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El tripartito encargó estudios lingüísticos por valor de 418.516 euros
T. Santaeulària /M. Pardeiro
Barcelona- El tripartito tiene trabajo para usted si es especialista en radiografiar la situación del catalán. El Gobierno catalán ha gastado millones y millones de pesetas de las arcas públicas en encargar estudios e informes para diseñar su obra de gobierno. Podría decirse incluso que existe una Generalitat externalizada, extramuros del palacio de la plaza Sant Jaume, que trabaja permanentemente en analizar las prioridades del tripartito. Una de ellas, la cuestión linguïstica, ha comportado un significativo desembolso, ya que el conjunto de analistas de la situación del catalán -no sólo en Cataluña, también en Andorra, Baleares y Alguer- facturó un total de 418.516 euros (casi 70 millones de las antiguas pesetas) en dos años.
Los departamentos dirigidos por ERC han encabezado esta particular obsesión. Así, la Secretaría General del «conseller primer», que depende de Josep Bargalló, ordenó 36 estudios entre 2004 y 2005 por valor de 307.662 euros (más de 51 millones de pesetas). Estos «trabajos técnicos» analizaron los usos lingüísticos insistentemente, sirvieron de asesoramiento para la normalización lingüística, evaluaron la exhibición de películas dobladas al catalán y contabilizaron el uso de esta lengua en internet.
Una de las partidas más elevadas se destinó a la elaboración de un nomenclátor oficial de topónimos de Cataluña. La lista de nombres, en la que colaboraron el Instituto Cartográfico y el Institut d'Estudis Catalans, costó a la Generalitat 85.101 euros (más de 14 millones de pesetas). El «conseller primer», además, dejó bien claro el ámbito de sus preocupaciones, contratando estudios linguïsticos en «Catalunya Nord», Baleares, Andorra, Alguer. Asimismo, el departamento de Bargalló pagó varios estudios sobre los «símbolos nacionales» de Cataluña.
Junto a Bargalló, el otro conseller que ha capitaneado el minucioso esfuerzo para detectar los hábitos idiomáticos de los catalanes es el titular de Comercio, Consumo y Turismo, Josep Huguet, que se interesó por el uso del catalán en los restaurantes e hipermercados. Estas curiosidades supusieron para la administración catalana una «dolorosa» de diez millones de pesetas. Pero Huguet también mandó estudiar el comportamiento del mercado español ante la introducción de la lengua catalana en el etiquetaje. El colectivo «L'Esbarzer, en defensa de la lengua, la cultura y los derechos nacionales de Cataluña» facturó por este concepto más de tres millones de pesetas, aunque no fue el único que recibió encargos similares. También una consultora presupuestó una cantidad cercana al millón de pesetas para estudiar el asunto del etiquetaje en catalán, siempre abanderado por Esquerra. De hecho, no hay representante de ERC en el Govern que no haya telefoneado a algún despacho para
pedir un trabajo sobre el catalán. El departamento de Universidades encargó un informe sobre el conocimiento del «conocimiento suficiente de la lengua catalana» por parte del profesorado en los procesos de selección, una prioridad que comportó un pago de 2.400 euros. La misma conselleria, que encabeza el independentista Carles Solà, exigió un estudio (3.000 euros) sobre «usos linguïsticos» en empresas de telecomunicaciones instaladas en Cataluña. Y su correlegionaria Marta Cid, que gestiona Educación, solicitó uno sobre la lengua en secundaria (1.500 euros).
Un gobierno catalanista. Pero, en realidad, el resto de consellerías también ha precisado de servicios externos para investigar el mapa lingüístico o incluso para traducir textos a la lengua vernácula. Interior contrató a un profesional para reescribir en catalán unos textos en inglés (2.065 euros) y Relaciones Institucionales reclamó un estudio sobre la ordenación linguïstica tras 25 años del Estatuto de Autonomía.
No obstante, la externalización de «estudios y trabajos técnicos» de la Generalitat no tan sólo se ha centrado en el examen del catalán, sino también en muchas otras cuestiones. Tanto es así, que las facturas por estos encargos ascienden a más de 2,5 millones de euros en el caso del «conseller primer». Por su parte, Universidades destinó más de dos millones a la misma tarea, Educación 251.423 euros y Agricultura más de 4,5 millones. Al tripartito no le tiembla el pulso para descolgar el teléfono y pedir un informe.
La temática de los miles de informes que la Generalitat de Cataluña ha encargado en los últimos dos años es de lo más diversa.
Valga como un simple ejemplo uno encargado por el departamento de Agricultura sobre la evaluación de la concha brillante. Por este estudio el departamento pagó 21.870 euros en 2004. Aunque el más extravagante es el que contrató Medio Ambiente sobre «la hibridación entre la codorniz común y la codorniz japonesa en Cataluña», con un coste de 11.872,60 euros. Otros dos estudios sobre la conservación de la gavina corsa costaron 22.000 euros.
Asimismo, se encargó también un informe sobre -y es literal- «estudios lingüísticos de una zona concreta de México», o uno similar sobre los estudios lingüísticos en Andorra.
Junto a esto, se demandó información sobre la repercusión en el mercado que tenía el etiquetado en catalán.
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