Respuesta: Ingurutxo y abertzales
Una pregunta para quienes consideráis que no hay problema alguno en que muestren en Navarra símbolos del PNV, porque eso es la ikurriña, aparte de que a través de muchos años hayan logrado que una parte de la gente trague con ella, al tiempo que hayan logrado borrar de la memoria colectiva que Sabino Arana envió a "su" PNV a hacer puñetas, en castellano recio: ¡a la mierda! Bonita manera de homenajear a su fundador, ignorándolo.
Como hay que suponer que en tales lugares además de "simpatizantes gudaris" y renegados de su propia tierra habría también gentes de otras tendencias, ¿qué pensáis que hubiese sucedido si en el mismo lugar y en aplicación de la libertad ideológica establecida por el art. 16.1 sección I, cap., II de la Constitución vigente, un grupo hubiera sacado, por ejemplo, la bandera de Falange, o directamente la carlista?
Yo soy vasco por los cuatro costados, puedo mostrar y justificar no cuatro sino "cuatro por cuatro" veces apellidos euskéricos, tengo el rh negativo del grupo 0, y estoy hasta las mismísimas meninges, por no decir otra palabra más fuerte, de no poder ni respirar cada vez que voy allá, cada vez que quiero ir a visitar la tumba de mi padre en Polloe me tengo que poner la careta, y no por que la mayoría respire así, sino porque una minoría de "h...p..." se lo impone a una masa de cobardes.
Pero en este mundo todo tiene un límite, en este mundo todo tiene un principio y un final, y esto acabará por estallar y ya veremos entonces que "coj..." pasa.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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