Re: Aficionados a la Ciencia
Leyendo el último número (114, II época) de la revista "ASTRONOMÍA", encuentro un artículo verdaderamente curioso en la página 12. Lo cierto, es que muchas de las hipótesis planteadas por los científicos son cuando menos extravagantes lo que añadido a la cuasi-imposibilidad de contrastación, da lugar a que se queden metidas en los cajones de los despachos departamentales.
Y esta que voy a reproducir sería una más si no fuera por ciertos rasgos que son muy interesantes. Desde Galileo hasta hoy, se nos ha vendido la idea de que tanto la Tierra, como nostros, los seres humanos, no somos el centro de nada, de que no somos importantes, como si lo fueran mucho más los cuerpos inertes que pueblan el Universo o las miríadas de civilizaciones que nos hemos ido encontrando en el camino. Todo, absolutamente todo, ha sido válido para disminuir la importancia del ser humano como criatura de Dios y de la Tierra como mundo elegido por el Creador.
Desde un tiempo a esta parte, y ante el "pertinaz" silencio del Cosmos ante nuestros requerimientos radiados, así como del sobrecogedor silencio en el que están sumidos los radiotelescopios en lo que a recoger conversaciones alienígenas se refiere, se ha venido a plantear por parte de algunos científicos, el raro ejemplar que parece ser nuestro mundo en el conjunto del Cosmos. Según los argumentos de tales investigadores, para encontrar "otra Tierra" con condiciones similares para la vida, estaríamos ante un conjunto tal de hechos extraordinarios que podríamos empezar a pensar en desechar todas las fantasías de "Lucas Film Ltd", "Star Trek", "Galáctica", etc., juntas, así como toda la producción literaria de ciencia-ficción.
Y ahora, un grupo de investigadores británicos vienen a sostener una hipótesis que puede empezar a alarmar a los materialistas en cualquiera de sus versiones. El artículo en cuestión nos dice esto:
"Un grupo de científicos de la Universidad de Oxford afirma que la Tierra podría estar atrapada en una anormal burbuja de espacio-tiempo particularmente desprovista de materia que podría ser la causa de la aparente aceleración de la expansión del Universo, cuya principal explicación actual está dada por la energía oscura. 'Si viviéramos en una zona muy grande de baja densidad, entonces el espacio-tiempo no estaría acelerando su expansión', dijo el investigador Timothy CLIFTON. 'Simplemente sucedería que las observaciones, interpretadas de la forma usual, harían que lo pareciera.'
(...) Pero si estuviéramos en una porción del Universo con menos materia de lo normal, entonces el espacio-tiempo alrededor nuestro sería diferente de lo qure es fuera de ella, porque la materia curva el espacio-tiempo. La luz que llegara de supernovas que estuvieran fuera de nuestra burbuja haría parecer que éstas son menos luminosas porque su luz se desviaría más de lo que esperaríamos una vez que se encuentra dentro de ella.
Sin embargo, un problema con esta idea de vacío, es que niega un principio que ha reinado en la Astronomía durante más de 450 años: que nuestro lugar en el Universo no es especial.
CLIFTON dice que en los próximos años podremos distinguir entre la energía oscura y el vacío."
Digamos que Timothy CLIFTON es "fellow" en el "Jesús College" de Oxford y es miembro del grupo de John BARROW, Premio Templeton de 2006. BARROW, aunque teológicamente muestra una postura neutral, nunca ha dejado de simpatizar abiertamente con las tesis del movimiento del Diseño Inteligente, que sostiene la Creación y existencia del Universo como producto de un Creador, para nada producto del absurdo azar. Defensor, junto a otros muchos científicos, de la teoría del Principio Antrópico, sostiene que el Universo parece haber sido hecho para que lo habitemos nosotros.
Entre las principales obras de J. BARROW destacan: La mano izquierda de la creación (1983); El principio cosmológico antrópico (1986) en colaboración con Frank TIPLER (uno de los más afamados matemático-astrofísicos del mundo); Teoría del todo (1991); El Universo como obra de arte (1995); El libro de la nada (2000), y Las constantes de la naturaleza (2002).
Por su parte, CLIFTON, afirma su convencimiento de la certeza de la Teoría de la Relatividad y en dirección a la contrastación de su autenticidad es en lo que está trabajando. No olvidemos que, el malévolamente llamado "Big Bang" ( por Fred HOYLE), confirmado por la Tª de la Relatividad y formulada cosmológicamente por el sacerdote católico Geoge LeMAÎTRE, coincide con lo expresado en el Génesis. Es como si Dios fuera poniendo límites, poco a poco, a la ridículamente ínfima soberbia de sus enemigos.
Última edición por Valmadian; 27/12/2008 a las 20:32
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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