Quizá sea una pregunta extraña, pero que a los euskaldunes suelen hacernos algunos, "¿cómo es que creastéis el euskera batúa y no unificasteis cada dialecto?" y aunque entran ganas de responder "por la misma razón por la que escribes en castellano, y no en manchego, madrileño, rioplantense o mexicano" vamos a intentar explicar por encima algunas de las razones que llevaron a tomar esta decisión.
1. Empecemos por la razón más importante, la unidad de la lengua y de esto sabemos bien aquellos que hablamos castellano, al cual cogeremos como ejemplo por cercanía. Hacia el final del siglo XIX y principios del XX empiezan los primeros intentos allende los mares (en especial en Argentina) de crear sus propias Academias de la Lengua, se empezará a recopilar el léxico rioplatense, etc. El apogeo de los nacionalismos en hispanoamérica y al otro del atlántico crea ya las primeras fricciones entre academias de lengua castellana, eso si, cualquier intento de oficializar el "idioma de los argentinos" es rápidamente frenado por la RAE: lengua nada más que una.
Es innegable que uno de los valores de una lengua es su número de hablantes y oficializar o normativizar mediante una academia y unas normas el rioplatense (por ejemplo) habría supuesto a medio y largo plazo la aceptación de este como lengua diferenciada del castellano. Y no solo habría devaluado por lo tanto el valor del idioma, sino que también habría sido una dura afrenta contra la Hispanidad tan en boga por aquel entonces (y habría abierto la posibilidad de que otros países siguieran sus pasos)
El temor de los académicos españoles, así como sus esfuerzos por mantener la unidad estaban justificados, a fin de cuentas en gran medida una lengua es un dialecto con un ejercito detrás; es decir, un dialecto que cuenta con apoyo político y mecenazgo. Y por aquel entonces las autoridades argentinas estaban en condiciones de cumplir con esta función.
Extrapolando el caso a la lengua vasca, el haberlo hecho habría supuesto de facto la muerte del euskera como lengua y el nacimiento de una serie de microlenguas de difícil supervivencia (por su paupérrimo número de hablantes), que en un principio pasarían una fase de mutua exclusión y diferenciación ortográfica para finalmente extinguirse si no se hubiera tomado ninguna medida.
Dada la escasa distancia y convergencia histórica del dialecto central o guipuzcoano, el navarro y el actual navarro-labortano lo más probable es que hubieran nacido 3 lenguas: vizcaína, central y suletina. El roncalés o los restos del euskera oriental habrían desaparecido y el suletino habría tenido serias dificultades para sobrevivir, al ser el más pequeño de los dialectos y no gozar de ninguna protección legal en francia.
Es decir, quedarían después de medio siglo probablemente dos microlenguas: el vizcaíno u occidental y el central (navarro-labortano-guipuzcoano). Se habrían dado situaciones curiosas teniendo en cuenta que el dialecto occidental entra en territorio guipuzcoano y que existen una serie de hablas de transición de personalidad muy fuerte en esta zona, pero va ser mejor que dejemos por hoy esta utopía nada deseable para el futuro del euskera.
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