Re: El experimento de Airy
Aparte de las explicaciones ofrecidas por usted -de las que ignoro cuales son obtenidas del libro y cuales aportaciones suyas (no es por nada, pero no hay forma de diferenciarlas y para eso ya sabe que soy muy exigente)-, lo real es que el experimento de Airy, el de Fizau, y los de Michelson y Morley, lo único que en realidad demostraron fue su desconocimiento de la naturaleza real de la luz.
Pero a diferencia de otros muchos, yo siempre me pongo en el lugar de los protagonistas de los acontecimientos. Y es que por aquellos años había un enorme desconocimiento del espectro electromagnético de la luz que va desde el infrarrojo al ultravioleta. Por aquel entonces había dos posiciones respecto a la condición de la luz: o era una onda, o estaba formada por corpúsculos. Es decir, que eran mutuamente excluyentes (en las mentes de los investigadores, claro), y para nada se hubiese admitido que su naturaleza es precisamente doble: "corpuscular que se transmite mediante ondas e independiente de su fuente".
Y el problema además estaba agravado por otras circunstancias. Así, tal como he dicho antes, la luz presenta diferentes longitudes de onda: desde 1 mm a los 750 nanómetros (nm) en el rojo ((longitudes de onda larga), hasta los 0'01 nm en el extremo del violeta (longitudes de onda corta). Y nada de todo ello fue tenido en cuenta.
Por otro lado y en todo momento, tales experimentos se realizaron en torno a la idea del movimiento de la Tierra respecto del éter circundante, y la cuestión decisiva es que el éter, ese fluido "misterioso", al que se le atribuyeron durante siglos toda clase de propiedades y características de las que ninguna fue ni observada, ni demostrada, es decir, todas imaginarias, resulta que no existe. Pero aun incluso con una supuesta e hipotética existencia -insisto en que es tan fantasioso como la olla del mago de Oz-, no sería necesario para la propagación de la luz. Algo demostrado en laboratorio en condiciones de vacío. Tampoco se explicó nunca cómo interactuarían el mencionado éter y la atmósfera terrestre, dos fluidos diferentes, y eso que la física de mezclas y soluciones hoy se imparte en Primaria. Y es que si el éter era respirable y al parecer debía serlo pues constantemente mezclaban sus presuntas características con las del aire atmosférico, hubiese sido algo fantástico que pudiéramos respirar sin escafandra alguna en el espacio o en la mismísima Luna. También hay que preguntarse acerca de cómo influiría en las atmósferas de los otros planetas y hasta en sus revoluciones. Y fíjese la idea que tenían que hasta en la página 62 del Vol. 1 de la obra de French se afirma: el "viento de éter" soplando sobre el aparato...
Y, por otro lado, también me preocupan especialmente los instrumentos utilizados en tales experimentos. En realidad tampoco me interesan mucho ni las aberturas de los objetivos, ni las focales (ya sean la distancia o la razón), sino sus frentes de onda, un aspecto un tanto decisivo a la hora de determinar incluso hasta la validez de los resultados, por cuanto éstos tuvieron que haber variado "si o si", en una igualdad real de condiciones, y no modificándolas, ya que se usaron comparativamente dos fluidos distintos, en cada uno de los cuales la refracción de la luz a causa de la atmósfera era algo absolutamente inevitable, pero que en el caso del tubo relleno de agua, dicha refracción fue doble.
Dicho en otros términos. No es que de tales experimentos se esperase a la luz de los conocimientos actuales otra cosa que los lógicos fracasos, es que de todos modos era imposible que demostrasen otra cosa que lo que dije al comienzo: el desconocimiento de la naturaleza de la luz y nada más. Nunca jamás han sido concluyentes de nada.
Última edición por Valmadian; 11/03/2013 a las 03:38
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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