carbono 14, olvidándose de los demás datos –también científicos- de que se dispone para contrastarlo. Por desgracia, también hay personas que descartan apriorísticamente el resultado del Carbono 14, simplemente porque no les gusta; y eso tampoco es lícito.

    Según el argumento de un especialista (Michael Winter, “Fiabilité de datations par le C-14”, en “Les Nouvelles du Ceshe”, febr. 84), “en la práctica, los resultados (del C-14) son tan dispersos que muchos de ellos no son hechos públicos. Si una fecha resultante del C-14 confirma nuestras teorías, la introducimos en el texto de nuestra tesis. Si no es más que parcialmente contradictoria, la relegamos a una nota. Si difiere del todo de la tesis defendida, la relegamos completamente”.

    Esto quiere decir, que, además del C-14, en todo proyecto arqueológico es necesario contar con otras referencias cronológicas que contrasten sus resultados. “Una datación aislada del contexto arqueológico no es suficiente para definir la edad de un objeto” (Marie-Claire van Oosterwyck-Gastuche: congreso de París, septiembre 1989). Ningún arqueólogo serio, pues, acepta como un dato de fe los resultados del C-14, especialmente si contradice a otras dataciones a que pueda someter su investigación. Naturalmente, tampoco los ignora por el hecho de que contrasten: le plantean un problema y le instan a seguir investigando, hasta llegar a una explicación del por qué de esa aparente divergencia.

    Una de las cosas que más sorprende en el artículo de “Nature” es la ignorancia que muestra respecto a todas las demás investigaciones llevadas a cabo sobre la Síndone. Parece que nadie hubiese dicho nada sobre ese lienzo hasta 1988. En la bibliografía que citan, no hay más que una obra sobre la Sábana Santa; bastante incompleta, por cierto. Es más, llegaron al extremo de no permitir que ningún otro investigador, conocedor de cuestiones sindonológicas, asistiese a sus análisis y pruebas; y se negaron rotundamente a un estudio interdisciplinar de los resultados.

    Esta actitud ha provocado, lógicamente, que muchos investigadores del Sudario estén dolidos y algo resentidos. Y también es lógico que, aquella actitud, lleve consigo una cierta desconfianza, al menos hacia las intenciones de quienes realizaron los análisis.

    RESULTADOS A-CRITICOS

    El inconveniente más serio que puede ponerse para aceptar lo que dice el citado artículo de “Nature”, es quizá que se trata de una exposición a-crítica de los resultados del Carbono-14. El Dr. Tite, en efecto, se reduce a efectuar un estudio simplemente estadístico de los resultados obtenidos por los tres laboratorios: una catalogación de los doce datos de edad.

    Por su parte, el Centro Español de Sindonología que ha mantenido rigurosamente informados a sus miembros de las noticias que a partir de la prueba del C-14 se han ido produciendo, facilitó el año 1992 una información que supone el principio de la “rectificación de la edad de la Sábana Santa sobre la base del mismo Carbono-14”. He aquí, con algunas modificaciones y añadidos, varios párrafos de la apasionante información del número 7 de la revista “Linteum”, editada por dicho Centro:

    Como es sabido, en 1988, tres laboratorios (Oxford, Zurcí y Arizona) analizaron respectivos fragmentos de lino de la Sábana Santa; los resultados de la proporción de C-14 hallado en sus fibras, permitía deducir que la Síndone tenía una edad de unos 700 años, lo que situaba la edad de su fabricación en torno al año 1300.

    Desde el primer momento, los científicos conocedores de la Síndone, que la habían sometido con anterioridad a otros análisis, dudaron de la validez de la datación realizada con el método del C-14. Sus objeciones estaban basadas en los datos publicados en diversas revistas científicas sobre la desconcertante naturaleza de la huella sindónica absolutamente incompatible con ninguna falsificación medieval. Ahora, Jean Baptiste Rinaudo, investigador de medicina nuclear en Montpellier, ha desarrollado una teoría según la cual el mecanismo de formación de la imagen podría haber falseado los resultados de las pruebas de C-14.

    El mayor enigma de la Sábana Santa es, sin duda, el origen de las huellas que contiene. En la Síndone está “retratada” la imagen de un hombre crucificado, coronado de espinas y alanceado, cuyo análisis coincide con las descripciones de la Pasión de Jesucristo que hacen los Evangelios. Sin embargo, nadie ha podido saber cómo se produjeron esas impresiones. Los estudios realizados a finales de los años 70 por miembros del equipo STURP (Shroud of Turín Research Proyect) publicados en diversas revistas científicas, determinaron que dichas huellas: no son dibujo; son son pintura, ni estampado, ni grabado; no están producidas por impregnación o vaporigrafía; no son –como algunos pretenden- huellas termo-oxidantes producidas por un relieve de bronce sobrecalentado; no se sabe, en definitiva, qué son y hasta ahora, toda la inmensa capacidad científica del siglo XX ha sido insuficiente para reproducir un efecto semejante en otra tela de lino. Más de un investigador ha calificado seriamente estas huellas como UNO DE LOS MAS SORPRENDENTES ENIGMAS DE LA HISTORIA.

    Muy recientemente, sin embargo, J.B. Rinaudo, ha logrado producir una huella sobre una tela de lino, de alguna manera similar a la imagen de la Sábana Santa. Las huellas sindónicas están formadas por una ligerísima oxidación y deshidratación de las microfibrillas más superficiales del hilo que forma el tejido de la Sábana Santa. Cada hilo de lino, parecido a un hilo común, está formado en realidad por algunos centenares de fibrillas de lino, entrelazadas con las siguientes para dar continuidad al hilo. Las huellas de la Síndone afectan exclusivamente a las microfibrillas más superficiales de cada hilo: sólo una centésima parte del grosor del hilo de lino está alterado; y no porque “tenga” nada (pintura, etc.), sino porque le han “quitado” un poco de agua y se han oxidado algunos de los componentes celulares del lino. Esta huella, tan característica y tan insólita –no se conoce otra igual en el mundo- , ha sido reproducida en sus características esenciales por el citado investigador francés.

    Rinaudo sobre la base de que, bajo los efectos de una fuente de energía, el hidrógeno pesado (deuterio) libera un protón y un neutrón ha constatado que ese protón, fuertemente energético, es capaz de degradar el lino produciendo una huella en cierta medida análoga a la de la Sábana Santa.

    Además de esta huella, hay un segundo efecto tremendamente importante para la datación de la fecha de la Síndone. El neutrón que se desprende junto con el protón, choca con núcleos atómicos de Carbono, transformándolos en Carbono-14 y enriqueciendo así el tanto por ciento de C-14 en el conjunto de lino. Al aumentar la proporción de C-14 en la tela, ésta parece más “joven” (es decir, más rica en C-14) de lo que debería ser, si fuese del siglo I. De hecho, descontado este efecto de enriquecimiento en C-14, de los resultados dados por los laboratorios que analizaron la Síndone, ésta podría ser –con una aproximación relativa- algo anterior al siglo I.

    La acción de los protones sobre el lino para formar la imagen, ha sido comprobada en un acelerador de partículas de Grenoble (Francia). A la vez, en Lyon (Francia) se ha demostrado y medido el enriquecimiento en C-14, que produce ese bombardeo nuclear.

    Rinaudo consiguió reproducir en unas fibrillas de hilo oxidaciones similares a las que forman las huellas de la Sábana Santa; bombardeando una tela de lino con rayos alfa procedentes de la desintegración del deuterio. A la vez, esos protones (rayos alfa) iban acompañados de neutrones de baja energía (neutrones térmicos) procedentes del mismo deuterio; éstos produjeron un enriquecimiento en Carbono 14 de lino. Si esa hipótesis de formación de las huellas de la Síndone fuera cierta, a la vez que la mancha por oxidación , explicaría el falseamiento aparente de la edad del lienzo; ya que, al enriquecerse en C 14, el lino aparecería como más “joven” de lo que es en realidad...

    Según J.B. Rinaudo, cuando explica sus investigaciones y las aplica a la Síndone de Turín, “todo sucede como si esa radiación hubiera sido finamente dosificada. En efecto, si hubiera habido demasiada energía y, en consecuencia, demasiados protones, la imagen hubiera resultado excesivamente oscura. Si, por el contrario, la energía hubiera sido escasa, la imagen hubiese sido poco contrastada y por tanto ilegible. “ Es exactamente como si alguno hubiera tenido la intención precisa de provocar la imagen. “

    Rinaudo comparó este fenómeno con el origen del universo (el famoso Big Bang), donde también es necesario admitir una enorme y desconocida fuente de energía; también extremadamente dosificada. En ambos se llega a un punto de interrogación.

    Los análisis del C 14 efectuados el 1 de mayo de ese mismo año sobre los fragmentos de lino de Rinaudo, dieron a éste la razón en cuanto al enriquecimiento en C-14: un 102% de aumento del nivel de C-14. Precisamente el necesario para convertir un lienzo del siglo I en una tela aparentemente del siglo XIII. Con esto no se ha dicho todo, pero se confirma la intuición de Rinaudo de que estamos en el buen camino.

    Naturalmente, queda sin explicación científica de cuál fue la fuente de energía NUCLEAR que, hace XX siglos pudo bombardear la Sábana de lino e imprimir en ella esos cambios.

    Quedará siempre como un misterio, sin embargo, la identidad de aquel cadáver que pudo EMITIR UNA ENERGIA DE TIPO NUCLEAR, BREVISIMA, INTENSÍSIMA Y PERFECTAMENTE AJUSTADA AL EFECTO DE DEJARNOS EN EL LIENZO LAS HUELLAS DE SU CUERPO




    ¿LA HUELLA MATERIAL DE UNA RESURRECCIÓN?

    - Doctor, está en peligro. Salga deprisa por la puerta de atrás- susurró uno de sus devotos ayudantes.
    El doctor Yves Delage, médico de fama internacional, director del laboratorio Roscoff, activo militante en las filas ateo-racionalistas, interrumpió su conferencia y miró estupefacto la agresiva, congestionada y vociferante multitud de sus correligionarios en el ideal ateo y en el progresismo científico. Le acusaban de traición y numerosos puños empezaron a levantarse amenazadores.

    - Por favor, doctor, ya lo recogeré yo todo. Usted váyase cuanto antes- urgió de nuevo suplicante su colaborador.

    Yves Delage comprendió que tenía razón e inició su retroceso del estrado hacia la puerta trasera. Le interceptó el Secretario de la Academia, la cara desencajada y la voz alterada y chillona:
    - Monsieur Delage, asumo la responsabilidad personal de que en las Actas de esta Ilustrísima Academia no quede constancia del nombre que usted ha pronunciado relacionándolo con la tela de Turín.

    Delage no daba crédito a lo que oía y veía. Entre la mayor parte de los miembros de la Académie des Sciences existía una vinculación muy especial, como suele ocurrir con todos los que comparten un mismo ideal, sobre todo si éste es minoritario. Y la verdad era que todavía en 1902 el ideal de un ateísmo activo y militante, considerado como fuente inagotable de un constante progreso material, científico y liberador, sólo era compartido por algunas minorías muy cualificadas de Europa y América. En efecto, la creencia de que en la medida en la que el pueblo se fuera liberando de su fe religiosa se produciría un imparable desarrollo científico, bienestar material y libertad ciudadana, la compartían y luchaban por ella sólo reducidos grupos de intelectuales, artistas y hombres de negocios.

    Pero lo que no cabía en la cabeza de Delage era la reacción de sus correligionarios frente a lo que acababa de exponer en su conferencia; porque muchas veces había comentado con ellos la diferencia entre su mentalidad atea y racionalista, tolerante, comprensiva, abierta a cualquier idea o progreso del signo que fuere, frente a la mentalidad católica, dogmática, intolerante, aferrada a formas inquisitoriales y reaccionarias. Y sin embargo, ahora, estaban allí, sus propios compañeros de lucha por ese sublime ideal en que para él consistía el ateísmo liberador, antidogmático y racionalista, insultándole, amenazándole, acusándole de traidor, porque al exponer los resultados de una de las investigaciones más exhaustivas llevadas a cabo en su vida de científico, había dejado constancia de la autenticidad del lienzo de Turín, y asimismo de que las características que aparecían en la figura de este lienzo coincidían con las del personaje histórico llamada JESUS DE NAZARETH.

    !Qué diferencia! Hacía apenas dos horas, al entrar en la Academia, oyó decir al propio Secretario con entusiasmo desbordante: "Doctor, esto es un éxito, todo está abarrotado, ya no cabe ni un alfiler". Y en efecto, cuando él empezó a hablar se hizo un silencio expectante. Fue al pronunciar la primera vez el nombre de Jesús de Nazareth cuando empezaron los murmullos. Después fueron los gritos, el pateo, y ahora tenía que salir con rapidez para evitar alguna agresión personal.

    Recordó la expectación que se produjo cuando la opinión pública supo que Yves Delage se había hecho cargo de la investigación de la Síndone de Turín. Muchos pensaron que por fin se iba a desenmascarar esta última superchería de la Iglesia Católica, destinada a engañar, una vez más, al pueblo llano y sencillo, tan propenso a creer fantasías extraordinarias y maravillosas. Sorprendentemente ocurrió lo contrario. Yves Delage con la honestidad profesional y personal que le caracterizó toda su vida, expuso con sencillez y contundente rigor científico los resultados de su larga y penosa investigación. En resumen sus conclusiones podían sintetizarse en la afirmación de que la Síndone de Turín no era una falsificación, y que las características de la figura del hombre crucificado, tal como aparecían en el lienzo, correspondían a las de JESUS DE NAZARETH.

    Yves Delage decidió repasar de nuevo lo que había expuesto en la Academia. Antes de empezar a examinarlo un pensamiento se fue abriendo paso con fuerza en su lúcida mente: 'existía una gran mayoría de personas para las que la afirmación de que la llamada Sábana Santa era auténtica, comportaba, se quisiera o no, un planteamiento religioso, la veracidad de la religión cristiana, y eso es lo que no podían admitir'.

    Miró ávidamente las fotografías con la figura del hombre crucificado, y observó, en primer lugar, la sangrante cabeza. No cabía duda de que a aquel hombre le habían clavado, no una corona de espinas en forma de aro, sin un auténtico casquete o capacete espinoso que le cubría la cabeza. Sobre todo la nuca estaba especialmente dañada, tal como tenía que ocurrir en un hombre muerto en cruz con un a modo de yelmo de ramas espinosas encasquetado en la cabeza. El crucificado muere por asfixia. No puede espirar, expeler el aire de sus pulmones e inspirar un poco de aire puro. Para lograrlo, debe apoyarse sobre el clavo que sujeta sus pies al madero e intentar elevarse con la fuerza de los músculos agarrotados y acalambrados de las piernas, a la vez que echa compulsivamente la cabeza hacia atrás, con objeto de expulsar una bocanada del aire viciado de sus pulmones. Y en este alzarse y dejarse caer echando la cabeza hacia atrás, se clavan cada vez más las espinas, los calambres musculares aumentan, se produce una tetanización en la que, agotadas las fueras y entre atroces dolores, el crucificado muere.

    Al llegar aquí la sensibilidad de Delage se conmovió. Con motivo de su investigación sobre la Sábana Santa, había leído todo lo que cayó en sus manos sobre las ejecuciones romanas, y reconocía que los escritores de aquel tiempo, desde Cicerón a Séneca, no exageraban cuando describían, con un sentimiento mezcla de horror y piedad, que el crucificado "...muere en cada respiración, gota a gota, miembro a miembro..."

    Además, la manera con la que los soldados romamos acostumbraban a llevar al cruciarius o patibulatus a la muerte también explicaba que la corona de ramas espinosas hubiera herido más profundamente la nuca. En efecto, el sentenciado a muerte de cruz, cargaba hasta el lugar del suplicio únicamente con el patibulum, esto es, con el madero transversal.

    Esta forma de ir atado al cruciarius le dejaba indefenso ante las posibles caídas, que sólo podía amortiguar, bien con las rodillas, bien con el rostro. En todo caso, cada vez que caía al suelo, el madero transversal atado a los brazos y hombros golpeaba la nuca del condenado.

    Yves Delage comprobó de nuevo, conforme a lo establecido por las disposiciones romanas respecto de la forma de llevar el cruciarius el madero transversal hasta el lugar del suplicio, que las rodillas del hombre de la Sábana Santa estaban horriblemente desolladas y el rostro tumefacto y herido, como consecuencia de algunas caídas en las que lógicamente, al estar atadas las manos y los brazos en forma de cruz a un pesado madero, eran las rodillas y la propia cara del condenado las que soportaban los golpes contra el suelo.

    Le llamó la atención LA BARBA, que aparecía parcialmente ARRANCADA, y volvió a recordar la profecía de Isaías que había leído, como tantos otros pasajes de la Biblia, mientras llevaba a cabo la investigación. Isaías, muchos siglos antes del nacimiento de Jesús de Nazareth, hablando del Mesías, del Hijo de Dios, profetizó en el versículo 6 del capítulo 50 de su libro: "Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas a los que ARRANCABAN MI BARBA; no hurté mi rostro a los ultrajes ni a los salivazos".

    De entre todas las docenas y docenas de heridas, llagas y tumefacciones que cubrían el cuerpo del hombre de la Síndone, la más llamativa era, sin duda, la del costado derecho. La enorme masa de sangre que había fluido presentaba una característica sorprendente: unas manchas blancas se alternaban con las oscuro-rojizas de la sangre. Delage volvió a coger la lupa y la aplicó una vez más en la herida. Resultaba evidente que la incisión se produjo después de la muerte del hombre, entre el quinto y el secto espacio intercostal y desgarró el corazón, cuya aurícula derecha como ocurre en los cadáveres recientes estaba llena de sangre.

    Delage se quedó en suspenso al contemplar la sangre que invadía las dos muñecas del hombre de la Síndone, al parecer producto de una perforación de las mismas. Recordó que durante su investigación fueron muchos los que le argumentaron que el cadáver de la Sábana no podía ser Jesucristo, porque a Jesús le traspasaron las manos, no las muñecas. La fuerza con que estas personas le pusieron de relieve este hecho, con el deseo de que apartara de su consideración cualquier referencia a Jesús de Nazareth, le llamó la atención, porque todos los médicos de todos los tiempos incluyen en la mano el carpo o muñeca, el metacarpo o palma de la mano y los dedos con sus tres huesos o falanges. La verdad es que resultaba mucho más lógico, desde el punto de vista anatómico, que al crucificado le hubieran introducido los clavos entre los huesos metacarpianos que no en las palmas de las manos donde era muy posible que se produjera con facilidad un desgarro de los tejidos con lo que el condenado se desprendería de la cruz.

    Delage se recostó en el sillón y miró el conjunto de la fotografía. Tomó la Biblia que tanto había manejado durante su investigación y algunos de sus pasajes le resultaban familiares. El hombre de la Sábana Santa, horriblemente torturado desde la cabeza hasta los pies, constituía la reproducción casi exacta del "varón de dolores", del Mesías profetizado por Isaías casi mil años antes de que muriera Jesús de Nazareth. Leyó el final del capítulo 52 referido al Siervo de Yahwéh: "...ante él se pasmaron / tan desfigurado estaba su aspecto / que no parecía ser de hombre /..." Continuó con el principio del capítulo 53 también referido al Siervo de Yahwéh, al Mesías: "...No hay en él parecer / no hay hermosura para que le miremos / ni apariencia para que en él nos complazcamos. / Despreciado y abandonado de los hombres / varón de dolores y familiarizado con el sufrimiento / y como uno ante el cual se oculta el rostro, menospreciado sin que le tengamos en cuenta".

    El resto del capítulo del libro de Isaías parecía recoger lo que expresaba el rostro de la Síndone: ningún deseo de venganza, ningún sentimiento de odio o rencor por parte del crucificado, sino por el contrario la expresión de la paz y el amor; la manifestación del triunfo, del dominio y señorío sobre el dolor y la muerte.


    ¿UN RETO A LA CIENCIA?

    La Sábana Santa no es materia de fe, simplemente porque Dios no ha revelado nada sobre ella. Por lo tanto, el creyente puede creer o no creer en la Sábana Santa con absoluta libertad. La Sábana Santa es una reliquia, un documento histórico, un objeto científico y la fe no se fundamenta sobre objetos sino sobre la palabra de Dios.

    Lo que pasa es que la ciencia dice de este objeto cosas impresionantes, pero es la ciencia la que lo dice, no el Evangelio.


    Y así, la ciencia dice: El Lienzo de Turín es el único, hasta ahora, que tiene impresa la figura de un crucificado del siglo I que fue, además, coronado de espinas, golpeado, azotado, alanceado después de muerto y enterrado deprisa.
    Y el creyente abre el Evangelio y dice : ¡caramba!, pues todo eso le pasó a Jesús. ¿Qué probabilidades habrá de que fuera Jesús? Y los matemáticos le aseguran 5.000 trillones a favor y una en contra. (Esta cifra que reproduce el Dr. Molina corresponde a los cálculos del profesor Filas y, como puede comprobar el lector, es muy superior a la de Zeuli y Barberis citada en el capítulo V ¿Es Jesús de Nazaret u otro hombre?”)

    Y la ciencia sigue diciendo: en el momento en que se grabó la huella, desapareció el cuerpo, el lienzo estaba horizontal e inmóvil y había un pañuelo alrededor de la cabeza.

    Y el creyente abre el evangelio y dice: ¡caramba!, pues todo eso es lo que dijeron también San Lucas y San Juan, que no disponían del VP8.

    Y la ciencia sigue diciendo: ese cadáver; antes de iniciar la putrefacción, en un determinado instante, emitió una radiación, una energia desconocida, que duró milésimas de segundo, como un fogonazo. Durante un instante, el cuerpo dejó de pesar y desapareció ¡sin que se afectara la Sábana que lo cubría, que siguió horizontal e inmóvil! O sea, que para ese cuerpo no existia la ley de la gravedad (puesto que no pesaba), ni la ley de la impenetrabilidad (puesto que atravesaba los lienzos). Luego había cambiado de naturaleza: a partir de ese instante ya no es el que era.

    Y el creyente abre el evangelio y dice: ¡caramba!, pues aquí dice que Jesús en seis ocasiones distintas, y en pleno triunfo apostólico, anunció que tenía que sufrir una Pasión terrible, pero que al tercer dia resucitaria.

    Y el evangelio dice también que, después de resucitado, se apareció varias veces siendo él mismo, pero con un cuerpo distinto.

    La pregunta del creyente cae, como la manzana de Newton, por su propio peso: y estos hechos raros que encuentra la ciencia en este cadáver ¿no pudiera ser que significaran la transformación gloriosa de ese cuerpo al resucitar?

    Naturalmente que pensar asi no deja de ser atrevido, porque la ciencia no habla de resurrección ni de cuerpo glorioso, pero fijaos bien: la ciencia no habla de Sábana Santa, dice Sábana de Turín, sin meterse en si es santa o pecadora; la ciencia no habla de resurrección, dice que el cuerpo de un cadáver, en un instante infinitesimal, desapareció; la ciencia no habla de cuerpo glorioso, dice que este cuerpo se puso radiante, dejó de pesar y escapó, a través de los lienzos, como algo insustancial, sin meterse en si la transformación de naturaleza de ese cuerpo fue gloriosa o mundana; la ciencia no dice que aquel cadáver fuera el de Jesús (podría no serlo), pero los matemáticos afirman que existen 5.000 trillones de probabilidades contra una de que lo sea.

    A un cuerpo etéreo, insustancial, que escapa a las leyes físicas de la gravedad e impenetrabilidad, yo no sé cómo lo llamarán los científicos: los creyentes lo llamamos glorioso, pero, en todo caso, científicos y creyentes, con expresiones distintas, a lo mejor estamos definiendo la misma cosa.

    Las huellas negativas tridimensionales debidas a la radiación serian huellas de la Resurrección Gloriosa de Cristo.

    Viene aquí bien repasar lo que ya se ha dicho, acerca del número de probabilidades de que el Hombre de la Sábana fuera Jesús.

    Todos los cálculos fueron hechos teniendo en cuenta que el hombre cubierto con el lienzo de Turín:
    • fue coronado de espinas…como a Jesús
    • fue azotado atrozmente…como a Jesús
    • fue golpeado en la cara…como a Jesús
    • fue crucificado con clavos…como a Jesús
    • No le partieron las piernas…como en el caso de Jesús
    • Le abrieron el costado…como a Jesús
    • fue amortajado en un lienzo…como a Jesús
    • este lienzo resultó sin mancha de descomposición o putrefacción…como el de Jesús
    • fue enterrado provisionalmente…como Jesús
    • etc…

    En cada uno de estos supuestos nos preguntamos ¿a cuántos crucificados les pondrian corona? ¿a cuántos los enterrarian en un lienzo?

    Pues bien, usando sólo estos datos ya veiamos el número astronómico que resultaba. Péro, ahora, a estos números, hay que añadir un nuevo factor: estas huellas tridimensionales indican que el Hombre de la Sábana resucitó. ¿Cuántos crucificados resucitaron? Poned vosotros el número que queráis y multiplicad por las cifras que manejábamos antes y os daréis cuenta de que el número de probabilidades es ya de una certeza que dudo haya otro personaje en la historia mejor tipificado.


    Y así debió ser, porque, si Cristo no hubiera resuticato, no habría esas imágenes en la Sábana Santa: no podría haberlas. Podría haber manchas de sangre o sudor, o saliva, pero una imágenes en relieve, tan uniformes, impresas en negativo las del cuerpo y unas fotos en positivo de la sangre eso nunca se hubiera logrado.


    Bueno, todo esto es tan asombroso que se queda uno con la boca abierta, pero auqneu extraordinario, esto no es ciencia-ficción, ni elucubraciones imaginativas. Son deducciones lógicas de unos hechos cintíficos plenamente demostrados, interpretados a la luz de la fe, por personas creyentes.
    Merecen un gran respeto todos los que, adoptando una actitud honrada ante la vida y ante la ciencia no creen en lo sobrenatural: por lo que sea, pero se esfuerzan por buscar la verdad.

    Cuando, buscando esa verad, prescienden del Evangelio y acuden a la cienciapara que ésta les explique los fenómenos científicos que hay en el Lienzo de Turín, se sienten bastante inquietos, porquela ciencia les dice:

    El Lienzo de Turín es un caso raro y único en el mundo, pues tiene unas figuras, que no hemos podido explicar hasta ahora por causas naturales. Y hoy no podemos dar respuesta lógica cuando nos preguntan:

    - Por qué se grabaron unas imágenes fotográficas en un lienzo, 18 siglos antes de inventarse la fotografía?

    - Por qué esa impresión se realizó en negativo, sabiendo que los negativos no pueden ser de hechura humana?

    - Por qué es el único lienzo en el mundo con la imágen en negativo de la totalidad de un cuerpo humano?

    - Por qué nunca se ha conseguido que un cadáver produzca huellas parecidas en miles de experimentos con todos los medios de la ciencia actual? (las huellas conseguidas por Rinaudo en 1993 son de objetos, en el laboratorio y usando una fuente de energía externa).

    - Por qué esas imágenes coinciden exactamente con la Pasión de Jesús?

    - Por qué coinciden exactamente con el entierro provisional de Jesús?

    - Por qué un lienzo, que tiene impresa la figura de un cadáver, no tiene la menor mancha de descomposición cadavérica?

    - Por qué es la única fotografía humana en un lienzo con imágenes tridimensionales perfectas?

    - Por qué, al escaparse el cuerpo, no alteró la posición de la Sábana ni del sudario?

    - Por qué no se destrozaron las manchas de sangre al escapar?

    - Por qué está grabada toda la imágen de una manera tan uniforme, cuando lo lógico es que estuvieran más marcadas las huellas del dorso?

    - Por qué las manchas de sangre se imprimieron en forma distinta a las huellas del cuerpo?

    - Por qué se imprimieron en un lienzo las inscripciones de unas monedas romanas?

    - Por qué las huellas del cuerpo, de la sangre y de las monedas están intactas, después de sufrir baño de agua hirviendo y fuego que funde la plata?

    - Por qué el cadáver cubierto con el Lienzo de Turín emitió, en un instante, una energía capaz de chamuscarlo?

    - Por qué, durante esa incandescencia, el cuerpo dejó de pesar?

    - Por qué, en ese instante, desapareció el cuerpo al mismo tiempo que imprimió la huella?


    Son diecisiete porqués científicos que nos plantea la Sábana Santa y ninguno de ellos explicables por causas naturales.

    Estos diecisiete porqués inexplicables por causas naturales, se pueden explicar todos por una causa sobrenatural: La Resurrección de Cristo.

    Hagamos la prueba:
    - Se grabaron esas imágenes fotográficas en un lienzo, antes de inventarse la fotografía por ésta no se hizo con una cámara moderna, sino mediante la radiación emitida por la Resurrección.
    - Esa impresión se realizó en negativo porque así son las imágenes grabadas por la radiación.
    - Es el único lienzo con laimagen en negativo de todo un cuerpo, porque es la única resurreci´n efectuada en el mundo en esas circunstancias.
    - Nunca un cadáver ha producido huellas as´li, porque nunca se podrá reproducir, experimentalemtne, una resurrección.
    - Coinciden con la Paisón de Jesús, porque el retratado y resucitado es JESÚS.
    - Coinciden con un entierro provisional, porque no hay duda de que así fue el entierro de Jesús
    - Es la única imágen humana que aparece tridimensional en la pantalla del VP8 porque este lienzo recibió la radiación de la única Resurrección Gloriosa conocida. Para que se entienda mejor: Cualquier FOTOGRAFIA NORMAL DE UN HOMBRE, de una estatua o de un paisaje, ES PLANA Y BIDIMENSIONAL, por lo que se convertirá en una imagen distorsionada y esperpéntica en la pantalla de VP8. Ünicamente, cuando la profundidad es auténtica, cuando debajo de la cámara del VP8 se encuentra el objeto real, la estatua, la vasija, la piedra, el rostro, entonces puede verse con absoluta exactitud en sus tres dimensiones.
    - Al escaparse el cuerpo no alteró la posición de la Sábana ni del Sudario, porque la Resurrección se hizo con cuerpo glorioso y éste puede atravesar los cuerpos sin modificarlos. Así se presentó en el Cenáculo, estando las puertas cerradas. Sin forzarlas, sin violencia.
    - No se destrozaron las manchas de sangre al escapar el cuerpo, porque el cuerpo glorioso no se adhiere a las costras de sangre.
    - Está grabada toda la imagen tan uniforme porque la Resurrección se hizo en levitación y, en estas circunstancias lo mismo se marcan las huellas del dorso que las delanteras pues no interviene el peso del cuerpo.
    - Se imprimieron estas inscripciones por la radiación de la Resurrección.
    - Las huellas están intactas, a pesar del fuero y agua, porque no son pintadas sino grabadas por la fuerza de la Resurrección.
    - Ese cadáver emitió energía porque la Resurrección pudo ser así: una explosión de energía.
    - El cuerpo dejó de pesar por la transformación del cuerpo humano en cuerpo glorioso.

    O sea, los diecisiete porqués, que no encontraban explicación por causas naturales, explicados todos por una causa sobrenatural: la Resurrección de Cristo. Aquí es donde está lo extraordinario de la Sábana Santa.

    Pues diecisiete hechos no naturales son diecisiete problemas que la ciencia tiene que explicar, sin haberlo conseguido hasta ahora a pesar de sus esfuerzos.
    Valmadian dio el Víctor.

  11. #11
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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    Siendo la Sábana Santa una prueba tan irrefutable de la resurrección de Jesús, no es de extrañar que satanistas y lobos de la misma camada hayan intentado destruirla en varias ocasiones, como se ve en el siguiente artículo aparecido en Alfa y Omega allá por mayo de 1997:


    La desconcertante hipótesis de Vittorio Messori
    «Quieren quemar la Sábana Santa»
    Alfa y Omega en su número 69, del pasado 3 de mayo, ya informó del incendio que hizo peligrar la Sábana Santa de Turín. Ahora ampliamos la información ofreciendo con más detalle la hipótesis de Vittorio Messori. «El incendio comenzó en la Capilla y fue provocado», explica el famoso escritor católico. «Hay demasiadas coincidencias con algunos atentados ocurridos hace 25 años: entonces como hoy, todo ocurre en la noche entre el viernes y el sábado, la de la sepultura de Jesús; un pasadizo casi desconocido, un móvil, amenazas de los anarquistas...»

    Messori no tiene dudas: «No perdamos el tiempo con la hipótesis del cortocircuito. El incendio en la Capilla Guarini es un atentado a la Sábana Santa. No lo han logrado, pero lo volverán a intentar».
    «La hipótesis del accidente fortuito, es decir el cortocircuito o la autocombustión, no me convence. El incendio en las salas del Palacio Real se ha desarrollado en un segundo momento; el origen del fuego está en la Capilla. Conozco bien esos lugares; como joven periodista de La Stampa, durante el invierno del 72 los visité cinco veces, por causa de otros tantos intentos de entregar a las llamas la Sábana Santa. Me he hecho mi propia opinión sobre lo que puede haber ocurrido esta vez, quién lo ha hecho y por qué. No soy uno de esos que ven complots por todas partes; intento ordenar los hechos».
    «Hace 25 años, unos pirómanos entraron varias veces en la Capilla, dando fuego, en una ocasión, a los manteles que cubrían el altar. En otros casos se encontraron pañuelos impregnados de sustancias exóticas y restos de misas negras. Entonces como hoy, los ataques tuvieron lugar en la noche entre el viernes y el sábado: la primera noche en la que Jesús, antes de la Resurrección, estaba en el sepulcro, envuelto precisamente por la Sábana Santa». Hay, además, una tercera coincidencia que haría pensar, según Messori, en un hecho doloso: «La tarde del incendio, las salas del Palacio Real adyacentes a la Capilla estaban abiertas para un recibimiento de honor al Secretario General de la ONU. Bien, desde el Palacio a la Capilla hay un pasadizo usado por los Saboya. Tras los atentados del 72, el pasadizo había sido tapado, pero después ha sido inexplicablemente reabierto».
    «Otra coincidencia: el año que viene está prevista una exposición extraordinaria de la Sábana Santa, con ocasión del centenario de la primera fotografía de Secondo Pía, cuando se vio, de modo tangible, que era una imagen en negativo. Éste es el año 99 desde aquel evento, y 99 es un número mágico para ciertos círculos iniciáticos».
    «La mía es sólo una hipótesis, pero muy creíble. He ordenado los indicios y, como dijo Agatha Christie, tres indicios hacen una prueba. Aquí hay más de tres...»
    ¿Quién puede tener interés en un sacrilegio similar? «No olvidemos que la Sábana Santa es el objeto más misterioso de la Historia. Suscita mucho amor, pero también mucha aversión. Inevitablemente, en esa Sábana está todo cuanto puede golpear la fantasía enferma de los maníacos: Cristo, los Templarios que la trajeron a Europa, los cruzados, la Ciencia... Hay además un odio evidente, por parte sobre todo de sectas fundamentalistas protestantes; rechazan como blasfemia todo tipo de reliquia; pensemos en ésta que es la Reliquia por excelencia.
    Las llamas debían desarrollarse precisamente allí, y quemando la Capilla debía quemarse también la reliquia, conservada allí cerca, detrás del altar mayor de la catedral. La Capilla tiene una altura de unos 60 metros; la combustión se facilitaría, como si se tratara de una chimenea».
    Añade Messori: «Emmanuela Marinelli, ilustre experta en la Sábana Santa, me ha confirmado que es impresionante ver, en Internet, cuántas amenazas de atentados a la Sábana Santa llegan cada día. El más frecuente es: Destruid la Sábana de Turín. Esto, a pesar de los test del carbono 14 de hace nueve años, según los cuales nos encontramos frente a un "falso" medieval. En realidad, nadie cita ya aquellos test, que se contradicen con lo dicho por otros científicos».
    En Turín ocurrió un hecho inquietante. El pasado 19 de agosto era arrestado el anarquista Marzio Muccitelli. Sus compañeros llenaron de escritos la fachada de la catedral. En el número 33 de Perro negro, revista anarquista difundida por Internet, un tal Mario Spesso define el haber ensuciado la catedral como una acción de represalia contra el lugar donde se conserva la Sábana Santa.

    R. Copello/V. Sansonetti





  12. #12
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    Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    Para los que estén interesados en profundizar más en torno a la Sábana Santa, pongo el siguiente enlace:

    http://mm2002.vtrbandaancha.net/sindone.html

    No lo copio y pego por su gran extensión. Aporta muchísimos más datos, argumentos y pruebas a favor de la autenticidad de la Sábana Santa. Solo aviso que al final, después de toda esa parte tan buena, concluye con unas reflexiones e ideas extrañas tipo Nueva Era, pero los lectores ya se darán cuenta y lo dejarán ahí.

    Comprendo que no todos los temas tienen el mismo interés, pero me extraña que un día como hoy en que celebramos un hecho tan central y transcendental como la Resurrección del Señor, sin la cual vana es nuestra fe, no haya más gente leyendo y aportando en este hilo. Espero que sea porque la mayoría fue a la playa o está de viaje. Un cordial saludo, y feliz Pascua de Resurrección. ¡Alegraos! ¡El Señor resucitó!
    Valmadian dio el Víctor.

  13. #13
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    Thumbs up Re: Testimonios sobre la muerte de Cristo

    ¿Me parece a mí o cuando no está Donoso entra poca gente?

    Muchas gracias a los dos por colaborar en este hilo, muy buenos tus aportes, Hyeronimus. ¡Felices y Santas Pascuas de Resurrección!



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  14. #14
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    Re: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    El sudario de Oviedo

    En la Catedral de Oviedo (capital del Principado de Asturias. España) se venera, desde la época medieval un lienzo de lino que, según la tradición, fue colocado sobre el rostro de Jesucristo en el descendimiento de la cruz y hasta su definitivo entierro.
    El Santo Sudario de Oviedo es una tela blanca en origen, de lino, con textura tafetán manchada, sucia y arrugada. Tiene forma rectangular, aunque con alguna irregularidad, y mide 83 por 53 cms. aproximadamente. Presenta numerosísimas manchas de diversos tonos, de color fundamentalmente marrón claro. Se le denomina tradicionalmente "Santo Sudario" o "Santo Rostro" a pesar de que en él no se puede apreciar rostro alguno.



    ¿Qué afirma la tradición sobre el Sudario?
    En los primeros años del cristianismo, se veneraron en JERUSALÉN una serie de reliquias de Jesús y de Sta. María, que los apóstoles habrían guardado en un arca de cedro.
    Ante la invasión de los Persas, mandados por Cosroes II, en el 614, se hizo necesario ponerlas a salvo. El presbítero Filipo fue el encargado de llevar hasta ALEJANDRÍA el arca con las reliquias.
    El empuje de los persas en África dio lugar a nuevos traslados, y, a través de ellos, terminó llegando a España. El obispo deEcija, S. Fulgencio, acogió a los huidos, que llegaron a la península por CARTAGENA, y puso en manos de S. Leandro, obispo de SEVILLA -su superior y hermano- el "Arca Santa". Es bien conocido que S. Isidoro sucedió en la sede hispalense a Leandro y fue maestro de S. Ildefonso. Cuando este último fue nombrado obispo de TOLEDO llevó consigo a la capital del reino Hispano-Visigodo el arca de las reliquias.
    El Diccionario Eclesiástico de España señala la presencia de la misma en los primeros años del S. VII.
    En la primera mitad del S. VIII, una nueva arca -de roble- sale de Toledo en dirección
    al norte, esta vez coincidiendo prácticamente su traslado con la invasión musulmana y llegando a ASTURIAS -según diversos autores- entre el 812 y el 842.
    Para albergar tal tesoro, Alfonso II el Casto mandó construir la llamada "Cámara Santa", que inicialmente sería la capilla de su palacio, y que hoy se halla incorporada a la Catedral gótica que se edificó posteriormente. Desde ese momento la denominada "Arca Santa" y su contenido han recibido la veneración constante de los asturianos, a pesar de las diversas vicisitudes históricas.

    Que el Sudario está en Oviedo desde muy antiguo es algo indiscutible. En 1075, con ocasión de la visita del Rey Alfonso VI se procedió a la apertura del Arca y la realización de un inventario de los distintos objetos guardados en ella. El monarca ordenó que se la recubriera de plata como homenaje a su precioso contenido. En el recubrimiento del Arca Santa podemos leer la fecha de su realización (el año 1113) y la relación del contenido que atesoraba. Se menciona expresamente "el Santo Sudario de N. S. J. C.". Desde ese momento son constantes las referencias documentales al Sudario, puesto quese hicieron diversos inventarios.

    No hay circunstancia alguna que permita dudar de la permanencia ininterrumpida de la reliquia en Asturias. Aunque en la actualidad no es excesivo el conocimiento que se tiene de ella entre la población española, esta situación es radicalmente distinta a la de tiempos pasados. Su fama llegó a ser tal durante la Edad Media que, a pesar de la dificultad que suponía atravesar el macizo montañoso que separa Asturias de Castilla, muchos peregrinos se desviaban del Camino francés a Compostela para acercarse a San Salvador de Oviedo (la Catedral) y venerar el "Arca Santa" de las reliquias.
    La veneración al Sudario, ha sido continua; basta recordar cómo ha llegado hasta nuestros días el insólito privilegio de dar la Bendición con el "Santo Sudario" a los fieles que llenan la Catedral en días señalados: el Viernes Santo, y en la octava del jubileo de la Santa Cruz. Sólo en estas ocasiones se puede ver el Lienzo.

    ¿Se usó un sudario en el entierro de Cristo?

    En la época de Jesús un sudario era un pañolón (equivalente, aunque algo mayor a uno de nuestros pañuelos actuales) que usado como una pequeña toalla, servía para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad. La Enciclopedia Universal Judía recoge la prescripción según la cual cuando un cadáver tenía desfigurado o mutilado el rostro era imprescindible que este fuera cubierto con un velo para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este menester el pañolón -sudario- que se tenía a mano (en ocasiones enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto aun antes del entierro.
    Por otra parte sabemos que uno de los "lienzos funerarios" empleados en enterramientos judíos es el sudario, y que cubre exclusivamente el rostro. San Juan en su evangelio menciona en dos ocasiones un sudario sobre la cabeza de un cadáver. En el relato de la resurrección de Lázaro (Jn 11,44) dice que salió el muerto "atado de pies y manos y envuelta la cabeza en un sudario" pero el texto evangélico más importante del Apostol en este punto es el Cap. XX. En sus versículos 6 y 7 distingue claramente entre los lienzos en los que fue envuelto el cadáver (entre ellos, lógicamente, la Sábana que mencionan los evangelios sinópticos) y "el sudario que había estado sobre su cabeza".
    A pesar de que en francés y en español se denomina -a veces- Santo Sudario a la Síndone, sólo impropiamente se puede llamar sudario a la sábana utilizada para envolver el cuerpo entero en un enterramiento hebreo.

    Estudios científicos
    El iniciador de los estudios científicos sobre el sudario fue Mons. Giulio Ricci (miembro de la curia vaticana y Presidente del "Centro Romano di Sindonología") quien ya lo menciona en la 2ª edición de su libro "L'UOMO DE LA SÍNDONE È GESÚ" (1969). La quinta edición de este libro amplia considerablemente su estudio. Sus aportaciones se pueden resumir en las siguientes notas:
    - Compatibilidad evangélica entre la Síndone y el Santo Sudario. S. Juan habla, en el Cap. 20 de su Evangelio, de "lienzos" por una parte y de "sudario" por otra. Plantea una posibilidad nueva: que tal lienzo se hubiera usado para cubrir el rostro de Jesús desde el Gólgota al sepulcro y, una vez allí fuera colocado en un lugar.
    - Estudio geométrico de las manchas que aparecen en el Santo Sudario: Descubre que existen en ambas caras del lienzo (por haberse filtrado) dos de tamaño grande, prácticamente simétricas, y aparentemente producidas al aplicar el lienzo sobre un rostro ensangrentado.
    - Compatibilidad entre las manchas del Sudario y el Rostro impreso en la Síndone: Comprueba que se produce una compatibilidad muy buena y numerosos detalles coinciden.
    Por su parte -y a instancia de Ricci- el eminente palinólogo suizo Prof. Max Frei realizará un informe pericial tras su visita a Oviedo en 1979. Frei encontró polen de seis especies de plantas coincidentes con las halladas sobre la Síndone -dos de ellas características de Palestina-. Otros restos palinológicos se identificaron como procedentes de plantas del norte de África (que no existen en la Síndone) y observó la ausencia de especies de la zona de Turquía y resto de Europa (muy abundantes en el lienzo de Turín).
    En 1985, el Dr. Baima Bollone. Realizó un estudio fotográfico (180 fotografías con luz normal y 144 con película infrarroja), se tomaron nuevas muestras con cintas adhesivas -especialmente de zonas manchadas- y se sacaron 7 cabos de hilo pequeños del interior de las manchas y 12 de los salientes de la tela para realizar un análisis hematológico. Determinó que el grupo sanguíneo era el AB.
    Igualmente en el Congreso de Siracusa se dio a conocer el estudio de Franca Pastore Trosello que comparaba la estructura textil de Síndone y Sudario. Afirma que los hilos de ambas reliquias tienen igual composición (idéntico grosor de fibras, hilado a mano y torcedura en "Z"), pero han sido tejidos de diferente manera: sarga en espiga para la Síndone y trama ortogonal (tafetán) para el Sudario.


    Estando las cosas en este punto se constituye en Valencia el CENTRO ESPAÑOL DE SINDONOLOGÍA (C.E.S.) en 1987.
    La idea concreta de la realización de un estudio interdisciplinar sobre la reliquia asturiana partió del Ingeniero D. Guillermo Heras, quien, poco tiempo después fue nombrado Jefe de la sección de investigación científica del Centro Español de Sindonología, con lo que este Centro asumía plenamente el proyecto. Comienza entonces a materializarse la idea de constituir el EDICES (Equipo de Investigación del C. E. S.).
    Paralelamente, y con el único apoyo gráfico de las fotografías publicadas por Ricci, el Dr. Alan D. Whanger presentaen el III Congreso Internacional de Sindonología de Bolonia (Italia), (Mayo de 1989) un estudio que incluye un apartado relativo al Sudario y afirma que ha encontrado más de cien puntos de coincidencia entre las manchas de la Síndone y ésta reliquia.
    El permiso oficial, a favor del Centro Español de Sindonología, para la realización coordinada de pruebas científicas sobre el Santo Sudario se otorga en sesión del Cabildo de la catedral de Oviedo el 9 de Noviembre de 1989. Miembros de nuestro Equipo de Investigación se desplazaron hasta la Capital del Principado los días 9 a 11 de Noviembre de 1989 y 16 a 18 de Febrero de 1990 con el propósito de recoger los primeros datos.
    Estos primeros trabajos constituyeron la base de la ponencia presentada en las III Jornadas Nacionales sobre la Sábana Santa celebradas en Valencia el 25 de Marzo de 1990. Y las primeras conclusiones fueron presentadas ante un foro internacional en el Congreso de Sindonología celebrado en Cagliari (Cerdeña. Italia) el 30 de Abril del mismo año. Los ponentes fueron D. Guillermo Heras, el Dr. D. José Delfín Villalaín, y D. Jaime Izquierdo.
    La ponencia del Dr. Carlo Goldoni al II Simposium Científico Internacional sobre el Lienzo de Turín -Roma. 12 de Junio de 1993- corrobora una vez más que el grupo sanguíneo más probable del Hombre del Sudario es el AB.

    En Octubre de 1993 y con el título "El Santo Sudario de Oviedo" se presentó una comunicación de algunos de los aspectos más destacados de la investigación en el "II Congreso Nacional de Paleopatología" celebrado en la Facultad de Medicina de Valencia. Los firmantes fueron, junto al mencionado D. Guillermo Heras, el Dr. D. José-Delfín Villalaín, el Dr. D. José Antonio Sánchez, y D. Jorge-Manuel Rodríguez.
    Todos estos estudios científicos fueron expuestos el 29, 30 y 31 octubre de 1994 en el "I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE EL SUDARIO DE OVIEDO" celebrado en esa ciudad. El libro de Actas de dicho congreso esta publicado. No podemos recoger en estas páginas la totalidad de los análisis realizados (las actas del Congreso se pueden pedir a nuestra sede).

    LAS CONCLUSIONES FUERON:
    1.- El Sudario de Oviedo es una reliquia que se venera en la Catedral de Oviedo desde muy antiguo que muestra una serie de manchas originadas por sangre humana, del grupo AB.
    2.- Este lienzo está sucio, arrugado, parcialmente roto y quemado, está manchado y tiene un elevado nivel de contaminación pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.
    3.- Parece ser un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituído.
    4.- El Hombre del Sudario tenía barba, bigote y pelo largo, recogido en la nuca en coleta.
    5.- En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, que habían sangrado alrededor de un hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre ellas.
    6.- Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
    7.- Dicho sujeto era cadáver. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.
    8.- El Hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Sobre el lienzo que estuvo en contacto con la cara del cadáver, aparecen numerosas manchas originadas por líquido de edema pulmonar y sangre en la proporción 6:1 producidas en momentos distintos y consecutivos.
    9.- Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical, en torno a una hora, y tenía, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a la derecha en relación a la vertical.
    10.- Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20 grados a la derecha y colocando ésta a 115 grados respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
    11.- Posteriormente el cadáver fue movilizado al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
    12.- Por último fue colocado en decúbito supino.

    Hipótesis sobre la colocación del Sudario

    Teniendo en cuenta todo lo anterior y de acuerdo con los experimentos hechos en la Facultad de Medicina de Madrid, se puede establecer la siguiente hipótesis contrastada:
    El Hombre del Sudario de Oviedo murió torturado, tras desarrollar un importante edema de pulmón agudo, como consecuencia de estar colgado (en posición vertical, cabeza inclinada hacia delante), sujeto por los brazos de tal manera que la sujeción permitía el juego de la articulación del codo, y los pies colocados de forma que le resultaba muy difícil apoyarse en ellos para respirar, pero sin embargo podía hacerlo. Es decir, no tenía los pies colgando, (hubiera muerto rápidamente y no le hubiera dado tiempo a generar tanto líquido como consecuencia de los esfuerzos para respirar) pero tampoco podía apoyarse en ellos cómodamente porque entonces no le hubiera costado tanto esfuerzo respirar.
    El cuerpo pudo quedar colgando de los brazos, con la cabeza inclinada hacia el pecho y hacia la derecha, de manera que el mentón lo toca y la cabeza con su plano medio, paralelo al pecho y espalda, casi horizontal. En esta postura la mejilla derecha queda casi tangente al hombro derecho.




    Muy poco tiempo después de morir se le colocó el Lienzo de Oviedo rodeando la cabeza de la siguiente manera:
    Se comenzó a colocar por la parte posterior de la cabeza, donde se observan unas heridas puntiformes con sangre que debió manar, aproximadamente, una hora antes (cuando todavía estaba vivo el Hombre del Sudario) enjugando la sangre existente. Se sujetó al pelo largo -siguiendo una especie de coleta- con unos elementos punzantes parecidos a los actuales alfileres, pero de mayor diámetro.
    A continuación, el Lienzo envolvió todo el lado izquierdo del Rostro, la barba y llegó hasta el lado derecho. Dada la posición de las manchas que define la posición de la cabeza, al llegar a entroncar con la mejilla derecha se dobló el Lienzo sobre sí mismo y se unió, con los elementos punzantes antes mencionados, a la barba.
    El lienzo así vuelto pasa doble por delante de la cara; la parte que sobra se recoge, doblado en tres, sobre la parte izquierda de la cara, completándose la operación con los alfileres o similares cerrándose finalmente sobre la cabeza hacia detrás. Esta postura necesita para ser estable que el brazo derecho esté elevado de manera que casi se pueda apoyar la mejilla derecha en la cara anterior del hombro, ya que si no es así quedaría el Lienzo en una posición inestable y absurda, dado que si no hay brazo que lo impida, la propia postura demanda que el Lienzo hubiera rodeado la cabeza completamente y no sólo la parte izquierda.
    A continuación, el cadáver fue colocado en decúbito prono lateral derecho durante unos cuarenta y cinco minutos, y posteriormente levantado boca arriba. Al moverlo y elevar los pies por encima del plano de la nariz y boca, se produjo una efusión de sangre que se intentó detener por alguna persona presente, presionando con fuerza ambos orificios con su mano izquierda por encima del Lienzo. El cadáver fue transportado a algún lugar cercano, (el trayecto duró minutos), y allí el Lienzo permaneció rodeando la cabeza del cadáver.
    Por último, éste fue vuelto a mover una vez más y cuando finalizó ésta última operación, el que llamamos "Sudario de Oviedo" le fue retirado del Rostro. Después -muy posiblemente- volvería a ser depositado sobre la cabeza ya amortajada.

    http://www.linteum.com/espanol/sudario.htm
    Valmadian dio el Víctor.

  15. #15
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    Respuesta: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    Reproducen la Sábana Santa con técnicas medievales





    Un científico italiano, Luigi Garlaschelli, ha conseguido reproducir la Sábana Santa de Turín empleando técnicas medievales. Según él esto prueba definitivamente que la Sábana Santa es una falsificación medieval.
    Luigi Garlaschelli, que presentará su experimento esta semana en una conferencia en el norte de Italia, es profesor de Química orgánica en la Universidad de Pavía.
    Recordemos que ya cuando se realizó la datación de la Sábana Santa por medio del Carbono-14 en laboratorios de Oxford, Zurich y Tucson, los resultados arrojaron un rango de fechas entre el 1260 y el 1390.
    Para crear la réplica Garlaschelli uso sólamente técnicas que estaban disponibles en esos años de la Edad Media. Utilizó pigmentos con ácido y una máscara. Los pigmentos fueron artificialmente envejecidos calentando la sábana en un horno y luego lavándola, proceso que los elimina de la superficie y que produce una imagen similar a la de la Sábana Santa de Turín. Después se le añadieron restos de sangre, quemaduras y restos de agua para producir el efecto final.
    Recordemos también que la postura oficial de la Iglesia no reconoce la autenticidad de la Sábana Santa, más allá de ser un “poderoso recordatorio” de la Pasión.
    En la imagen que ilustra este post pueden ver a la izquierda la Sábana Santa original, y a la derecha la reproducción.

    jueves, octubre 08, 2009

    El Prof. Garlaschelli...o.... Cuando la farsa pretende disfrazarse de Ciencia




    Aunque la presentación oficial se realizará en el Convegno del CICAP (Comitato italiano per il controllo delle affermazioni sul paranormale) el sábado 10 de octubre, los medios de comunicación se han hecho un amplio eco de que el Prof. Garlaschelli, agregado del Departamento de Química Orgánica de la Universidad de Pavía, ha conseguido la reproducción a tamaño original de la Sábana Santa.


    El diario la Repubblica publicaba el día 5 de octubre bajo el título "Sindone È un falso medievale. Ecco la prova" una entrevista con Garlaschelli en que indicaba de manera somera cómo la había realizado.

    En base a esta entrevista y con las fotos publicadas, aún en espera de que el profesor añada y aclare nuevos datos, ya puedo realizar una primera valoración que ofrezco a los lectores.


    Al Prof. Garlaschelli se le plantea a la hora de "reproducir " la sábana una serie de problemas, los unos de orden macroscópico y los otros de orden microscópico.

    1.- Los macroscópicos más importantes le son las manchas de la supuesta sangre y la inexistencia de deformidad geométrica.


    1.1.- Las manchas de supuesta sangre ya adelanto que no habrá podido resolverlas con el método propuesto, pues en la Sábana Santa las manchas de sangre atraviesan todo el el espesor del tejido y aparecen también sobre el reverso sin que "contengan" imagen.

    El profesor las ha sobrepuesto a la imagen.Tendría que haberlas situado previamente a la reproducción de la imagen, pero ello no le hubiera sido factible por múltiples razones.


    1.2.-La inexistencia de deformidad geométrica.

    Aquí el profesor no ha separado convenientemente su condición de científico y la de mago aficionado, sacando multitud de conejos blancos de su mágico sombrero.


    Para el rostro ha utilizado un bajorrelieve, que le permite minimizar, aunque no consigue eludir, la deformación que se produciría al poner en contacto la Sábana con el rostro.

    Para el cuerpo utiliza el de una persona en la que marca con la pintura las partes más sobresalientes, pues si pintara todo su cuerpo el resultado sería caótico por la terrible deformación. Ello hace que al poner la Sábana en contacto con el cuerpo sólo queden marcadas las partes más sobresalientes y el resto debe terminarlo "a mano", y ahí se ve "el plumero" por todos los lados, pues se ve obligado a "dibujar" todos los límites de la figura, de manera enormemente llamativa en brazos, piernas y hombros


    De igual manera que ha tenido que verse forzado a pintar "a mano", supongo, las zonas más conflictivas que se producen entre las partes más sobresalientes y las partes menos sobresalientes, como la amplísima zona en torno a las manos y que incluye todo el abdomen, un "guirigay"...., y el "salto" de distancia que se produce entre las manos y los muslos.

    (el lector debe saber a donde tiene que mirar con preferencia para ver el "engaño").


    En la Sábana esos límites no existen y la imagen "emerge" sin solución de continuidad desde la zona de "no imagen", todo ello es un continuo.

    2.- Los pocos aspectos "microscópicos" que reseña la entrevista me parecen realmente de "traca".


    Dice el profesor:

    «Successivamente abbiamo aggiunto l'equivalente delle impurità che sarebbero state presenti nell' ocra usata dall' artista medievale. Dopo diversi tentativi con sali e acidi vari, abbiamo utilizzato acido solforico all' 1,2 per cento circa in acqua, mescolato con alluminato di cobalto."


    Y también:

    "Segue un ultimo invecchiamento artificiale accelerato sul pigmento, che viene poi lavato via"


    ¿Envejecer el pigmento? El ocre rojo natural tiene unos cuantos centenares de millones de años para que precise envejecerlo el profesor.


    No es ya el hecho de que en la Sábana no existan ni vestigios de Cobalto, es que el profesor lo que nos está "contando" es que ha utilizado un pigmento ocre rojo "moderno", sin impurezas los más sofisticados, y posiblemente un pigmento ocre rojo "no natural" sino de los denominados "sintéticos", cuyas partículas son enormemente inferiores a las del ocre rojo natural, que era el único del que podría disponer un artista medieval ( las partículas rojas que aparecen en la Sábana son de un imposible pigmento ocre rojo natural medieval, pues su tamaño está por debajo del micrón)

    Una farsa.......


    Una farsa financiada por la UAAR (Unión de Ateos y Racionalistas Agnósticos) en colaboración con el CICAP, que cumple la "función" pretendida, pues se ha reseñado en infinidad de medios de comunicación que se ha conseguido "reproducir" la Sábana Santa, y que es lo que se repetirá en la mayoría de los medios escépticos durante bastante tiempo sin el menor atisbo de espíritu crítico, y que como es la norma no se someterá al estudio de los expertos.....



    Publicado por Maest
    Última edición por Reke_Ride; 13/11/2009 a las 14:08
    "De ciertas empresas podría decirse que es mejor emprenderlas que rechazarlas, aunque el fin se anuncie sombrío"






  16. #16
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    Respuesta: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    "Paco, hijo de Pepe", luego Franco era hijo de un tal José y no está enterrado en el Valle de los Caídos.

    Esto que suena a coña, es la realidad de cómo ¿razonan? estos retardados mentales. ¿Acaso no nos podemos servir de un ejemplo tomado de las poderosas deducciones del "presunto hispanista" británico H. Thomas al concluir que los españoles no éramos regordetes, bajitos y morenos, porque la Reina Isabel I era rubia y tenía los ojos azules?

    Todos los argumentos de estos personajes no resisten el más elemental pero serio análisis empírico y, de hecho, esas intervenciones públicas no se realizan nunca ante expertos investigadores, sino ante los medios de comunicación. Y es que ya se ha apuntado más arriba: "escándalo fuerte= grandes beneficios económicos".
    "He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.

    <<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>

    Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.

    Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."

    En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47


    Nada sin Dios

  17. #17
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    Re: Respuesta: James Cameron niega la resurrección de Cristo

    Otras pruebas de la Resurrección de Cristo:

    Jesús ha confirmado sus afirmaciones por su Resurrección.





    Importancia de la cuestión.


    En el punto a que hemos llegado en la demostración cristiana y habiendo establecido la realidad histórica de los milagros de Jesús, podría parecer que ya estaba todo hecho y que el mi*lagro de la resurrección no hace falta para atestiguar la mi*sión divina de Cristo. Aun siendo esto verdad, es, sin em*bargo, del mayor interés para el apologista demostrar la re*surrección por las pruebas más sólidas, para que no queden sin respuesta los ataques de los adversarios, pues a más de que es el prodigio de los prodigios, un milagro profetizado por Nuestro Señor mismo —por consiguiente milagro y pro*fecía a la vez— ha sido siempre como el fundamento y la clave de la predicación cristiana. Los Apóstoles han creído. y predicado que Cristo resucitó de entre los muertos; San Pedro afirmó la resurrección de Cristo en términos formales. en sus dos primeros discursos (Hechos, II, 24; III, 15). San Pablo, que vuelve muchas veces sobre este asunto, no vacila en decir a los Corintios, que su fe era vana si Cristo no había resucitado (I. Cor., XV, 17). De lo dicho se puede dedu*cir cuán importante sea esta cuestión.


    Planteamiento de la cuestión.


    Conviene ante todo, determinar bien cómo se plantea la cuestión del milagro de la resurrección frente a la crítica moderna. Dos cosas son necesarias para que la resurrección de Jesús tenga todo su valor apologético y pueda ser considerada como un signo divino: Es necesario: 1.° que el hecho sea histórica*mente cierto; y 2.° que se haya realizado para confirmar la misión divina de Jesús. No hace falta demostrar el carácter milagroso del hecho, pues nadie lo pone en duda; de aquí que sólo habrá dos párrafos.




    La resurrección es un hecho históricamente cierto.


    Adversarios.


    El milagro de la resurrec*ción ha encontrado en todos los tiempos numerosos enemi*gos, pero sólo van a ocupar nuestra atención los adversa*rios actuales. De manera general se puede establecer co*mo principio que, la opinión de los enemigos del cristianismo ha estado siempre subordinada a sus prejuicios y pasiones: la de nuestros modernos racionalistas se deriva de su filoso*fía que rechaza a priori todo milagro, aun en el supuesto de que fuese aseverado por los testimonios más fuertes y más dignos de fe. “Hoy, dice M. Stapíer, para el hombre moder*no una resurrección verdadera, el retorno a la vida orgá*nica de un cuerpo realmente muerto es la imposibilidad de las imposibilidades”[1]. El asedio por parte de estos críti*cos está declarado de antemano y la sola cuestión que les preocupa es descubrir el punto débil para dar el salto a la apologética católica. Este terreno han creído encontrarlo en la crítica literaria e histórica. Ahora ya no se dice: “nos*otros no creemos en la resurrección porque el hecho es im*posible, porque está fuera de las leyes de la naturaleza”; se contentan con afirmar: “todo hecho histórico debe ser pro*bado por el testimonio de aquellos que le han podido cono*cer ; pero la resurrección, si se la quiere tomar en realidad histórica del mismo orden que la muerte, no se halla atesti*guada sino por testimonios discordantes... la muerte, hecho natural y real, ha tenido testigos y podía ser referida; la resurrección, asunto de fe, no se ha comprobado jamás..., sólo se habla de visiones y las referencias que se dan de ella son contradictorias”[2]. La resurrección es “una creencia cristiana, no un hecho de la historia evangélica. Y aunque se viera en ella un hecho de orden histórico, estaríamos obli*gados a reconocer que este hecho no tiene la garantía de testimonios suficientemente seguros, concordantes, claros y precisos”[3]. Como se puede apreciar por estas dos breves-alegaciones, se trata de negar el hecho de la resurrección en nombre de la crítica histórica, pues apoyándose en los testi*monios que la relatan y oponiéndolos entre sí, se confía en anular uno de los fundamentos principales de la creencia cristiana. De esta manera ponen el testimonio de San Pablo en parangón con el de los Evangelistas, y como el primero es menos detallado y de fecha anterior, se pretende que re*presenta la tradición primitiva, la cual no habría creído al principio más que en la inmortalidad de Jesús y no habría llegado a la fe en la resurrección corporal de Nuestro Señor, sino poco a poco y por etapas sucesivas, cuyas huellas se encuentran en las narraciones evangélicas. Vamos a ver si todas estas pretensiones están justificadas.


    Pruebas de la resurrección.


    Los dos principales testimonios que nos refieren el hecho de la resurrección son de orden cronológico:


    A) el testimonio de San Pablo, consignado en la primera Epístola a los Corin*tios, escrita, según la opinión de todos los críticos, entre el año 52 y 57[4]; y


    B) el testimonio de los Evangelios, com*puestos entre el año 67 y el fin del siglo primero.




    A. Testimonio de San Pablo.


    San Pablo, diji*mos arriba, ha predicado frecuentemente la resurrección de Cristo, pero el pasaje más importante sobre esta materia se halla en su Epístola a los Corintios (XVI, 14). Veamos los puntos principales de este pasaje: “Yo os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os he anunciado... yo os he enseñado ante todo como lo aprendí yo mismo, que Cristo ha muerto por nuestros pecados, en conformidad con las Escrituras, que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escritu*ras, y se apareció a Cefas, después a los Once. Luego se apareció una vez a más de 500 hermanos, de los cuales viven la mayor parte, y algunos ya murieron. También se apareció a Santiago, después a todos los Apóstoles y por último se me apareció a mí como abortivo... pero si se predica que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo hay entre vosotros al*gunos que dicen no hay resurrección de los muertos? Si no hay resurrección de los muertos, Cristo tampoco ha resucita*do, y si Cristo no ha resucitado, es vana nuestra predicación y vana también vuestra fe”. Del análisis imparcial de este texto se deduce que San Pablo afirma la muerte, sepultura y resurrección de Jesús:


    a) la muerte de Jesús. “Yo os he enseñado... que Cristo ha sido muerto por nuestros pecados conforme a las Escrituras”[5]. La muerte de Jesús, la muerte redentora, Jesús inmolándose Toluntariamente en la cruz para rescatar la humanidad culpable —he aquí el tema ordi*nario de la predicación del Apóstol; ahora bien, él declara que el hecho y la doctrina con que él se relaciona lo ha reci*bido de la tradición apostólica;


    b) la sepultura de Jesús “Yo os he enseñado... que Cristo ha sido sepultado”. El vocablo griego “etaphe”, que usa San Pablo y que se ha tra*ducido por “fue sepultado” designa generalmente entre los escritores sagrados del Nuevo Testamento una sepultura dis*tinguida; éste es el vocablo que usa San Lucas cuando habla de la sepultura del rico en la parábola de Lázaro (Luc, XVI, 22), y es también la palabra que encontramos en los Hechos de los Apóstoles (II, 29) a propósito de la sepultura de Da*vid. No se trata, pues, de un sepelio vulgar en la tierra como se pretende en la hipótesis de M. Loisy, según un fragmento de carta reproducido por L’ Uaivers del 3 de junio de 1907, donde no vacila en afirmar que “El entierro por José de Arimatea y el hallazgo de la tumba vacía, a los dos días después de la pasión no ofrece ninguna garantía de autenticidad y hay derecho para suponer que en la tarde de la pasión el cuerpo de Jesús, fue descolgado de la cruz por los soldados y arrojado en alguna fosa común, donde no se le podría ocu*rrir a nadie ir a buscarlo para reconocerlo cuando hubiera pasado algún tiempo”[6]. No sabemos en qué texto se puede apoyar tal hipótesis; seguramente no en el vocablo etaphe empleado por San Pablo y que designa por lo menos una sepultura ordinaria; después de esto conjeturar que Jesús fue echado en la fosa común, no es ya crítica histórica, sino crítica imaginaria;


    c) el hecho mismo de la resurrec*ción. A decir verdad, este tercer punto es el que más importa al Apóstol, y el único que se dirige a la tesis que defiende. Sin embargo, conviene observar en seguida que no trata San Pablo de probar la resurrección de Jesús, por nadie puesta en duda, sino de recordarla como una verdad admitida y de servirse de ella como de punto de apoyo para la demostra*ción de otro dogma puesto en discusión. ¿Cuál es en efecto, el fin de la primera Epístola a los Corintios? Es probar a los fieles de esta iglesia anteriormente evangelizados por San Pablo, que los que entre ellos niegan la resurrección de los muertos están en el error y en el ilogismo, pues que admiten sin dificultad la resurrección de “Jesucristo. Porque, según el pensamiento del Apóstol, estas dos cosas están eslabonadas y la una implica la otra. No se puede negar la resurrección de los muertos sin negar la resurrección de Cristo, y negar la resurrección de Cristo es dar un mentís al testimonio de los Apóstoles, es decir, que han enseñado una falsedad, y por consiguiente el cristianismo no tiene valor alguno”. Si los muertos no resucitan, Cristo tampoco ha resucitado, y si Cristo no ha resucitado, “vana es vuestra fe” (I, Cor., XV, 16, 17). Dada la finalidad del Apóstol es muy natural que no insista en las pruebas de la resurrección de Cristo; le basta hacer una selección y retener aquéllas que son a propósito' para hacer impresión a sus lectores. Pero de los dos argu*mentos empleados por los Evangelistas: el sepulcro vacío, y las apariciones, es indudable que el primero tiene menor al*cance que el segundo, puesto que el sepulcro vacío puede explicarse por otras hipótesis que la resurrección. San Pablo, pues, deja a un lado este primer argumento o por lo menos no habla de él, sino de una manera indirecta. Decimos, sin embargo, que sólo habla de una manera indirecta porque cuando declara que “Cristo ha muerto, que ha sido sepultado, y que resucitó” es sin duda, el que resucita el mismo que murió y fue sepultado, y ¿cómo podría ser esto si el cuerpo hubiera permanecido en la tumba? Sin embargo, si el sepul*cro vacío está en el pensamiento de San Pablo, hay que reco*nocer que el Apóstol no trata de sacar de ello ningún argumento, y se contenta en insistir en el hecho de las aparicio*nes. Para probar, o mejor, para recordar a los Corintios que Jesús ha resucitado, San Pablo invoca apariciones que divi*de en tres grupos:


    1. En el primer grupo dos apariciones, la una a San Pedro y la otra a los Once;


    2. en el segundo, tres apariciones, la primera a quinientos hermanos, la segunda a Santiago, la tercera a todos los Apóstoles;


    3. en el ter*cero una sola aparición, aquella con la cual fue beneficiado él mismo. Todas las apariciones, por lo demás, están puestas al mismo nivel, pero se puede presumir que a los ojos de San Pablo la aparición a los quinientos hermanos tenía una im*portancia señalada porque en el momento en que escribía, unos veinticinco años después del suceso, la mayor parte de estos testigos vivían aún, y es una especie de apelación a su testimonio común, que San Pablo, no teme dirigirles.


    Objeción.


    Las apariciones, objetan los racionalistas, están puestas por San Pablo en la misma catego*ría; todas fueron del mismo orden, puesto que el Apóstol las escribe de la misma manera y emplea siempre las mismas palabras, el verbo ophte, que se puede traducir por la ex*presión “ha sido visto” o “se ha aparecido”; tal fue la apa*rición de Jesús a Saulo en el camino de Damasco, tales tam*bién las otras apariciones. Toda la cuestión está, pues, en de*terminar lo que pretende significar el Apóstol al decir que ha visto a Jesús resucitado. Ahora bien, San Pablo no pue*de querer significar que vio a Cristo vuelto a la vida en el cuerpo que había sido depositado en el sepulcro, él no vio más que una luz, “un cuerpo de gloria” (Fil., III, 21) y aquella luz que él había visto no era una luz real y objetiva; “él tuvo la sensación de ver sin que hubiera nada al alcance de sus ojos; estaba alucinado” (1); y ¿cómo se produjo esta alucinación? Es que, según M. Meyer, San Pablo, siendo nombre de genio, pero afectado de una enfermedad nerviosa, y acostumbrado a semejantes visiones, se hallaba corpo*ral e intelectualmente predispuesto al prodigio del camino de Damasco. Las ideas de Jesús Mesías, de Jesús principio de vida, de Jesús viviente e inmortal se habían ido formando poco a poco y sin darse cuenta en la subconsciencia; cami*nando hacia Damasco, estas ideas repentinamente irrumpie*ron de la subconsciencia a la conciencia y entonces vio a Cristo en un cuerpo glorioso espiritualizado o neumático que proyectó sobre él una luz obcecadora, pero este cuerpo no era el cuerpo de Jesús vuelto a la vida. Todas las aparicio*nes mencionadas por San Pablo, concluyen los racionalistas, siendo de la misma naturaleza que la suya, no han sido otra cosa que visiones subjetivas.


    Refutación.


    Admitimos con los racionalistas, co*mo ya hemos dicho anteriormente, que las apariciones des*critas por San Pablo están puestas en el mismo nivel, pero ¿es verdad que el Apóstol, al recordar la aparición de que fue testigo en el camino de Damasco quiera hablar de una “visión subjetiva”? El contexto indica todo lo contrario; el pensamiento íntimo del Apóstol puede, con efecto, deducirse del fin que persigue en su Epístola. Queriendo combatir la •opinión de algunos fieles de Corinto que negaban la resu*rrección corporal de los muertos, San Pablo quiere demostrar su existencia y naturaleza apoyándose en la resurrección de Jesús; luego su razonamiento hubiera sido falso si para pro*bar que los muertos recobrarán sus cuerpos, sus verdaderos cuerpos aunque gloriosos y dotados de nuevas propiedades, hubiera comenzado por decir que la resurrección de Cristo, que era su principio y ejemplar, no había sido corpórea. Cuando declara que se le apareció Cristo resucitado, quiere decir, pues, que ha visto el mismo cuerpo que había muerto y había sido sepultado, idéntico al que tenía durante su vida terrestre, salvo la cualidad de cuerpo glorioso; tal es, no ca*be duda, el fondo del pensamiento del Apóstol. —Está bien, replican los racionalistas, “los evangelistas y San Pablo no entienden narrar impresiones subjetivas, hablan de una presencia objetiva, exterior, sensible, no de una presencia ideal y mucho menos de una presencia imaginaria; las condiciones de existencia de este cuerpo eran diferentes, pero era el mis*mo que había sido depositado en el sepulcro y que no estaba ya en él, a lo que se creía”[7]: esto será verdad, pero se*gún M. Loisy fue todo pura alucinación o simple ilusión de parte de los Apóstoles.


    1. Por lo que concierne al caso de San. Pablo, ¿puede decirse que él fue víctima de la alucinación? Es verdad que muchas veces en su vida tuvo visiones, pero siempre ha pro*curado distinguir entre ésta y aquéllas; la visión del camino de Damasco era a sus ojos el fundamento de su vocación; él reivindicaba el título de Apóstol porque había visto a Cris*to glorioso y se había encontrado con él y había oído su lla*mamiento. Jamás hubiera él osado prevalerse de este, título si no hubiera tenido la convicción de que había visto a Cristo tan realmente como los otros Apóstoles, y que había oído su voz llamándole al Apostolado.
    Sin duda, prosiguen nuestros adversarios, San Pablo fue sincero, pero esto no impide el que fuese víctima de alucina*ción. Aun persiguiendo a los cristianos se fue operando en el fondo de su ser un trabajo inconsciente, sospechó la posible verdad de la doctrina de Jesús, dudó de la legitimidad de sus persecuciones, en una palabra, tuvo remordimientos. Es*tas impresiones latentes en un principio en el interior de su ser, surgieron súbitamente de la subsconciencia al campo de la conciencia provocando alucinaciones de la vista y del oído y produciendo en su espíritu nuevas convicciones que deter*minaron su conversión.; —Pero nada de todo esto es histórico. Este pretendido trabajo preparatorio para la conversión, rea*lizado en la conciencia subliminar de San Pablo no aparece por ninguna parte, pues Saulo siempre obra de buena fe cuando persigue a los cristianos y cree hacer bien, defienden do las “tradiciones” de sus “mayores”, como lo ha declarado él mismo (Gal., I, 14; Hechos, XXVI, 9). Lo que hizo, lo hizo por “ignorancia” (I, Tim., I, 13); la hipótesis de los recprdimientos no tiene ninguna base en los docu*mentos escritos; sino que Saulo, en un instante, se halló con*vertido y creyó en aquél cuyos discípulos perseguía.


    2. Pero supongamos, si se quiere, que San Pablo fue un alucinado; ¿se podrá decir que los otros testigos, que cita San Pablo y los Evangelistas fueron todos alucinados? No hay duda que favorezca esta suposición; las condiciones de nú*mero de tiempo, y de circunstancias no permiten tal hipótesis.—1. El número. No es razonable suponer que tantos testi*gos y de tan diferente carácter hayan sido víctimas en sus sentidos de una ilusión; porque no es una vez, sino muchas las que el Señor se muestra resucitado y no a una sola per*sona, y no sólo se aparece a sus Apóstoles, sino a quinientos hermanos a la vez.—2. El tiempo; las apariciones han tenido lugar a raíz de la muerte de Jesús, esto es, en un momento en que los discípulos estaban desamparados y sólo pensaban en ocultarse; en tal estado de espíritu, lo menos que podían imaginar es que el Crucificado se les apareciese rodeado de gloria; luego las apariciones han debido imponerse de fuera en tales condiciones de objetividad que han determinado una fe irresistible en la resurrección.—3. Las circunstancias. Es verdad que San Pablo no menciona circunstancia alguna; pero si nos atenemos a la exposición de los Evangelios vemos que los Apóstoles se muestran incrédulos al principio y. se figuran ver un espíritu. Jesús entonces les hace tocar sus lla*gas (Luc, XXIV, 37, 40; Juan, XX, 27), come delante de ellos (Luc, XXIV, 43), les hace notar que “un espíritu ni tiene carne ni huesos” (Luc, XXVIII, 9). ¿Se dirá todavía que las alucinaciones tal como se entienden han sido verda*deras alucinaciones objetivas producidas directamente por Dios para obtener la fe de los Apóstoles, en Jesús viviente y triunfante? Esta hipótesis a más de no ser más histórica que las otras, es blasfema además, puesto que considera a Dios causa directa del error.


    Conclusión.


    Los ataques de los adversarios care*cen de base sólida y tenemos derecho a concluir que según el testimonio de San Pablo, la resurrección es un hecho histó*ricamente cierto, demostrado por seis apariciones. De estas apariciones San Pablo puede certificar una, pues tiene con*ciencia de haber sido él el afortunado testigo; en cuanto a, las otras, afirma haberlas conocido por referencias que se le hicieron al encontrarse por primera vez en Jerusalén con los Apóstoles, y particularmente con San Pedro y Santiago, tres años después de su conversión (Gal., I, 18), esto es, unos cuatro años después del acontecimiento mismo, si seguimos la cronología adoptada por M. Harnack que sitúa la conver*sión de San Pablo en el año mismo de la muerte de Jesús. Así, en una época tan próxima de los hechos, los Apóstoles creían ya en la resurrección corporal de su Maestro, luego es imposible admitir con la escuela mística que la resurrección sea una leyenda elaborada en la mitad del siglo segundo, ni con ciertos críticos contemporáneos (Loisy), que los Após*toles y los discípulos ni hayan creído ni predicado que el cuerpo de su Maestro había salido vivo del sepulcro al ter*cer día después de su muerte, y que los cristianos no habrían llegado a esta fe sino desfigurando las creencias primitivas y las impresiones de los primeros discípulos.




    B. Testimonio de los Evangelios.


    Se*gún el testimonio de los cuatro Evangelios, la fe en la resu*rrección de Jesús, nació de una doble causa: —a) del descu*brimiento del sepulcro vacío; y b) de las apariciones del Re*sucitado.


    a) Argumento del sepulcro vacío. Según la narra*ción de los cuatro Evangelistas, las mujeres y los discípulos que se dirigieron al sepulcro para embalsamar a Jesús, en*contraron el sepulcro vacío, la piedra que cerraba la entrada del sepulcro estaba apartada a un lado (Marc, XVI, 4), en el interior del sepulcro las ropas yacían en tierra, los lienzos y el sudario separadamente (Juan, XX, 7), el cuerpo de Je*sús no estaba ya (Luc, XXIV, 3), un ángel les anunció la resurrección, los guardias, espantados, habían huido y fueron a anunciar la nueva a los príncipes de los sacerdotes, que les dieron una fuerte suma de dinero para que dijeran que los discípulos les habían arrebatado el cuerpo de Jesús mientras ellos dormían (Mat., XXVIII, 11, 13).
    Así el primer argumento, invocado por los Evangelistas en favor de la resurrección, está tomado del hecho que al día siguiente del sábado, domingo por la mañana, el cuerpo de Jesús había desaparecido del sepulcro donde había sido en*terrado la antevíspera por José de Arimatea.


    Objeción.


    El argumento del sepulcro vacío ha sido objeto en todos los tiempos, de los más vivos ataques por parte de los adversarios del cristianismo. —1. Algunos han admitido la materialidad del hecho pero se han ingenia*do en buscar explicaciones naturales:


    1. Los judíos del pri*mer siglo recurrieron a la hipótesis de la substracción; acu*saron a los discípulos de haberse llevado el cuerpo de su Maestro durante la noche mientras que la guardia dormía[8].


    2. Entre los críticos modernos, unos han abandonado completamente la hipótesis de la substracción por los Após*toles, y así la escuela naturalista alemana (Bretsehneider, Paulus, Hase) supuso que Jesús en la cruz no había muerto, sino que había padecido un deliquio, pero luego la frialdad de la tumba, la virtud de los bálsamos, y el fuerte olor de los aromas, le volvieron a la vida ,y él entonces se desemba*razó de los lienzos y sudarios que le cubrían la cabeza, y pudo salir del sepulcro gracias a un temblor de tierra que hizo caer la piedra que sellaba la entrada; en seguida pudo aparecer a sus discípulos, que le creyeron resucitado. Por el contrario otros han reproducido la hipótesis de la substrac*ción con algunas modificaciones. Como el abatimiento de los Apóstoles aparta de ellos toda sospecha de impostura, han supuesto que la substracción había sido hecha por los judíos[9] que pretendían impedir la afluencia de visitantes o por el propietario del huerto que quiso limpiar su tumba del cuerpo muerto que se había instalado en ella[10] o ya por el mismo José de Arimatea que no siendo discípulo de Jesús y no habiendo prestado su sepulcro sino por caridad, pasado el sábado, se apresuraría a sacar el cuerpo y transportarlo a otro lugar[11].


    2. No pocos han negado la materialidad del hecho y han pretendido que la relación del sepulcro vacío es una leyenda inventada por la segunda o tercera generación cristiana y quieren ver una prueba de ello en el silencio de San Pablo. Si San Pablo, dicen, cuyo testimonio es anterior al de los Evangelios, no menciona el argumento del sepulcro vacío es porque no lo conocía y que la leyenda aun no se había for*mado cuando él escribía.


    Refutación.


    No nos entretendremos en responder largamente a aquellos que teniendo a los Apóstoles por im*postores, afirman que fueron ellos los autores del rapto. ¿Qué interés podrían tener ellos en inventar la fábula de la resurrección, y hacer adorar como Dios a un seductor, del cual fueron ellas las primeras víctimas? Un tal proyecto, además, no era razonable, ¿cómo hubieran podido ellos subs*traer el cuerpo de Jesús por la violencia, por el soborno, o por la astucia? Ninguna de las tres hipótesis es bastante se*ria. La violencia no es admisible por parte de hombres que habían mostrado tan poco valor en el trance de la pasión de su maestro, el soborno no es posible sino con mucho dinero, y los Apóstoles eran pobres; queda el tercer medio: llevarse el cuerpo por medio de la astucia. Se trataba, pues, de sor*prender a los guardias valiéndose de algún camino secreto, o durante la noche cuando estuviesen dormidos, rodar la pie*dra sin el ruido más leve después de arrebatar el cuerpo sin despertar a nadie y ocultarlo luego en un escondite bastante seguro para que no se le pudiera descubrir, pero tal empresa ¿no sobrepasa los límites de lo verosímil?


    2. La hipótesis de la muerte aparente de Jesús ha caído hoy en el más completo descrédito, porque es necesario ele*gir: o se acepta la relación de los Evangelistas tal cual es, y entonces nada autoriza a creer que la muerte de Jesús no fue real, pues si los sufrimientos de la cruz y la herida de la lanza no le hubieran hecho morir, seguramente hubiera muerto asfixiado por las cien libras de aromas y por la es*tancia en la tumba, o se mira la relación evangélica como una leyenda y entonces se cae en la objeción que niega la materialidad del hecho, a la cual responderemos más ade*lante .


    3. Decir que el rapto ha sido obra de los judíos es una hipótesis aun más absurda y en contradicción con los he*chos; pues hay que tener en cuenta que los Apóstoles predi*caron la resurrección de Jesús no sólo ante el pueblo, sino también ante los jefes de la nación. Pedro y Juan por esto fueron encarcelados y obligados a comparecer ante el tribu*nal judío (Hechos, IV, 1, 2). ¿Se concibe entonces el silencio de los Sanhedrinitas? “La pieza convincente estaba entre sus manos; con un gesto, con una palabra, podían derrumbar la nueva fe cuyo rápidos progresos les inquietaba... Si los Sanhedrinitas se callaron, si no han opuesto un rotundo men*tís, es porque no estaban en condiciones de presentarlo. Sin su consentimiento y sin su cooperación el sepulcro había sido despojado del difunto”[12]. ¿Quién lo había quitado? “No fue un amigo; no fue un enemigo; tampoco fue un extraño. Desde más de diecinueve siglos (Mat., XXVIII, 12, 14) se han agotado ya todas las hipótesis para escapar al milagro; a ninguna se le ha podido dar visos de verosimilitud. Sólo, hay una respuesta posible. Cristo ha salido del sepulcro por sí mismo; ha resucitado corporalmente”[13].


    4. ¿Tiene más fundamento la suposición de que es una leyenda de la segunda o tercera generación cristiana el ha*llazgo del sepulcro vacío?[14]. ¿Cómo explicar entonces la fe de los Apóstoles, la transformación total en ellos operada a poco de la tragedia de la cruz que tanto los había acobar*dado y desanimado? Si no hubo nada nuevo para alentarlos tras su profunda decepción, si la fe en la resurrección del Maestro se fue elaborando poco a poco ¿cómo se explica que los tímidos y cobardes en el curso de la pasión se hayan vuelto en seguida intrépidos y valientes para predicar la Resu*rrección hasta ofrendar el sacrificio de su vida?,
    272. —b) Argumento tomado de las apariciones. —Mien*tras que el argumento del sepulcro vacío es sólo una prueba indirecta, pues admite otras explicaciones que la resurrec*ción, las apariciones constituyen una prueba directa.


    Si se comparan los dos testimonios de San Pablo y de los Evangelistas se pueden contar once apariciones, sin comprender la del camino de Damasco a San Pablo. Dos apari*ciones mencionadas por San Pablo no figuran en los Evan*gelistas: la aparición a los quinientos discípulos y la de San*tiago. El total de las apariciones referidas por los Evange*listas es de nueve, siete de las cuales tuvieron lugar en Jerusalén y sus alrededores y dos en Galilea. En el primer grupo —las apariciones hierosolimitanas—, se cuentan las aparicio*nes:
    1. a María Magdalena (Marc, XVI, 9; Juan, XX, 14, 15):


    2. a las santas mujeres que volvían del sepulcro (Mat., XXVIII, 9);
    3. a San Pedro (Luc, XXIV, 34);
    4. a los dos discípulos de Eminaüs (Marc., XXI, 12; Luc., XXIV, 13 y siguientes);
    5. a los Apóstoles reunidos en el Cenáculo, estando ausente Tomás (Marc., XVI, 14; Luc., XXIV, 36 y siguientes; Juan XX, 19, 25). Estas cinco primeras aparicio*nes tuvieron lugar en la Pascua.
    6. ocho días después en Jerusalén todavía, Jesús se apareció a los once Apóstoles, presente Tomás, a quien invita el Señor a tocar sus llagas de manos y costado (Juan, XX, 26, 29);
    7. en Galilea, se apareció a siete discípulos en el lago de Tiberíades (Juan, XXI, 1, 14); después
    8. a los once Apóstoles sobre una mon*taña de Galilea (Mat., XXVIII, 16, 17);
    9. en fin, la última aparición, inmediatamente antes de la Ascensión, tuvo lugar en el monte Olivete, en presencia de todos los Apóstoles re*unidos (Luc, XXIV, 50).


    Objeción.


    Se objetan, contra el argumento sa*cado de las apariciones, las divergencias que ofrecen los re*latos evangélicos.


    1. Se hace notar que los Evangelistas no están acordes en el número de mujeres que fueron al sepul*cro ni en el número de ángeles que vieron.


    2. Pero se invo*ca sobre todo la llamada oposición entre los autores, sagrados sobre el lugar de las apariciones. Según los críticos liberales y racionalistas, habría en los relatos evangélicos como dos tradiciones sobrepuestas e inconciliables: la una representa*da por San Mateo y San Marcos, situando las apariciones en Galilea conforme el mensaje que el ángel transmite a las san*tas mujeres para los Apóstoles, la mañana de resurrección; la otra representada por San Lucas y San Juan, poniendo el teatro de las apariciones exclusivamente en Judea.


    Refutación.


    1. Estas divergencias prueban la in*dependencia de los historiadores, en vez de debilitar sus re*latos; versan, además, sobre puntos secundarios, como el número de mujeres, el número de ángeles; pero dejan intac*to el hecho mismo de la resurrección; donde aparece con evi*dencia que las variantes en los pormenores no impiden en manera alguna la identidad del fondo.


    2. La oposición que se señala entre los Evangelistas a propósito del teatro de las apariciones no es tan evidente como se afirma, pues no se ha demostrado la existencia de dos tradiciones distintas, la de Jerusalén y la de Galilea, y mucho menos, que cada evan*gelista sólo conociera una de las dos tradiciones. ¿Cómo se puede pretender que San Mateo, que con San Marcos repre*senta la tradición de Galilea, ignore la tradición de Judea, si le vemos referir una aparición de Jesús a las santas mu*jeres en el momento en que se retiraban del sepulcro? (Mat., XXVIII, 8, 9). El final de San Marcos trae también dos apa*riciones en Jerusalén, pero no queremos insistir en este hecho, pues nuestros adversarios consideran apócrifo este final. El Evangelio de San Juan, tomado en su totalidad, con su apéndice, refiere apariciones de Judea y de Galilea. Única*mente San Lucas se limita a las apariciones en la Judea. Luego, en definitiva, exceptuando este último, los Evange*listas conocen los dos teatros de apariciones de Cristo, y el exclusivismo que se quisiera encontrar en sus narraciones no existe realmente más que en el espíritu de los críticos racio*nalistas. Tres Evangelistas, por lo menos, entre cuatro, han recogido la doble tradición: la de Jerusalén y la de Galilea.


    Por lo demás, podemos observar que la mayor parte de las diver*gencias se explican perfectamente por el fin diverso que se propusie*ron los Evangelistas. Así San Mateo, escribiendo para el mundo judío en el cual se susurraba Que los discípulos habían Quitado del sepul*cro el cuerpo de Cristo, muestra la inverosimilitud de una tal acusa*ción, por el relato de la guardia puerta en el sepulcro y por el hecho de haber sido sellada la piedra del mismo. San Marcos, escribiendo para el mundo romano, muy aficionado a las formas jurídicas, explica primeramente que la muerte de Jesús fue comprobada oficialmente por una encuesta de Pilatos con el Centurión, encargado de la ejecución de la sentencia, y después insiste sobre la incredulidad de los discípulos que no querían dar fe al relato de María Magdalena. San Lucas, escri*biendo para el mundo griego, en el cual el testimonio de las mujeres no era válido en justicia y en el cual la resurrección de los muertos era considerada como un absurdo, no menciona más que las aparicio*nes a los hombres (a los dos discípulos de Emaús, a Pedro, a los Once y sus compañeros) y aporta una serie de detalles materiales a fin de demostrar que el cuerpo resucitado de Cristo no era un fantasma, sino un cuerpo real, puesto que se dejaba tocar y comía y bebía en presen*cia de todos. Siguiendo, pues, caminos diferentes, los Evangelistas se apropiaron cada uno lo que entraba de lleno en su plan particular y lo que más podía convenir a sus lectores; sería, por tanto, un error manifiesto el concluir que ellos ignoraban los hechos que dejan de referir en sus escritos.


    Conclusión.


    Así, del examen de documentos, resulta que desde los primeros días, los Apóstoles, tanto por el des*cubrimiento del sepulcro vacío, cuanto por las apariciones, creyeron que su Maestro había resucitado y se lo represen*taron superviviente, no sólo en su alma inmortal, sino tam*bién en su cuerpo. Ellos creyeron que su cuerpo no quedó ten el sepulcro sino que vivía de nuevo y para siempre trans*formado y glorificado[15].




    El milagro de la resurrección se hizo para confirmar la misión divina de Jesús.


    La conexión entre la resurrección de Jesús y su misión divina es tan patente que jamás ha sido objeto de controversia. Entre los adversarios del cristianismo y sus apologistas, el debate ha tenido lugar, pero únicamente sobre el hecho de la resurrección; pues siempre se dio como indis*cutible que si Jesús había resucitado, su misión era Divina, era el Mesías, el Hijo de Dios.
    Luego no hace falta entretenernos demasiado en este punto. El pensamiento de Jesús de relacionar el milagro de la Resurrección con su misión, se desprende:


    1. de que él predijo este acontecimiento varias veces, como señal revela*dora del Mesías: “Entonces (tras la confesión de Pedro) comenzó a enseñarles (a los Apóstoles) que era preciso que el Hijo del hombre sufriera mucho... que fuera condenado a muerte y que resucitaría al tercer día” (Marc., VIII, 31). En otras tres ocasiones Jesús predijo su muerte y resurrec*ción (Marc., IX, 8, 9, 30; X, 32, 34);


    2. del hecho que, en dos ocasiones Jesús apelara a su resurrección futura como el único signo que se daría para probar su misión.


    1) Un grupo de fariseos le pide un signo de su misión: “Maestro, quisiéramos ver un prodigio tuyo”. El respondió: “Esta ge*neración mala y adúltera pide un signo, y no se le dará otro que el del profeta Jonás; pues así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así el hijo del hom*bre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra” (Mat., XII, 38, 40).


    2) Otra vez, cuando acababa de expul*sar a los mercaderes del Templo, los judíos admirándose de que obrara de aquella manera, le piden un signo que le au*torice a usar de tal proceder. Jesús responde en estos térmi*nos: “Destruid este templo y yo lo reedificaré en tres días”. Los judíos contestaron: “¡Cuarenta y seis años se emplearon en levantar este templo y tú lo quieres reconstruir en tres días!” Pero Jesús hablaba del templo de su cuerpo; y cuan*do resucitó, sus discípulos recordaron estas palabras de Je*sús (Juan, II, 18, 22).


    Conclusión.


    Así el único signo que Jesús quiso dar a sus enemigos sobre su misión divina fue su resurrección; y corno ella es un hecho históricamente cierto, podemos con*cluir que Cristo nos ha dejado el testimonio más auténtico y más grande de su origen divino.




    R.P. Dr. A. Boulenger, “Manual de apologética. Introducción a la doctrina cristiana”, Ed. San Francisco, Chile, 1938.



    [1] Stapfer, La mort et la resurrèction de Jésus-Christ.

    [2] Loisy, Quelques lettres sur des questions actuelles et sur des evéuements récents.

    [3] Loisy, les Evangiles synoptiques.

    [4] Al establecer nosotros el valor histórico de los escritos del Nuevo Testamento, nuestro estudio se ha limitado a los Evangelios y no se ha tratado allí de las Epístolas de San Pablo, cuyo testimonio invocamos aquí. No ha sido esto una omisión. La razón por la cual no nos hemos detenido, en demostrar la historicidad de la primera Epís*tola a los Corintios, es porque hasta ahora no ha sido puesta en duda por los críticos racionalistas.

    [5] “Según las Escrituras”. Esta expresión repetida dos veces por San Pablo, es invocada equivocadamente por los racionalistas que se sirven de ella para desvirtuar el valor del testimonio. No hay motivo, en efecto, de maravillarse que los Apóstoles hayan tomado interés en mostrar los puntos de contacto entre la vida de Jesucristo y las pro*fecías del Antiguo Testamento. A los ojos de los judíos que no juraban más que por las Escrituras y que ponían el argumento profético por encima de todo otro argumento, la concordancia entre otras predicciones de los profetas y los acontecimientos de la vida de Jesucristo tenía, mucho más valor que el mismo testimonio de los Apóstoles, afirmando que habían visto a Jesús resucitado. Mas este recurso a las Escrituras nada quita a la verdad del testimonio, y los Apóstoles no dejaban de ser testigos bien informados y sinceros cuando los hechos que ellos relataban habían sucedido “según las Escrituras”.

    [6] Esta hipótesis ha sido renovada por M. Loisy en su extensa obra Les evangiles Synoptiques.

    [7] M. Loisy, Les Evangiles synoptiques.

    [8] Esta tesis no pudo resistir por mucho tiempo a la réplica de* los apologistas cristianos. Así bien pronto los judíos dirigieron su acusación al hortelano- del lugar donde estaba colocado el sepulcro, di*ciendo que había hecho desaparecer el cuerpo a fin de que las idas y venidas de los piadosos visitantes no echaran a perder sus hortalizas (Tertuliano, Tr. de Spectaculis).

    [9] Alberto Reville y Eduardo Le Roy han supuesto que las au*toridades judías que detestaban a Jesús y no podían sufrir que tuviera él un sepulcro honroso, habían mandado quitar el cuerpo para que tuviese la misma suerte que la ley señalaba para los cadáveres de los ajusticiados.

    [10] Renán, Les Apôtres.

    [11] Holtzmann, La Vie de Jésus.

    [12] P. Rose, Etudes sur les Evangiles. Es esta, sin duda, la razón que ha determinado a los racionalistas contemporáneos a imaginar la hipótesis de la fosa común. Creen así escapar a la necesidad que les ata*ñe de explicar por qué los judíos no han confundido a los Apóstoles, presentándoles de nuevo el cadáver.

    [13] Ladeuze, ob. cit.

    [14] Los racionalistas suponen dos estadios en la formación de la leyenda. En el primer estadio hay las alucinaciones. Después de la grande prueba de la Cruz, el amor de los Apóstoles hacia su Maestro triunfa de su desaliento. Pedro, primero y después los demás Apósto*les sugestionados por Pedro, tienen visiones, en las cuales creen con*templar a Jesús resucitado. Tal es la primera etapa de la creencia en la resurrección en la cual sólo se trata de Jesús viviente e inmortal, etapa cuyo eco hallamos en el testimonio de San Pablo. En el segundo estadio, los Apóstoles, a fin de justificar su predicación, empiezan a materializar la fe en la sobrevivencia de Cristo. Para las necesidades de la causa que defienden, van forjando toda clase de circunstancias de la resurrección: el amortajamiento, la guardia del sepulcro, el des*cubrimiento del sepulcro vacío, Jesús mostrando sus llagas y haciéndo*las tocar, etc.

    [15] V. Lepin, Christologrie.



    Publicado por STAT VERITAS en 11:55 Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con Facebook


    Fuente: Stat Veritas.
    Última edición por Nicus; 09/04/2012 a las 02:16 Razón: Repetido
    Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.

    Plinio Corrêa de Oliveira.

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    Última edición por Nicus; 09/04/2012 a las 02:13 Razón: Repetido
    Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.

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