GRANADA... POR LOS ÍNCLITOS REYES CATÓLICOS
FERNADO II DE ARAGÓN Y V DE CASTILLA... E YSABEL I DE CASTILLA
Recién llegados de la ciudad de Granada, que el día 2 de Enero celebraba una de sus tradiciones más grandes: la conmemoración multicentenaria de su libertad, de su dichosa reconquista por nuestros ínclitos Reyes Católicos Fernando e Isabel: el aniversario feliz del fin, pues, del dominio sarraceno. Hasta allí nos desplazamos algunos miembros de este blog. Y, de un modo discreto, hemos vivido estos días en Granada, en la compañía más querida. De esta experiencia maravillosa que tan fresca tenemos queremos hacer cumplida relación.
LA TOMA DE GRANADA
El viajero que arriba al Reyno de Granada trae el alma a flor de piel. Llegados a la capital del Reyno granadino se sobrecoge: Granada está invadida nuevamente por la morisma -como España entera, aunque aquí tal vez se aprecie más que en otros lugares. Venimos con la firme voluntad de participar en la Fiesta que es genuina santo y seña de la auténtica Granada cristiana, no de esa Granada moruna que detestamos y profundamente nos da naúseas. No podemos amar una Granada "nazarí" que es ficción turística, fabricadora de embelecos morunos, Granada de arabescos postizos y fealdad alienígena. ¡Eso no es Granada! -No, y mil veces no.
Granada es, por lo contrario, una ciudad hermosa de cármenes, una ciudad-balcón. Y esa Granada es la que amamos, pues nos la han hecho amar quien mucho la ama. Granada cristiana, nunca musulmana. Granada blanca, Granada de raza, Granada de la matanza por San Martín, cristiana vieja que come tocino sin remilgos. Granada, fundada sobre aquella Iliberris, sede de Concilios... Ibérica, romana y visigoda... Y cristiana: esa es la Granada que amamos, recorriéndola por sus calles con quien bien queremos.
Y celebrábamos este reciente 2 de enero de 2009 que, hace mucho tiempo -érase el 2 de enero del año del Señor de 1492- los Reyes Católicos recobraron la ciudad de Granada, poniendo el broche de oro a nuestra Reconquista. Es el Día de la Toma, una festividad patriótica... El Real Pendón de los Reyes Católicos que se custodia celosamente saldrá del Ayuntamiento, recorrerá el trayecto que dista entre las Casas Consistoriales y la Capilla Real, allí se llevará a cabo una ceremonia religiosa. Es en la Capilla Real de Granada que aguardan la resurrección de la carne las reliquias venerandas de esos magníficos Reyes de Dios bendecidos copiosamente: Fernando el Sagaz e Isabel la Santa. Luego, tras la ceremonia religiosa, el Estandarte retornará a la Casa del Ayuntamiento, escoltado por el ejército... Y una comitiva vestida de época, autoridades civiles... Y, cosa rara, no vimos autoridades religiosas: si las hubo... no las vimos.
En el balcón central del Ayuntamiento, el Pendón será tremolado:
-¡¡¡Granada!!! -invoca el edil que proclama la albricia.
Nos enteramos después: se trataba de un concejal granadino que, aunque quería, no puede: para gritar la proclama es menester más fervor patriótico, sangre hirviendo en las venas, sangre de leones indómitos como los que reconquistaron Granada a dentelledas y mandoblazos. Y, claro, el concejal es del PP, y no se sabe si lleva sangre u horchata en las venas. No obstante, el pueblo le responde, se le agradece el empeño:
-¡¡¡Qué!!! -contestamos todos abajo...
Momentos de emoción: nuestros antepasados reconquistaron su tierra, y expulsaron a los invasores. Llueve en Granada, pero esta solemnidad por la Tradición mandada no podrá deslucirse. Nadie se mueve de su puesto allí, por mucho que diluvie. Los que nos congregamos alrededor de la Plaza permanecemos firmes, apostados allí para poder ver del mejor modo el acto. Hay malagueños, jaeneros... Y, claro, la mayor parte es autóctona: granadina. ¿Andalucía? Andalucía no existe, es otro invento -sin embargo, allá que suena una cosa sedicente himno de esa ficción llamada Andalucía. Allí estamos los patriotas, bajo el paraguas o a la intemperie, y mientras suena esa cantinela blasinfantesina, nosotros gritamos: "¡Viva España!".
Queremos ser testigos de esta conmemoración. Con nuestra presencia queremos proclamar que, por mucho que nos inunde la lluvia o la inmigración, aquí estamos los españoles todavía: por pocos que seamos, dispuestos a dar el combate por nuestra supervivencia racial, cultural y religiosa. Queremos estar ahí presentes, ocupando el lugar que dejaron nuestros trasabuelos, los que mataron y corrieron al moro. Y pensamos que tal vez, muy pronto, tengamos que combatir por la nueva reconquista de España, para expulsar a todo invasor, por las buenas... o por las malas.
SIN INFORMACIÓN OFICIAL
En la víspera del acto, habíamos solicitado información concerniente al horario de este evento. Infructuosas fueron nuestras demandas en ese sentido. Fuimos al Sagrario de la Catedral, pensando que el clero sabría la hora aproximada del acto tradicional. Preguntamos a un sacerdote -que, en lo humano, era un acabado ejemplar de la "mala follá" granaína: nos dijo que no sabía nada de eso. Y nos maliciamos que cierto clero acomplejado pareciere querer desentenderse del Día de la Toma. La clerigalla que tal hiciera es indigna por desagradecida. A los Reyes Católicos les debemos que en España nos santigüemos.
Pero con clerizontes o sin ellos, el Día de la Toma se celebra en Granada. Y todo ello pese a la polémica suscitada por traidores colaboracionistas -pues a las cosas hay que llamarlas por su nombre. Una horda de miserables renegados piensa que conmemorar esta efemérides es algo que "hiere" la sensibilidad de los morabitos. Para solapar la festividad patriótica se han inventado una de esas chuminás en que son expertos, ya sabe el lector: esas kermesses de mucha tontolerancia. Este año 2009el acto contra-tradicional y subversivo (amparado por los medios oficialistas al servicio del multiculturalismo degradante) contó con la presencia del ex director de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, conspicuo agente del mundialismo babilónico y sodomítico. Si alguien pregunta por esa "contra-fiesta" que quiere desvirtuar la fiesta tradicional y patriótica del Día de la Toma, seguro que encontrará información. No era nuestro caso: a nosotros nos importaba un ardite esa escoria hedionda.
Y aviso para navegantes: defiendan los granadinos su Día de la Toma con garras, pues no faltarán traidores que, colaborando con el invasor, quiera hacerle más llevadera su ocupación. A tiempo estamos de desenmascarar tanta felonía. Y tal vez a tiempo de defender España.
Para entrar en ambiente, invitamos a escuchar esta canción de Estirpe Imperial: Hijo del Trueno...
http://es.youtube.com/watch?v=V07ExG...eature=related
Maestro Gelimer
http://librodehorasyhoradelibros.blogspot.com/
Ahí estuve yo...
Todo eso mismo pienso yo y lo que es más, al día siguiente en el "GranadaHoy" sólo se hacía referencia a la "fiesta de las culturas" en contraposición con nuestra "Toma".
Claro, es racista... dan ganas de llorar.
“La verdadera fe es incolora, por decirlo así, como el aire y el agua; medio transparente a través del cual el alma ve a Cristo. Nuestros ojos no ven el aire y de la misma manera nuestra alma no se detiene a contemplar su propia fe. Cuando, por consiguiente, los hombres toman esta fe como si dijéramos en las manos, la inspeccionan curiosamente, la analizan, se absorben en ella, se ven forzados a materializarla, a darle color para que pueda ser tocada y vista. En otros términos, sustituyen a ella, colocan sobre ella, cierto sentimiento, cierta impresión, cierta idea, cierta convicción, algo en fin en que la atención pueda prenderse. Cristo les interesa menos que lo que llaman ellos sus experiencias. Los vemos trabajando para seguir en sí mismos los signos de la conversión, la variación de sus sentimientos aspiraciones y deseos: los vemos ponerse a conversar con los demás sobre todo esto. ”. John Henry Newman
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