36º aniversario S.M.C. Don Francisco Javier de Borbón y Braganza, Rey legítimo de las Españas, Abanderado de la Comunión Tradicionalista, Duque de Parma

Madrid / Lignières / Solesmes, 7 mayo 2013, Martes de Rogativas; San Estanislao, obispo y mártir. Publicado en la página dedicada a Javier I en la red social Facebook:

XXXVI aniversario de S.M.C. Don Francisco Javier de Borbón y Braganza

Mayo, además del mes de la Santísima Virgen, es el mes de Don Javier. No sólo por la profunda devoción mariana del difunto Rey, quien dispuso añadir el Inmaculado Corazón de María a las armas reales, en el escusón bajo la corona donde ya figuraba --por disposición de su antecesor y tío el Rey Don Alfonso Carlos-- el Sagrado Corazón de Jesús. Desde el III Concilio de Toledo (año 589), mayo es también el mes de la Unidad Católica de España, que Don Javier defendió con ahínco.

En el mes de mayo nació Don Javier de Borbón, un día 25 del año del Señor 1889. El 8 de mayo de 1945 el entonces Regente fue liberado del campo de concentración alemán de Prax (Tirol). El 31 de mayo de 1952 fue proclamado Rey de España. El 7 de mayo de 1977, agotado por una vida de sacrificios, persecuciones y sufrimientos, extenuado por el acoso y el maltrato al que le habían sometido sus hijos Carlos Hugo, María Teresa, Cecilia y María de las Nieves, fallecía el Rey católico en el exilio, en el Hospital Cantonal de Chur (Suiza).

Cumplió Don Javier con creces las palabras que otro mes de mayo, el día 8 del de 1950, dirigía desde Roma a las Juventudes Tradicionalistas y Requetés del Señorío de Vizcaya:

Nada humano puede llamarse Causa sin ideales nobles y virtudes propias; el Carlismo es Causa Santa por sus ideas y porque tiene una virtud característica: la lealtad. Sin ella los ideales perecen y nuestra Causa quedaría degradada.

Por eso yo debo preveniros del peligro para los ideales y para la lealtad, cual es el desaliento.

Ese es el que tienta al abandono de la brecha, persuade al conformismo y engendra las disensiones. Contra el desaliento yo os recuerdo que la vocación de carlistas es vocación de luchas y contradicciones, vocación de espíritus fuertes. Si así no fuera, habrían invadido nuestro campo, atraídos por el brillo de nuestras glorias, todos los adoradores del dios éxito. Nuestro Dios murió en la soledad del calvario; nuestros reyes en las tristezas del destierro. Sin esas grandes amarguras, que llenan nuestra historia política, no tendríamos derecho a la clara esperanza en la pronta resurrección de España acabadas las actuales dolorosas tribulaciones.

De corazón os saluda, vuestro

Francisco Javier de Borbón

Pp. Reg.

Roma 8-V-1950.


Hoy que rezamos por Don Javier, roguemos también que Dios nos conserve muchos años a su hijo y sucesor, el Infante Regente Don Sixto Enrique de Borbón y Borbón Busset; e ilumine al nieto del difunto Rey, S.A.R. Don Jaime de Borbón y Lippe-Biesterfeld, para que recoja la bandera, jure los principios de la legitimidad y continúe la Dinastía.

Te decet hymnus, Deus, in Sion, et tibi reddetur votum in Ierusalem: exaudi orationem meam, ad te omnis caro veniet
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Agencia FARO