COPLAS SEVILLANAS PARA ESTE DÍA: http://www.rafaes.com/INMACULADA-PRINCIPAL.htm
La Inmaculada hoy. Cultura Inmaculista
Por JOSÉ ORTIZ DÍAZ. Catedrático Emérito de Derecho Administrativo
La devoción y el amor a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María se proyectaron a lo largo de la historia en diversos aspectos de la vida de Sevilla y de los sevillanos. Se asientan en los propios sentimientos y entraña de la mejor sevillanía, afectan e inciden en la vida religiosa y cultural de muchos sevillanos, andaluces y españoles.
Tales sentimientos se han plasmado en las bellas artes, la pintura, la escultura, la música popular, en la buenas letras sevillanas, en la religiosidad popular hispalense. Cabe decir, que se ha producido una cultura religiosa inmaculista en honor y con centro en la Santísima Virgen Inmaculada.
El Monumento de la Plaza del Triunfo de nuestra ciudad, erigido en 1918, y dedicado a la Inmaculada Concepción de María, que culmina con la efigie de tan celestial Señora, recoge y simboliza plásticamente, en buena parte, la anterior consideración. Las cuatro esculturas que figuran en su base representan a Juan de Pineda, la Teología; Martínez Montañés, la Imaginería; Murillo, la Pintura y Miguel del Cid, la música popular, constituyen un exponente y homenaje al triunfo de la Inmaculada en nuestra tierra.
Sevilla, ciudad de honor a la Inmaculada, como España. Inmaculada Concepción, patrona de España. También en Roma, en la ciudad eterna. Precisamente en su Plaza de España, se erige el monumento a la Inmaculada, al que los Papas van a orar el 8 de diciembre.
En Sevilla tenemos diversas evocaciones importantes y recuerdos conmemorativos de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, empezando por la Santa Iglesia Catedral, con su iconografía inmaculista, los cultos en honor de la Inmaculada con el baile de los niños Seises de celeste en su Octava. Y siguiendo por la capillita del Postigo, de la Pura Limpia; la parroquia de la Inmaculada Concepción en Nervión, la asociación de Empleadas de María Inmaculada, las congregaciones marianas de la Inmaculada...
La devoción y el amor a la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora impregna espiritualidad y devoción en muchas de nuestras hermandades y cofradías de la Archidiócesis. Destaca la antigua Hermandad y Cofradía de Nuestro padre Jesús Nazareno y María Santísima de la Concepción, Hermandad del Silencio, de los primitivos nazarenos de Sevilla. La historia de esta hermandad es en buena parte historia concepcionista, bien conocida y pionera. En defensa de la creencia de la Inmaculada Concepción y de su Definición dogmática. Ejemplo notable y singular , es también el de la Hermandad de Jesús Nazareno de Castilleja de la Cuesta, de la calle Real.
La devoción a la Inmaculada de nuestras hermandades queda plasmada plásticamente en diversas insignias alusivas y en honor de la Virgen, verdaderos símbolos Inmaculistas. Así, el Sine Labe Concepta, las banderas celestes concepcionistas y los simpecados.
Especiales son también las notorias vinculaciones devocionales entre la Pura y Limpia Concepción de María Santísima y la mayoría de hermandades sacramentales sevillanas, algunas, muy anteriores a la Definición Dogmática, ya que diversas de ellas arrancan del siglo XVI. En los respectivos títulos de estas hermandades se incluyen referencias a la Santísima Virgen Inmaculada. Las Sacramentales poseen además en sus Sagrarios bellísimas imágenes de la Virgen Inmaculada y dedican cultos a la misma. Unen por tanto la Santísima Virgen en el Misterio de su Inmaculada Concepción, y el Santísimo Sacramento de la Eucaristía. María, mujer eucarística. Y es que María es el primer tabernáculo de Jesucristo, el primer sagrario del cristianismo. El Cuerpo y Sangre de Cristo pertenecen a María, son Cuerpo y Sangre de María.
La Eucaristía es la continuación de la Encarnación. María, cuando visita a su prima Santa Isabel, realiza la primera procesión del Corpus Christi de la historia cristiana. No en una custodia de Arfe, de plata u oro, sino con su propio cuerpo.
Pasaron los tiempos de las luchas y disputas teológicas sobre la Inmaculada Concepción. Definida la creencia como dogma de fe en 1854 por el Papa Pío IX, en la actualidad se ofrece como doctrina diríamos «pacífica», dentro de la teología católica. Es bueno y está bien que conozcamos y recordemos el pasado Inmaculista su proyección en la cultura religiosa de nuestra ciudad, pero no podemos quedarnos en la Inmaculada, sólo como mero sentimiento, imagen histórica, en la vida de Sevilla, o como estampa turística.
La Inmaculada debe estar presente espiritual e interiormente en los sevillanos en la actualidad. Tenemos que, vivirla e imitarla, aunque esto nos parezca algo imposible, irreal o utópico.
El misterio de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María implica la prerrogativa que sólo ella tuvo de ser preservada preventivamente del pecado original, desde su concepción. En esto no podemos imitarla, porque ese privilegio Dios se lo reservó sólo a ella. Pero la Inmaculada es, conjuntamente a tal privilegio, la plenitud de la gracia, «la llena de gracia», la gracia plena, y aquí sí que nosotros podemos participar, viviendo y llenándonos también de la «vida de gracia», de ese don que Dios nos da, vida de gracia, de las tres «C». Consciente, creciente y comunicada.
Vivir la «gracia» de la Inmaculada hoy, renovar, confirmar y vivir la verdadera devoción a la Inmaculada.
El mundo actual tiene la necesidad perentoria de la protección y misericordia de la Santísima Virgen María. El mundo de hoy, desorientado, desesperanzado, necesita ante todo de esperanza. Necesita de las esperanzas que vienen de la Virgen María. Ella encarna las esperanzas y es la Esperanza. Nuestra sociedad actual tiene necesidad de un modelo de feminidad, de maternidad, y de virginidad. María Santísima es mujer, madre y Virgen conjuntamente. Modelo de mujer, modelo de madre y modelo de virgen. Hoy, que se cuestiona tanto ser madre. como el ser virgen, como la indiferencia de sexo. Ante la incertidumbre e inseguridades María, nos da la certeza del triunfo final.
Acerquémonos a nuestra Madre del Cielo para que también sea nuestra Madre, aquí en la tierra. María, madre, modelo, maestra, auxiliadora, profesora, intercesora, educadora.
El Papa Benedicto XVI, en su segunda Encíclica «Spe salvi» (Salvados en la Esperanza) acaba de decirnos esperanzadamente, que «la esperanza» no es una virtud individual ni centrada exclusivamente en el más allá, sino que se vive de modo colectivo, al servicio de los demás y lleva a mejorar en la medida de lo posible el mundo en que vivimos. Según el Santo Padre, «la búsqueda siempre nueva y fatigosa de rectos ordenamientos para las realidades humanas es una tarea de cada generación, nunca una tarea que se pueda dar definitivamente por concluida. Cada generación tiene que establecer un orden de libertad y de bien». La esperanza lleva a la vida futura, pero también a mejorar la vida presente. Quien tiene esperanza vive de otra manera y es capaz de hacer cosas que consideraba imposibles».
Inmaculada y Esperanza ¡qué dos nombres para un sevillano y para todo cristiano! Diríamos que siempre, pero de manera especial en este mes de diciembre, en este tiempo de Adviento, de preparación del Nacimiento de Jesucristo.
Mes de la Inmaculada, la figura central, y de las esperanzas, en plural, que tenemos en Sevilla. De la Macarena, de Triana, de Gracia y Esperanza, de la Trinidad y de la O.
http://sevilla.abc.es/20071208/sevil...712080357.html
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Imperium Hispaniae
"En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."
(Plaza del Triunfo-Sevilla)La Ciudad de Sevilla fue de las primeras ciudades que defendió el dogma de la Inmaculada Concepción. Esto ocurría en el s. XVII, pero aún sigue Sevilla en el mismo fervor concepcionista. El monumento a la Inmaculada, levantado a comienzos de este siglo en la Plaza del Triunfo, tiene en su basa las estatuas de quienes a lo largo de la historia defendieron con más ardor el dogma concepcionista: Vázquez de Leca, Bernardo de Toro, Juan de Pineda y Miguel Cid.
Foto: Rafael Márquez
Fue la Tuna de Peritos Industriales la primera en cantar la noche de la Inmaculada (el 8 de Diciembre) bajo el monumento. Por ello, el Cardenal Segura les impuso en el año 1952 un fajín blanco, que desde entonces forma parte de su atuendo y les distingue del resto de las tunas.
Con el tiempo, la noche de la Inmaculada se convirtió en una tradición para las Tunas de Sevilla. Más tarde, el Consejo de Tunas se encargó de regular esta tradición, ante la gran cantidad de público que acude esa noche a los aledaños de la plaza y, digámoslo, por la tremenda competencia que se estableció entre las tunas sevillanas por ser la primera en cantar a los pies del monumento.
Esa noche, desde las 12 horas en punto hasta bien entrada la madrugada, las canciones estudiantiles acompañan a la Madre de Dios que desde lo alto nos guía y nos ampara.
"...Y además Sevilla, le levantó un triunfal monumento para que, casi rozando el cielo, la cobijara y bendijera y así Ella gozara de alegría cada vez que de madrugada le rondara la universidad trovadora; la de capas negras con cintas de colores, demostrándole un inmenso amor con ofrendas de flores, al son de guitarras y bandurrias; porque la Inmaculada aquí, no sólo es Madre, sino novia de Sevilla. Los distintos nombres de la Virgen se viven en Sevilla como las horas del día, es decir, hay encuentros con María al amanecer, al atardecer, y otros, en la noche. " Fragmento del pregón de las Glorias 2002 pronunciado por Antonio Fajardo Romero.
Foto: Rafael Márquez
http://www.rafaes.com/inmaculada-monumento.htm
Todo el mundo en general
Es una copla de la Inmaculada, tan sevillana, el estribillo de las coplas que compuso Miguel del Cid, cuando aquellos siglos de pasión y fervor inmaculista, tan frescos todavía en Sevilla. Esta noche es la Vigilia, con las tunas rondando en la Plaza de Triunfo, entre la Catedral y el Alcázar, al pie del monumento de la Inmaculada.
Un monumento - ¡quién lo diría! - que trajo cola y fue polémico en su dia, porque los fervores populares por la Virgen ya estaban siendo enfriados por la canalla política del momento. Al bendito Spínola, cuando era auxiliar del apopléjico Cardenal Lluch y Garriga, le costaría un disgustazo que le dejó bastante expuesto. Fue cuando el XXV aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada, con el jesuíta p. Moga animando la "Asociación de jóvenes de la Inmaculada" y movilizando a la sevillanía para un homenaje-exaltación a Murillo, el pintor de la Inmaculada. Todo acabó en una acto medio tumultuoso, los jóvenes dando vivas a la Vírgen, a Pio IX...y al Papa Rey. Spínola, que estaba en el acto, terminó tachado de "carlista", que era el insulto que daban los liberales de entonces a la gente católica de bien (como hoy nos espétan el "facha" a los católicos y gente de bien los de la piara psoera & cías. de la siniestra ). Y todo se desbarató. El monumento del Triunfo no se inauguraría hasta los años previos de la Exposición Iberoamericana, en 1918, con proyecto de Don Juan Talavera, arquitectura de Espiau, y escultura de Collaut Valera.
El conjunto es regularcillo. Lo mejor, el enclave, en todo el corazón de Sevilla. La escultura de la Virgen Inmaculada versiona en mármol la Inmaculada de los Venerables de Murillo (la que robaron los franceses y ahora tiene secuestrada el Prado, sin que nadie la haya reclamado efectivamente para Sevilla, de donde en mala hora salió y a donde debería haber sido devuelta, que tan ladrón es el francés que se lleva como el español que no repone en su sitio). Es bonita, tan alta y blanca, con perfiles que da gusto retratar, ya sea con la muralla del Alcázar de fondo, ya con la Giralda como contrapunto.
Al pie, en los cuatro frentes del monumento, pusieron a sevillanos inmaculistas: Un cura, el padre Juan de Pineda; un poeta, Miguel del Cid; un escultor, Juan Martínez Montañés ; y un pintor, Bartolomé Esteban Murillo. Conforman una cuadrilla representativa de la histórica Sevilla inmaculista, todos ellos señalados por haber predicado, cantado, esculpido o pintado el tema inmaculista, en alabanza de la Virgen Purísima. Desgraciadamente, el presupuesto para el monumento en aquella Sevilla pre-Expo Iberoamericana no dio para más (o no se quiso, o no se tuvo, o no se buscó) y los materiales fueron - como los autores - desafortunadamente dispares: La imagen de la Virgen, de mármol; los pilares, de piedra; las esculturas de los 4 sevillanos, de polvo de piedra y cemento. Como si hubieran reversionado la visión del coloso aquel que vió Ciro y el profeta Daniel explicó haciendo profecía. Más o menos, pero con mármol, piedra, y cemento en la versión sevillana.
Y así estamos. Tocante a la Virgen, muy bien, con toda veneración y honra. Los pilares, con mucho líquen y alguna grietecilla, oxidados, deslustrados por el tiempo y la erosión de los agentes. Los sevillanos de la base, corroídos, con los rostros desdibujados, irreconocibles casi, desmoronándose por la contaminación. Muy alegórico todo el cuadro.
Dentro de un rato comenzarán las tunas a rondar a la Virgen. A las 12, repicará la Giralda un pino mayor, con todas las campanas al vuelo y sonando, y el Cardenal Arzobispo, con muchísimos fieles sevillanos, cantará la Salve, con la oración de la Inmaculada. Y después seguiran las tunas de las Facultades de la Universidad con su ronda, hasta las tantas de la madrugada.
Muy cerquita, en la capillita del Postigo del Aceite, apenas termine la Salve del Triunfo, la gente del Arenal y los devotos de la Pura y Limpia cantarán también la Salve, y luego besarán las manos de la Virgen. Mañana, por toda Sevilla, estarán en besamanos muchas de las Imágenes Titulares de las Hermandades y Cofradías de la Ciudad, a cada cual mejor y más hermosamente expuesta, en sus altares de besamanos, cada uno un delirio de flores y velas y adornos. Todo para Ella.
Por la tarde, en la Catedral, se expondrá el Santísimo en la Custodia, y los Seises cantarán y bailarán ante su divina Majestad, cada una de las tardes de la Octava:
"Virgen Santa Inmaculada
más que el ampo de la nieve,
que trituras con pie breve
la cabeza del dragón;
Desde siglos, tú lo sabes,
fue la gloria de Sevilla
aclamarte sin mancilla
en tu Pura Concepción".
Tú lo sabes. No te olvides.
Y si mi amor te olvidara, tú no te olvides: ¡Tú no te olvides!
http://exorbe.blogspot.com/
Con un día de retraso, pero vale la pena
lunes 8 de diciembre de 2008
¡Viva la Inmaculada Concepción!
Hoy es el gran día de la Inmaculada. Fue fijado el 8 de diciembre tomando como base la fiesta –más antigua– de la Natividad de la Santísima Virgen, que se celebra el 8 de septiembre, en consideración de los nueve meses que estuvo Nuestra Señora en el seno de su madre Santa Ana. Aunque no forma parte de la revelación ni hay obligación de creer en ella, vamos a empezar por contar aquí la historia de cómo fue concebida María tal y como lo cuentan los evangelios apócrifos (que no son escritos necesariamente fantasiosos, sino que pueden contener verdades transmitidas por la tradición oral aunque no cuenten con el aval de autenticidad que la Iglesia otorga a los libros canónicos: aquí, pues, “apócrifo” no significa “falso”, sino simplemente “no canónico”).
Los datos sobre las circunstancias de la concepción de la Virgen están contenidos principalmente en el Protoevangelio de Santiago, datado alrededor del año 150 y del cual dependen el Evangelio del Pseudo-Mateo (siglo VII) y el Libro de la Natividad de María (época de Carlomagno). Este último está incluido íntegramente en la famosa Leyenda Dorada de Jacobo de Vorágine. También la venerable sor María de Jesús de Ágreda en su Mística Ciudad de Dios y la beata Ana Catalina Emmerich en sus viviones (recopiladas por Clemens Brentano) tratan ampliamente del tema. Intentaremos, pues, concordar todas estas fuentes en un único relato.
Así pues, tenemos que por la época de la reconstrucción del segundo Templo de Jerusalén por el rey Herodes el Grande (comenzada el año séptimo u octavo del imperio de Augusto), vivía en Nazaret un matrimonio piadoso y pudiente formado por Joaquín y Ana. Desgraciadamente, la pareja era estéril y los cónyuges se hallaban en una edad tal que no podían ya esperar razonablemente descendencia. A pesar de su posición y de su buena fama, eran mirados con conmiseración y hasta recelo por sus conciudadanos, dado que en Israel la infecundidad matrimonial era vista como un signo de maldición. Además, con mayor motivo en este caso, ya que Joaquín pertenecía a la tribu de Judá y también probablemente Ana (pues, aunque la costumbre había conocido un cierto relajamiento debido a los avatares históricos, se practicaba la endogamia en las tribus de Israel) y la esterilidad en este caso significaba directamente que se negaba a los esposos la gracia de ser vehículo del nacimiento del Mesías, que debía nacer de esa tribu.
Cierto día festivo Joaquín fue a ofrecer su sacrificio al templo como todo el mundo, cuando se vio rechazado por el sumo sacerdote Isacar, el cual, recordándole la escritura que dice “Maldito quien no engendre hijos en Israel”, le reprochó que se presentara él, que no tenía hijos, entre los varones fecundos para presentar su ofrenda y lo echó, conminándole a sacudirse la maldición que sobre él pesaba. Joaquín, confundido y avergonzado, se marchó al campo, entre los pastores que guardaban sus rebaños, para dolerse con Dios en soledad y no queriendo comparecer ante su esposa por no afligirla contándole la pública humillación de la que había sido objeto. Pero Ana tomó la conducta de Joaquín como un rechazo hacia ella y, noticiada de lo que había pasado en el templo por sus vecinos, dirigió al Señor fervientes y doloridas súplicas para que levantara la maldición que pesaba sobre su vientre estéril.
Dios escuchó los ruegos de Ana y envió a su ángel (probablemente Gabriel) a Joaquín, al cual fue anunciado que su esposa concebiría y daría a luz a una niña por la que vendría al mundo el Hijo del Altísimo. Le explicó cómo Sara y Raquel habían sido también estériles y, sin embargo, se cumplieron por ellas las promesas hechas a los patriarcas. También cómo Sansón y Samuel nacieron de madres que habían sido largo tiempo infecundas. Le indicó que debía llamar María a su hija y que corriera al encuentro de su esposa a Jerusalén. A ésta se le apareció el mismo ángel, que le dijo: “Ana, el Señor ha visto tus lágrimas; concebirás y darás a luz, y el fruto de tu seno será bendecido por todo el mundo”, y le ordenó también correr a la ciudad santa para reunirse con su marido. Ambos coincidieron en la Puerta Dorada de la muralla jerosolimitana, bajo la cual se abrazaron tiernamente, llenos de júbilo por el anuncio que les había sido hecho de parte de Dios, a quien dieron rendidas gracias en el templo, regresando más tarde a Nazaret para esperar el cumplimiento de la promesa.
Algunos han sostenido que la concepción de María tuvo lugar milagrosamente a través de un casto beso que se dieron Joaquín y Ana al encontrarse bajo la Puerta Dorada. Otros admiten que entre ellos hubo el lícito y natural concúbito marital, por el cual fue engendrada la que había de ser Madre de Dios. Sea como fuere, lo cierto es que la escena inmortalizada por Giotto en el siglo XIV (Capella degli Scrovegni de Padua) está cargada de un hermoso y rico simbolismo. Jerusalén, la ciudad santa, representa el Paraíso perdido por la primera prevaricación. La Puerta Dorada significa que la entrada al Paraíso sólo puede franquearla la Divinidad, cuyo símbolo es el oro. El encuentro bajo ella de Joaquín y Ana sugiere, en fin, que es por la Virgen por la que nos viene la salvación, pues su divino Hijo es el que nos da el acceso a la Jerusalén celeste.
Pero, ¿en qué consiste la Inmaculada Concepción? Existen ideas erróneas sobre este misterio, desgraciadamente cada vez más extendidas por la creciente ignorancia religiosa. Unos piensan que se trata de que la Virgen fue concebida virginalmente; otros confunden esta prerrogativa con el parto virginal de Jesucristo, y así por el estilo. En realidad, la Inmaculada Concepción se refiere a que María estuvo exenta del pecado original, escapando así, por puro privilegio divino a la común y dañosa herencia de nuestros primeros padres. Y ello desde el instante mismo de su concepción, de manera que en ningún momento estuvo bajo el dominio de Satanás, sino que fue engendrada en estado de inocencia original, de santidad innata. Tal como después Ella concebiría la persona humana de Jesús, unida substancialmente al Verbo de Dios.
San Juan Bautista nació sí en estado de inocencia, pero había sido concebido con el pecado original, que le fue borrado estando en el vientre de su madre encinta de seis meses gracias a la visita de la Virgen. Consta por el Antiguo Testamento que el profeta Jeremías ya había sido presantificado en el seno materno. Y puede suponerse con fundamento lo mismo de San José, tan cercano al misterio de la encarnación del Hijo de Dios, que puede decirse que en cierta forma está incluido dentro del orden hipostático. Sin embargo, presantificación no es lo mismo que concepción inmaculada. La Virgen María no necesitó santificación alguna porque nació toda pura y toda santa: tota pulchra.
Hasta la definición dogmática de esta verdad, disputaron los doctores, dividiéndose en maculistas e inmaculistas, es decir, partidarios respectivamente de la no exención del pecado original y del privilegio de la purísima concepción. Los dominicos defendieron la primera opinión, mientras los franciscanos se decantaron por la segunda. Entre estos últimos descolló el Doctor Sutil, el beato Juan Duns Escoto, el cual inmortalizó la famosa fórmula “Potuit , decuit, ergo fecit”, que viene a decir que Dios tenía poder para hacer inmaculada a María, convenía que así fuese; por lo tanto, así lo hizo. Sin embargo, la discusión teológica era más académica que otra cosa, porque en el pueblo fiel siempre se tendió a creer en la total exención del pecado.
España se distinguió en todo tiempo en la defensa y propagación de la creencia en la Inmaculada Concepción. Sus reyes no sólo la pusieron bajo el patronazgo de esta advocación, sino que pidieron en numerosas ocasiones a los Papas que definieran el dogma. Éstos concedieron especial misa y oficio de este misterio al Reino y a todos sus dominios, al mismo tiempo que el privilegio de usar ornamentos azules en la fiesta y durante su octava y en las misas votivas. Los españoles se saludaban mediante la confesión de la fe en la prerrogativa mariana, diciendo: “Ave María Purísima”, a lo que el interlocutor debía responder ratificando: “Sin pecado concebida”. En defensa de esta convicción se llegaba incluso hasta al desafío. Cuéntase que un hidalgo fijó en el umbral de su morada un cartel en el que se leía esta terminante redondilla:
Nadie cruce este portal
Que no jure por su vida
Ser concebida María
Sin pecado original.
No es casual el que delante de la sede de la embajada de España ante la Santa Sede en Roma se levante una columna monumental coronada por la imagen de María Inmaculada, ante la cual el Papa depone una ofrenda floral y se detiene en oración cada 8 de diciembre, como hoy. Este día el edificio de nuestra representación diplomática aparece iluminado como para las grandes recepciones y sus ventanas adornadas con tapices en señal de homenaje a la patrona del Reino.
Como se sabe, el beato Pío IX definió el dogma solemnemente el 8 de diciembre de 1854, en presencia de 43 cardenales, 54 arzobispos y 92 obispos. Lo hizo mediante la bula Ineffabilis Deus. El Papa había pedido el parecer episcopal, recabando un consenso prácticamente unánime a favor de la definición. Un obispo de Hispanoamérica respondió con estas hermosas palabras, que reporta el franciscano P. Pascual Rambla: “Los americanos, con la fe católica, hemos recibido la creencia en la preservación de María”. Y como si el Cielo quisiera rubricar el acto papal, la misma Santísima Virgen se apareció cuatro años más tarde, el 11 de febrero de 1858, a Bernardita Soubirous en la cueva de Massabielle de Lourdes, en los Pirineos franceses, identificándose en patois precisamente como "la Inmaculada Concepción". De ello hace exactamente ahora ciento cincuenta años.
Cuestión distinta y aún en el dominio de lo opinable es la de la irredención de María. A primera vista, parece claro que si la Virgen fue inmaculada no requería redención. Pero muchos teólogos opinan que, si de hecho estuvo exenta del pecado original, ello no es menos que, siendo descendiente de Adán y Eva debería haberlo contraído. Ese débito necesitaba, pues, ser compensado por los méritos de Jesucristo y en este sentido María fue redimida preventivamente (con lo cual se salva, además, la universalidad de la redención, que quedaría comprometida si alguna criatura humana hubiera escapado a la exigencia de ser redimida).
Hay, empero, quienes niegan que la Virgen necesitara cualquier tipo de redención. El jesuita Florentino Alcañiz, un eximio irredentista contemporáneo, opinaba que la Virgen no tenía por qué ser redimida porque fue exceptuada expresamente por libérrima voluntad de Dios Padre, junto con la persona humana de su Hijo, de la común suerte de Adán y Eva y de sus descendientes, ya que los reservaba para sus misteriosos designios prescindiendo de si nuestros primeros padres hubieran pecado o no. No existía, pues, débito alguno, ya que Jesús y María eran asunto aparte respecto del resto de la humanidad. Por otra parte, si hubiera débito en cuanto a la Virgen, ¿a qué título hubiera estado exenta de él la persona humana de Cristo? Los redentistas afirman, entre otras cosas, que nacer de una madre inmaculada sin concurso de varón ya lo eximía de cualquier débito, pero no explican cómo se salva la universalidad de la redención si queda excluido de ella el Hijo de María, Dios ciertamente, pero también hombre verdadero. En fin, la misma palabra “redemptio” encierra el concepto de “volver a comprar algo que se había perdido”. Cristo, redimiéndonos, nos vuelve a comprar a Satanás, bajo cuyo dominio habíamos caído por el pecado. Ahora bien, suponer siquiera por un momento que la Santísima Virgen, aunque sea de manera “preventiva”, haya sido re-comprada es verdaderamente intolerable.
Creemos que aquí es de aplicación el principio de que hay que atribuir a María toda perfección que sea compatible con la dignidad de Dios. Haber sido librada incluso del débito de pecado sin que necesitara, en consecuencia, ningún tipo de redención es compatible con la dignidad de Dios, porque de todos modos todos sus privilegios los ha recibido de Él, quedando siempre como criatura contingente respecto del ser necesario. Por lo tanto, hay que atribuir a María la exención de toda necesidad de redención. De todos modos, sobre este tema, todavía disputant doctores.
Como regalo de este día de la Inmaculada hemos creído oportuno presentar a nuestros lectores una devoción privada que puede ser muy útil para preparar los misterios oficiales del Santísimo Rosario (gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos): se trata de los Protomisterios. Son también en número de cinco, como los misterios normales, y se rezan como éstos (Pater, diez Avemarías y Gloriapatri). Se refieren a cómo fue preparada la venida del Mesías por medio de María. Helos aquí:
Primer misterio. El Edicto de la redención hecho por Dios en el Paraíso después del pecado de Adán y Eva, anunciando las enemistades entre la mujer y la serpiente.
Segundo misterio. El Encuentro de Joaquín y Ana bajo la Puerta Dorada de Jerusalén, habiendo cesado su esterilidad, y la Concepción Inmaculada de su Hija.
Tercer misterio. La Natividad de la Santísima Virgen en Nazaret.
Cuarto misterio. La Presentación de la Niña María en el Templo.
Quinto misterio. Los Desposorios de la Virgen María con san José, varón justo de la Casa de David.
Es importante insistir en que estos misterios no reemplazan a los aprobados por la Iglesia, sino que son supererogatorios, son de pura devoción privada, para rezar en casa meditando en el papel peculiar que desempeñó María en la economía de salvación. Se recomienda rezarlos como preludio a los otros, especialmente en las fiestas a las que hacen alusión: la Manifestación de la Medalla Milagrosa –en la que aparece la Virgen aplastando la cabeza de la serpiente– (27 de noviembre), la Inmaculada (8 de diciembre), la Natividad (8 de septiembre), la Presentación (21 de noviembre) y los Desposorios (23 de enero). Se pueden complementar con el rezo de las Letanías Lauretanas. Esperamos que sean de provecho a quienes quieran emplearlos en sus devociones particulares.
Y no olvidemos tampoco en este día tan señalado la devoción de las Tres Avemarías, enriquecida con numerosas indulgencias y que tantas gracias atrae sobre quienes la practican. Recuérdese que consiste en decir tres veces el Avemaría con la invocación de la Inmaculada:
V. O Maria, sine labe concepta.
R. Ora pro nobis, qui confugimus ad Te.
V. Oh María, concebida sin pecado.
R. Ruega por nos, que recurrimos a Vos.
¡Feliz día de la Purísima!
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¿Desde cuándo y por qué cantan las tunas a la Inmaculada en Sevilla?
Fernando Carrasco / Sevilla
En la noche de este domingo volverá a reunirse en torno al monumento en la Vigilia a la Virgen
Millán Herce
Una tuna a los pies del monumento a la Inmaculada
Sevilla es ciudad Mariana por excelencia. Y defensora del dogma concepcionista como rezaba la letra del genial rockero Silvio en «La pura Concepción (Swing María)»: «María es/la pura Concepción/ que antes que Roma/Sevilla proclamó». Un Voto que cumple sus 450 años y que tiene reflejo en la veneración de sus Hermandades y Cofradías y de la Sevilla en general.
Pero en este puente de diciembre vuelve a ponerse de manifiesto también otra de las tradiciones de esta ciudad que tienen que ver con la Inmaculada Concepción, que no es otra que el que las tunas de las distintas facultades universitarias acudan al monumento de la Inmaculada a cantarle a la Virgen sus rondallas.
¿Cuándo y por qué comenzó esta tradición? Data de 1952, siendo la Tuna de Peritos Industriales la primera que se acercó al monumento a cantarle a la Virgen concebida sin pecado original. Lo hizo en recuerdo de la Tuna Universitaria creada allá por los años 20 del siglo pasado que posteriormente desapareció y que acudían a cantar la Salve a la Virgen.
Esta circunstancia marcó un antes y un después, de tal manera que el cardenal Segura le impuso el fajín blanco a la Tuna de Peritos Industriales como reconocimiento a este hecho. Es más, es la única que lo lleva en la actualidad.
A partir de ese momento, este acto la noche previa a la Inmaculada fue cogiendo auge de tal manera que son decenas las tunas que acuden a los pies del monumento a cantar a la Virgen. Y cientos de personas las que esperan este momento para disfrute de unas vísperas que han crecido notablemente y que giran en torno a la Inmaculada.
Aunque la de Peritos Industriales fue la primera en hacerlo, la primera en cantar cada noche del 7 de diciembre es la Tuna de Medicina, la decana. Posteriormente van rotando las demás, como estableció el Consejo de Tunas, creado en 1975.
Si bien el momento culminante es en el monumento, las calles de Sevilla se inundan de tunos desde primeras horas de la tarde y las distintas tunas realizan pasacalles para recogijo de los viandantes.
Así que, ya saben, este domingo por la tarde, pero sobre todo al filo de la medianoche, quienes quieran disfrutar de esta tradición que ya tiene la friolera de 62 años y que, lejos de perderse, adquiere cada año mayor relevancia.
¿Desde cuándo y por qué cantan las tunas a la Inmaculada en Sevilla? - ABC de Sevilla
8 de Diciembre: Festividad de la Inmaculada Concepción.
La Inmaculada Concepción es la Patrona de España, Portugal, Filipinas, El Salvador, Venezuela, Panamá, Colombia, Nicaragua... Su Festividad es el 8 de Diciembre...
Comunidad de Pueblos Hispánicos
Tota Pulchra Es, Maria
Es quizá menos raro de lo que pudiera esperarse oír todavía hoy a quienes están persuadidos de que la Inmaculada Concepción que celebramos en este día se refiere a la concepción milagrosa de Jesucristo en el seno de la Virgen María. En realidad, apenas es necesario explicar que la celebración de ese acontecimiento corresponde a la solemnidad de la Anunciación, que justamente por ello ocupa en el calendario litúrgico el día 25 de marzo, nueve meses exactos antes de la Navidad. La Inmaculada Concepción, en cambio, tiene la misma correspondencia con otra fiesta, bastante más ignorada en nuestros días, como es la de la Natividad de la Virgen, el 8 de septiembre, nueve meses exactos después de la gran solemnidad que hoy llena de júbilo a toda la Iglesia.
Cualquier reseña actual, por sintética que sea, y que aborde el tema en cuestión, contiene necesariamente la referencia a la proclamación de este famoso dogma, acaecida el 8 de diciembre de 1854, por parte del beato papa Pío IX. También huelga señalar, ya a esta altura, que el hecho de que recién entonces haya sido definida esta verdad como “de fe católica”, no obsta, antes presupone, su profesión por parte de los fieles como verdad perteneciente al depósito de la fe revelada, si bien no faltaron a lo largo de la historia arduas disputas y controversias en torno al asunto de marras.
A este respecto, es un lugar común el afirmar que el doctor común de la Iglesia, Santo Tomás de Aquino, se opuso a la tesis de la Inmaculada Concepción de María, mientras que fue el franciscano Juan Duns Escoto su principal sostenedor para la posteridad; lo cual, si bien es cierto, se requieren ciertos matices y precisiones, fundamentalmente la explicación de que el pensamiento de ambos giró en torno a la idea de la “universalidad de la redención”, de carácter dogmático, según la cual nadie en absoluto podía quedar al margen del rescate del pecado obrado por Cristo en la Cruz, conforme a las palabras del Apóstol: “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Rm, 3, 25).
En ese contexto, es verdad que Santo Tomás no alcanzó a vislumbrar la noción de una redención preventiva, mérito que quedaría reservado para el teólogo escocés: la Virgen fue ciertamente rescatada del pecado, pero solo ella lo fue de tal manera que nunca se vio alcanzada por él, y esto en ninguna de sus formas (tampoco el original, por tanto). Esto es lo que la Iglesia sostiene y enseña como verdad de fe, lo que sancionó el ilustre Pío IX como dogma, y lo que cada año celebramos los católicos de todo el mundo: “la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles” (PÍO IX, Bula Ineffabilis Deus, 8-XII-1854).
La definición, rigurosamente verdadera y apropiada en cada una de sus palabras (al mejor estilo romano), tiene inevitablemente, como todo lo que hace al lenguaje humano, sus propios límites. En efecto, apenas si podemos alcanzar a través de ella un conocimiento acabado de la pureza y plenitud de gracia que inundó el alma de la Santísima Virgen desde el primer instante de su existencia. Se cuenta que el mismo Pío IX tuvo una experiencia de este tipo en el momento mismo de proclamar el dogma, atisbando la inconmensurable grandeza de la realidad que la definición expresaba, sí, de modo cierto e inmejorable, pero en palabras humanas al fin….
Esto nos lleva a pensar en la trascendencia de lo divino, algo que quizá no se resalta lo suficiente en la figura de nuestra Madre Santísima, pero que ciertamente le corresponde, en cuanto partícipe singularísima de la naturaleza de Dios; no solo de su ternura, sino también de su excelsa gloria y majestad, que hoy comienza a manifestarse de acuerdo al designo de Dios.
Martin Buteler
http://www.adelantelafe.com/tota-pulchra-es-maria/
Tota pulchra es, Maria: et macula originalis non est in te
La Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen es la más solemne de todas las que celebra la Iglesia en este Santo tiempo de Adviento. Además, ninguno de los Misterios de María Santísima está más conforme con los motivos de oración y meditación que nos propone la Liturgia de la Iglesia durante este período de esperanza.
La intención de esta Fiesta no es sólo conmemorar el momento en que comenzó la vida de la Virgen María en el seno de su madre Santa Ana, sino también honrar el sublime privilegio en virtud del cual fue preservada del pecado original, al que nos hallamos sujetos, por decreto supremo y universal, todos los descendientes de Adán, desde el instante en que somos concebidos.
El 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX, por Bula dogmática, y con el consentimiento de todo el Episcopado católico, definió solemnemente como artículo de fe la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen. «Dios otorgó a la Santísima Virgen este privilegio porque convenía a la santidad y majestad de Jesucristo que la Virgen destinada a ser su madre no fuese ni un instante esclava del demonio» (Catecismo Mayor).
I. «Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje, éste te aplastará la cabeza, y tu le aplastarás el calcañar» (Gen 3, 15; vulgata). Brilla aquí el primer rayo de luz después del primer pecado del hombre. En el mismo instante de la caída, el corazón paternal de Dios anuncia la futura reparación y salvación por medio de Cristo
«La descendencia de la mujer vencerá al demonio de la misma manera que el hombre aplasta la cabeza de una serpiente. La descendencia de la mujer es, en general, el género humano; más principalmente, el Salvador Jesucristo que es la Cabeza de toda la humanidad. Contiene, pues, este versículo el primer anuncio del futuro Redentor. Se le da por ello el nombre de “Protoevangelio” (“primera Buena nueva”)». (Vaccari cit. por Mons. Straubinger, Santa Biblia, in loc. cit.).
Al triunfo del Salvador va asociada su Madre: «Tota pulchra es, Maria: et macula originalis non est in te» – «Eres toda Hermosa María, y en ti no hay mancha de pecado original» (Misal Romano, 1962: 8-diciembre, Alleluia). Así canta la Iglesia en este día y, si en verdad hay una criatura que pueda considerarse hermosa, es la Virgen Santísima. En ella, desde el primer instante de su existencia, está la plenitud de la gracia; «llena de gracia», la llama el Arcángel en su saludo (Lc 1, 28). Por eso se ponen en su boca aquellas palabras que la Escritura dice de la Sabiduría divina: «Yo soy la Madre del Amor Hermoso» (Ecclo 24,24). Un amor hermoso porque tiene como principio y como fin al Dios tres veces santo, que es toda la Hermosura, toda la Bondad y toda la grandeza.
II. La maternidad divina de María es el fundamento de éste y todos los privilegios marianos.
En la 2ª Lectura de la Misa (Ef 1, 3-6) vemos cómo el Eterno Padre nos predestinó para ser hijos suyos. Gracia que Dios nos otorga, según el designio de su eterna misericordia, dándonos en Cristo, con Cristo y por Cristo, participación de la propia divinidad que nos ofrece a sus hijos, igualándonos al Unigénito.
Así se cumplió la promesa de Dios a nuestros primeros padres en el Paraíso: hemos sido redimidos por la Sangre de su Hijo, el Verbo de Dios encarnado, el hijo de Santa María siempre Virgen y, nosotros mismos, somos hijos de sus dolores maternales.
Por eso María Inmaculada es gloria de la humanidad redimida en Cristo y alegría de los fieles. Además, para nosotros, españoles, está fiesta resulta especialmente memorable pues aclamamos a la Inmaculada por celestial Patrona: «Porque el culto y el amor a la Virgen María de tal manera está encendido en los corazones españoles, que se halla enlazado con toda su historia y brilla como una honrosa distinción en el espíritu de sus hijos. No hay acto nacional de trascendental importancia en que no aparezca la imagen de María» (Vázquez de Mella).
Mostrémonos dignos de nuestros antepasados por la devoción al Misterio de la Inmaculada Concepción. Seremos verdaderamente devotos de María cuando sepamos ser verdaderos adoradores de su Hijo. Que el gozo de este día se concrete en propósitos eficaces de ser como Jesucristo pide y exige de nosotros, de ser puntos luminosos en medio de la oscuridad de este mundo. Será el mejor obsequio que podremos ofrecer a nuestra Madre en su día.
Como españoles y cristianos aprendamos a invocar a María como Madre para que vayamos creciendo cada día en amor a la Virgen y que Ella nos vaya haciendo cada día más semejantes a su Hijo Jesucristo.
Padre Ángel David Martín Rubio
Tota pulchra es, Maria: et macula originalis non est in te | Adelante la Fe
JUAN VÁZQUEZ DE MELLA: La Inmaculada Concepción
Hoy celebra nuestra Madre la Iglesia la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Por misterioso designio de la Providencia, en el siglo de la sensualidad y del positivismo, Pío IX, desde la Cátedra de San Pedro, hizo la apoteosis de la pureza, declarando solemnemente la Inmaculada Concepción de María, de la misma manera que en frente de la soberbia racionalista definió la infalibilidad pontificia.
El 8 de diciembre, fecha memorable en los anales de la cristiandad, lo será singularmente en España, que es patrimonio de María y la aclama por su celestial Patrona. Porque el culto y el amor a la Virgen María, de tal manera está encendido en los corazones españoles, que se halla enlazado con toda su historia y brilla como una honrosa distinción en el espíritu de sus hijos.
No hay acto nacional de transcendental importancia en que no aparezca la imagen de María.
Bajo su protección y fortalecidos con su auxilio pelean los primeros soldados de la Reconquista, y a medida que avanza la cruzada nacional, los reyes más ilustres le levantan templos, y bajo sus arcadas pasan las generaciones católicas y monárquicas entonando himnos y murmurando plegarias. Entre los primeros murmullos de la lengua castellana se escuchan los loores de Berceo; y el albor de la lengua gallega y portuguesa son las Cantigas de Alfonso el Sabio a la Virgen; como los más dulces murmullos del lemosín salen de los encendidos labios de Raimundo Lulio, que canta con inspiración popular las glorias de María.
Desde que Pelayo se inclina reverente ante Ella en Covadonga, hasta que Pulgar clava su nombre en la mezquita de Granada, del fondo de todos los corazones españoles sale, como una música divina, la Salve, exhalada como un lamento del alma por San Pedro de Mezonzo. Su nombre invoca, en el fragor de la lucha, el Conquistador de Córdoba y Sevilla; de Ella recibe el Rosario Santo Domingo de Guzmán, e inspiración el más grande de nuestros pintores; y sus cantos arrullan la cuna del niño, y hasta el pobre mendigo pronuncia su nombre para solicitar la caridad.
Ella es Madre de los que sufren y esperanza de los que lloran, y su manto celestial ampara a las almas cristianas en las tristezas y en los infortunios.
¡Desgraciado del que no la ofrece, cuando niño, flores en sus alturas, perfumadas con amorosas plegarias!
Él no sabrá lo que es levantar el corazón a lo alto en los momentos de angustia, y recibir la suave luz de la resignación que serena las tempestades de la vida. Condenados están a la perpetua orfandad los que no quieren postrarse ante Madre tan amorosa y excelsa.
Por eso los fieles hijos de la Iglesia, que lo son de María, entonan cantos de júbilo el día de la Inmaculada Concepción, que es la fiesta de la pureza y de la cristiana fraternidad, porque, como hermanos de Jesucristo, todos nos abrazamos bajo los pliegues de su Santísima Madre.
DESDE MI CAMPANARIO: JUAN VÁZQUEZ DE MELLA: La Inmaculada Concepción
En la conmemoración de la Patrona de España
El pasado mes de Noviembre fue, una vez más, un tiempo dedicado muy especialmente a rezar por las almas de los que nos precedieron, especialmente por los que nos dieron la vida y la forma de ser, y por los que compartieron nuestros ideales y trabajos. Inmediatamente después, el mes de Diciembre es, para muchos de las antaño denominadas Armas y Cuerpos de los Ejércitos, un mes para exaltar la camaradería y el compañerismo con los que más directamente comparten con nosotros la defensa de España, además de un tiempo de recuerdo y devoción a las Patronas de Infantería, Artillería, Aviación y, sobre todo, de España.
Empecemos por recordar que el 8 de noviembre de 1760 el Papa Clemente XIII proclamó a la Inmaculada Patrona de España, o, mejor dicho, de las Españas, lo que incluye a los Virreinatos de América y Filipinas.
En 1617 las Cortes de Castilla, a petición de Felipe III, proclamaron a la entonces Beata Teresa de Jesús Patrona de España. Designación confirmada oficialmente por el Papa Urbano VIII. Poco después se la nombró `Co-Patrona´, junto con Santiago, quien lo era desde el S. IX en la mayoría de los Reinos de España, siendo confirmado como tal en 1630.
La definición del Dogma de la Inmaculada Concepción está contenida en la bula Ineffabilis Deus, de 8 de diciembre de 1854, promulgada por el PP Pío IX. El propio papa dijo: «Fue España la Nación que, por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María».
Una prueba de ello es lo siguiente: En el XI Concilio de Toledo (675) el rey visigodo Wamba era ya titulado «Defensor de la Purísima Concepción de María», como también lo fueron Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, el emperador Carlos I y Felipe II.
El voto de defender el misterio de la Inmaculada Concepción se hizo por primera vez en España en Villalpando (Zamora), el 1 de noviembre de 1466.
La Infantería Española proclamó Patrona suya a la Inmaculada Concepción fué «El Milagro de Empel», acaecido en la isla de Bommel (Flandes -entre los brazos de los ríos Mosa y Vakal-) el día 7 de diciembre de 1585. Al día siguiente la imagen fue trasladada a Balduc.
Todas las Ordenes Militares de nuestra Patria no sólo creían en la Concepción sin mancha de la Virgen María, sino que fueron defensoras decididas de este privilegio singular.
La fiesta de la Inmaculada fue «de guardar» en todo el Imperio español desde 1644.
El reconocimiento oficial del patronazgo de María, en su advocación como gloriosa Madre, en Concepción sin Mancha, de nuestro Señor, sobre la gloriosa Infantería Española tuvo lugar el año 1892. También lo és, o lo fue, de los `Cuerpos´ de Estado Mayor, Eclesiástico, Jurídico, Farmacia, Veterinaria, Oficinas Militares y Servicio Geográfico.
Recordemos que, como Menéndez Pelayo dijo en el prólogo a su Historia de los heterodoxos españoles (1882):
"Nadie pase por este portal / sin que diga, por su vida, / que María es concebida / sin pecado original" (Juramento inmaculista. Cartel en la Universidad de Alcalá de Henares, en el Santuario de Ntra. Sra. de las Virtudes de Villena-Yecla y en otros muchos lugares)
«España evangelizadora de la mitad del orbe … Esa es nuestra grandeza y nuestra unidad; no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los arévacos y de los vectones o de los reyes de Taifa. A este término vamos caminando, y ciego será quien no lo vea».Pues bien, se da la circunstancia de que el martes 8 de diciembre de 2014, festividad de la Inmaculada Concepción, Patrona de España, repetimos, la Royal Navy realizará una demostración de fuerza militar en las aguas españolas (todas lo son) en Torno a Gibraltar. Los buques de desembarco HMS Bulwark y Lyme Bay efectuarán el ejercicio «Serpiente Marina» frente a la playa de Levante, desembarcando una compañía reforzada de infantes de marina y vehículos pesados, aunque no está claro si desembarcarán en el Istmo, territorio español usurpado por Reino Unido.
Pero esta cuidada deferencia a nuestra historia e idiosincrasia no es un `disparo aislado´, con solo forza un poco la memoria podemos encontrar algunos ejemplos muy significativos.
Carlos III se rodeó de masones (a pesar de estar ya condenados por Benedicto XIV desde 1751) y expulsó a los jesuitas la noche del 31 de marzo al 1º de abril de 1767, aniversario del edicto de expulsión de los judíos, de lo que siempre se ha vanagloriado la masonería.
Isabel II visitó Gibraltar en mayo de 1954, año del 250º aniversario conquista (4 de agosto de 1704).
El 12 de octubre de 1982, Día de la Hispanidad, los ingleses celebraron en Londres su victoria sobre Argentina en Malvinas.
En 2004, año del 300º aniversario conquista de Gibraltar, la princesa Ana, segunda hija de la reina inglesa, visitó oficialmente Gibraltar.
El 25 de julio de 2013, 300º aniversario del Tratado de Utrech (13 de julio de 1713) y día de la festividad de Santiago, Patrón de España, fue especialmente trágico para nuestra Patria. Y no solo por la dramática tragedia ferroviaria de Santiago de Compostela ocurrida la tarde-noche anterior (casualidades, siempre casualidades), sino también por la agresión a la integridad territorial que tuvo lugar en la otra punta de nuestra geografía, en Gibraltar. Casualmente también, entre los días 24 y 25 un remolcador gibraltareño, protegido por hasta media docena de embarcaciones de la Royal Navy y de la Policía Gibraltareña, arrojó alrededor de 70 bloques de cemento de más de un metro cúbico y provistos de salientes hierros de diversos tamaños y formas. Durante estas actividades se produjeron incidentes y choques con patrulleras de la Guardia Civil y pesqueros españoles.
Está claro que nuestra degeneración puede hacer olvidar a la mayoría de los españoles sus señas de identidad, pero es aun más meridianamente fácil de entender que nuestros enemigos, los inductores e impulsores de nuestra decadencia, no las olvidan.
Nuestra degeneración, por otra parte, se mostrará en que los principales Mandos Militares, incluido el Vicario Castrense, participaran en los cada vez menos solemnes actos patronales olvidándose de que, apenas unos pocos días o meses, estuvieron impávidos ante la puñalada a la integridad de España que fue el traidoramente consentido `referéndum´ catalán y las sediciosas `bodas´ homosexuales de militares.
[*] El ‘Colectivo Alborán’ lo forma un grupo de altos mandos del Ejército español, retirados y en activo, que cuentan con una cualificada experiencia militar y una notable preparación académica. A todos ellos les une un denominador común: el amor a España y la preocupación ante los acontecimientos que vive nuestra nación.
DESDE MI CAMPANARIO: ALBORÁN: En la conmemoración de la Patrona de España
Inmaculata !!!
¡Quién pudiera verte, Madre,
radiante con doce estrellas
coronada y a tu vera
respirar tu limpio aroma
de inmaculada pureza!
¡Quién pudiera, Pulcra Reina,
acompasar los latidos,
del corazón, los sentidos,
el alma, la vida entera
al molde de tu bendita
gracia de Virgen ilesa!
¡Quién pudiera, oh María,
sentir del Señor la dicha
desde el origen, perfecta,
sin tristeza de pecado,
sin sombra, merma ni pena,
siempre a la luz dorada
de la gracia sempiterna!
Míra a los que lloramos,
estirpe terrena de Eva,
consuélanos y aligera
el peso de la caída,
válenos, del Cielo Puerta,
Sobre el celeste superno
te perfilas toda bella,
Virgen de la Concepción,
de gracia divina llena,
purísima, limpia, integérrima,
fuente de linfa salubre,
Madre del Señor y nuestra.
¡Que al fin entre Serafines
podamos cantarte, oh Reina
sin pecado concebida,
en gracia de Dios concepta!
Ex Voto
+T.
EX ORBE: Inmaculata !!!
EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y SU CONFIRMACIÓN CIENTÍFICA
Por Guillermo-C Pérez Galicia
Como la mayor parte de los dogmas católicos, el dogma de la Inmaculada Concepción se evidencia científicamente con unas 90 pruebas aproximadamente, a diferencia de lo que sucede con los mitos que sustentan las demás religiones, que son falsas.
Pero antes de adentrarnos en su demostración científica, es preciso que pensemos, ¿qué es exactamente el dogma de la Inmaculada Concepción?
Por desgracia, muchos confunden el dogma de la Inmaculada Concepción con otro dogma NO menos importante: el sacratísimo dogma de la Virginidad Perpetua de la Santísima Virgen María, Reina del Universo.
El Dogma de la Inmaculada Concepción es un dogma de fe de la Religión Verdadera que sostiene que María, madre de Jesucristo, a diferencia de absolutamente todos los demás seres humanos, no fue jamás alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de la creación de su alma, estuvo libre de todo pecado o mancha de pecado.
EL PECADO ORIGINAL
El pecado original fue un pecado de enorme soberbia y grave desobediencia cometido por nuestros primeros padres, la primera pareja humana, que se dejaron engañar por Satanás, a consecuencia del cual perdimos la filiación divina, la unión a la Divinidad y así dejamos de formar parte del Cuerpo de Dios y nos convertimos en hijos de la ira, esclavos de Belcebú. De ese modo, sólo se puede volver a ser hijos de Dios mediante la adopción, a través de la Santísima Virgen María, como hijos de Dios mediante el bautismo y la fe ligada a este iniciático rito.
Es imprescindible el Bautismo para que se nos confiera la primera gracia santificante, y así poder volver a ser hijos de Dios y de este modo ser dignos de recibir la herencia de Nuestro Padre Creador, recuperando nuestros derechos de hijos: Tal herencia es el poder acceder al Reino de Dios tras la muerte, escapando del Infierno.
Sin la venida de Dios al mundo encarnándose a través de la Santísima Virgen María, NO habría sido posible la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, la instauración de su Santa Iglesia, que Cristo compró con su sangre, ni por consiguiente tampoco podríamos ser partícipes de la Redención, permaneciendo cerradas para nosotros las puertas del Reino de los Cielos.
Como Cristo dice: "quien no renaciere en el agua y en el Espíritu Santo NO podrá entrar en el Reino de los Cielos". Por ello, el Bautismo es absolutamente necesario para salvarse, y sólo con el Bautismo podremos abrirnos el camino para participar del resto de los sacramentos que el mismo Cristo estableció.
Habiendo Dios conferido al género humano en el primer hombre la gracia santificante y los otros dones sobrenaturales en condición de que no desobedeciese, habiendo desobedecido, en calidad de cabeza y padre del humano linaje, volvió rebelde a Dios la naturaleza humana. Por ello, la naturaleza humana se trasfunde a todos los descendientes del primer hombre en estado de rebelión a Dios, privada de la Gracia Divina y de los otros dones: Tales son las nefastas consecuencias del pecado original en cada uno de nosotros.
Los daños del pecado original (que todos heredamos) son: la privación de la gracia (sin la cual NO es posible salvarse), la pérdida de la bienaventuranza, la ignorancia, la inclinación al mal, todas las tristezas de la vida, envejecer, y, en fin, la muerte.
Todos los seres humanos contraen el pecado original, y con él todos los dolores y desgracias asociados, a excepción de la Santísima Virgen, que fue preservada por Dios por singular privilegio, en previsión de los méritos de Jesucristo Nuestro Salvador.
Después del pecado original, los seres humanos NO podían ya salvarse, a no ser que Dios usase misericordia con ellos. Eran esclavos del Diablo, condenados de antemano, sin posibilidad de salvar su alma, inclinados al mal y a la desobediencia a Dios.
SIN EMBARGO, decidió Dios usar misericordia con el linaje humano: Prometió enseguida a nuestros primeros padres el Redentor Divino o Cristo, y enviarlo después a su tiempo para librar a los hombres de la esclavitud del Demonio, del mito y del pecado.
¿Quién es el Cristo prometido? Jesús de Nazaret, el eterno Lógos del Padre Eterno.
¿Qué es exactamente la Inmaculada Concepción de María?
La Santísima Virgen María es Inmaculada Concepción porque fue concebida sin el más mínimo resto de ese pecado original, de ahí que fuere ella quien aplastará la cabeza a Satanás.
El dogma de la Virginidad Perpetua de María es un dogma diferente del de la Inmaculada Concepción, pues, a diferencia de éste, lleva definido desde los primeros siglos, aunque ambos dogmas se hallan ciertamente en el depósito de la fe, en la Tradición Apostólica revelada por Dios a su Iglesia a través de los Apóstoles.
Como este texto no es un texto con el que pretendamos tratar el dogma de la Virginidad Perpetua de la Virgen María, baste señalar que dicho dogma se refiere a la Maternidad Virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del parto. María tiene las dos características propias de la mujer perfecta:
-En cuanto al cuerpo, la mayor perfección de la mujer es ser madre, pero la mayor perfección posible es la del privilegio singularísimo de ser la Madre de Dios, dogma definido en el Concilio de Éfeso.
-En cuanto al alma, la mayor perfección posible en la mujer es la inocencia femenina de ser virgen.
Pues bien, la única que es Virgen y Madre a la vez es la Santísima Virgen María de Nazaret, Reina del Universo y madre adoptiva de todos los cristianos.
María es Virgen antes, durante y después del parto. Además de ser dogma de fe, además de hallarse en la escritura, y además de hallarse en la Tradición Apostólica de los siglos I y II, hay que decir que la Maternidad Virginal de María es un dogma que está demostrado científicamente. No obstante, esa evidencia la dejaremos para otra ocasión, ya que aquí tratamos otro dogma mariano: la Inmaculada Concepción.
Dejando, pues, al margen, dogmas como el del pecado original o el de la Virginidad Perpetua de la Madre de Cristo, vamos a centrarnos en el dogma de la Inmaculada Concepción.
Como decíamos arriba, la Virgen fue concebida sin mancha de pecado original desde el primer instante de su ser natural, lo cual quiere decir que se halló libre del pecado original, siendo además Corredentora con Cristo, y no padece las consecuencias que tenemos que padecer nosotros, por las cuales nos vemos obligados a recurrir a los sacramentos para podernos salvar y para dejar de ser esclavos del Diablo y vencerle mediante la gracia SOBRENATURAL aunque sea MUY superior a nosotros en el orden natural; necesitamos además el Bautismo para poder borrar el pecado original.
María está dignificada sobrenaturalmente de tal forma desde antes de su concepción que jamás tuvo ni el menor resto de pecado original, ni la más mínima mancha de él, y por lo tanto tampoco pecó nunca.
ESO ES LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA. Que María jamás pecó ni fue engendrada con el menor resto de pecado original.
Dios perservó a María libre de todo pecado actual (pecado que hubiera sido cometido por Ella misma) y, aun más, libre de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres y mujeres por ser descendientes.
¿CUÁNDO SE DEFINIÓ ESTE DOGMA?
¿Cuándo fue definido este dogma? El Papa Pío IX, el 8 de Diciembre de 1854, rodeado de 92 Obispos, 54 Arzobispos, 43 Cardenales y de una multitud ingentísima de pueblo, proclamó Dogma de Fe la Inmaculada Concepción de María, en la bula Ineffabilis Deus, con la siguiente definición dogmática:
"Nos ... con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles. Por lo cual, si alguno tuviere la temeridad, lo cual Dios no permita, de dudar en su corazón lo que por Nos ha sido definido, sepa y entienda que su propio juicio lo condena, que su fe ha naufragado y que ha caído de la unidad de la Iglesia y que si además osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el derecho".
Desde entonces ya quedó claro que todo aquel que negase este dogma es un hereje y por tanto irá a la infelicidad eterna del infierno y estará privado de la unión a Dios y su felicidad perpetua.
El Papa Pío IX, haciendo uso de su autoridad recibida del mismo Dios, definió el dogma de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, para que un Papa defina un dogma, ese dogma debe estar ya en el depósito de la fe revelada por Cristo a los Apóstoles, es decir, tiene que formar parte de la Revelación Divina, o sea: debe hallarse en la Tradición Apostólica.
¿REALMENTE ESTE DOGMA SE HALLA EN LA DOCTRINA PREDICADA POR LOS APÓSTOLES?
¿De qué forma podemos observar la presencia de ese dogma revelado ya en los primeros tiempos del Cristianismo?
Veamos algunos ejemplos...
**El saludo del ángel Gabriel –"chaire kecharitomene": "Ave, llena de gracia" (S. Lucas 1:28) indica una única abundancia de gracia, un sobrenatural, agradable a Dios estado del alma, que encuentra su explicación sólo en la Inmaculada Concepción de María.
**Refutando al hereje judeocristiano Pelagio, San Agustín de Hipona, padre y Doctor de la Iglesia, declara que todos los justos han conocido verdaderamente el pecado «excepto la Santa Virgen María, de quien, por el honor del Señor, yo no pondría en cuestión nada en lo que concierne al pecado» (De natura et gratia 36).
** San Efrén de Siria, padre y Doctor de la Iglesia, más conocido como "Arpa del Espíritu", dice claramente: «La Santísima Señora, Madre de Dios, la única pura en alma y cuerpo, la única que excede toda perfección de pureza, única morada de todas las gracias del más Santo Espíritu, y, por tanto, excediendo toda comparación incluso con las virtudes angélicas en pureza y santidad de alma y cuerpo... mi Señora santísima, purísima, sin corrupción, inviolada, prenda inmaculada de Aquel que se revistió con luz y prenda... flor inmarcesible, púrpura tejida por Dios, la solamente inmaculada» («Precationes ad Deiparam», in Opp. Graec. Lat., III, 524-37).
**San Teófanes , padre de la Iglesia, alaba así a María: «Oh, incontaminada de toda mancha». Y en otra parte: «El purísimo Hijo de Dios, como te hallase a Ti sola purísima de toda mancha, o totalmente inmune de pecado, engendrado de tus entrañas, limpia de pecados a los creyentes».
**El gran padre de la Iglesia San Cirilo de Alejandría, sucesor de San Marcos el evangelista, se mostró siempre muy claro hablando de la Inmaculada Concepción: San Cirilo escribe: «¿Cuándo se ha oído jamás que un arquitecto se edifique una casa y la deje ocupar por su enemigo?». No se puede expresar más claramente la idea de la Concepción Inmaculada.
**San Ireneo, padre y Doctor de la Iglesia y discípulo del apóstol San Juan, manifestaba: «Así como aquella Eva, teniendo a Adán por varón, pero permaneciendo aún virgen, desobediente, fue la causa de la muerte, así también María, teniendo ya un varón predestinado, y, sin embargo, virgen obediente, fue causa de salvación para sí y para todo el género humano... De este modo, el nudo de la desobediencia de Eva quedó suelto por la obediencia de María. Lo que ató por su incredulidad la virgen Eva, lo desató la fe de María Virgen». Es decir, que como un nudo no se desata sino pasando los cabos por el mismo lugar, pero a la inversa, así la redención se obró de modo idéntico, pero a la inversa de la caída.
**El Apóstol San Andrés, cuando iba a ser ejecutado, dirigió las siguientes palabras al procónsul: «Y puesto que de tierra fue formado el primer hombre, quien por la prevaricación del árbol viejo trajo al mundo la muerte, fue necesario que, de una virgen Inmaculada, naciera hombre perfecto el Hijo de Dios, para que restituyera la vida eterna que por Adán perdieron los hombres».
Hemos visto qué es el dogma de la Inmaculada Concepción. Nos hemos detenido en observar la definición dogmática que el Papa Pío IX formuló para dejar claro a todos que la Inmaculada Concepción es un dogma revelado por Dios que se hallaba ya en el depósito de la fe revelado directamente por Jesucristo a los Apóstoles.
Hemos visto también algunos ejemplos que demuestran que, en efecto, el dogma de la Inmaculada Concepción se halla en el depósito de la fe recibido del propio Jesucristo.
¿CÓMO PODEMOS EVIDENCIARLO CIENTÍFICAMENTE?
Veamos ahora, por último, la demostración científica del dogma de la Inmaculada Concepción.
-Una noche del año de gracia de 1427, un notable canónigo fue acuchillado en la ciudad de Manresa (Cataluña). Tras haber certificado los médicos su defunción y haber realizado las convenientes operaciones para demostrar su muerte clínica, su cadáver fue depositado en un ataúd.
Una masa de gente velaba sus restos mortales en la capilla ardiente instalada en la iglesia colegiata de Manresa. De repente, un estruendo hizo a todos quedar yertos de espanto cuando, súbitamente, se abrió el ataúd y el canónigo, que estaba muerto, se levantó.
El canónigo proclamó a todos que su alma se había salvado, pero que Dios Nuestro Señor le permitió volver de la muerte unos instantes para anunciar a todos una verdad de fe importante: la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
Acto seguido, el sacerdote volvió a su ataúd y murió de nuevo, quedando todos espantados y dando gloria a Dios por el prodigio. Quedaba así confirmada por la intervención directa de Dios una doctrina que cuatro siglos después sería definida como dogma por la Iglesia.
Pero este NO es el único caso ni mucho menos el más reciente. Entre casos más recientes podemos mencionar los milagros de la Virgen en sus apariciones en Lourdes (Francia).
Hoy sobreabundan los aparicionistas, pandas de santurrones y viejas beatas que pululan por todas las partes del mundo obsesionados con supuestas apariciones de la Virgen constantes, como si la Reina de los Cielos no tuviera otra ocupación que estar constantemente divirtiéndose en aparecerse a todo el mundo.
Dios, en efecto, se sirve de determinadas apariciones a los hombres, pero sólo lo hace en casos muy puntuales, en orden a demostrar o confirmar cosas muy concretas para el bien de todos sus hijos. Y, cuando Dios permite o realiza una aparición, siempre la confirma mediante un milagro ante el cual la ciencia queda apabullada. Algunas apariciones falsas famosas son las de Medjugorje (antigua Yugoslavia), o San Nicolás (Argentina).
Entre las apariciones verdaderas que han servido para confirmar, por ejemplo, un dogma de fe científicamente y por la intervención directa de Dios, está la de la Virgen de Lourdes a la niña Santa Bernardette Soubirou.
Sucedió en 1858. Una niña de familia muy humilde llamada Bernardita comenzó a ver a una majestuosa señora de asombrosa belleza en una gruta del antes pequeño pueblo de Lourdes.
La niña, de enorme inocencia conocida por todos, nunca dijo que se tratase de la Santísima Virgen, pero pronto esta simple niña comenzó a movilizar a las masas a aquella cueva a rezar el Santo Rosario. La débil niña caía de rodillas en éxtasis y ni los más fuertes del pueblo, varones fornidos, eran capaces de moverla un milímetro de su posición.
Aquella señora que se le aparecía comenzó a revelarle una serie de 'secretos' que no podía -por el momento-, decir a nadie, y pidió a la niña la construcción de una capilla en ese lugar. La niña fue detenida varias veces por la policía y el estado francés, notablemente liberal y democrático, inició una persecución contra todo aquel que se atreviese a visitar la gruta.
¡Vaya temores de un estado para tratarse de una simple niña de 14 años a la que ni siquiera su párroco la apoyaba por el momento!
El cura del pueblo se mantenía muy escéptico, pero finalmente se emocionó y se dio cuenta de lo que allí sucedía cuando, tras haberle ordenado a la niña que le preguntase a aquella señora cuál era su nombre, le respondió: "YO SOY LA INMACULADA CONCEPCIÓN".
El sacerdote se quedó atónito, completamente anonadado, pues aunque el pueblo fiel tenía la creencia en el dogma, la formulación del dogma como "Inmaculada Concepción" era algo sólo conocido por los teólogos; lo mismo sucedió con otras enseñanzas que la Santísima Virgen le había ido dando a Santa Bernardette, enseñanzas que dejaban a todos boquiabiertos al verlas en aquella niña que apenas sabía escribir.
La niña comenzó a besar el asqueroso fango de la gruta por orden de la Virgen y como penitencia por la conversión de los pecadores, mojándose con el repugnante charco que se había formado tras las lluvias, consiguiendo con esto que muchos la tomasen por loca y se burlasen de ella y de su familia; mas, siendo inescrutables los caminos del Señor, quiso la Voluntad del Creador que en aquel instante brotasen aguas cristalinas de aquel lugar donde la niña se había manchado la cara y bebido de charcos sucios. Asombrosamente, ante cientos de personas surgió un manantial de un lugar donde no había acuífero alguno.
Hasta ahora vemos que son más que suficientes las demostraciones de que el dogma de la Inmaculada Concepción es un dogma revelado por Dios. Pero esto no es nada.
Acudieron innumerables científicos liberales y librepensadores, anticlericales y cientifistas de todo tipo a aquel lugar a burlarse del pueblo fiel y a reírse de la niña, de la Iglesia y de la piedad cristiana. Pero el efecto fue el contrario, pues los científicos salían de allí maravillados con los asombrosos prodigios que allí estaban teniendo lugar, en especial aquellos que tuvieron el privilegio de conocer a la niña, que era muy sencilla, y con frecuencia tuvieron que modificar por completo sus posturas racioempiristas y anticatólicas.
Imagen del cuerpo incorrupto de Bernardette Soubirous, la niña de Lourdes
La niña se internó en un convento de monjas y allí permaneció unos pocos años hasta su muerte. He aquí otro milagro: Su cuerpo se conserva totalmente intacto, con la temperatura de un humano vivo y todos los órganos íntegros, sin la más mínima deshidratación ni la menor materia orgánica descompuesta, completamente INCORRUPTO, no simplemente 'acartonado' ni con tratamientos de ningún tipo que lo hagan consevarse así. Su cuerpo se conserva, ante los ojos de los que hemos peregrinado hasta aquel lugar, como si se tratase de una niña dormida, una niña que, milagrosamente, se conserva, en toda su pureza, 'dormida' ya desde hace más de un siglo, con una tez fresca y viva y un gesto de paz en su rostro. De esto existen innumerables fotografías y cualquiera que lo ponga en tela de juicio puede visitar aquel lugar y comprobarlo él mismo. Otra demostración directa por parte de Dios.
Pero hay más... ¿Qué sucedió con aquel manantial que la Santa Virgen hizo surgir allí a través de la santa niña?
Algunos de los mejores químicos y otros científicos del mundo han analizado y estudiado las aguas de ese manantial en numerosas ocasiones y con interminables análisis.
¿El resultado? Todos coinciden en que se trata de un agua muy pura y virgen, un agua natural que carece de propiedades termales de ningún tipo y que cuenta con la peculiaridad de que en ella no pueden sobrevivir bacterias o microorganismos nocivos de ninguna clase. Esto es un claro símbolo más que demuestra la Inmaculada Concepción, en cuyo ser no pudo haber ni hubo la más leve mancha de pecado original desde el primer instante de su ser natural.
Ya desde tiempo de las apariciones y hasta el día de hoy, se han registrado un total de al menos 86 milagros producidos por las aguas de aquella milagrosa fuente. Lo que viene a ser otra confirmación científica más del dogma.
Podemos citar algunos ejemplos de tales milagros, como es el caso del niño Justino, que resucitó de la muerte tras haber fallecido con una terrible enfermedad y resucitó al ser bañado en aguas de aquella fuente. Después su vida se desarrolló sin secuelas.
Tres famosos médicos que eran anticlericales, cientifistas y enemigos de la Iglesia Católica que visitaban Lourdes para 'poner en ridículo el oscurantismo cristiano' se convirtieron al comprobar empíricamente que se trataba de un hecho real, pues el corazón del niño había dejado de latir y su respiración se había cortado hacía muchas horas.
Entre los casos más recientes podemos citar el de Francis Berns, sucedido hace unos cuarenta años. Al veterano soldado que había combatido al Catolicismo y a los países occidentales del continente europeo, durante la Segunda Guerra Mundial, había perdido en Normandía sus dos piernas totalmente gangrenadas, que le tuvieron que ser completamente amputadas; tras varios forcejeos, muchos años después accedió a visitar la gruta de Lourdes con su mujer.
Mientras la mujer iba a recoger agua, su marido Francis quedó inconsciente tras sentir un fuerte impacto en su espalda; cuando despertó, estaba caminando con sus dos piernas íntegras al desnudo, completamente recuperadas. Obviamente, su conversión fue total desde aquel instante.
Para terminar, mencionemos brevemente el caso de un niño de 8 años de familia protestante anglicana, hecho sucedido hace unos pocos años, que había sido completamente invadido por un cáncer y que había perdido la posibilidad de articular palabra, con la cabeza totalmente deteriorada; le fue extraído su pulmón izquierdo, que se conservó en el hospital donde había estado internado. Fue llevado a Lourdes a instancias de su tío, que era católico. El muchacho falleció. A pesar de todo, decidieron bañarlo en agua de la fuente de la gruta de Lourdes. El chico permaneció muerto.
Establecieron su velatorio en la basílica de Lourdes. El día que lo iban a enterrar, ¡oh maravilla!, el muchacho apareció vivo, completamente sano y hablando con toda naturalidad pidiendo algo de comer, pues tenía hambre. Los médicos, perplejos, tuvieron que certificar su curación, y, tras unas radiografías, ¡comprobaron que tenía de nuevo el pulmón izquierdo! ¡sus dos pulmones, pese a estar infectados totalmente y haberle sido extraido uno de ellos, estaban enteros y sanos! Sin embargo, su anterior pulmón izquierdo se conservaba en el mismo recipiente que sus médicos lo habían dejado.
El muchacho creció y todavía vive alegremente con su familia, habiéndose convertido él y toda su familia al Catolicismo.
Son muchas, ciertamente, las pruebas que ponen de manifiesto la autenticidad del dogma de la Inmaculada Concepción y su origen de Divina Revelación. Sólo de los milagros de Lourdes existen, como hemos dicho, al menos 86 pruebas científicas.
CONCLUSIÓN
Lo que sucede con el dogma de la Inmaculada Concepción no es un caso aislado, pues prácticamente de todos los dogmas católicos existen varias evidencias contundentes.
No sucede lo mismo con las religiones falsas, pues aparte de ser difícilmente congeniables con la recta razón y la lógica más simple, ninguna de ellas tiene ni un solo milagro que pruebe absolutamente nada. Son meras invenciones humanas, con frecuencia mezcladas con engaños de Satanás y con una filosofía de vida meramente inventada.
Así pues, el dogma de la Inmaculada Concepción es un dogma absolutamente confirmado. No hay que asombrarse, es simplemente una prueba más de la Divinidad de la Religión Católica.
Honremos a la Santísima Virgen conmemorando el día de su Inmaculada Concepción, 8 de diciembre.
"Por María y con Ella triunfará la Iglesia Católica, Apostólica y Romana,
bajo la cruz de Cristo"RAIGAMBRE
El monumento a la Inmaculada que unió a Sevilla
Escrito por Natalia Ortiz
Sevilla es la ciudad Mariana por excelencia, y no deja de demostrarlo cada vez que tiene ocasión. Con motivo de la Inmaculada, es necesario recordar cómo la ciudad, casi al completo, se unió para defender el monumento a la Purísima de la Plaza del Triunfo.
En 1931, durante la II República, el Ayuntamiento de Sevilla planteó derribar el monumento de la Inmaculada Concepción, construido en 1918. Según recoge Mauricio Domínguez Domínguez-Adame, el monumento a la Inmaculada Concepción de la Plaza del Triunfo, fue inaugurado el 8 de diciembre de ese mismo año costeado por suscripción popular. Es obra de José Ezpiau y las esculturas fueron realizadas por Coullat y Valera. La Virgen está inspirada en la que pintó Murillo para los Venerables.
Ofrendas florales
Ofrendas florales a la Inmaculada (Archivo ABC)- Serrano
Ante el peligro a que desapareciese, los sevillanos, de manera espontánea pero masiva, se unieron el 7 de diciembre del 31, a medianoche, a los pies del monumento para cantarle la salve y hacerle ofrendas florales. Según explica Alfredo J. Martínez, doctor de Historia del Derecho en la Universidad de Sevilla, dichas manifestaciones populares, más tarde también amparadas por los poderes oficiales, fueron el germen de la tradición relacionada con las tunas que conocemos en la actualidad.
«Las tunas se unen a una tradición ya existente», explica el profesor de Derecho, también tuno de Medicina. Años después, en 1969, se viven ante el monumento una serie de desperfectos y ‘avalanchas’ en las que se pisotean los ramos de flores. Los tunos son acusados de provocar el revuelo y ellos defienden su inocencia. Es el punto de partida para que todo cambie. En 1971, la Tuna de Medicina decide institucionalizar la noche y reivindicar sus buenas intenciones, y a la iniciativa se van sumando el resto de las agrupaciones universitarias.
A pesar de que el número de tunas que han ido a cantar ante la Inmaculada ha variado por épocas, durante los últimos años se ha vivido en Sevilla un resurgir de esta tradición tan especial. En la noche de este lunes, fueron 13 agrupaciones las que cantaron a la Inmaculada Concepción ante decenas de personas.
El monumento a la Inmaculada que unió a Sevilla - Sevilla Ciudad
Purísima
Se abre el Cielo y un signo aparece
de virtud y belleza no vista:
Al Dragón una Virgen le pisa
la cabeza con limpio talón.
Doce estrellas coronan su frente
es la luna su hermosa peana
y refulge elevada, triunfante
revestida radiante del Sol.
Van cantando los Coros Celestes
que es la Sierva, la Humilde, la Esclava,
la que place al Señor para ser
la Madre del Hijo bendito anunciado
el Cristo Divino que ha de nacer.
Por eso está llena de gracia divina,
purísima en alma, en el cuerpo, en su ser.
Su aroma esparciendo suscita pureza
y arroba a las almas de su estela en pos.
Brillante lucero de mi vida, guía,
Oh Inmaculada, excelsa María,
mis pasos. No dejes, dulce Madre mía,
que pierda el camino que sube hasta Dios.
Mi ruego recoge, presenta a tu Hijo
la pobre plegaria de este pecador
que todo lo fía en tu mediación,
sine labe concepta,
pulchra ut luna
electa ut sol
Ex Voto
+T.
EX ORBE
A la Immaculada: “Vos sou de nostre Espanya Brillant sol del mig dia”Goigs a la Immaculada, el Collell, Banyoles, Girona
A LA IMMACULADA
Sou Verge Immaculada,
La gran Reina i Senyora,
Dels fills, que tan us aiman
que tan us aiman
Sieu sempre’l consol.Vos sou de nostre Espanya
Brillant sol del mig dia:
Sou l’iris de bonança
Pels pobres pecadors.Alegrem els nostres cors,
sí nostres cors,
Abrandats de fe i amor:
Aixequem els nostres fronts
els nostres fronts
I esperem el seu consol,
el seu consol,
el seu consol.Si Pius Nou ne declara
Que sous Verge Immaculada;
Pius Dotze us canta encara
Himnes de glòria immortal.I el poble fidel us aclamaA la Immaculada: “Vos sou de nostre Espanya Brillant sol del mig dia” « SOMATEMPS
En el pla, vall i la serra…
Vetlleu, Mare, nostra terra,
I porteu-nos cap al cel,
sí cap al cel,
I porteu-nos cap al cel,
cal al cel…
Romería a la Virgen de los Labradores con motivo de la fiesta de la Inmaculada Concepción
Soneto
¿Veis el jazmín en la enramada umbría,
la fragante azucena inmaculada,
y la preciosa perla nacarada
que oculta entre la concha su hermosura?
¿Veis la nieve que cubre tersa y pura
la cima inaccesible, nunca hollada,
y la paloma candida y nevada,
y el armiño de nítida blancura?
Pues no existe tan pura ni tan bella
criatura entre todos los mortales
cual la santa y castísima Doncella
que exenta de las manchas terrenales
tuvo de la impureza sin la huella
a Dios en sus entrañas virginales.
PILAR DE CABIA
La Verdad (8/12/1910)
Nuestra romería la Virgen de los Labradores
Con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción de María, varios tradicionalistas y simpatizantes del Círculo Tradicionalista de Granada «General Carlos Calderón» hemos querido honrar a la Purísima en una romería a la Virgen de los Labradores de Quéntar.
Durante el camino hemos rezado tres rosarios, deleitándonos con el hermoso paisaje de la zona. A medida que nos acercábamos a la imagen de la Virgen, hemos leído con gran interés las devotas frases en azulejos e inscripciones que en su día dejaron los romeros y que nos hablan de la España piadosa que queremos recuperar. A los pies de la imagen de Nuestra Señora, encuadrada en la Cruz redentora del Salvador y ante un sol de cara que aparecía fulgurante entre las nubes a medida que aumentaban nuestras preces, hemos rezado una jaculatoria y pedido a la Purísima que interceda por nosotros y por nuestra maltrecha España.
¡Viva la inmaculada Madre de Dios!
Reino de Granada
LA PRIMERA PARROQUIA DEDICADA A LA INMACULADA CONCEPCIÓN
NUESTRA PARROQUIA DE SANTA MARÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE TORREDONJIMENO
Manuel Fernández Espinosa
Una de las tradiciones que D. Juan Montijano de la Chica nos transmitía a cuantos tuvimos ocasión de compartir con él sus amenas y provechosas tertulias era que nuestra Sacra Iglesia Parroquial de Santa María de la Inmaculada Concepción era la primera iglesia parroquial que se erigió bajo la advocación de la Inmaculada Concepción.
Este pueblo que tan poco hace por reclamar sus glorias pretéritas tiene esto olvidado y, por eso mismo, será entonces que otras iglesias parroquiales de España reclaman ser la primera en ostentar el título de la Inmaculada Concepción. Aprovechando hoy la Festividad de la Inmaculada Concepción he echado un vistazo por la red, a ver lo que se decía por "ahí".
Encontré que la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción de Huelva pasa por ser presuntamente el primer templo dedicado a la Inmaculada Concepción. Indagando sobre el asunto que nos concierne encontré que, según la documentación onubense, en mayo de 1505 un señor, por nombre llamado Cristóbal Dorantes, otorgó sus casas para que se levantara sobre el solar la segunda parroquia de Huelva, dedicándose a Nuestra Señora de la Concepción. Las obras de su edificación comenzaron en 1515, construyéndose en estilo gótico-mudéjar. Pero por ningún lado encontré la fecha de su consagración. Nadie discute el laudable propósito del Sr. Dorantes que porfió en titular la iglesia bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, pero en Torredonjimeno nos adelantamos a su piadoso propósito.
Según D. Alfredo Ureña Uceda, "la primera noticia constatada sobre la necesidad de la construcción de esta nueva iglesia para acoger a la creciente población tosiriana se remonta a 1490", por lo que -si contamos la intención- ya le llevamos 15 años de ventaja a Dorantes y los onubenses.Las trazas del edificio de nuestro templo parroquial son mucho más antiguas que las del de Huelva. Nuestra iglesia se hizo en estilo tardogótico, con una participación más que probable de albañiles formados en las escuelas arquitectónicas de Europa: lo indican la factura de los nervios góticos, así como la apertura de la puerta mayor de la parroquia en la misma base de la torre campanario (elemento que podemos ver en la también gótica Iglesia Mayor de Ulm, Alemania) . Nuestra parroquia sería consagrada el 11 de octubre de 1529 por el teólogo tosiriano Sr. D. Diego de Calatayud, obispo dimisionario de las Islas Cícladas, que actuó en delegación del Obispo de Jaén de aquella fecha, D. Esteban Gabriel Cardenal Merino.
Don Juan no sólo nos lo dijo por tradición oral, también lo escribió en su libro "Historia de la Ibérica Tosiria":
"Se da la circunstancia de que es la primera Iglesia Consagrada al misterio de la Inmaculada Concepción de María Santísima".
Muchos siglos antes de proclamarse el dogma de fe de la Inmaculada Concepción, definido en la bula "Ineffabilis Deus", de 8 de diciembre de 1854, lo mismo Torredonjimeno que Huelva pugnaban por extender la devoción con celo. Sabido es el litigio que se arrastró durante siglos a cuenta de la Inmaculada Concepción: los dominicos eran bastante reacios a proclamarla y sus más denodados defensores (tal el caso de Duns Scoto) fueron los franciscanos. En España prendió con un inusitado fervor el "inmaculismo" y por ello fuimos lós más acérrimos defensores de la Purísima Concepción.
Por eso, nuestro cronista franciscano del siglo XVIII, el Reverendo Padre. fray Juan Lendínez, todavía recordaba las coplas que en la villa se cantaban en loor de la Inmaculada Concepción, dejándonos estos cuatro versos de Miguel Cid (1550-1615), que son el testigo fiel de la adhesión incondicional de nuestros antepasados por este amabilísimo dogma:
TODO EL MUNDO EN GENERALA VOCES REYNA ESCOGIDA,DIGA QUE SOIS CONCEBIDASIN PECADO ORIGINAL.
EL BLOG DE CASSIA
Todo el mundo en general, con letra del mencionado Miguel Cid y música de Francisco Correa de Araujo (Sevilla, 1584 - Segovia, 1654)
Los seises de la Catedral de Sevilla danzan para la Inmaculada mientras canta la escolanía.
Antes de que alguno se escandalice, explico que es una tradición secular. Se sabe que al menos desde comienzos del siglo XVI ya bailaban para la Inmaculada como siguen haciendo hasta hoy, pero puede que ya lo hicieran desde antes, porque desde 1439 ya hay niños cantores en la catedral hispalense, autorizados por bula de Eugenio IV. Los seises (que son diez y no seis; se desconoce el origen del nombre, aunque hay varias teorías) efectúan su danza (o mejor sería decir coreografía; como se ve, son bastante moderados y respetuosos) durante la Octava de la Inmaculada, y también ante el Santísimo en el Triduo de Carnaval y la Octava del Corpus, como también bailó el rey David ante el Señor. Nada que ver con los bailoteos que se observan actualmente en algunas iglesias a raíz del desmadre conciliar.
Durante los días de la Octava de la Inmaculada se canta entre otras cosas el "Todo el mundo en general", pero no lo he encontrado aún en Youtube.
Y en las catedrales de Granada y Guadix también hay seises, con similar indumentaria y coreografía.
Última edición por Hyeronimus; 09/12/2015 a las 19:11
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