Vitoria, 11 enero 2012. Ayer, nada menos que treinta y dos años después de su asesinato, el tradicionalista Jesús Velasco Zuazola, comandante de Caballería, jefe de Miñones (policía foral) de la Diputación Foral de Álava, recibió el homenaje de ésta. El problema es que entre aquel 10 de enero de 1980 (cuando volvía a cumplirse el dicho de que el PNV apunta, ETA dispara) y la misma fecha de 2012, la Diputación de Álava ha dejado por completo de ser foral, para ser un instrumento más del totalitarismo nacionalista (expresado en el llamado Estatuto de Autonomía del País Vasco, que suprimió los restos de las libertades forales alavesas) y de la tiranía partitocrática.
Tiranía partitocrática que hace unos meses dio el control de la citada Diputación al Partido Popular. PP que tanto desde su constante apoyo al gobierno autonómico vasco en manos del socialista Francisco PatxiLópez, como ahora desde el Gobierno de España, continúa con la reintegración y normalización de la organización terrorista marxista ETA (ahora bajo la etiqueta, entre otras, de Bildu, cuyos integrantes se ausentaron del homenaje de ayer). Por eso resulta sospechoso este homenaje, por otra parte tan merecido. Y por eso cabe resaltar las palabras de la viuda de Jesús Velasco Zuazola, Ana María Vidal-Abarca, recordando el irrenunciable derecho a la justicia de las víctimas del terrorismo. Víctimas entre las que se cuentan, como los lectores de FARO saben, varios carlistas. Como los ideales de Jesús Velasco Zuazola son conocidos, sobran en cambio las resobadas palabras del PP sobre una supuesta "defensa de los valores democráticos"; "valores" que, como es sabido, también invocan los asesinos de ETA y sus brazos políticos.
Agencia FARO
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