Re: Mercadillo
La idea la tomé "prestada" de mercadillos de Foros temáticos y, en efecto, para poder acceder a ellos hay que tener un número mínimo de mensajes con contenidos, nada del tipo "Hola ¿qué tal?" o "¡Huy, sí qué interesante es esto!". Una vez demostrada una participación útil, se proporcionan las claves necesarias para poder empezar a realizar intercambios. Otra condición es que la simple lectura de los contenidos de dichos mercadillos es inaccesible a los que no reúnen los suficientes mensajes y, por supuesto, a quienes no están registrados. Es, por tanto, algo interno y muy limitado. Luego, para evitar posibles fraudes, cada oferta de venta se suele acompañar de fotografías de aquello que se vende.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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