Mal menor
PARADOJA DEL MAL MENOR
Hela aquí:
Tengo que elegir entre "A" y "B".
"A" me jura que me sacará los ojos.
"B" me asegura que sólo me sacará uno.
Yo pienso "Con un ojo todavía puedo ver". Elijo "B" y me quedo tuerto.
Nuevamente debo elegir entre "A" y "B".
"A" promete sacarme el ojo que me queda y arrancarme además la lengua.
"B", siempre más moderado y al amparo de sus asesores centro-reformistas, me tranquiliza diciéndome que sólo me sacará el ojo que antes me había perdonado.
Reflexiono: "Me quedo ciego, pero por lo menos aún podré hablar".
Elijo, pues, a "B".
Sucesivas elecciones terminan con el resultado que se puede prever: ni ojos, ni lengua, ni manos, ni pies...
Lo gracioso del caso es que mi elección ha sido siempre, no sólo legítima, sino verdaderamente racional y razonable.
Pero, no es necesario decirlo, algo ha fallado.
"QUE IMPORTA EL PASADO, SI EL PRESENTE DE ARREPENTIMIENTO, FORJA UN FUTURO DE ORGULLO"
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