Re: ¿No se cansa el rojerío de decir “ultraderecha” cada vez que habla de Vox?
Sí, señores rojazos, rojos, rojetes, rojillos, y aliados masonazos, masones, coprófilos, tonkolpófilas, capitostes hamburgueseros de Wall Street, rupturistas aficionadillos ni puta idea a la diferencia étnica ACME, resulta que sí, que sí, que soy Católico, español, patriota, defensor de la vida del engendrado y no nacido, respetuoso con nuestra Historia, orgulloso de una parte de ella y asumiendo los posibles errores cometidos, como todo hijo de vecino y de lo que no está libre nadie de nadie, respetuoso con las mujeres y que Dios me perdone por mirar tanto a las más bonitas, sí señor, resulta que yo soy ultraderechista, fascista, por la Gracia del Altísimo y para joderos a vosotros descerebrados de puerca y estéril existencia. Pero al menos haced una cosa, cada vez que pase un ultraderechista, un fascista, como decís vosotros ultraizmierdistas, retiraos, ceded el paso y si lleváis boina o un puerco trapo, descubríos a su paso.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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