Historia de
Sanlúcar
la Mayor

Heráldica de Sanlucar La Mayor

notas:
A 20Km Sevilla
Gentilicio: Sanluqueño
Tamaño: 135Km2
Altura: 150m (s.n.m.)
Comarca: Aljarafe
Río: Guadiamar





u origen histórico se remonta a tiempos del Neolítico en la que se habitaron estas tierras, pues los restos arqueológicos hallados pertenecen a la Edad del Cobre y del Bronce final.

La civilización sitúa al pueblo de los Turdetanos en esta zona, de la que cuenta la leyenda que el Rey Véspero se convirtió en estrella de tanto mirar al cielo. También el erudito Estrabón ubicaba aquí el santuario de Luciferi Fanum o Templo de Lucifer ó Venus.

En la época romana se le denominó Solucar, al cambiar "SOUS" y "SOLIS LUCOS" y por la existencia de un templo dedicado al culto del sol. Aunque socialmente tuvo gran importancia, ya que durante esta época y como reza en su heráldica, llego a contar con un senado propio. (SPQS: Senatus Populusque Solucensis). También fue ocupada por los visigodos pero bajo su dominio el pueblo fue decayendo hasta la llegada de los árabes, los cuales llamaron al pueblo "Albayda la Blanca" y "Alpechin", por los residuos de las prensas de aceite, alcanzando durante esta época su mayor esplendor.

En 1251 fue conquistada por Fernando Gutiérrez, cambiando nuevamente el nombre por el de Sanlúcar, formando parte de la jurisdicción de Sevilla hasta 1635.

Durante la Edad Media también se la llegó a conocer coloquialmente como Sanlúcar el Alpechin pues vuelve a ser un gran centro de comercio gracias al cultivo y prensa del olivar y el prerímetro urbano que ocupaba era mayor. En 1635 Felipe IV la hizo "Cabeza del Ducado", a favor de Don Gaspar de Gúzman, conocido como Conde Duque de Olivares, concediéndole además el título de ciudad en 1639.

Con la reorganización de la provincia en el siglo XIX queda convertida en partido judicial aunque esto ha cambiado hoy día y está integrado ya en el de Sevilla


Historia de Sanlúcar la Mayor
El municipio de Sanlúcar la Mayor se localiza en el extremo occidental de la comarca del Aljarafe y de la provincia de Sevilla, siendo limítrofe con la de Huelva. En 1.996 contaba con una población de 10.412 habitantes, la mayor parte de los cuales residían en el núcleo principal. Entre las restantes entidades de población del término destaca el caserío de Tablante.

Estas tierras han sido ocupadas por el hombre desde tiempos muy remotos, existiendo restos arqueológicos del Neolítico. Los romanos construyeron aquí la ciudad de Locus Solis, con un templo en honor del dios Sol. Con los visigodos (Solucus) y con los árabes (Soluqar), la localidad vivió una cierta decadencia. Su conquista por las tropas castellanas se produce en 1.251, pasando a depender de la ciudad de Sevilla, hasta que en 1.635 Felipe IV lo convierte en capital del ducado de Gaspar de Guzmán. Cuatro años más tarde recibe el título de Ciudad.

El núcleo principal se localiza junto al borde occidental de la meseta del Aljarafe, sobre el curso del río Guadiamar. La topografía del lugar es muy característica, por situarse al borde de una cárcava, con dos brazos que determinan una plataforma orientada hacia el oeste, sirviendo esas zanjas naturales de protección natural. El actual centro urbano se configuró hacia el este, alejándose del borde de la cárcava.

Su origen como núcleo se remonta a época romana, en la que la trama urbana tendría dos ejes fundamentales (el cardo y el decumanus), orientados en sentido norte-sur (actuales calles San Vicente y Conde Reus) y este-oeste (José Luis Escolar y Juan de Mesa). En el espacio central de cruce se situaría el foro, con el famoso templo del Sol (actual iglesia mudéjar de San Eustaquio). En época árabe, la localidad es amurallada, creándose un arrabal en torno al lugar que hoy ocupa la iglesia de Santa María. En los siglos XIV y XV, el Sanlúcar cristiano crece hacia el norte y el este. A finales del siglo XVI surge al oeste del núcleo musulmán el Barrio Nuevo, con eje en la calle Real Abajo, y se produce también una expansión hacia el norte (calles de las Huertas y Cambullón).

Tras dos centurias de decadencia, el siglo XIX significa el inicio de la recuperación. Comienza a celebrarse una feria anual de ganado, situada en la prolongación de la calle Real, al este de la población. La construcción del ferrocarril y el trazado de la carretera Huelva-Sevilla constituyen infraestructuras territoriales decisivas para el crecimiento urbano, originando, a principios del siglo XX, el traslado de los antiguos terrenos de la feria desde el extremo oriental al occidental del núcleo.

En los años 70 se produce un incremento demográfico importante. El municipio adquiere cierto aire de ciudad-dormitorio de la capital, estando conectada con ella mediante autovía. El desarrollo urbano se produce a base de polígonos, barriadas y urbanizaciones a lo largo del camino Sevilla-Huelva y su perpendicular, que enlaza Olivares con Benacazón, siendo tangente al centro histórico por el este. Las urbanizaciones han ido surgiendo de forma dispersa, sin conexión con el casco histórico, destacando Nuestra Señora de las Aguas, San Miguel, La Alegría, San Bartolomé y Las Flores.

Entre sus edificaciones de interés histórico artístico pueden destacarse las iglesias de Santa María y de San Eustaquio (ambas de estilo mudéjar), la de San Pedro, el Convento de San José, así como la Cilla del Cabildo y la Hacienda de Benazuza.