Respuesta: -90º: la temperatura más baja de la historia
Todo el texto no merece sino dos consideraciones:
El calentamiento global es un fraude, tal como se muestra en el escándalo montado alrededor de la falsedad de las informaciones del IPCC. Se puede hacer un seguimiento de la noticias acerca de este tema en la Prensa. Un diario que no duda en destapar la farsa es LD CIENCIA y ahora lo que se está planteando ante la extrema dureza de este otoño-invierno, es la posibilidad de una etapa glacial de unos 20 a 30 años de duración, tal y como ha sucedido ya en otras ocasiones a lo largo de la historia geológica y la Historia de la humanidad.
La otra consideración es relativa a la "perversión" del lenguaje: "...la temperatura más baja de la Historia..." Sólo es admisible como la más baja de la etapa histórica en la que se cuenta con registros instrumentales y que, en consecuencia, supuestamente dan mediciones fiables. Es decir, sólo desde que se empezaron a establecer bases científicas en la Antártida se ha podido proceder de ese modo, pero en modo alguno con anterioridad. Vamos, desde ayer mismo sin ir más lejos. Por tanto, se ignora por completo cuál haya podido ser dicha temperatura "más extrema" no especificando si se trata de la historia geológica o la relativa a la existencia del ser humano sobre la Tierra.
Es la clásica noticia veteada de cientificidad, pero cargada de frivolidad. Podrían muy bien haber especificado que fue la más baja del Siglo XX, o de los últimos 100 años... pero no, nada menos que de toda la Historia, y luego quieren que se les tome en serio.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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