Excelente. Gracias por compartir estas fotos.
DE VUELTA DEL DESIERTO
La Mano del Desierto, escultura del chileno Mario Irarrázbal.
UNA FRASE QUE ME TRAJE DEL DESIERTO.
"El ruido hace muy poco bien y el bien muy poco ruido". Es una frase que me ha dado mucho que pensar durante mi estancia en el desierto.
Fui al desierto buscando precisamente silencio. Hay una senda que yo me sé que lleva hasta allí. Yo recomiendo a mi lector que haga por buscarla. ¿No puedes, amigo lector, prescindir de tu teléfono móvil? Pues si no puedes vivir sin ese chisme, te aseguro que te asaltarán cuando menos te lo esperes; reclamando de ti un tiempo precioso que puedes dedicarlo a trabajar sobre ti mismo. ¿No puedes vivir sin internet? Pues si no puedes vivir sin este nuevo juguete, yo te aseguro que se puede vivir. Uno acepta servidumbres que no tendrían que aceptarse: la de estar al día, por ejemplo, leyendo periódicos, confrontando noticias, sumergido en la vorágine de una avalancha de información que nos abruma, proyectando en esta caverna -recuérdese la del mito platónico- sombras. En una conferencia, hace de esto muchos años, escuché al Profesor de Filosofía de la Universidad de Granada, D. Armando Segura, decir algo así como que el exceso de información es la contemporánea y más eficaz estrategia de la desinformación.
Quien está recién llegado del desierto os dice que hay más realidad en la tórrida arena de las dunas que en esta fantasmagórica luminiscencia de la pantalla. Hombres y mujeres de acción, escuchadme:
Que no os encandilen con esta danza de opiniones vacuas. Volved a vosotros mismos. Romped esta tela de araña, venid a ella de vez en cuando, para asomar vuestra cabeza y regresar al mundo convencidos de que la realidad es mucho más interesante que cualquier virtualidad. En el día a día, en lo corriente y moliente, hay muchas cosas que exigen de vosotros. Pero, no obstante, recordadlo: el silencio es el más eficaz de los impulsos para una acción eficaz.
UNA ANÉCDOTA. Un caso de soberbia.
Me contó un amigo mío muy avezado en las sendas de la soledad sonora que hubo alguien, no sé ahora ni cuándo, ni dónde ni quién que creía que era tan imprescindible, tan importante que en una jaculatoria llegó al atrevimiento ridículo de decir: "Sagrado Corazón de Jesús, confiad en mí".
LA ACCIÓN EN EL VACÍO.
Actúas. Y eso te hace sentir vivo. Bien. Pero no olvides que existe una posibilidad ridícula, cómica si la miramos desde fuera: la acción en el vacío. Como la de un mimo que se creyera que sus gestos y movimientos tienen un fondo adecuado y una finalidad. Actúa, pero con la precisión de un tirador que donde pone el ojo, pone la bala.
LA MANO DEL DESIERTO
A 75 kilómetros al sur de Antofagasta, el escultor chileno Mario Irarrázabal Covarrubias levantó una escultura de 11 metros. Su construcción fue sufragada por la Corporación Pro Antofagasta, siendo inaugurada creo que en 1992. A veces he pensado que Irarrázabal supo ver que no hay mejor acción -mano- que la que brota del desierto -soledad.
Publicado por Maestro Gelimer
http://librodehorasyhoradelibros.blogspot.com/
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