Evidentemente cualquier idioma necesita de una variedad
estandarizada-normativa-para su uso escrito o culto. Sin menoscabo de que en el uso oral cada uno lo haga en el dialecto de su zona o en el normativo si quiere.
Esto vale para el castellano, catalán, euskera, gallego y para cualquier idioma del mundo. Lo digo, lógicamente, desde un punto de vista apolítico y filológico.
De crear esta normativa para el idioma se debe ocupar todo el mundo menos los políticos; es decir, gente que habla el idioma en sus distintas formas dialectales y académicamente es competente para entrar en este tipo de cuestiones (filólogos.)
Lo que no vale es atacar un idioma normativo, por ejemplo el batua, con la excusa de que esto va en contra de las variedades y riqueza del idioma; o sea, lo que hacen, por ejemplo, los bavleros con el valenciano, queriendo hacer de este dialecto del catalán una normativa aparte, por intereses políticos.
Además, quién hace esto? Gente que en su vida habló el idioma que ahora dice defender, pero, claro, le conviene ya que esto le garantiza su poltronita autonómica.
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