El sexo no es perversión, ni el uso del profiláctico y el aborto es una medida médica que si alguna religión la condena pues una religión es como un club al que uno adhiere, hay clubes de football pero no indica eso que todo el universo debe de estar inscrito en ese club deportivo que adora a tal equipo deportivo, entonces hay que saber disociar medicina, realidad, sociedad, juventud y creencias privadas que no debéis imponer a todo el mundo pues no todo el mundo comulga con las ideas descabelladas de que el sexo es perversión, si así fuerta tendríamos que matar a los niños al nacer por ser fruto de la perversión y eso sería bestial, el sexo es una función más como comer, como sudar, como bostezar, como dormir, que si algunos loquillos lo toman como algo maloso pues pobres bobalicones, lo que sí es feo es cuando los enviados de los dioses violan a menores eso sí lo veo feo pero eso los del club lo ven muy sano y correcto, es como el mundo al revés.
El sexo ordenado no es ninguna perversión, lo que sí lo es, es lo que ha denunciado Hyeronimus. Que una ingente marea de personas empiecen a fornicar a diestro y siniestro sin ningún tipo de dique de contención moral. Su mensaje es una abominación desde la primera frase hasta la última: primero al decir la gran monstruosidad de que el aborto es una medida médica, cuando es un asesinato total y directo (una lástima que su club no lo vea así), y continúa usted en su delirio comparando a la Religión Cristiana Católica y Romana a un club de football. Un "club" con dos más de dos mil años de trayectoria que ha ayudado a construir la civilización en la que usted está defecando con sus palabras.

Pero es que usted se contradice diciendo que habría que matar a los niños por ser hijos del fruto de la perversión, ¿pero eso no lo hacéis vosotros ya legitimando y protegiendo el aborto? ¡Venga, hombre! El sexo es parte de la vida, sí, pero conlleva mucha más responsabilidad que bostezar, o sudar. Ya que es parte esencial de la generación de nuevos seres vivos (aunque ustedes para curarse en salud no les dan ni la oportunidad de nacer, claro); y eso yo pienso que merece mucho más control y respeto. No se engañe, la religión y las creencias no son privadas, sino que tienen una incidencia pública necesariamente. Sobre todo la nuestra al ser especialmente misionera y al ser fuente de los derechos naturales reales y no abstractos como los suyos (aunque los sofistas de su bando se hayan inspirado esencialmente en los nuestros). Tenemos la obligación de difundir la buena nueva, y eso no se puede hacer estando callado o en el salón de casa.

Por último, se luce usted tildándonos de bobalicones y loquillos. ¿Pero es que acaso usted no me está tratando de imponer su idea de que el sexo libre es maravilloso, de que el aborto es magnífico y de que las religiones son un club, y de que si no lo veo así, estoy chiflado? ¡Hipócrita! Usted también tiene religión, y ya le digo a usted cuál es, por si no lo sabe, la religión liberal, y esos sí que tienen clubs; como el de Roma, el de Bilderberg, o las logias masónicas.

No me parece de recibo que venga a vomitar todas estas sandeces y mucho menos empleando la imagen del gran Don Juan de Austria, a un foro católico y tradicionalista que guarda fielmente creencias y actitudes que bien compartiría aquel de que su apariencia usa para denostarnos.