La Hermandad de Nuestra Señora de la Estrella o Hermandad de la Luz de María Santísima de la Estrella, que tenía su templo en el convento de la Victoria regentado por monjes Mínimos de San Francisco de Paula (en 1600 la Hermandad de la Estrella se une a la de San Francisco de Paula), se fundó en 1560 por el gremio de los cargadores en los barcos en el puerto de Sevilla, cuando Sevilla era la capital marítima del Imperio español, y este puerto el más rico del mundo, al que venía la Flota de la Plata, trayendo los tesoros del Nuevo Mundo. Así el gremio de Cargadores era uno de los más ricos (aclaremos que "cargadores" no significaba mozos de carga, sino lo que hoy
se diría mercaderes que enviaban mercancías cargadas en los barcos, y consignadas a los puertos de Indias). Según Juan Carrero Rodríguez en su magnífica obra "Anales de las Cofradías sevillanas", los cargadores por su necesidad de viajar a Indias no podían dedicarse a la propagación y devoción de la Cofradía por ello resolvieron fusionarla con otra hermandad que era de la de Nuestro Padre Jesús de las Penas (fundada en 1644 por Diego Granado y Mosquera en la ermita de la Candelaria también en Triana bajo la advocación de las Penas de Cristo Nuestro Señor, Triunfo de la Cruz y Amparo de María Santísima) que tenía una capilla insuficiente en la citada ermita de la Candelaria, hermandad del gremio de los alfareros que también estaba muy vinculada al puerto, ya que en los barcos se cargaban tinajas, cántaros y botijuelas para la exportación de vinos y aceite. El 15 de junio de 1675, y ante el escribano Fernando Gómez de Frías, se fusuinaron ambas corporaciones acordándose la redacción de nuevas reglas con lo mejor de ambas, las cuales fueron aprobadas en 1676. En las mismas se determinaba hacer estación en la tarde del Jueves Santo siendo el primero de los pasos el Triunfo de la Santa Cruz. Al desaparecer en un incendio el Convento de la Victoria, en 1704, y debido a las escasas dimensiones de la ermita de la Candelaria, la Hermandad labró capilla propia que sirvió de iglesia a la Comunidad de Monjes Mínimos. En esta capilla residió hasta 1835, fecha en la que se vio obligada, por la exclaustración a trasladarse al Convento de San Jacinto. Durante su existencia, la hermandad, propietaria de cuantiosos bienes merced a las donaciones de sus miembros, viajeros a las Américas, sufrió diversas vicisitudes incorporándose a ella, sin que se conozca fecha exacta, la Hermandad de las Santas Justa y Rufina, formada por los alfareros que dieron notable impulso a la corporación. Desde 1891 la Cofradía realiza la estación de penitencia en la tarde del Domingo de Ramos. Durante la época Republicana en 1932, en la que existía una persecución religiosa, la Hermandad de la Estrella fue la única que se atrevió a salir a la calle procesionalmente, y la Virgen fue apedreada en la calle Rioja y Tetuán y le dispararon tres tiros de pistola en la plaza del Triunfo, pese a lo cual completó su recorrido procesional rechazando la sugerencia de dar terminada la procesión y encerrarse en la Catedral, prefiriendo continuar su recorrido hasta regresar a Triana, a su capilla que entonces tenía en el Templo de San Jacinto, por lo que desde entonces a la Virgen de la Estrella se le llama "La Valiente". La capilla donde reside actualmente fue bendecida el 10 de abril de 1976, en la calle San Jacinto. Las primitivas reglas de la Hermandad ofrecían singulares valores religiosos y sociales, que la Corporación continúa guardando con estricto celo y así se refleja en sus actuales ordenanzas que datan del 5 de febrero de 1988. Reseñable en este resumen histórico, los acontecimiento acaecidos en 1996 como son el descubrimiento de la autoría de Nuestro Padre Jesús de las Penas, durante el proceso de su restauración, que pertenece a José de Arce, y la Coronación Canónica de María Santísima de la Estrella en 1999.

Álbum Fotográfico
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