Es maravilloso leer historias como éstas. Son milagros de fe y ejemplos santos de perseverancia.
Esta gente no enfrentaba castigos como ser el repudio o la cárcel, no. enfrentaban la decapitación lisa y llana. Sin embargo practicaban el culto secreta y devotamente,y se lo pasaban a sus hijos.
A veces pienso que no valoramos lo que tenemos justamente por que lo tenemos en libertad. Estoy seguro que el día que nos proscriban y persigan, nos cierren las iglesias, ahí sí que nos uniremos para orar y adorar al Verdadero y único Dios con toda el alma, todo el cuerpo y seremos capaces de dar la vida con una sonrisa de felicidad en los labios.
Mientras tanto, muchos siguen pasando frente a las iglesias y capillas indiferentes. No se levantan iracundos ante el paso de los autobuses ateos. No defienden a sus pastores. Ni dan las gracias cada día por la vida y las bendiciones que reciben.
"Bienaventurados cuando os persigan a causa de Mi nombre".
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