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Tema: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

  1. #41
    Avatar de Donoso
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

    El "Jesús" de Pagola: La larga agonía de un libro heterodoxo



    Yo no sé si la Congregación para la Doctrina de la Fe ha retirado alguna vez el nihil obstat concedido por un obispo a un libro. Es posible que sí, pero no me viene ninguno a la memoria. Y desde luego, menos recuerdo que una medida tan contundente se haya aplicado a un obispo y un libro de este país. Pero así ha ocurrido con Monseñor Uriarte y la versión corregida del “Jesús. Aproximación histórica” de José Antonio Pagola.
    Desde que la primera versión de dicho libro salió a la venta, varios obispos españoles vieron en el mismo un peligro para la fe de los fieles. Uno de ellos, Mons. Demetrio Fernández, decidió publicar una carta pastoral advirtiendo de que “el Jesús de Pagola no es el Jesús de la fe de la Iglesia“. Posteriormente, la Comisión Para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española hizo pública una nota en la que la obra del teólogo vasco no quedaba precisamente bien parada. Creo que merece la pena volver a leer dicha nota para comprender la gravedad del caso.
    Si en ese momento Pagola hubiera aceptado la retirada del libro, la polémica no habría ido más allá. Pero no. Decidió seguir adelante y, cuando ya habían salido ocho ediciones en español, recurrió a modificar un poco las expresiones más comprometedoras para “librarse” del juicio doctrinal recibido hasta entonces. Y además contó con el decisivo apoyo de Mons. Uriarte, quien en su última etapa como obispo de San Sebastián, no parecía dispuesto a que uno de los teólogos de más renombre de su diócesis quedara mal parado y concedió el nihil obstat a la obra.
    El problema es que, como bien advirtió Mons. Sebastián a Mons. Uriarte, las correcciones al libro no eran suficientes como para hacerlo conforme a la fe católica. De hecho, como me contó don Fernando, era muy complicado convertir en católico algo que por su propia metodología y presupuestos era contrario a aspectos esenciales de la doctrina católica. En otras palabras, el libro no tenía arreglo posible.
    Si el por entonces obispo de San Sebastián hubiera hecho caso a una de las mentes teológicas más privilegiadas de la Iglesia en España y si hubiera atendido a las indicaciones que tanto desde España como desde Roma se le hicieron, hoy no tendría que pasar por la amargura de ver retirado su nihil obstat por el dicasterio responsable de velar por la verdad católica. Como dije en su día, el caso Pagola se convirtió en el caso Uriarte. Ya da igual. El mal está hecho.
    A todo esto se une la circunstancia de que el cardenal Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, ha recomendado, en un artículo publicado en la prensa italiana, la lectura del libro de Pagola en italiano. Sinceramente no sé si se trata de la primera versión o de la corregida que contaba con el nihil obstat de Mons. Uriarte. De hecho, dudo que el cardenal italiano supiera lo ocurrido con la obra en España. En todo caso es obvio que el Consejo Pontificio de la Cultura no tiene como misión velar por la doctrina católica, ni ve comprometida su autoridad por las palabras de su Presidente, escritas en tres líneas de un artículo suyo personal. El dicasterio presidido por el Cardenal Levada sí tiene esa autoridad y esa misión. De hecho, será la Congregación para la Doctrina de la Fe la encargada de juzgar, si es menester, la validez doctrinal del “Jesús” de Pagola. De momento, lo que sí ha sido menester es la retirada del nihil obstat. Para todos los que seguimos este tema desde el principio, ese hecho tiene una importancia decisiva.
    Esta mañana me encontré con el editorial de José Manuel Vidal, director de Religión Digital, en el que aprovechando el artículo del cardenal Ravasi, se lanzó en tromba contra tirios y troyanos. No dejaba títere con cabeza. He aquí sus palabras:
    “¿Qué va a hacer, ahora, el actual obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, que difundió en la página web de la diócesis de Tarazona, de la que entonces era titular, un informe, en el que desacreditaba por completo la obra y la teología de Pagola, a la que llegaba a acusar de herejías? ¿Qué va hacer, ahora, el secretario técnico de la comisión episopal para la Doctrina de la Fe y obispable, José Rico Pavés, que firmaba dicho estudio?
    ¿Qué va hacer, ahora, Martínez Camino, con las presiones que ejerció contra PPC y su matriz SM, obligándo a la editorial de los marianistas a no volver a imprimir el libro de Pagola?
    ¿Quién va a reivindicar, ahora, la figura del anterior obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte, que dio siempe la cara por su teólogo y, más aún, colocó su nihil obstat en el libro?
    ¿Qué van a hacer los “talibanes” que quemaron en la hoguera de sus insultos primero al libro, a Pagola, a la editorial PPC y a SM, Euskadi, teología y hasta a monseñor Setién por extensión? ¿Quién les va a resarcir por los daños causados? Daños y perjuicios económicos, pero sobre todo morales".
    Vidal iba más allá y pedía la retirada de la escena pública de aquellos que osaron, en cumplimiento de su deber pastoral, plantear objeciones doctrinales a un libro que, evidentemente, choca con la fe de la Iglesia:
    Demetrio Fernández, José Rico Pavés y Juan Antonio Martinez Camino deberían salir a la palestra pública y pedir perdón humildemente, reconocer su error, rehabilitar el honor pisoteado del teólogo y de monseñor Uriarte, resarcir a la editorial y…retirarse, los tres en comandita, a un monasterio a rezar. Con saco y sayal durante una larga temporada. O quedarse allí.
    La pregunta ahora no es qué van a hacer esos obispos o qué vamos a hacer los “talibanes". La pregunta, estimado José Manuel, es qué vas a hacer tú y los tuyos ante la decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Si me admitís un consejo, dejadlo estar. Esperad a que la Iglesia haga su trabajo en relación a esa obra. Dudo que esta sea la última decisión que tome el Magisterio sobre la misma. No enredéis más. No le interesa a Pagola. Y menos aún al obispo que le dio un placet que hoy sabemos que no fue correcto.
    Por mi parte, doy gracias al Señor de que la Iglesia, aunque sea a un ritmo que a muchos nos angustia, haga lo que tiene que hacer. Aquello que San Judas escribió en su epístola: “…he sentido la necesidad de hacerlo, exhortándoos a combatir por la fe, que, una vez para siempre, ha sido dada a los santos” (Judas 3)
    Luis Fernando Pérez Bustamante
    Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.

    Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI


  2. #42
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

    Pero que buena Noticia!!!!
    Y que alegrón!!!

  3. #43
    Galeno Zalán está desconectado Proscrito
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

    Las Iglesias cristianas que creen en la perpetua virginidad de María, para eludir el hecho de que Jesús tenía hermanos, nos dicen que el término “hermano” desde antiguo se usaba en el sentido de “pariente cercano” o “primo”. En eso tienen razón, en el antiguo testamento hay numerosos ejemplos de ello. Pero en este caso no es así pues los evangelios no fueron escritos en lengua semítica, fueron escritos en griego y en esta lengua existen dos palabras que hacen la diferencia entre hermano carnal “adelphos” hijo del mismo padre y misma madre, y “anepsios” primo.

    Ya había escuchado la tesis, por cierto nada seria, de que los hermanos de Jesús eran en realidad medios hermanos, hijos de José de un matrimonio anterior. El que fueran primos, hijos de una hermana de María, podría parecer más creíble pero la cosa tiene sus bemoles.

    La Iglesia Católica no ha dudado en incorporar al depósito de la fe los elementos que le son útiles aunque procedan de aquellos evangelios que ha rechazado como apócrifos.

    La Biblia no nos habla absolutamente nada de la parentela de María, ni siquiera nos informa quienes fueron sus padres. En el Libro de la Natividad de María, que data del siglo IX, que a su vez se basa en el Evangelio Apócrifo de Mateo (siglos V-VI) se dice que los padres de María fueron Joaquín y Ana, y que ésta, no habiendo engendrado descendencia, ya entrada en años y a punto de llegar al climaterio, elevaba sus oraciones al Creador para que le concediera la gracia de engendrar un hijo que consagraría al servicio del Dios. Así fue que nació María.

    Para sustentar la tesis de que los hermanos del Salvador eran sus primos TUVIERON QUE HACER ENVIUDAR A ANA DOS VECES Y CASARLA TRES.

    Según la “tradición”, después que Joaquín murió, Ana se casó con un hombre llamado Cleofás con el que engendró una hija a la que puso el nombre de María - ¿no os parece raro que en una familia dos hermanas lleven el mismo nombre? – Según dicen esta María fue la madre de Santiago el Menor, José Barsabá, Judas Tadeo, y Simón el Zelote, de quienes Mateo dice que eran hermanos de Jesús (Mt. 14: 54-56)

    Para que Ana siguiera engendrando hijas que dieran primos a Jesús era necesario hacerla enviudar una vez más. Una vez viuda, Ana contrae terceras nupcias con un tal Salomás con quien tuvo una tercera hija a la que - para variar - le puso el nombre de María, que casó con Sabedeo, ambos engendraron a los apóstoles Santiago el Mayor y Juan el evangelista.

    Todos estos matrimonios de Ana fueron arreglados por los apologistas para “explicar” ciertos versículos de los evangelios que resultan incómodos.

    Hay otro detalle que no podemos pasar por alto: Después de ser engendrada María ¿cómo pudo una mujer a punto de entrar a la menopausia darse tiempo para enviudar dos veces y seguir teniendo hijas?
    Sólo puede explicarse si recurrimos a la magia bíblica: ¿Acaso Sara no fue madre a la tierna edad de 90 abriles?

    El que mujeres estériles a causa de la edad puedan tener hijos, es un tema recurrente en la Biblia.

    Galeno Zalán

  4. #44
    Avatar de Hyeronimus
    Hyeronimus está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

    Galeno, andas más perdido que Adán en el Día de la Madre. Todo por hacer caso de los cuentos de los protestantes. Pues sí, desde siempre y hasta el día de hoy en las lenguas semíticas, hebreo, arameo o incluso árabe, por ser sociedades tribales, no hay mucha especificación de parentesco y el término "hermano" comprende también primos en primer o segundo grado. Que el Nuevo Testamento se escribió en griego, vale, pero ´Jesús y los apóstoles hablaban arameo y en ese idioma se expresaban, por lo que el Nuevo Testamento no deja de ser una traducción, y hasta se sabe por algunos testimonios (por ejemplo San Jerónimo), que el evangelio de San Mateo se escribió originalmente en hebreo o arameo. Los estudios del padre Carmignac y de Claude Tresmontant traduciendo los textos de vuelta al semítico han reultado muy reveladores en ese sentido e incluso han aclarado muchas aparentes contradicciones en el texto de los evangelios.

    Y ahora para que pienses un poco y te empapes un poco del tema, te invito a leer el siguiente artículo a ver qué te parece. Como verás, no se habla nada de Joaquín y Ana ni de no sé cuántos viudeces, matrimonios y otras tonterías que al parecer te han contado. Y ya ves: la Biblia SÍ habla en detalle de la parentela de la Vírgen María. Solo hay que tener paciencia para montar el rompecabezas, pero ahí está todo. Por último, infómate un poco y verás que la doctrina de que María tuviera más hijos después de Jesús es bastante reciente entre los protestantes. Para Lutero, Calvino y todos los demás reformadores era indiscutible que no tuvo más hijos después de Jesús.



    ¿Tuvo María mas hijos?
    Análisis de pasajes bíblicos.
    Por Anwar Javier Tapias Lakatt, Colombia

    Tomado de Apologetica.org
    El tema de María ha dividido a católicos y protestantes. Uno de esos puntos de diferencia es la virginidad perpetua de María. Según la Iglesia Católica, María sólo tuvo a Jesús pero los protestantes argumentan con la Biblia que sí tuvo más hijos.
    Cuando me encuentro con un protestante, sea evangélico, testigo de Jehová o adventista, y quiero ponerme en una tónica fundamentalista, se molestan. Siempre comienzo la conversación con la pregunta: ¿Dice la Biblia que María tuvo más hijos o más bien dice que Jesús tuvo más hermanos? Según ellos, yo no puedo colocarme en esa perspectiva (y pensar que ellos son los que toman todo al pie de la letra). Pero objetivamente, no es lo mismo, ya que por ejemplo podrían ser hijos de José y no de María. La verdad es que ninguno de ellos tuvo más hijos. Con un sencillo análisis genealógico y de gramática griega lo demostraremos.
    Primero analicemos las citas usadas por los protestantes para decir que María tuvo más hijos. Es bueno decir antes que en NINGUNA cita se usa la expresión hijos de María, que es lo que los protestantes argumentan, pero en todo caso sigamos su argumentación.
    “¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿No están todas viviendo entre vosotros? (Mt 13, 55-56)
    En ninguna parte dice hijos de María, lo que dice es hermanos de Jesús, pero fácilmente se demostrará quien es la madre de estos personajes.
    “Oye, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están afuera y preguntan por ti” (Mc 3, 32)
    Cuando les pregunto a los protestantes, que por qué no creen en el purgatorio, me dicen: esa palabra no está en la Biblia. Yo les diría que, entonces María no tuvo mas hijos, porque la expresión “hijos de María” o “María tuvo más hijos” tampoco aparece en la Biblia. En este caso, ellos sí recurren a otras artimañas para asegurar esto.
    “Después de esto, Jesús bajó a Cafarnaún y con él su madre, sus hermanos y sus discípulos” (Jn 2, 12)
    “Todos ellos perseveraban en la oración y con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos” (Hch 1, 14)
    ¿Por qué no decir: María, la madre de Jesús, y sus otros hijos? Que cada uno responda.
    “Pero no vi a ningún otro apóstol, sino a Santiago, hermano del Señor”. (Gal 1, 18)
    Parece que uno de los nombres mencionados en Mateo vuelve a aparecer. Entonces ¿Será que sí es otro hijo de María?
    Además de estas citas se valen de dos mas. En la primera, la expresión hasta qué, hace pensar que después sí sucediera lo que se está narrando:
    “Y no la conoció hasta que dio a luz un hijo al que José le puso el nombre de Jesús” (Mt 1, 25)
    En la segunda, la expresión primogénito hace pensar que como fue el primero debieron haber mas hijos.
    “Y dio a luz a su primogénito” (Lc 2, 7)

    Con las citas anteriores cualquier cristiano poco versado caería en el error de creer que María tuvo más hijos. Ahora llega nuestro turno de mostrar la verdad.
    La cultura judía es una cultura patriarcal. En ella prima la autoridad paterna, y esta autoridad toma atribuciones lingüísticas tales que al referirse a un hermano de sangre toque aclarar: los hijos de mi padre, ya que decir hermano solamente pude referirse a cualquier grado de parentesco como: tío, sobrino, primo, etc. Esto ocurre porque en la lengua hebrea no existe la palabra tío, primo u otra. Veamos algunas referencias bíblicas:
    “Abram tomó a Saray, su esposa, y a Lot, hijo de su hermano” (Gn 12, 5)
    Aquí se ve claro que Abram es tío de Lot; sin embargo, mas adelante lo llamará su hermano:
    “Así pues, Abram le dijo a Lot: Mira, es mejor que no haya peleas entre nosotros, ni entre mis pastores y los tuyos, puesto que somos hermanos.” (Gn 13, 8)
    Existe un ejemplo en Deuteronomio, que puede iluminar sobre la diferencia gramatical entre hermanos de sangre.
    “Maldito el que se acuesta con su hermana, hija de su padre o de su madre” (Deu 27, 22)
    El autor tiene que especificar “hijo de” ya que decir solamente “hermanos” no indica ningún grado de consanguinidad específico.
    Otro texto que puede hacer entender a los protestantes la diferencia entre hijos de madre y hermanos la encontramos en el salmo 69. Una vez en la página web de un protestante anticatólico encontré que argumentaban contra la virginidad de María usando este salmo el cual dice:
    “Me volví como un extraño para mis hermanos, y como un advenedizo para los hijos de mi madre” (Sal 69,8).
    Según este protestante, este salmo es mesiánico por lo que dice en el verso 10: “Me devora el celo de tu casa” de la cual hacen mención los evangelios en (Juan 2, 17). De aquí él deduce que Jesús sí menciona a sus hermanos de sangre. Realmente hay que tener una mente muy estrecha para pensar eso; ya que mirando el verso seis dice:
    “Tu sabes, oh Dios, si me he extraviado, pues no te están escondidos mis pecados” (Sal 69, 6).
    ¿Tendremos acaso que llegar a pensar que Jesús pecó? Mas bien diremos que hay unos versos mesiánicos pero que otros no. Lo que realmente importa de este texto es como hay una diferencia entre hermanos e hijos de madre, ya que el autor hace la distinción entre ambos.
    Con esta explicación basada en gramática y citas del Antiguo Testamento debería bastar para mostrar que las referencias de los hermanos de Jesús no implica que sean hijos de María; pero aun así analicemos cuales son esos supuestos hermanos.
    Antes de entrar con los supuestos hermanos analicemos las expresiones antes mencionadas: hasta qué y primogénito.
    Según el texto de Mateo, después que María dio a luz, daría a pensar que sí tuvo relaciones con José. La verdad es que el sentido en griego y hebreo es diferente al español. Para nosotros, hasta qué, indica una acción que se da posteriormente, mientras que para los judíos indica una acción que no sucede hasta dicho momento, sin mencionar lo que pueda suceder después. Con textos del Antiguo Testamento lo demostraremos.
    “Y Micol, hija de Saul no tuvo hijos hasta el dia de su muerte” (2 Sam 6, 23).
    Con una óptica protestante debería decir que Micol tuvo hijos después de muerta; porque como dicen que hasta su muerte indica lo que se hará en el futuro, entonces: una muerta dio a luz. Si se analiza bien la cita anterior, veremos que en la cultura judía, la expresión “hasta que”, hace mención a lo que ha ocurrido hasta cierta fecha, sin mencionar nada después. Igual sucedió con María. Mateo menciona que hasta el momento del nacimiento de Jesús, María era virgen; no está indicando nada de que esa condición virginal se perdiera después.
    Ahora, vemos en Lucas una expresión sobre la primogenitura de Cristo. Muchos creen que primogénito significa el primero de varios, pero sólo indica el primero, sin importar si habrá más.
    “Hijos de Moisés: Guerson y Eliezer. Hijos de Eliezer: Rejabías, el primogénito. Eliezer no tuvo más hijos, pero los hijos de Rejabías fueron numerosos” (1 Cro 23, 15-17).
    Como se puede apreciar, Eliezer tuvo su primogénito, que fue su único hijo. Pensar que María tuvo mas hijos porque a Jesús se le llame primogénito es no conocer las Escrituras, y pensar que somos los católicos los que supuestamente no las conocemos.
    Ahora si llegaremos a conocer a los “hermanos” de Jesús:
    El primer texto que usan los protestantes para argumentarle hijos a María es:
    “¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama María su madre? ¿No son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿No están todas viviendo entre vosotros? (Mt 13, 55-56)
    Ya dijimos antes, que en ninguna parte se dice: hijos de María.
    Miremos los cuatro nombres y memoricémoslos: SANTIAGO(Versión católica y de los testigos de Jehová) o JACOBO(Versión Reina Valera), JOSE, SIMON Y JUDAS.
    Lleguemos a conocer quien es la madre de estos cuatro hermanos.
    Comenzando por Mateo, lleguemos al momento de la cruz:
    “Estaban también allí, muchas mujeres... de las cuales eran María Magdalena, y María madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo” (Mt 27, 55.56)
    De este texto podemos sacar lo siguiente:
    · No se hace mención de María la madre Jesús.
    · Se menciona una María, madre de José y Santiago
    · Se menciona la madre de los hijos de Zebedeo: Santiago y Juan (Mt 10, 3)
    De esto, vemos que Santiago el “hermano” de Jesús no es el mismo Santiago, hermano de Juan. ¿Pero esta madre será María? Ya en Mateo, esta mujer se presenta a Jesús, a pedirle los primeros puestos para sus hijos(Mt 20, 20-28). Vemos que no le dice hijo a Jesús, ni presenta a sus hijos como hermanos del mismo. Esta María no es la Virgen María

    ¿Entonces? ¿Esta María mencionada ahora será la misma del capítulo trece?. Lo que se puede analizar es que si María (la de Jesús) en verdad es madre de Santiago y José, Mateo no la nombre como madre de Jesús, sino como madre de los otros dos, esto es muy sospechoso.
    Si leemos rápidamente los tres evangelios sinópticos, cuando Jesús escoge a sus doce discípulos vemos, que menciona a un Santiago, hijo de Alfeo, seguido de Judas Tadeo.
    Si ya descartamos que Santiago el hermano de Juan sea el mismo del capítulo trece, nos queda demostrar si este hijo de Alfeo, en verdad es hermano de Jesús.
    Pasemos a Marcos:
    Marcos es el único que nos muestra la única parte en donde a Jesús se le llama: Hijo de María (Mc 6, 3), de ahí que nos cueste mucho creer la expresión protestante: los otros hijos de María, pues de Jesús la Biblia lo dice una sola vez, mientras los protestantes lo atacan todos los días.
    “…entre las cuales estaban: María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé” (Mc 15, 40).
    Vemos que ahora aparece Salomé, y vuelven a salir Jacobo y José. En este texto volvemos a observar a María magdalena, NO APARECE María, la de Jesús, y vuelve a aparecer una María, madre de Santiago y José.
    Juan nos dará una gran pista para entender este misterio:
    “Estaban junto a la cruz de Jesús, su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena” (Jn 19, 25). Miremos varias cosas: POR FIN APARECE MARIA, y sigue apareciendo otra María, ahora como esposa de Cleofás.
    · En todos los evangelios aparece María Magdalena
    · Sólo en Juan aparece la Virgen María
    · Pero vemos que siempre aparece una María, como madre de Santiago y José, o como esposa de Cleofás ¿Será la misma?
    La respuesta la analizamos de la siguiente manera:
    1. Santiago aparece como hermano de Jesús, y hermano de Judas, José y Simón
    2. La carta a los Gálatas nos menciona a un Santiago, hermano del Señor (1,18). Como se habla de Jerusalén, debe ser Santiago el Obispo. Este, llamado el menor, como dice Marcos (6,3), fue al mismo tiempo apóstol de Cristo. Como Jesús sólo tuvo dos llamados Santiago; y sabemos que uno es hijo de Zebedeo, y murió por Herodes; este otro debe ser el hijo de Alfeo.
    3. Lucas (16,6) nos muestra que Santiago, hijo de Alfeo, es hermano de Judas Tadeo. Y sabemos que este Judas fue el autor de la Carta de Judas, la cual dice: “Judas, siervo de Jesucristo, y hermano de Jacobo” (Jud 1, 1). Vemos que Judas se presenta como hermano de Santiago. En Mateo 13 aparecen un Judas y un Santiago, como hermanos de Jesús. Pero en su carta, Judas se proclama hermano de Santiago PERO NO de Jesús, de quien se llama siervo.
    4. De lo anterior concluimos que el Judas que aparece en Mateo 13, es el autor de la carta, y este no se proclama hermano de Jesús, mientras que si de Santiago, que también aparece como hermano de Jesús, y es el que Pablo vio en Jerusalén, autor de la Carta de Santiago. El nombre de Alfeo, su padre, es en arameo la traducción de Cleofás en griego. Con esto se demuestra que:
    o La María que aparece en la cruz como madre de Santiago y José, es la misma que aparece como esposa de Cleofás.
    o Cleofás es lo mismo que Tadeo, por tanto Judas también es hermano de Santiago y José, que aparecen en Mateo. Y se corrobora en la carta de Judas, donde menciona a su hermano santiago, pero no se dice igual de Jesús. Además, el Simón mencionado aparece en (Mt 10, 3) y (Hch 1,13)
    o Como la madre de estos nombres es hermana de la Virgen María, ellos son parientes de Jesús, mas no hermanos directos de sangre.
    o Entendiendo que entre los judíos no existía palabras para los parientes, no esta mal que a estos primos de Jesús, se les llamara hermanos.
    Ahora, miremos otros argumentos para no creer en los “otros hijos de María”:
    · Si Jesús tuvo mas hermanos, debió entregarles a María a estos hermanos; pero lo que hace es darsela a Juan, hijo de Zebedeo. En la cultura judía, una mujer no debía quedar sin marido ni hijo, y si esto pasaba, alguien debía acogerla.
    · En la cultura judía, un hermano menor no podía aconsejar a uno mayor, y a Jesús, sus hermanos le aconsejan que vaya a Jerusalén (Jn 7, 3), siendo que el es el primero
    · En la anunciación, María no sabe como concebirá a Jesús, pues ella dice:
    “¿Como será esto, pues no conozco varón?” (Lc 1, 34) Si María hubiera pretendido tener relaciones matrimoniales con José o con cualquier otro hombre mas adelante, esta pregunta sería absurda. María desde siempre pensó en ofrecerle su virginidad a Dios, pues de lo contrario, al decirle el ángel que daría a luz, ella se hubiera imaginado tenerlo con José; pero su respuesta demuestra su firmeza en mantenerse virgen. Miremos el caso de Sara: cuando Dios le promete un hijo en su vejez, ella no pregunta como sería eso, pues obviamente ella supuso que lo tendría con Abraham; mientras que María no pensó así. Al contrario preguntó porque su ideal era ser virgen por amor del Reino de Dios (Mt 19, 12).
    Si un hermano protestante ha sido honesto leyendo en su Biblia este estudio, debe reconocer que María siempre ha sido Virgen. Esta doctrina fue explicitada en forma de dogma en el Concilio de Letrán en el año 649, donde se expresa: “María fue virgen antes del parto, durante el parto, y después del parto”. También expresa el Concilio Vaticano II: … cuando la madre de Dios, llena de alegría muestra a los pastores y a los magos a su Hijo primogénito, que lejos de disminuir consagró su integridad virginal. (Lumen Gentium, cap. 8, 57)

    ¿Tuvo María mas hijos? Análisis de pasajes bíblicos.Por Anwar Javier Tapias Lakatt - ApologeticaCatolica.org
    Última edición por Hyeronimus; 14/01/2011 a las 12:24

  5. #45
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

    Cita Iniciado por Galeno Zalán Ver mensaje
    Sólo puede explicarse si recurrimos a la magia bíblica: ¿Acaso Sara no fue madre a la tierna edad de 90 abriles?

    El que mujeres estériles a causa de la edad puedan tener hijos, es un tema recurrente en la Biblia.

    Galeno Zalán
    Ya habiéndote contestado Hyeronimus con gran maestría, reitero lo dicho por él: no somos protestantes ni judios y la Biblia NO es un libro de historia ni de ciencia per se. Cada libro de la Biblia se adapta a la cultura del tiempo y a quién lo escribió y si quieres a sus propias leyendas y costumbres. Lo importante es el mensaje de Dios, no el estilo o la simbología utilizada, que en muchas ocasiones tiene un carácter didáctico. La larga vida de los patriarcas es un procedimiento literario por el que se expresa que una vida larga es bendición de Dios o incluso un premio a una buena conducta. No hay nada mágico ni científico, es simplemente un mensaje.
    “La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua; medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros términos, sustituyen a ella, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cierta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que llaman ellos sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión, la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás sobre todo esto. ”. John Henry Newman

  6. #46
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

    La moderna a-cristología. Comentarios a propósito del caso de Pagola





    Cuando hace unas semanas escribí el articulete sobre el preocupante cardenal Ravasi, no sabía que iba a volver tan pronto sobre lo mismo, está vez sobre Pagola, pero con Ravasi también en el escenario, de fondo.

    La novedad ha sido la publicidad de la causa que le instruyen en Roma, en la Congregación para la Doctrina de la Fe. Hace un par de días, el Domingo pasado, se publicaba un artículo sobre el caso en el diario vasco El Correo:

    El Vaticano procesa a Pagola

    Hasta hace tres o cuatro años, Pagola era famoso, sobre todo, por filo-etarritarri y por haber sido el obsequioso vicario del nefasto monseñor Setién, no entro en detalles. Sólo recuerdo una anécdota bastante descriptiva: Fue en Sevilla, hace doce años, justo por estas fechas, una semana después del atentado en el que asesinaron a Alberto Jimenez Becerril y su esposa Ascensión García Ortiz; el entonces vicario episcopal de Sevilla-periferia (este mismo personaje, precisamente) tenía organizadas unas jornadas pastorales cuyo invitado y ponente principal iba a ser el ya famoso vicario donostiarra, J.A. Pagola. Dos o tres días después del atentado, inesperadamente, se nos comunicó que las jornadas se suspendían. El motivo no se explicó, oficialmente; oficiosamente se supo que no pareció 'prudente' que, con el atentado tan reciente, apareciera por Sevilla el vicario de San Sebastián, con lo que se daba por supuesto no sé qué que tenía que ver con no me imagino qué. Ignoro si el que se acobardó fue el vicario sevillano, que era el anfitrión, o si fué el vicario donostiarra, que era el invitado, o si sería cosa del prelado. Pero así pasó (mejor dicho, no pasó). Lo cuento (y recuerdo que lo conté ya otra vez) como anécdota sobre la fama que acompañaba a Pagola, entonces.

    Hoy, más que nada, es la cabeza visible de la pseudo-teología des-católica española. Es de temer que pronto sea también (si no lo es ya) mascarón de proa de las vanguardias des-catolizantes iberoamericanas, merced a ese fluído trasiego de recíprocas influencias entre la Península y las Américas.

    Tocante al tema de la divulgación teológica, estamos en un momento interesante y peligroso: Por vez primera, un amplio público católico se acerca a la teología y lee y se forma con bastante interés. Lo grave y preocupante es que:

    - se acercan sin un mínimo de estructura doctrinal capaz de asumir, distinguir y entender

    - su aproximación, frecuentemente, se hace desde un medio deformado, anti-dogmático, pseudo-teológico y des-creyente; (el libro de Pagola es un ejemplo)

    - muchos (¿la mayoría?) de los centros de formación donde se imparte esa instrucción a los seglares interesados suelen estar en manos de y dirigidos por elementos des-católicos, poco afectos a la ortodoxia e infectados (consciente o inconscientemente) de todos los virus del modernismo pre y post conciliar

    Pagola, precisamente, escribe para este tipo de laico-medio, adultos con cierto nivel cultural pero adolescentes de conocimientos teológicos que no sabrían ni exponer ni explicar un credo cristiano mínimo. Este público recibe la obra de Pagola y la de otros autores con toda confianza, sin advertir

    Pagola no es un gran autor. Pero tiene ciertas facultades, bastante apreciables, para exponer claro y conectar rápido; es un buen 'captador', versátil y ameno, no es pesado. Trata de temas sobre los que su auditorio (sus lectores) ya tiene hecho el oído, o bien escribe sobre cosas accesibles a una formación media, con estilo ligero y asimilable. Estas cualidades son muy agradecidas por un público no erudito que se siente docto en cuanto se lee un libro de un "teólogo famoso", bajo el equívoco de que un autor de tales materias debe ser forzosamente elucubrado y farragoso. El lector se sorprende gratamente cuando experimenta que lee, entiende, sigue el discurso y saca conclusiones conducido por la experta guía del autor del libro, que se gana con esto admiradores fieles, conversos entusiastas que aplauden, asumen y defienden después como mastines las tres o cuatro tesis que han sacado de su lectura.

    ¿Qué tesis? Alguna vez - me repito mucho - he dicho que Pagola & cía. representan actualmente una especie de neo-arrianismo post-conciliar-post-modernista. Exponen desde una supuesta "superación" del dogma según esa falsa tesis post-conciliar según la cual la Iglesia del post-Vaticano 2º innova la antigua cristología (y toda la teología) gracias a una compresión mejor en sintonía con las necesidades del hombre contemporáneo. Se obvia toda la teología-cristología tradicional y se enseña desde perspectivas dependientes de las últimas teorías y/o hipótesis sobre 'Jesús de Nazareth'; recalco este particular por su valor definitivo en cuanto que con la preferencia reductiva del nombre se reconoce implícitamente solamente al hombre Jesús, a la vez que se resiste a explicitar la confesión del Cristo profetizado-realizado y a la proclamación-reconocimiento del Verbo encarnado/hecho hombre. Es decir, se obvia la misma esencia del Cristianismo, que recibe propiamente la revelación definitiva desde el Misterio del Hijo Encarnado que nos revela al Padre y el Espíritu, Dios Uno y Trino, esencia del Credo del Nuevo Testamento y la Iglesia.

    En las obras de los autores de la nueva pseudo-cristología desaparecen las definiciones de los Cinco primeros Concilios Ecuménicos, que son los normativos tocante a la configuración del Credo Cristiano, sin cuyo reconocimiento no existe el mínimo necesario para la existencia de una fe, una confesión, una doctrina o una identidad cristiana. Quiero decir que en estos autores de la nueva pseudo-teología se esconde una ruptura gravísima que la jerarquía de la Iglesia se resiste a reconocer: Que ya no son cristianos, que han pasado a profesar un credo a-cristológico y a-trinitario y exponen un discurso meramente deísta cuyas referencias cristianas se reducen a un mínimo insuficiente, a veces sólo el reflejo de algunos postulados morales entresacados de una lectura-comprensión reduccionista de los Evangelios (los demás escritos del Nuevo Testamento se excluyen, generalmente, en cuanto suponen una absoluta negación de las tesis minimalistas de la "jesusología" a-cristológica de estos autores).

    ¿Cómo se ha llegado a esto? El proceso deriva, más o menos inmediatamente, desde la aparición del modernismo de hace un siglo, fines del XIX y comienzos del XX. Primero se dejó de comulgar con los dogmas, se abandonó la dogmática y se prefirió la exegética; siguió después el cientifismo aplicado a la Escritura; ahora, en un estadio ulterior consecuencia de los dos anteriores, prescindiendo del valor sagrado de los Textos, no se reconoce ni siquiera su valor histórico y, abandonada la crítica literaria de los Textos, se instalan con su cátedra en el método histórico-crítico.





    Lo que nos deja estupefactos es comprobar cómo las mismas referencias de alguna altas instituciones cercanas al Magisterio han propiciado y alentado este estado de cosas. Así, por ejemplo, del documento Cuestiones selectas de Cristología (1979) publicado por la Comisión Teológica Internacional en 1979, bajo Juan Pablo II, entresaco los enunciados siguientes:

    - ...El Nuevo Testamento no tiene por finalidad la de presentar una información puramente histórica sobre Jesús. Pretende, ante todo, transmitir el testimonio de la fe eclesial sobre Jesús

    - ...Dentro de los límites de la investigación exegética es ciertamente legítimo reconstruir una imagen puramente histórica de Jesús o bien -para decirlo en forma más realista- poner en evidencia y verificar los hechos que se refieren a la existencia histórica de Jesús.

    - ...Las investigaciones científicas sobre el Jesús de la historia tienen, ciertamente, un gran valor. Esto es particularmente verdadero para la teología fundamental, así como para los contactos con los no-creyentes...Un conocimiento pleno de Jesucristo no puede obtenerse a menos de tenerse en cuenta la fe viva de la comunidad cristiana que sostiene esta visión de los hechos. Esto vale tanto para el conocimiento histórico de Jesús y para la génesis del Nuevo Testamento, como para la reflexión cristológica de hoy

    - ...Hoy en día es fructífero y necesario, en el campo de la teología dogmática, un retorno hacia el Jesús terrenal, dentro del marco más amplio que queda indicado. Es sumamente importante poner en evidencia las innumerables riquezas de la humanidad de Jesucristo, y más de lo que lo hicieron los cristologías del pasado

    - ...La cristología debe asumir e integrar, en cierto sentido, la visión que el hombre de hoy adquiere sobre sí mismo y sobre la historia, en la relectura que la Iglesia procura al creyente
    En el mismo documento, se entreveran otras afirmaciones que matizan, corrigen o subordinan algunas de estas afirmaciones:

    - ...La identidad sustancial y radical de Jesús en su realidad terrenal con el Cristo glorioso, pertenece a la esencia misma del mensaje evangélico. Una investigación cristológica que pretendiera limitarse al solo «Jesús de la historia», sería incompatible con la esencia y la estructura del Nuevo Testamento, incluso antes de ser objeto de rechazo por parte de una autoridad religiosa magisterial
    También se incluye un buen resumen de las definiciones de los Cinco Primeros Concilios, así como otras referencias fundamentales. Se advierte, empero, en todo el texto la participación en su redacción de diversas opiniones, tendencias, estilos, autores y fuentes dispares, con el resultado final de un documento del que se pueden deducir conclusiones contradictorias o equívocas. Algo demasiado habitual para ser mera casualidad.

    En cierto sentido, paradójicamente, la obra por la que se ha abierto la investigación a Pagola es consecuencia de lo que la misma Iglesia Católica ha permitido y animado, o, incluso, ha expuesto ella misma, consecuencia de un magisterio que prefiere dejar abiertas las cuestiones antes que enseñar con solidez, garantías y autoridad, con la tradición doctrinal como referencia incuestionable y no, como da la impresión, con la novedad y la eventualidad de la hipótesis como tendencia escogida/preferida. Los frutos de la indefinición (consciente? deliberada?) son autores y obras como Pagola y su libro.


    Sobre lo que ya se distinguía en su momento y lo que se vislumbraba como porvenir más o menos inmediato, el Magisterio condenó en el Decreto Lamentabili (Julio de 1907, dos meses antes de la publicación de la encíclica Pascendi de S. Pio X) una serie de tesis modernistas que atentaban contra la ortodoxia cristológica, estas:

    27. La divinidad de Jesucristo no se prueba por los Evangelios; sino que es un dogma que la conciencia cristiana derivó de la noción del Mesías.

    28. Jesús, cuando ejercía su ministerio, no hablaba con el fin de enseñar que El era el Mesías, ni sus milagros tendían a demostrarlo.

    29. Puede concederse que el Cristo, que presenta la historia, es muy inferior al Cristo que es objeto de la fe.

    30. En todos los textos evangélicos el nombre de Hijo de Dios equivale solamente al nombre de Mesías; pero de ningún modo significa que Cristo sea verdadero y natural Hijo de Dios.

    31. La doctrina sobre Cristo, que nos enseñan Pablo, Juan y los Concilios de Nicea, de Efeso y Calcedonia, no es la que Jesús enseñó, sino la que sobre Jesús concibió la conciencia cristiana.

    32. El sentido natural de los textos evangélicos es inconciliable con lo que nuestros teólogos enseñan sobre la conciencia y ciencia infalible de Jesucristo.

    33. Para todo el que no se guía por opiniones preconcebidas es evidente que o Jesús enseña un error al hablar sobre el próximo advenimiento del Mesías, o que la mayor parte de su doctrina, contenida en los Evangelios sinópticos, carece de autenticidad.

    34. El crítico no puede atribuir a Cristo ciencia ilimitada, sino en una hipótesis inconcebible históricamente y que repugna con el sentido moral, a saber: que Cristo, como hombre, tenía la ciencia de Dios y que, sin embargo, no quiso comunicar ni a sus discípulos ni a la posteridad el conocimiento de tantas cosas.

    35. Cristo no siempre tuvo conciencia de su dignidad mesiánica.

    36. La resurrección del Salvador no es propiamente un hecho de orden histórico, sino un hecho de orden puramente sobrenatural, ni demostrado ni demostrable, que la conciencia cristiana derivó poco a poco de otros hechos.

    37. La fe en la resurrección de Cristo, en su origen, se refería no tanto al hecho mismo de la resurrección cuanto a la vida inmortal de Cristo junto a Dios.

    38. La doctrina de la muerte expiatoria de Cristo no es evangélica, sino solamente paulina.


    (Cfr Dz 2037-2038 ó Dz 2437-2438)
    Resulta conmocionante comprobar cómo son estas tesis, precisamente, las que salen una y otra vez en las obras de los autores des-católicos, con la grave circunstancia de ser personajes bien considerados e incluso promocionados dentro de la Iglesia, ocupando relevantes puestos y encargos pastorales y académicos. El caso Pagola es uno entre tantos, sólamente una muestra que aflora gracias a la publicidad de su libro y del mismo autor en cuanto personaje muy conocido por otros conceptos. Pero repito que es sólo una muestra.

    Si a casos concretos como este, obra y autor, se les atribuyen simpatias y coberturas de primerísimas instancias (el artículo de El Correo cita al Cardenal Gian Franco Ravasi y al Secretario de la mismísima Congregación para la Doctrina de la fe, el jesuíta español Mons. Luis Fcº Ladaria), la panorámica resulta no ya intranquilizante sino sombriamente inquietante, con las más negros barruntos planeando sobre nuestro juicio al respecto.

    Así corre el tiempo, así está las cosas.




    Las soluciones, con estos protagonistas como actores del drama, no se preven ni próximas, ni consistentes. Menos aun si se expone el asunto (véase el artículo de El Correo) como una contienda intra-eclesial con intrigas, influencias e intereses.

    Hace poco, no recuerdo en qué articulete, escribí que es de temer que las componendas que buscan soluciones por aproximación de extremos y consecución de un 'medio' que contente a los implicados suelen tener como resultado temible que por evitar una herejía se pacte la proclama de una medio-herejía, con un resultado igualmente malo: La verdad no admite parcialidad, ni merma, ni medias tintas.

    Ignoro en qué quedará lo de Pagola, un caso entre muchos, ya digo. Me preocupa más la Iglesia y los 'hombres de iglesia' que intervienen en estos asuntos en los que se debate la Fe. Y, por supuesto, el estado de afectación que sufra la Fe: De su integridad depende algo tan serio como la Iglesia misma y la salvación de muchos.



    +T.

    EX ORBE

  7. #47
    Avatar de juan vergara
    juan vergara está desconectado Miembro Respetado
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    Re: Respuesta: Jesús, aproximación histórica (José Antonio Pagola)

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    Muy buen aporte amigo Hyeronimus!

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