ZP quiere que el Rey defienda ante la ONU su Alianza de Civilizaciones
Esta semana el Rey puede convertirse en centro de atención del debate político si es utilizado por el Gobierno para el alumbramiento en la ONU de la "Alianza de Civilizaciones".
Sorpresas, y de las gordas, entre el próximo miércoles y el viernes, nos puede deparar el sesenta aniversario de Naciones Unidas. Coincidiendo con la efeméride, la visita a la Asamblea General de una delegación española encabezada por el Rey don Juan Carlos tiene todas las papeletas para convertirse, por desgracia, en una cuestión central del debate político nacional.
Para empezar, la visita a la ONU viene precedida por una información en el diario El País del pasado 30 de agosto en la que, recogiendo –textuales- "fuentes de Presidencia", veía en la Cumbre la "recuperación de la buena sintonía entre La Zarzuela y La Moncloa en política internacional". Además, aprovechaba para acusar al anterior Gobierno de José María Aznar de "minusvalorar" el papel del Monarca como embajador de España en el exterior.
El objetivo prioritario del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, es sentar las bases en Naciones Unidas para el alumbramiento de la denominada Alianza de Civilizaciones. Hace más de un mes, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, nombró a su ex asesor Iqbal Riza coordinador del proyecto propuesto por Rodríguez Zapatero. El cargo permitía al paquistaní mantener su inmunidad, ya que el ex jefe de gabinete de Annan está acusado de destruir documentos que mostraban el cobro de sobornos que funcionarios del devaluado organismo recibieron del dictador Sadam Husein al amparo del programa
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Fuentes monclovitas han confirmado a Elsemananaldigital.com diversas gestiones en las últimas semanas para que el Rey defienda en su discurso ante la Asamblea General la desacreditada Alianza de Civilizaciones. Y es que en La Moncloa viven demasiado para las imágenes. Desde un punto de vista institucional, Su Majestad, en muchas ocasiones, no puede hablar. Y ésta debería ser una de esas en la que Don Juan Carlos esté por encima del bien y del mal, para que prevalezca una estancia intocable por encima de lo más cotidiano.
La prudencia, la necesidad de no bajar al terreno de forma partidista o incluso la importancia de que siempre exista una referencia por encima de lo circunstancial es lo que explica que el Monarca se sitúe al margen de tan polémica iniciativa gubernamental. En esta cuestión, aunque sea sólo en ésta, Rodríguez Zapatero debería cuidar las formas y dejar a un lado de sus intereses partidistas a Don Juan Carlos.
La ansiada entrevista
Como postre de la Asamblea General en Naciones Unidas, el Rey podría ser usado de mediador para un hipotético encuentro ZP–Bush. Así se ha barajado en La Moncloa, según las fuentes consultadas. A pesar de su empeño de hincar la rodilla ante los mayores tiranos de los que en el mundo habitan hoy, de que dé la sensación de necesitar colocarse la camiseta del Che Guevara debajo la camisa y la corbata, el jefe del Ejecutivo persigue con una obsesión casi enfermiza una fotografía con el presidente de los Estados Unidos.
No se han podido llevar peor las relaciones con la primera potencia del mundo, con quien mantenemos estrechos lazos comerciales y culturales, por no hablar de otros asuntos que afectan a nuestra seguridad como nación. El Rey de España, en fin, a instancias del Gobierno Zapatero, parece que se cruzará con Bush para intentar lograr la ansiada instantánea.
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