Fuente: Tetralema - Bitácora Lealtad
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“Electa una via, non datur recursus ad aliam sentido” respondería el saber jurídico clásico a los sesudos “pensadores” de la reforma del estatuto catalán. Resulta pavoroso leer la frívola la apelación que se hace de los "derechos históricos". Nos quieren confundir para proceder a instrumentalizar en aras de un bastardo interés económico la verdadera historia de España y del Principado. Como decíamos, “elegida una vía, no es apto recurrir a otra”. Si además esa otra vía es la contraria el fraude es más que evidente. Quieren justificar pretensiones nacionalistas, que exceden con mucho del autogobierno, en la historia. Y la manipulan a su antojo. No les importa quedarse con lo accesorio y expulsar lo esencial. Como si las gloriosas cortes del Antiguo Régimen y los derechos y fueros de la Cristiandad fuesen conciliables con las ideas revolucionarias que inspiran de inicio a fin un texto cargado de laicismo, estatalismo (el centralismo es el mismo venga de Madrid o Barcelona) y totalitarismo nacionalista. El estatuto no resuelve el problema del centralismo: lo agrava. Más burocracia, más control de los poderes públicos. Solo se cambia la potencia administradora, pero el modelo es el mismo: el departamental de la revolución francesa. Los Fueros en cambio son derechos concretos, no política ni burocracia. Los Fueros no son susceptibles de instrumentalización por la burda ideología separatista, no pueden ser un ingrediente más de su pseudoliturgia desacralizada (ni del separatismo ni de ningún nacionalismo español que siempre ha pretendido ver a los Fueros y a los derechos históricos como pintoresco y curioso “régimen privativo” de “algunas regiones”). El nacionalismo y el socialismo son hijos de la revolución. En la Monarquía y en la Tradición, frente a la cual se han levantado siempre los nacionalsocialistas, están los derechos históricos de las Españas, los de la Corona de Aragón restaurados por última vez por las armas de Carlos VII 16 de julio de 1872, después de la abolición como consecuencia de los tristes sucesos de la guerra de Sucesión -sobre los cuales la ciencia-ficción nacionalista se ha encargado de lanzar tantas tesis disparatadas- y jurados, respetados y confirmados por todos los legítimos Reyes de las Españas. El último SMC Javier I como han recordado las Juventudes Tradicionalistas del Principado. ¿Cómo conciliar Tradición y revolución? ¿Cómo entender los “derechos históricos” desde el laicismo anticatólico, la libertad religiosa, el reconocimiento de la soberanía popular y el estatalismo republicano?

Ya nos advirtió durante la transición (de aquellos polvos estos lodos) el insigne jurista navarro Javier Nagore de la antinomia, de los absurdo y de lo ilógico de que los derechos históricos estuvieran al amparo de la Constitución del 78 en una serie de artículos recogidos en una obra titulada “Defensa de la Navarridad”. Entonces le metieron “un gol –o vicegol- al amejoramiento” (navarro). Y el propio Tribunal Constitucional se encargó de reconocer –por si había alguna duda- que el amejoramiento navarro “no era formalmente un Estatuto, pero sí materialmente” (STC 16/84). No obstante, pese a las diferencias formales con la previsión del Título VIII de la Constitución el amejoramiento se aprobó como Ley Orgánica. Y la propia constitución ya sometía su actualización al propio texto constitucional.

Notemos que además con la obsesión del presidente del gobierno y de sus poderes autonómicos por volver al régimen frente populista la reforma que se prevé del estatuto es la antesala de esta nueva vuelta de tuerca en la negación de Dios y de España. ¿Aún tienen la inmensa desfachatez de hablar de derechos históricos? ¿De invocar al Rey católico Don Jaime los mismos que están llenando el Principado de mahometanos con más derechos que la lengua española? ¿De invocar a los católicos y patriotas que defendieron Barcelona el 11 de septiembre de 1714 traicionados por los mismos enemigos de la Cristiandad que hoy copan las instituciones catalanas? El burgués no tiene Patria, no solo tiene intereses económicos y por ellos puede manipular como quiera la historia de todo un pueblo.

Matiner. Principado de Cataluña.