HISTORIA
Cuentan las historias que cuando los Cien Mil Hijos de San Luis pasaron por Despeñaperros camino de Cádiz, al contemplar el campo de Jaén presentaron armas de forma espontánea. Seguramente la historia no es cierta. Pero, si usted decide entrar en Jaén por Despeñaperros, es primavera y va mediado el mes de mayo, verá un espectáculo poco frecuente: la floración, en el verdor del olivo, de una diminuta florecilla blanca, (bastante desconocida salvo por los aficionados a resolver crucigramas), que se llama rapa. La flor, si fructifica, se convertirá en la aceituna, que dará lugar a uno de los líquidos mas preciados para la salud y la alimentación: el aceite, nombre del que todos se han apropiado para dar importancia a cualquier grasa.
Ha entrado en la provincia de Jaén, bastante desconocida, "cenicienta" y con bastantes tópicos sobre ella debidos al desconocimiento. Aquí le ofrecemos algunas Rutas para que usted averigüe su verdad y tenga su propia opinión. De todas formas empezaremos por decirle que no sólo por su situación geográfica, sino por su talante y por su idiosincrasia es una provincia andaluza.
No le extrañe que en algún sitio pronuncien un castellano bastante abierto pero sin "seseo"; a pocos kilómetros encontrará un pueblo que "seseará" y un poco más lejos otro que "zezeará". Por ejemplo: si está usted en Baeza podrá suponer que está en Córdoba, y si en Pegalajar, que en Granada. Esto se debe a que todos los que pasaron por aquí quisieron quedarse, ya fueran cartagineses, romanos, visigodos, árabes o cristianos y algo dejaron, aunque no fuera mas que palabras y acentos, además de llevarse mucho. Al fin y al cabo ésto fue el límite de un reino mítico que se llamó Tartesos y donde Hércules dejó una Columna, (ahora se llama la Peña de Martos). Strabón y Plínio escribieron ya de alguna de las ciudades que en esta tierra existían.
Los cartagineses se encontraron aquí cómodos (Hay una coplilla que dice: "Jaén, bella población/ por Asdrúbal fue fundada./ La gente fina y honrada/ y eso de que roncan...una "exagerasión".) Aníbal se casó por estas tierras con una de sus bellezas, Himilce, que tenía como dote unas riquísimas minas de plata y plomo. Los romanos se establecieron sin que nadie les molestara durante muchísimos años, (Julio Cesar se paseó, como usted pero guerreando, por estos campos).
Los cristianos no podían dejar de evangelizar esta tierra y mandaron a un discípulo de San Pablo, o quizá a dos, que establecieron una o dos diócesis y después alcanzaron la santidad: San Eufrasio y San Isicio.
Los visigodos echaron a los vándalos, pero aprovecharon la circunstancia para quedarse. También tuvimos la presencia de los bizantinos. Y, naturalmente, la de los musulmanes. En Jaén se establecieron los Qinnasrin, de origen sirio, pues, aparte de cuestiones políticas, les gustó esta tierra que según ellos se parecía a la suya y tenía mucha agua. Y ellos y sus descendientes fueron de los que más aguantaron puesto que, hasta que Fernando III, allá por la primera mitad del año mil doscientos, trajo a sus gentes castellanas y leonesas, fueron los dueños de esta provincia. Luego ya saben...los Reyes Católicos... la expulsión de los moriscos... la unidad de los reinos cristianos, la unidad de fe... la unidad de costumbres...
Precisamente la llegada de Fernando III que traía, y estableció, gentes de Castilla y León, que pronunciaban el llamado castellano de distintas formas, ha hecho que ahora cada comarca, cada pueblo o cada lugar lo pronuncien a su manera. Y como también vinieron gentes de Cuenca (a las que se unieron los que trajo su paisano el Condestable de Castilla Miguel Lucas de Iranzo, que había nacido en Belmonte), todavía perduran frases, locuciones, apellidos y comidas que a los conquenses les admira que existan fuera de su provincia. Y no sólo trajeron lo anteriormente dicho, sino algo mucho mas importante: el Fuero de Cuenca, una de las leyes mas progresistas de su tiempo, que le fue concedido a muchas de las ciudades conquistadas. Gracias a este Fuero, sus habitantes aprendieron a ser mas libres y mas iguales.
Después de los Reyes Católicos queda poca historia que contar. Al igual que los países pequeños y las mujeres decentes, Jaén tiene poca historia que contar. Las tierras fueron pasando de las Ordenes Militares y de los Nobles a las gentes que aquí vivían y que cultivaron el trigo, la cebada, las moreras para hacer seda, los frutales y, por supuesto, el olivo. Se esquilmaron sus minas (generalmente por extranjeros); la última importante se cerró en Linares, en 1991, aquella que tenía un pozo que los poetas llamaban "rascainfierno" por su profundidad. Sus hombres trabajaron duro, para que sus beneficios se fueran generalmente a otras ciudades o regiones y, a veces, fueron felices. Algunos cruzaron el mar y sembraron el nombre de Jaén o de algunos de sus pueblos desde la Patagonia a Filipinas. En tierras de Jaén se dio una experiencia única: la creación de las "Nuevas Poblaciones" cuyo ejemplo señero es La Carolina. Luchó contra invasión francesa en memorable batalla en los alrededores de Bailén, y creó la correspondiente Junta Provincial. Claro que también unos colaboraron con los franceses y otros fueron guerrilleros. Durante la represión absolutista de 1823 el general Riego fue capturado en Arquillos y encerrado en La Carolina, de donde salió para morir en Madrid.
El absolutismo triunfó pero algo debía ocurrir entre los que no eran tan poderosos y tenían la mente un poco más abierta, cuando Andújar fue la sede de lo que después sería el movimiento autonómico andaluz que se anticipa a otros, más publicitados. Era 1835. El caos económico y la descomposición sociopolítica de los años subsiguientes también se dieron en Jaén, y aquí también se aclama la "Gloriosa" del 68. Y nace tímidamente el movimiento reivindicativo y en 1870 la afiliación provincial a la I Internacional.
También las guerras carlistas llegaron por aquí, entre otras cosas por que el general Gómez era de Torredonjimeno. No podemos dejar de pensar que el manifiesto contra el caciquismo rural de Joaquín Costa, de 1901, se debió gestar en los años que estuvo de Notario en Jaén. El resto de la historia es muy cercana y de ella sólo nos resta reseñar que, en épocas de elecciones libres, las fuerzas progresistas y conservadores suelen estar equilibradas, pero que las cabezas de las candidaturas no suelen haber nacido en Jaén ni suelen tener ninguna vinculación con la tierra. Decíamos que esta era una provincia desconocida, y añadiremos que misteriosa, ya que ni en el origen de su nombre actual se han puesto de acuerdo los eruditos. Parece que Jaén viene de "yayyan" (retorciendo su significado: zona que se caracteriza por su abundancia de agua). Otros opinan que viene de Geen (algo así como paso de caravanas). Los romanos la llamaron Aurgi. Menéndez Pidal trae Jaén de Gaen, deduciéndolo del antropónimo Caius. Aquí hubo, efectivamente, un personaje, Cayo Sempronio Semproniano, que fue diunviro y pontífice perpetuo, pero parece excesivo que le cambiaran el nombre a una ciudad por muchas obras públicas que hiciera el ilustre benefactor.
La hemos llamado "cenicienta", aunque no nos gusta el victimismo, por que su mano de obra ha enriquecido otras regiones (cuando la SEAT era una empresa prepotente, el cincuenta y cuatro por ciento de sus obreros habían nacido en esta provincia), su riqueza se ha despilfarrado en las grandes ciudades, y sus hombres, sus leyendas y sus méritos se han ignorado seguramente para que el orgullo no hiciera más difícil doblegar a los que previamente se habían hecho pobres.
Pondremos unos pocos ejemplos: Cataluña y Barcelona festejan, enaltecen y se regocijan con la leyenda de San Jordi y el Dragón. Aquí existe la misma leyenda, salvo que el vencedor no es ni un caballero ni un Santo (que por cierto no reconoce ni la Santa Sede), sino un humilde lugareño y, en vez de festejarlo con un día de asueto, el dragón se convierte en un lagarto (en Jaén la fonética popular lo ha convertido en "largato"), y la tradición se convierte en un maldición, (sin fantasías medievales) que dice: "Así revientes como el "largato" de Jaén". Sus hombres famosos han sido engullidos por otras ciudades, regiones o nacionalidades. Nos fijaremos en tres casos tomados de un mismo pueblo, Alcalá la Real. Los sevillanos dirán que el formidable imaginero de su Semana Santa Martínez Montañés, nació en la ciudad del Guadalquivir (por cierto ¿es que el río nace allí, o solamente pasa por aquella ciudad?). Los castellanos no dudarán de quedarse con Guadalajara como patria de Juan Ruiz el famoso Arcipreste de Hita, (incluso alguno, que había oído campanas y no sabía donde, ha llegado a escribir que nació en Alcalá de Henares). Y los catalanes jurarán y perjurarán que la patria del inventor de la "tenora" de sus coblas, "Pep" Ventura, está entre el Ebro y los Pirineos. (Por cierto "El cant dels aucelles", no es anónimo: lo escribió el alcalaíno -de Alcalá la Real-, José Ventura).
Quizá merezca la pena recordar que la mayor parte del aceite que se consume en el mundo con marca italiana procede de estas tierras. A cambio de todo ello, en 1991 el cuarenta y uno por ciento de la población de Jaén estaba en el umbral de la pobreza y el trece por ciento en la pobreza severa. ¿No es ser esto cenicienta? Pero, volvamos a los caminos de entrada en la provincia. Si viene del Sur, y no le gustan las emociones fuertes conduciendo, utilice la carretera que parte de Granada, ya que, por fin, el Ministerio correspondiente ha conseguido eliminar tres puertos de montaña y hacer una carretera bastante suave, (bien es verdad que en algún tramo peligrosísima, que ha logrado el triste sobrenombre de la carretera de la muerte) por ahora sin desdoblar, que, en general, discurre entre una montaña y un río. Así podrá recorrer noventa y dos kilómetros en aproximadamente una hora.
Si decide entrar por el Este pídale a Dios que haya inspirado al Ministerio para que haya arreglado la carretera. Si no es así, tómeselo con calma y goce del paisaje.
Si es por el Oeste por donde accede a la tierra giennense, ha tenido suerte: la carretera es lo que le ha tocado a Jaén del famoso 92. Hasta Bailén vendrá usted por una magnífica y llana carretera. Con un año de retraso, puesto que era la que debía dar acceso a Granada para celebrar los Juegos de Invierno del 95, se ha abierto una doble vía de Bailén a Jaén, con lo cual llegará en un tiempo normal a la capital.
Desde Madrid, Granada, Córdoba, Valencia y Barcelona hay autobuses que le traerán cómodamente. Si usted prefiere la RENFE, es que le gusta viajar despacito o es un jugador de fortuna.
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