Re: ¿Y tú qué opinas?
Los hay que confunden progresía con mala educación. Pero es normal cuando hay gente como "el coletas" que ya que no puede presumir de "papis obreros" -menuda faena para su discurso verborreico-, y se saca un abuelo que afirma que lo fue. Es lo de ZP, que no teniendo de quien tirar para darse lustro rojo, rojísimo -elección personal la suya de un mal gusto relamido-, siempre nos machacaba con el mantra de su abuelo el "capitán Lozano", especie de superhéroe rojo-masónico, que le aliviaba de su otros ancestros, todos fachas, fachísimas y amigos, amiguísimos del ""Dictateur"
Así, Zeta y Coleta, parlotean de lo obreros que son -no importa que Coleta sea "el obrero que más cobra de t'oa epaña"-, más que el capitalista Rajoy o su cipayo Montoro. Lo peculiar es que continúa usando un lenguaje tan trasnochado como la música del Maestro Chapí, porque hoy no hay obreros. Hoy tenemos "currantes" de la construcción, o de la automoción, que trabajan con maquinaria sofisticada, fuman rubio americano, comen marisco los "findes" con los amigos y las "compañeras", compran coches de alta gama (de 2ª mano, pero de alta gama) y conozco unos cuantos, cuando no tienen garaje privado en el que guardarlo junto con la moto japonesa de mil centímetros cúbicos y cuatro cilindros, además de usar casco para su seguridad y guantes para no estropearse las manos.
Así que lo de los "obreros" queda para las "manifas", los rollos soporíferos ante los micros en los mítines, las tertulias a golpe de talonario por asistencia y whisky (tapado, que no vea), y otros momentos gloriosos. A su vez, los usuarios de semejante discurso "sarcásticamente incorresto" son ese tropel de intelectualillos de caña y aceituna en los baretos de cualquier centro urbanícola, donde tienen soluciones para todos los problemas de la humanidad, aunque no regalen ninguna. Su autocontrol social queda plenamente satisfecho cada vez que destripan verbalmente a capitalistas, sean banqueros o empresarios de multinacional, fachas, católicos y judíos, aplaudiendo a moránganos de todo tipo y laya, mientras riegan las gargantas de alcohol y le dan a la mandíbula con jamón o choricito frito.
Éstos pseudoantisistema, todavía lloran, ploran y rugen, ante el "antidemocrático" triunfo de Trump y la pérdida de la esperanza de la abortista, mariconera, divorcista, anti-cristiana, Hilaria, la misma que si no trajo al mundo el ISIS o la guerra de Siria, aplaudió, apoyó y se frotó las manos con ello y con lo que pensaba hacer si llegaba a la Casa Blanca. Éstos son el ejemplo de los vividores, de los sablistas, que criticando todo, sugiriendo siempre lo que no se puede, jamás aportan nada excepto verborrea de charlatanes.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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