Los ultraortodoxos, en contra de la justicia laica
18/06/10
Por
Tel Aviv. Especial
Más
de cien mil manifestantes
de las diferentes corrientes ultrarreligiosas judías originarios
de Europa Oriental (ashkenazim), con sus tradicionales sombreros y capotes negros en pleno verano, participaron ayer en un enfrentamiento abierto con el gobierno y la justicia israelíes ya que prefirieron ir a la cárcel antes que acatar la decisión
de la Corte Suprema
de dejar
de discriminar a alumnas ultraortodoxas judías
de origen oriental (sefaradíes).
El Tribunal Superior
de Justicia emitió el martes órdenes para encarcelar durante dos semanas a los padres –seguidores jasídicos del rabino Slonim–, que se niegan a que sus hijas compartan pupitre con las
de otro origen en la escuela
de Beit Yakov, en el asentamiento
de Emanuel, al considerar que su cumplimiento
de las leyes
de la Torá (Pentateuco) no es suficientemente puro y estricto. Tras la decisión, cientos
de ultrarreligiosos “tomaron”
de hecho el edificio
de la Corte, cantando y bailando en la sala
de sesiones y los pasillos en muestra
de repulsa a la decisión y a la justicia laica.
Tanto las autoridades como la justicia israelí se habían definido contra la segregación a principios del año lectivo, pero los seguidores del rabino Slonim escaparon al cumplimiento
de la ley. Una apelación a la Corte por parte
de uno
de los padres
de las niñas segregadas llevó al juez Edmond Levi –él mismo un religioso, pero comprometido con la democracia– o poner un ultimatum a los padres: o permiten a sus hijas estudiar con las sefaradíes o van a la cárcel. Los padres se aconsejaron con los rabinos y éstos ordenaron: “A la cárcel”, lo que se produjo ayer a la noche, acompañados
de decenas
de miles
de fanáticos adherentes, que calificaron a los condenados a prisión como “mártires ejemplares para todos nosotros”.
Las alumnas
de ambas comunidades estudiaban en la escuela del asentamiento judío en aulas separadas, jugaban en un patio dividido en dos por un muro y tenían horarios
de recreo y puertas
de entrada distintos, para evitar que tuviesen contacto y que las sefaradíes –generalmente
de tez más oscura– “contaminasen” a las askenazis con su menor seguimiento
de los preceptos religiosos.
La conducta
de los ultrarreligiosos escandalizó a la sociedad israelí, donde abundan los resquemores contra esta comunidad, cuyos miembros, en su mayoría, están exentos del servicio militar, no trabajan, sólo estudian religión y no pagan impuestos pero reciben asignaciones familiares para el gran número
de hijos que tienen, convirtiéndose cada vez más en un peso sobre la población laica.
Marcadores